Capítulo 06
Llega el sábado por la mañana. Jisung se encuentra durmiendo plácidamente en su cama cuando una música que reconoce al momento perturba su descanso.
-¿Diga?-el profesor respondé al teléfono en un estado de semisueño, hasta que la voz del otro lado le hace despertarse de su trance.
-¡Jisung maldito! Tienes que contarme muchas cosas. ¡Esta noche se sale sin falta! Tú y yo, como en los viejos tiempos, quedamos a las nueve en el bar de siempre, ¿te acuerdas? ¡¿No te habrás olvidado de mi verdad?!
-¿Felix? ¿Pero de qué quieres hablar? ¿Tú sabes la hora qué es? ¿Y qué es sábado?
-¿Qué pasa, es que saliste anoche o qué?
-Pues... no, pero los sábados la gente duerme hasta más tarde.
-Bueno, da igual, esta noche ya sabes, donde siempre a las nueve. ¡No te olvides!
-Si, si, está bien...-el chico cuelga y Jisung ya se ha levantado del todo.
¿Qué querrá este hombre ahora? Si es que no había cambiado nada de nada... Bueno... tendré que aprovechar que se me ha quitado el sueño y salir a correr antes de que se me haga tarde. Echo de menos correr, es lo mejor para relajarse, últimamente he estado demasiado tenso.
-ˋˏ ༻❁༺ ˎˊ-
Esa noche Jisung se fue al bar donde había quedado con su viejo amigo Felix, con el que en su época universitaria solía quedar casi diario, pero después de terminar su carrera y conseguir trabajo, apenas se veían.
Al llegar, el joven pudo notar como su amigo ya se estaba terminando la que parecía ser su primera copa. Se sentó en la mesa enfrente de él.
-¡Serás pillo! ¡Que callado te lo tenías casanova!
-No sé de que me estás hablando Felix, de verdad...
El camarero se acercó a su mesa y ambos pidieron una copa para cada uno, la segunda de Felix.
-No seas así... a mi me lo puedes contar. Ya ves que si no me lo cuentas tú me voy a enterar por otras fuentes.
-Te juro que no tengo ni idea de qué es lo que te refieres.
-¿Pues qué va a ser? De lo tuyo, con el cachondo del gimnasio.
-Hace mucho que no voy al gimnasio a entrenar, así que creo que te han contado un chisme falso. Por si no lo sabías hasta esta semana he estado con el tobillo mal. Andaba con muletas y todo.
-¿No me digas? Pues Hyunjin me dijo que te llevó a casa después de salir de una de las clases de ese hyung.
¿No me digas que...?
-Ah... Eso... no es lo que parece.
-Pues cuenta, cuenta. ¿Cómo es qué estaban en una de las clases del cachondo si tenías la pierna rota?
-Solo fue el tobillo, pero todo tiene una explicación.
-Te escucho-Felix colocó los codos sobre la mesa mientras apoyaba su barbilla en sus manos y miraba a Jisung con una mirada pícara que lo molestaba.
-Un par de mis alumnos van a sus clases, y cuando me torcí el tobillo fui al médico y me encontré con uno de ellos y me invitó a ir a una de sus clases, pero solo para verlo. A Jeongin le hacía mucha ilusión y estuvo más de una semana insistiéndome, así que fuí.
-Ya veo... ¿Y por qué te llevó Hyunjin a casa?
-Eso fue porque Minho me vió con la pierna rota y le pidió que me llevara. No es nada de otro mundo, es una persona amable.
-Ajá... y luego te dió la tarjeta dorada.
-Exacto. Es-espera, ¡¿cómo sabés eso?!
-Hyunjin me contó todo, estamos saliendo.
-¿Qué dices? ¿Qué te dijo sobre mí?
-Nada, me contó lo que me acabas de decir, y me dijo que le pareció raro que Minho se molestara tanto contigo porqué él suele pasar de todo el mundo. Así que venga, dime que está pasando entre vosotros. ¿Lo has cambiado de acera?
-¡No! ¡¿Pero que dices?! No ha pasado nada, simplemente todo ocurrió como te dije. Además, el otro día fui a devolverle la tarjeta.
-Pero mira que eres tonto.
-¿Perdona?
-Podrías haber aprovechado, Hyunjin me dijo que esa tarjeta te permitía entrar a cualquiera de sus gimnasios y usar todas las instalaciones, incluso la zona de masajes ¡Y gratis!
-Me sentiría como un maleducado y un aprovechado si hiciera eso.
-Pues por eso digo que eres tonto, yo la habría usado al menos para probar el sauna. Dime la verdad, ¿no te gusta el Minho? ¿No te parece guapo?
-Bueno... claro que me lo parece... pero eso no es razón para aprovecharme de su amabilidad.
-Si a mi me gustaría un chico tan guapo y éste me hubiera dado esa tarjeta, ten por seguro que no podría librarse de mí.
-Porque tu eres así, pero eso no esta bien.
-Di la verdad, te gusta, te mueres por sus huesos. Te lo veo en la cara y sé qué el chico es de tu tipo. Es el hombre de tus sueños, admítelo.
-¡Felix!
-Te conozco, es tu tipo al cien por cien. Debió costarte mucho pasar de él.
-No puedes pasar de alguien si ese alguien no quiere nada contigo.
-¿Te dijo eso?
-¡No! Tú me dijiste que era hetero, no entiendo a que viene esto, no sé por que piensas que tenemos algo, solo fui a ver una de sus clases y nada más. Intercambiamos unas palabras educadas y listo. Deja de imaginarte eso por favor.
-Yo eh oído que ha tenido muchas novias y que ninguna le dura, pero el otro día Hyunjin me contó como te trató Minho y noté algo raro.
-Algo raro...
-Si, me dio a entender que no sería imposible que Minho se interesara por un chico.
-Felix, creo que se te ha subido el vodka a la cabeza.
-¡Lo digo en serio! Si él te hizo ese regalo es porque~
-Porque puede, es el dueño del gimnasio y puede permitirse hacer eso. Nada más.
-Si quieres pensar eso, allá tú.
Felix notó como su amigo empezaba a ponerse nervioso, y para evitar que se acabará la diversión, porque eso era algo que no podía ocurrir en su presencia, cambió de tema y empezaron las risas. Jisung se rio como hacía tiempo no lo hacía, y es que su amigo era el alma de la fiesta. Al acabar las rondas, el castaño terminó acompañando a Felix a su casa y luego él se fue andando hasta la suya.
Jisung había bebido de más, pero nada a comparación de el joven chico. Mientras pasaba por las oscuras calles, se preguntaba si algo de lo que dijo Felix podría ser cierto. Podría ser que el famoso hyung estuviera encaprichado como él estaba con él.
No es posible, ¡es una locura! Eso es un sueño que no sucederá jamás, debo de asumirlo antes que me consuma. Si solo pienso en él me costará salir con otra persona. ¡Eso es! Quizá debería salir con alguien, para olvidarme de mis fantasías.
Un empujón lo apartó de sus pensamientos. De pronto Jisung se encontraba tirado en el suelo de un callejón al que no llegaba la luz de las farolas. Alguien le había empujado, pero la oscuridad le impidió fijarse en su agresor, que lo agarró del cuello y lo empujó de nuevo, esta vez un contenedor frenó su caída.
Ahora pudo ver a un hombre, era gordo y le sacaba una cabeza de altura por lo menos. Pudo ver como sacaba de su bolsillo lo que parecía ser una navaja y se la apoyaba en el cuello.
-Dame tu cartera si no quieres que te raje.
-E-está bien, tr-tranquilo, va-vale-Jisung sacó su cartera y se la entrego a ese hombre, podía olerle, olía a alcohol y sudaba mucho. Ese sujeto se metió su cartera en el bolsillo del pantalón y le agarró muy fuerte el brazo mientras con el otro aún mantenía la navaja posada en el cuello de su víctima.
-Pero qué tenemos aquí... Hoy es mi día de suerte, y el tuyo, esa carita tuya me ha puesto a mil. Venga agáchate, se bueno y no te pasará nada.
-No... por favor... ya le he dado mi cartera, es todo lo que tengo, deje que me vaya... por favor...
-No, no, eso no es todo lo que tienes para mi... tienes una boquita qje me está llamando.
Esto no puede estar pasando. ¿Por qué mi cuerpo no me responde? Tengo que salir corriendo de aquí, ¿por qué me tiemblan tanto las piernas? Mierda, mierda... he bebido demasiado... No puedo...
-¡Vamos, no tengo todo el día!-gritó el hombre mientras sujetaba a Jisung por la cabeza, haciendo que éste mirará hacia arriba, para hundir levemente la punta de su cuchillo en la barbilla. -Portate bien y no te haré nada, solo quiero divertirme un poco, seguro que a ti también te gusta.
Jisung cerró sus ojos muy fuertemente y derramó lágrimas de la impotencia. Su cuerpo se había quedado en shock, no le respondía. Estaba en forma, pero ese hombre era muy grande y lo tenía todo pegado encima, casi no podía respirar. Notaba la hoja metálica apoyada en su garganta mientras sentía el pesado aliento de aquel hombre que pensaba hacerle cosas de las que no se recuperaría nunca. Y no podía moverse, el alcohol y su debilidad mental lo habían dejado indefenso ante ese ataque.
-¿Qué estás haciendo?-una voz salió de la entrada del callejón.
-¡Pirate, esto no va contigo!-le respondió el hombre. Jisung no podía gritar tampoco, por mucho que deseara suplicar,de su cara solo brotaban lágrimas.
Por favor no te vayas... no me dejes aquí... por favor, llama a la policía... por favor, ayúdame.
El atracador siguió en lo suyo, esta vez rodeó con su mano libre el cuello del joven y colocó la navaja en su mejilla. Acercó su cara a la oreja de Jisung, se disponía a susurrarle algo cuando unos golpecitos en su hombro le hicieron girarse.
Nada más girar la cara, otro hombre le propinó un puñetazo que mando al atracador al suelo. El salvador se acercó a él y le quito la navaja de sus manos.
-Estas cosas no debería usarlas cualquiera, son armas peligrosas.
-¡Maldito! ¡Dame eso hijo de puta!
El hombre se levantó y dirigió un puño hacia la cara del salvador, pero éste lo esquivó, se colocó detrás de él y volvió a tumbarlo en el suelo en un suave movimiento, sujetando las manos del agresor a su espalda.
-¡Sueltame hijo de perra!-el chico rebuscó en los bolsillos del hombre con una mano mientras la otra mantenía inmovilizados los brazos del agresor.
-Creo que esto no es tuyo-dijo mientras sacaba la cartera del maestro de uno de sus bolsillos.
Se levantó, permitiendo que el hombre, a cada momento más cabreado, se levantará del suelo.
-Ahora te vas a enterar, te voy a enseñar a no meterte donde no te llaman.
El atracador volvió a intentar darle un puñetazo, pero el chico se agachó, esquivandolo, y le dio un puñetazo en el estómago. El hombre vomitó y cayó al suelo, donde empezó a retorcerse de dolor.
-Márchate. Porque si no acabaré matandote-el hombre miró al que había tumbado con tan facilidad que ni siquiera se había despeinado, entonces comprendió que no tenía nada que hacer, que ese hombre es imposible que estuviera más loco que él y que le ganaba en fuerza. Nadie le ganaba en fuerza, pero si se iba ahora, nadie sabría que aquel misterioso chico le había tumbado tres veces, le había quitado el arma y le había cogido la cartera que acababa de robar, y todo eso en menos de un minuto.
El hombre salió del callejón, encorvado, abrazando su estómago y mascullando palabrotas.
⌦ .。.:*♡
HOLAA! Hace mucho no les traigo un capítulo, no lo hice xq era muy largo y me daba pereza JAJAJSLA
disculpen si tienen muchas palabras en español (España), si no les gusta trataré de omitir algunas 💗
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