CAPITULO 12: UNA EXTRAÑA DISCULPA
Bueno ya sabemos lo que le paso a nuestros queridos protagonistas, ahora el bicolor se encuentra en el baño que hay junto al gimnasio tratando que el pequeño sangrado de su nariz se detenga, espero unos dos minutos más y ya estaba, se enjuago la cara sacando las pocas manchitas de sangre que le quedaron en la cara, salió del baño y espero unos cinco minutos más y toco de la puerta del cenizo
- Bakugo soy yo, puedo pasar? - pregunto mientras seguía tocando la puerta
Nuestro pelicenizo se encontraba en su cama, ya cambiado con sus usuales playeras con la calavera en medio y un pantalón corto gris, procesando lo que vivió hace de menos de media hora, cuando escucho la puerta siendo tocada y luego la voz del bicolor, se levantó despacio, como queriendo retrasar lo inevitable, soltó un suspiro de resignación y con su usual ceño fruncido le abrió la puerta de golpe
- Ya te escuché mitad-mitad- no estaba de humos para estar gritando ese día- ¿qué quiere? - pregunto esta vez cruzándose de brazo, haciendo que el contrario se le quedara mirando a estos y no hablara- habla ahora si no quieres que te tire el libro de geografía que tengo- dijo apuntando atrás, eso lo puso en alerta mirándolo a los ojos para saber si mentía, pues la tenía uno en casa y no sabía si bakugo tenía el mismo, mejor prevenir a que lamentar
- Tu madre me mando a decirte que la comida estaría dentro de poco-dijo en tono bajo
- Muy bien, bajemos- hablo apartándose de la puerta y cerrándola mientras era seguido de cerca por el bicolor
Bajaron en silencio, un poco incómodo, aun no se salía de su menoría la voz y el cuerpo apenas tapado por una toalla del cenizo, se preguntó qué tan popular era cenizo en el colegio, y así siguió con su mente distraída hasta que cocho con la espalda del responsable de sus descuidos, ya estaban frente a la sala, otra vez se perdió en sus pensamientos, iba a disculparse si no hubiera bajado la mirada un poco más al sur, dándose cuenta que no solo los brazos del cenizo eran bien proporcionados, el trasero que se cargaba el cenizo de seguro era de envidiar, porque se notaba que el short que ocupaba le quedaba un poco ajustado, se quedó dos paso atrás del cenizo viendo su cuerpo de atrás con atención, si lo comparaba con la foto que tenia de el con su ropa de colegio ahora entendía por qué no usaba ropa a su medida, tenía el cuerpo bien proporcionado, como un reloj de arena, hombros anchos, cintura estrecha y caderas anchas, en sus brazos y piernas se notaba que hacia ejercicio, saliendo de su transe, se apresuró a llegar junto al cenizo que estaba a nada de entrar al comedor
Ambos se sentaron en la silla y esperaron unos minutos s mientras veían a las femeninas charlar animadamente quien sabe qué cosa entre ellas, el padre de bakugo se encontraba en la cabecera de la mesa leyendo el periódico del día mientras el ambiente tenía una ligera música para que no quedara en silencio
Mitsuki que se había dado cuenta que su hijo y shoto ya se encontraban en la mesa llamo a su hijo, pero al parecer este estaba distraído que no la escucho así que decidió ir
Le dio un zape en la cabeza llamando su atención, cosa que funciono- ¿QUE TE PASA VIEJA? - pregunto mientras se sobaba el lugar afectado
-A QUIEN LLAMAS VIEJA, MIERDECILLA ANDANTE, LLEVO HABLANDOTE Y ANDAS DISTRIDO-le reclamo- MEJOR ACOMPAÑAME A LA COCINA SIS NO VAS HACER NADA- mientras lo arrastraba a la cocina
La ceniza lo obligo a hacer la ensalada para el almuerzo, no se quejó, es más prefería estar haciendo eso que seguir pensando en la persona que se encontraba a unos metros de él.
La peliblanca cuando vio que estaba el cenizo ayudando en la cocina, se asombró de la destreza con la que ocupaba el cuchillo para cortar las verduras
Y así paso el almuerzo, unos gritos por parte de los rubios, charlas de parte de los todoroki con el señor bakugo, masaru ya un poco cansado del grito le pidió a su esposa e hijo que parara y que había visitas, como si fuera magia ambos rubios dejaron de discutir y comieron en silencio, La comida fue de maravilla, luego de comer los mayores se fueron a la sala a mirar una película, cerraron las cortinas de la sala, y pusieron una película para ellos
los chicos se quedaron en la cocina lavando los platos, ninguno decía nada, bakugo solo se limitaba lavar los platos y shoto a secarlos y acomodarlos
-lo siento- se disculpó de la nada shoto
-ha!?, de que te disculpas bastardo? - pregunto bakugo
- yo, bueno, entre a tu cuarto porque pensé que estabas dormido y como no me respondiste, bueno perdón- dijo mirando sus manos mientras secaba un vaso
Bakugo se quedó en silencio un momento- yo igual- shoto no entendió a que se refería- por lo del libro, pero es tu culpa por mirarme de esa manera- dijo esto último alzando un poco la voz y con un pequeño sonrojo que de no ser por sus orejas no lo notaria el contrario, haciéndolo sonrojar de igual manera a él al recordar lo sucedido
no supieron que mas decir, así que de nuevo se quedaron en silencio ya más relajados y terminaron, cuando fueron a la sala vieron a los mayores atentos a la película y como a ninguno le interesaba, bakugo decidió que mejor vayan a su habitación, cuando iban por la mitad bakugo se detuvo a la mitad y volvió a la cocina diciéndole a shoto que siguiera hasta arriba, shoto no hizo más que obedecer y fue al cuarto
bakugo que se había vuelto a la cocina fue directo a la heladera y saco dos cajas de leche de fresa, no sabía si al bicolor le gustaba o se reiría de él, le tiraría otro libro si hacia esto ultimo
subió rápido a su cuarto no quería que el bicolor husmeara como un gato por todo el cuarto, cuando al fin llego frente a su puerta, le pareció un deja vu lo que estaba frente a sus ojos, shoto se encontraba agachado viendo los discos de música que había en su estante, siendo sigiloso saco su celular y puso la cámara, cuando apretó el botón se escuchó un ruido y salió el flash llamando la atención del bicolor que lo volteo a ver
-me sacaste una foto? - lo miro sorprendido y algo ruborizado
El cenizo al verse en descubierto solo se limitó a chistar con la lengua y guardar su celular, se acercó al bicolor cerrando la puerta- toma- le dijo extendiéndole la caja, shoto que no se había dado cuenta que tenía algo más en su otra mano bajo la mirada la cajita que extrañamente se le hacía familiar, cuando la tomo en sus manos se dio cuenta que era leche de fresa, al instante se le iluminaron los ojos al bicolor
- Como sabes que me gusta la leche de fresa- pregunto mirando a los ojos rojizos
- Tsk, solo tómatelo- dijo levantándose y yendo a su cama
Se sacólas pantuflas y se subió a su cama sentándose con la espalda en la cabecera-pon música si quieres- le dijo sin mirarlo mientras colocaba la bombilla en lacajita y empezaba tomar de esta
Shoto esta vez puso una música en español que poco le entendía, pero que le parecían bonitas y algunas tenían bonita letra, luego se sentó en la orilla de la cama dándole la espalda al rubio y empezó a tomar de la cajita
El ambiente era agradable, estaban cómodos uno con el otro, pero ninguno lo diría, las músicas pasaban, eran las tres de la tarde y se escuchó un suave murmullo en la habitación
-Fue un día como cualquiera,
Nunca olvidare la fecha
Coincidimos sin pensar en tiempo y en lugar
Algo mágico paso,
Tu sonrisa me atrapo
Siempre mi sol me robaste el corazón
Y así sin decirnos nada
Con una simple mirada comenzaba nuestro amor
Tú me cambiaste la vida desde que llegaste a mi
Eres el sol que ilumina todo mi existir
Eres un sueño perfecto,
Todo lo encuentro en ti-
Ninguno de los dos era consciente de lo que hacía, solo murmuraban creyendo que el contrario no lo escucharía, se dejaron llevar por la música y por el momento de paz que había, cuando termino la música bakugo espero unos minutos en silencio mirando al techo luego se volteo a mirar al bicolor que estaba con la cabeza en la cama al parecer dormido, dejo salir un suspiro de alivio, no lo había oído ni nada, se acomodó mejor en la cama y cerró los ojos disfrutando de la siguiente música
Shoto para que no viera su sonrojo se agacho en la cama, le gustaba esa canción su hermana de vez en cuando la escuchaba y en ese momento solo le recordaba la vez que vio por primera vez al cenizo, no supo en que rato se había quedado dormido cuando sintió que alguien estaba jugando con su cabello, iba a protestar, pero la caricia se sentía bien así que se acomodó mejor y se volvió a dormir.
Bakugo no pudo con la tentación de querer saber cómo era al tacto su cabello y aprovecho que estaba dormido para hacer su travesura, empezó primero jalando unos mechones de cabello, luego a caricias suaves, cuando acordó estaba acariciando todo su cabello, era suave como supuso, se estaba distrayendo mezclando los colores cuando lo sintió moverse, se detuvo por unos segundos, que lo vio acomodarse más cerca de su mano, como buscando el tacto, así que lo volvió a acariciar.
Así paso unos minutos hasta que se cansó y decidió despertar al bicolor, se levanto despacio tratando de no hacer mucho movimiento, quería asustar al bastardo, cuando por fin estuvo fuera de su cama, se le acerco lentamente al bicolor con una sonrisa siniestra en su cara, alzo su mano para liberar una diminuta explosión, cuando estaba por despertarlo, sintió que sus manos eran agarradas y luego sintió el frio suelo en su espalda
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