8

A Taehyung no le gusta la oscuridad. Uno de sus mayores miedos.

Le temía a la oscuridad cuando todas las velas se apagaban y el cuarto se quedaba completamente ciego a su vista, no dejaba de atormentarse a sí mismo sobre todo lo que podría pasar, las sombras, los espíritus, los demonios, las brujas, todo. Él trataba de no creer en nada de eso, pero cuando era más pequeño sus padres y sus abuelitos solían contarle muchas historias sobre esos seres del más allá y a pesar de querer auto convencerse de que nada de eso existía, no dejaba de lado las posibilidades de que sean reales. Lo peor de todo, es que cuando tiene miedo la mente es muy traicionera y juega en su contra; esta misma lo hace imaginarse o pensar cosas que no están ahí y la desgraciada se aferra a eso. Y esas ideas llenas de penumbra aterran al pobre príncipe.

Sobre todo con el pasado que tiene.
Taehyung tiene miedo de que algún 'mal' venga por él debido al accidente del cual se culpaba a sí mismo todo el tiempo sin cesar.

«¿Qué hubiera pasado si no hubiera estado ese día en el jardín?», se preguntaba sin cesar.

Sin embargo, el hubiera no existe.
Y como decían los ancestros: "debemos aprender a vivir del presente".

Y por ello también estaba el miedo a la oscuridad de su vida. No encontrar, ni tener ni siquiera un rayito de luz. Él la necesitaba, necesitaba tanto de esa luz que lo guiara y lo iluminara.

Necesitaba ayuda. Quería salir de la oscuridad, del lugar donde se estaba acabando con cada día que pasara. Quería escapar de ese laberinto oscuro que no hacía más que quedarse estancado en la misma, no hallaba una salida. Era muy pesimista que siempre veía oscuridad en mitad de la luz.

Pero el muchacho debe aprender que ya era hora de que se animara, que pudiera hallar una forma de salir de esas arenas movedizas que lo hundían y encontrara la luz en la oscuridad, por sí mismo si es necesario. Porque todos debemos aprender a ver la luz en los lugares más obscuros, por nosotros mismos. Nosotros somos los que estamos atrapados en las sombras, a veces la mejor ayuda que podemos tener es de nosotros mismos. Sólo hace falta esfuerzo y vigor para obtenerlo, y dejar de tener pena por uno mismo.

La oscuridad siempre será lo que es, y nadie podrá vencerla jamás... a menos que haya luz. Y para eso, uno mismo debe encontrar su luz.

Lo único que quería Taehyung a pesar de todo esto, es que al menos alguien pudiera hallar la luz que albergaba en la oscuridad de su corazón.





[...]

—¿Qué?

—Lo que oíste. El rey KyungHoon quiere matarte.

Miedo. Es lo que Taehyung sentía en esos momentos, y ¿cómo no sentirlo? Su madre le está diciendo que un hombre al cual jamás había conocido en persona, lo quiere muerto.

Es... chistoso la manera en la que funciona la vida y los pensamientos de alguien. Taehyung estaba apunto de cometer suicidio pero ahora le aterra el saber que lo quieren matar. Irónico. Aún así es diferente. Lo que Taehyung iba a hacer era por voluntad propia y no iba a sufrir. En cambio, en la otra sí porque un usurpador estaba listo para despojarlo de su legado legítimo, aplicando la tortura si era necesario y aún si se dieran por vencidos. Sí, Taehyung quería acabar con su vida pero no siendo asesinado por alguien más.

«Aunque moriría peleando por mi reino y eso es... morir con honor.», pensó.

Pero eso no quitaba que Taehyung se sintiera ahogado, empezando a sudar por los nervios y el temor. Mientras jugaba con sus manos y se relamía los labios que se le habían resecado. El muchacho se había puesto muy pálido, le habían tirado un balde de agua helada porque seguía estupefacto.

—P-p-pero, ¿por qué? —tartamudeo. Su boca se sentía seca.

Su madre respiró hondo y cerró los ojos derramando algunas lágrimas que limpió inmediatamente. No quería que su hijo la viera llorar, debía mostrarle fortaleza y ánimo. Tenía que demostrarle que todo saldría bien, que ganarían y que nada le iba a pasar. Pero más que convencer a Taehyung, se estaba convenciendo a sí misma. No podía imaginarse perder a su primer hijo, y el único que le quedaba, no lo soportaría.

—Por la corona. Él quiere gobernar también el norte, quiere gobernar todos los reinos y ser el rey supremo —Taehyung escuchaba con atención, mientras su madre aún seguía en la ventana viendo hacia un punto en la nada—. Es un hombre muy ambicioso, Taehyung. No descansará hasta que obtenga lo que quiere. Es por eso que debes casarte con Sun Hee.

—¿Por qué?, ¿el matrimonio qué tiene que ver con que me quieran matar?

—El señor Choi sólo aceptó unirse a nosotros contra Shin, si tú aceptabas casarte con una de sus hijas.

Taehyung frunció el ceño— Pero tenemos un ejército grande, madre. Nosotros solos podremos contra él.

—Hijo..., no sólo serán los Shin. Nos llegó el comunicado que hasta el momento se le han unido 3 de las 4 casas que se encuentran ahí. Necesitamos ayuda, cariño.

—¿Qué casas fueron?

—La casa Jang, los Hong y los Yu —su madre suspiró— Son casas muy poderosas y con ejércitos grandes.

Taehyung tragó duro— Y... ¿a nosotros quiénes se han unido? A parte de los Choi.

—Pues sólo hemos recibido respuesta de los Jeong, nos falta una contestación de parte de los Lee, los Kang y los Park.

Taehyung estaba en blanco, no sabía qué decir, qué pensar o mínimo qué hacer. Es en este tipo de circunstancias en el que simplemente no podía hacer nada.

—Es por eso que estamos aquí. En todo caso de que las demás casas no quieran unirse a nosotros..., el éxito de nuestra alianza con Sweren descansa sobre ti, haz lo que se te pide. Si nunca te lo dejé en claro antes, te lo digo ahora... Debes casarte con Sun Hee para poder ganar esta guerra.

—Madre, la guerra no está asegurada aunque me case con Sun Hee, deberías saberlo.

—Pero podríamos tener ayudar y conseguir más guerreros para hacer lo posible. Pero eso sólo si pones de tu parte.

Taehyung se calló por un momento, mientras trataba de pensar en alguna otra solución pero simplemente no la hallaba. En todo caso tendría que convencer a su madre que también podrían ganar sin ayuda de Sweren pero sabía que sus padres no van a permitir que esa alienza se rompa.

«No estás pensando lo suficiente, Taehyung.», su subconsciente le habló pero el joven príncipe la ignoró.

— ¿En serio necesitamos tanto a los Choi? Los números no siempre ganan las batallas y nosotros podríamos...

Su madre lo interrumpió— ¿Escuchaste lo que acabo de decir? Son 4 casas unidas los que están dispuestos a venir a luchar, con el único propósito... de asesinarte. Y yo... —su voz se volvió entrecortada, sus ojos brillaban más, en cualquier momento podría soltarse a llorar— No quiero perderte, Taehyung. Eres lo único y más valioso que me queda en este mundo y perderte sería mi muerte.

Taehyung observó como su madre empezó a sollozar bajito con lágrimas deslizándose por sus rojas mejillas debido al llanto y se acercó a ella para envolverla en sus brazos. Un abrazo cálido y con ese deje de maternidad que a Taehyung le encantaba. Pero su madre tiene razón... no van a ganar esta guerra a menos que haya la suficiente ayuda que estén dispuestos a combatir junto a ellos. Pero es que el asunto de sus labios le importaba también y es importante de igual manera.

—No vas a perderme, madre. Te lo juro —le habló bajito en su oído mientras cerraba sus ojos—. Lamentó haber fundado esa idea, es sólo que... me gustaría que me apoyaras más y entiendas el porqué no me quiero casar.

—Te refieres a tu maldición —Le contestó su madre sorbiendo de su nariz.

—Sí, están ignorando mucho eso cuando también es de gran importancia.

—No, hijo, no lo ignoramos sólo creemos que la maldición se te podría quitar con facilidad.

—¿Y cómo?

—Pues... Creemos que besando a SunHee...

—No puede ser —la interrumpió al ver por donde iban sus palabras— ¿De verdad creen que con un beso se me quitará una maldición que claramente es de que si beso a alguien más muere?

—Es sólo una teoría, en realidad no lo sabemos.

—Pues no, nadie lo sabe. Digamos que beso a Sun Hee, ¿no? ¿Qué pasa si no funciona? —Taehyung se cruzó de brazos y entrecerró sus ojos.

—Podría ser y...

—Es que no tienen idea que si beso a Sun Hee el día que nos casemos y ella... muera... La casa de los Choi querrá iniciar la guerra, ¿y qué haremos al respecto?, ¿eh? —La mujer se quedó callada, al respecto.— No tiene caso. Ganamos una guerra y perdemos otra.

Su madre suspiró. El príncipe de hastío.

—Escucha madre, esto no esta terminado y se pondrá peor cuando me case con Sun Hee.

Taehyung salió de su habitación azotando la puerta y con el sentimiento tan amargo y tan bien conocido como la decepción.

Ambas partes están mal. Taehyung por pensar que sin la ayuda de los demás podrán ganar esta guerra y sus padres por no poner también como asunto primordial la maldición de su hijo.




El jardín estaba solo, la lluvia ya estaba cesando y sólo algunas gotas caían. El viento era frío y el cielo todavía seguía gris. Estaba templado pero Taehyung no podía pensar en el clima en esos momentos, no sentía frío, ni sentía calor, estaba ajeno a ello. Caminaba por el lugar pensando en los problemas que habían pasado de menor... A mayor.

Porque hasta el día de hoy no se había preocupado de nada más que de su maldición. Pero ahora tenía un problema aún más grande y si, jamás se imaginó que algo así pasaría.

Y claro que tenía miedo, no sólo temía por él sino por las demás personas que estaban arriesgando su vida por salvarlo.

«Si aceptaba el compromiso con Sun Hee habría posibilidades de ganar la guerra... pero cuando me case con ella morirá una vez que la bese y... se iniciará otra guerra.»

«Y si no me caso con ella entonces habría menos posibilidades de ganar pero al menos ella estaría viva y su familia no cobrará venganza... aunque yo estaré muerto.»

—Dios, ¿por qué es tan difícil tomar una decisión? —habló al aire Taehyung.

—Con que hablando solo, ¿eh? —Escuchó una voz a sus espaldas—. ¿Es una costumbre tuya?

Se volteó, encontrando a la persona que en esos momentos menos imaginaría pero que por alguna razón, se alegraba de ver.

—Creo que sí... Lo hago cuando estoy ansioso —Taehyung le contestó y escuchó la risita de Hoseok colarse por sus oídos armoniosamente.

—Está bien, no juzgo. Yo también lo hago algunas veces —Taehyung le sonrió por esa respuesta—. Pero sí... Me llama la atención el saber por qué discutías tanto contigo mismo, si es que gustas contarme. Como me dice el Señor Moon: "Guardar las cosas para ti mismo, te hunde más. Necesitas sacarlo."

—Hmmm, no quiero molestar con mis problemas...

—De verdad, no lo haces —Hoseok le brindó una sonrisa cálida, dándole confianza mientras se acercaba hacia el rubio.

—Bueno, es que... —Taehyung dudaba. No es que no confiara en el castaño pero no quería tocar el tema de su maldición con él. Aunque podría dejar de lado ese asunto, sentía que en algún momento podría soltarlo sin darse cuenta y estaría metido en todo un lío.

—Tomate tu tiempo, no hay presiones.

Taehyung dio un suspiro profundo— ¿Qué harías... si tu vida corriese peligro y para salir de ello solamente tienes que hacer una cosa? Pero... Siendo forzado a ello.

—Mmmm, ¿Y si no lo haces?

—Se podría decir que "mueres" —y a pesar de que hizo unas comillas con sus dedos para darle a entender que no era tan literal, sus palabras no contenían nada más que la verdad.

Hoseok pareció pensarlo, pues su rostro tenía el entrecejo un poco arrugado, sus ojos miraban a la nada y mordía sus labios levemente. Taehyung lo observó minuciosamente, sintiendo la sangre en sus mejillas subiendo levemente por el calor que estaba sucediendo dentro de él. Cuestionandose el porqué estaba sintiéndose de esa manera.

—Dime, Taehyung, ¿prefieres la vida o la muerte?

Eso no era la respuesta que Taehyung esperaba, sin embargo contestó sinceramente.

—La muerte.

Hoseok ni siquiera se sorprendió, ni se inmutó o lo volteó a ver cuando le dijo esa respuesta.

—Entonces ahí tienes tu respuesta.

Taehyung frunció el ceño.

—¿Mmm?

Hoseok se mofó— ¿Por qué elegiste la muerte?

—Porque no hay dolor.

—Entonces, si no quieres ser forzado a ello, sólo dejalo. Prefieres la muerte dices, ¿no? —Taehyung lo pensó y Hoseok lo miró por el rabillo del ojo— Si prefirieras la muerte, fácil y sencillamente no estarías ahora mismo cuestionandote las cosas.

—Es que no lo entiendes...

—Lo único que entiendo es que quieres vivir... pero te da miedo hacerlo —Taehyung se quedó callado respecto a eso. No podía creer lo bien que lo había leído Hoseok en tan sólo unos momentos— Pero no entiendo, ¿por qué?

El príncipe después de un rato contestó—Mi vida no es tan perfecta, ni de color rosa como todos han de creer...


—La de nadie lo es. Pero puedes cambiarla —Taehyung volteó a verlo, mientras su rostro demostraba lo confuso que estaba. El castaño lo notó— Escucha, si bien tienes razón con que en la muerte ya no hay dolor, algo que sucede es que la gente tiene el don de ver siempre las cosas malas de la vida, no importa qué, siempre habrá algo y así es lo habrá, eso no lo puedes borrar... Sin embargo, ese es otro error que tenemos las personas.

—¿De qué hablas?

—Nos enfocamos tanto en el dolor que nos olvidamos de la verdadera cuestión y razón por la que tenemos vida — Hoseok suspiró profundamente. Taehyung estaba con un rostro indescifrable— El dolor es algo que jamás podremos evitar, eso es un hecho. Pero tampoco debemos dejar que nos hunda.

—¿Me estás diciendo que...?

—Lo que trato de decir Taehyung es que tal vez necesitas... un poco de felicidad en tu vida.

—Pero, ¿cómo lo sabes? Ni siquiera me conoces —Taehyung le contestó brusco. No fue a propósito, sino que fue una defensa interna de él porque nadie nunca le había dicho algo como eso. Él no se consideraba una persona deprimida, simplemente se sentía cansado de la vida tan dura que tenía.

Hoseok sonrió suavemente— Me acabas de decir que prefieres la muerte. Y tampoco hace falta ser un experto para saber que tu no estás bien. Cuando yo te veo y te miro a los ojos, lo único que puedo ver... es tristeza y miedo. No sé porque te sientes así pero si pudiera hacer algo para ayudarte, me gustaría...

—No lo entenderías...

—Pruebame.

Taehyung miró a Hoseok a los ojos. Ambos conectados con una simple mirada, una mirada que transmitía confianza y sencillez. Taehyung podría confiar en Hoseok, después de todo, él lo ha ayudado inconscientemente miles de veces con tan sólo su presencia. Pero no sabía si estaba preparado para tolerar el rechazo que muy probablemente el castaño sentiría por el rubio.

No conocía muy bien a Hoseok y sabía que lo estaba juzgando al pensar esas cosas pero es un método de defensa que se apoderó de él; no confiar en nadie porque se terminan alejando y con miedo a él. Sólo existía una persona en el mundo que jamás lo ha dejado, a pesar de todo: Jimin.

—¿Sabes qué? —Hoseok le movió las cejas dándole a entender que siguiera hablando— Mejor dejemos este tema y hablemos de algo más.

—Cómo su majestad quiera. ¿De qué  gustas hablar?

—Hmm, no lo sé — cabizbajo removió sus manos nervioso. Hoseok lo miró y le causó un brillo en los ojos la manera en la que el príncipe, a pesar de su aspecto serio y postura demandante, irradiaba ternura e inocencia. Una persona singular que si lograbas ver más allá de la máscara podría aumentar tus pulsaciones rítmicas y causar que la sangre suba a tus mejillas con tan sólo descubrir lo precioso que es.

—¿Qué es lo que te gusta, Taehyung? —le preguntó el castaño, viendo que el rubio estaba luchando consigo mismo para hablar y sacar un tema.

—Oh, mmm... Me gustan muchas cosas.

—¿Qué cosas? Cuentame. Quiero saber sobre ti —le sonrió cálidamente que Taehyung se sentía desfallecer.

—Pues... Me gusta pintar. Mucha gente escribe, toca un instrumento o es bueno haciendo otro tipo de cosas, lo mío es... Pintar.

—Pero también tocas el violín, ¿no es así? —Taehyung se extrañó, pensando en como supo eso. Hoseok al parecer lo intuyó por lo que le contestó antes de que el príncipe siquiera preguntara— En la celebración de tu padre te vi tocarlo —Taehyung lo recordó, maldiciendo en su interior por haberse olvidado de esa noche.

—Sí, también lo hago. Creo que sólo en momentos especiales es cuando toco. No sé si sea muy bueno pero... —se encogió de hombros.

—Eres bueno, en serio. Esa noche me había acercado para agradecerte el tremendo momento que le habías dado a todos cuando tocaste el violín. En serio todos estaban... Woah —El rubio sonrió tímidamente por ello— Pero con el incidente de las uvas...

Taehyung se palmeo ligeramente la frente y ocultó su rostro con sus manos por la vergüenza de recordar ese momento— Ni me lo recuerdes, no debí haber ingerido tantas. Dios mío, que vergüenza. Casi moría ahí mismo.

Ambos estaban riendo ligeramente recordando el primer encuentro "formal" que habían tenido, aunque es algo vergonzoso para Taehyung estaba feliz de hacer reír al castaño por ese recuerdo, era de las pocas veces que hacía reír a alguien, alguien que no sea Jimin o sus padres y... Le gustaba la sensación.

Ve el lado bueno de eso, cada que vea unas uvas, me acordaré de ti.

—Aunque no sé si la imagen mental sea agradable.

—Oh, no te preocupes por eso. Para mis ojos y mente siempre te vez bien.

Taehyung se sonrojó. El rubio pensaba si Hoseok tenía alguna idea de lo que ese tipo de comentarios causaban en él. Y Taehyung tampoco sabía si estaba bien si se sonrojaba por ello, después de todo él no tiene idea de lo que significa el amor y no tiene idea que lo que significan estos sentimientos vagabundos.

—Y, ¿a ti qué es lo que te gusta? —le preguntó esta vez Taehyung a Hoseok.

—Mmm... El atardecer.

—¿Por qué?

—Es hermoso. En especial, cuando estoy en la colina y me quedó sentado observándolo. Recibiendo todo el glamoroso placer de una vista impecable y una sensación inexplicable que me hace sentir soñador, me hace darme cuenta que la vida es valiosa y le agradezco por darme un día más para ver ese tipo de cosas tan maravillosas.

—Oh... —Taehyung habló bajito— Yo nunca he visto uno.

Hoseok lo volteó a ver— ¿Por qué? Desde el castillo se puede observar, ¿no es así?

—No lo sé —Taehyung se encogió de hombros— Creo que nunca le había puesto la atención que se merece.

Pues eso va a cambiar. Te llevaré a la colina y juntos vamos a observar el atardecer más bonito que tus ojos van a presenciar.

—¿En serio lo harás? —a Taehyung le brillaron los ojos y su corazón se aceleró por oírlo decir que irían juntos.

—Es una promesa.

—Es malo jurar en vano.

—Yo siempre cumplo mis promesas, su majestad.

Taehyung pudo observar la sinceridad en los ojos del castaño, sonrió de lado y decidió creer en ello.

—Por cierto... Muchas gracias por el postre —le dijo nervioso y con la sangre recorriendo su rostro por el bochorno.

—No fue nada. Espero que lo hayas disfrutado —esbozó una sonrisa llena de dulzura.

—Me ha encantado. ¿Lo... hiciste tú?

—No me voy a llevar todo el crédito —río bajito — Lo hice con la madre de Jimin, es la primera vez que me pongo a cocinar algo.

—Oh, me siento halagado entonces —Taehyung colocó una mano en su pecho.

—Deberías —rieron.

El lugar estaba desolado, lo único que se podía escuchar era el viento frío moviendo las plantas, sus ligeras pisadas andando por el duro y húmedo concreto, y la ligera brisa, casi nula, que todavía seguía cayendo del cielo.

La calma era la dueña de este momento y la comodidad su acompañante. Los sentimientos estaban a flote pero la torpeza los distraía.

Ya se estaba haciendo de noche y Taehyung no se había dado cuenta de ya había estado un buen rato con Hoseok. Pero le gustaba. Esta sensación le agradaba. Estar hablando de otro tipo de cosas. No siempre podía hacerlo.

Y es que Hoseok le brindaba un aura de confianza y paz, lo hacía sentir bien.

—Gracias —le habló entre el silencio que se estaba haciendo.

—¿Por qué?

—Por pasar este rato conmigo.

—No hay problema. De hecho es agradable estar contigo.

—¿De verdad? —Taehyung lo volteó a ver con los ojos brillosos y una tenue sonrisa.

Hoseok asintió con la cabeza y se le quedó mirando fijamente— Deberías sonreír más. Tu sonrisa es muy bonita.

Taehyung desvió la mirada mientras se rascaba levemente la parte trasera de su cuello y sonreía incómodo, pero no incomodidad de la mala sino que era de aquella en la que no sabías que decir cada que alguien te halagaba de forma singular porque te agarraba desprevenido.

—G-gracias —tartamudeo— La tuya también es muy bonita.

Taehyung no podía verlo porque la vergüenza se apoderaba de él pero sabía que Hoseok estaba sonriendo en grande por ese cumplido. Y no decía mentiras, la sonrisa del castaño le gustaba mucho, es lo primero que hace que fije su atención en él.

El día de Taehyung había empezado normal, bien si hablamos de cuando estaba con Hoseok pero después se arruinó por la pelea con sus padres y otra vez llegaba Hoseok con su brillantez a darle un buen cierre.

Estaba comenzando a creer que Hoseok tenía algún tipo de poder en él, para hacer que un día malo, se vuelva 'bueno' y olvidé sus problemas con sólo verlo por unos momentos.

Y no sabía si eso le gustaba o le aterraba.

—Su majestad...

Volteó hacia la persona de la que provenía la voz y vio que se trataba de una de las muchachas de la servidumbre; Yumi, si es que estaba en lo correcto.

—¿Si? ¿Qué sucede?

—Su madre quiere verlo.

Taehyung suspiró cansado, no quería hablar con su madre en esos momentos— Dile que no quiero verla. ¿Quieres ir a tomar algo a la cocina? —Preguntó dirigiéndose a Hoseok.

—Hmm...

—Con todo respeto, majestad... Pero su madre insistió... —la chica estaba cohibida, se notaba que no le gustaba andar de mensajera en esos momentos.

Taehyung rodó los ojos con el rostro fastidiado. Él no era grosero con la gente que trabajaba ahí, solamente que lo habían interrumpido estando con Hoseok y eso lo había molestado. Estaba a punto de volver a negar pero entonces escuchó la voz de su acompañante:

—Ve.

Taehyung volteó a mirarlo seriamente, queriendo haber escuchado mal.

—No hay problema, de verdad. Podemos tomar algo después, la cocina no se va a ir —el castaño rió bajito por su propio chiste.

«Pero yo quiero ahora...», pensopensó decepcionado.

—Está bien —suspiró rendido, deseando quedarse un momento más con Hoseok.— Te veo después.

Hoseok hizo un asentamiento de cabeza mientras Taehyung sin ninguna expresión facial se dio la vuelta, listo para encaminarse al castillo.

El rubio no había dado ni cinco pasos cuando Hoseok le volvió a llamar:

—¡Taehyung!

El joven príncipe volteó inmediatamente, sorprendido y ansioso por tal llamado. Hoseok se acercó a él y lo miró por unos cortos segundos, tenía una tenue sonrisa y Taehyung simplemente se dedicaba a acariciarlo con su mirada, con esos dos cuencos llenos de brillo fugaz y timidez.

No sabía como describir este momento, la acción fue tan sorpresiva y los sentimientos se sintieron de golpe. No sintió nada en su exterior, excepto cuando Hoseok se acercó a él y con sus brazos lo envolvió en el abrazo más cálido que pudo haber sentido en mucho tiempo. Los brazos del joven príncipe estaban torpes, no sabían que hacer, sólo se mantenían alado suyo moviendo sus dedos con inquietud. Pero con lentitud fue despojando ese encogimiento y pasó sus brazos al rededor de la cintura de Hoseok, acariciando levemente su espalda.

Los brazos de Hoseok se cerraban detrás del cuello del rubio y su mentón reposaba en el hombro de este, mientras aspiraba su olor natural tan refrescante como la lluvia, suave como la brisa y aromático como las flores. Le gustaba.

Hoseok era levemente más pequeño y delgado que él, pero aún así se podía ver la seguridad y protección que éste le estaba otorgando al más joven.

Mientras Taehyung cerró los ojos disfrutando de ese momento, una ráfaga inconmensurable pero dudosa estaba dentro de su ser, miles de emociones lo llenaron en ese momento que para Taehyung, era tan íntimo

En eso, el cálido aliento de Hoseok le golpeaba la oreja susurrándole melodioso— Espero que logres tomar una decisión. Y recuerda... —Hoseok se separó cortando el abrazo pero sin llegar a separarse demasiado. Lo agarró por los hombros, mientras se observaban fijamente a los ojos— Sea cuál sea la decisión que tomes, está bien. No te sientas mal si llegas a escoger la equivocada, para eso existen los conocidos errores... Para aprender de ellos. Tú sabrás cuál es la indicada. Y cuando lo necesites, yo siempre voy a estar aquí por si quieres... Desahogarte con alguien.

Los orbes del príncipe irradiaban sentimientos, únicos y singulares. El rubio sentía que podría llorar tan sólo viendo la manera tan delicada en la que el muchacho blanquecino le estaba tratando. Nadie más, aparte de Jimin, lo había abrazado y menos reconfortado con tales palabras. Estaba eufórico y con gran ardor internamente. Sentía que, de alguna manera, Hoseok lograba transmitirle su ímpetu con su simple y sutil toque, o con su brillante y fulgurante mirada.

Necesitaba ese abrazo hace mucho tiempo.

Necesitaba que alguien le dijera que lo que él hiciera estaría bien no importa qué.

Necesitaba una voz que lo consolara.

Y más que nada, necesitaba esta presencia lúcida en esta vida tan lóbrega y sombría en la que se encuentra.

No sabía que era esto que sentía... Pero quería deshacerse en lágrimas por la afección.

Hoseok volvió a atrapar a Taehyung con sus brazos pero este abrazo duró menos... Aún así se sintió tan suave como los pétalos de una flor y con tanta finura como un delgado velo de seda. Se sintió eterno.

Se vieron una última vez y ambos estaban sonriendo tan agradablemente. El castaño se dio la vuelta, yéndose hacia la salida del otro lado del jardín mientras el rubio lo observaba irse, sin reparar que Hoseok estaba llevándose consigo una parte arcaica del joven príncipe.

Cuando lo vio desaparecer, soltó un suspiro que no se había percatado que había estado aguantando. Su sonrisa aún estaba intacta y su corazón latía con frenesí, sentía que se saldría de su pecho. Alzó ambas manos para tocar sus propias mejillas sintiendo lo caliente y abochornadas que estas se sentían. Respiró profundo una vez más y susurró bajito:

Gracias —Dirigiéndose al castaño que ya no se encontraba más en el lugar pero al que estaba más agradecido que nunca.

Se dio la vuelta para irse de vuelta al castillo, estaba con las emociones frescas y su ser revolcándose en demasía por lo que había pasado. Taehyung estaba seguro que nada de lo que ocurra después, podría quitarle tal momento de afecto sentimentalismo.

Hoseok era, probablemente, un desconocido aún para Taehyung... Pero sin saberlo, se estaba convirtiendo en esa pequeña luz al final del túnel que el pequeño príncipe tanto había añorado. 



Por otro lado...

El rey se encontraba en sus nupcias junto a su esposa. La mujer se encontraba sentada en uno de los asientos bebiendo de su vino y escuchando lo que su esposo le decía, mientras el rey observaba por la ventana; su habitación se encontraba de lado este del castillo, por lo que tenía vista a donde se encontraba gran parte del jardín de su hijo.

El rey estaba contándole sus estrategias y los planes que tenían acerca de la guerra contra Shin, cuando vio una peculiar escena que atrajo la completa atención del hombre.

—Mujer, ¿quién es ese muchacho que está con Taehyung?

—¿Ah? ¿Quién? —Su madre se acercó casi corriendo, agarrando una parte de su vestido para alzarlo y que no se arrastrara. Cuando llegó miró por la ventana hacia donde se encontraba su hijo—. Ah, hablas del jardinero, no es nadie importante. Sólo es el reemplazo temporal del Señor Moon. De hecho, ese muchacho debería estar trabajando.

Su madre fue directo a la puerta, llamando a una de las sirvientas y diciéndole que fueran a buscar a Taehyung porque quería hablar con él. ¿Quería hablar con él? Sí. ¿Ahora mismo? Realmente no. Sólo lo había dicho porque no quería que estuviera más tiempo junto a ese jardinero.

Regresó de vuelta a la ventana para seguir observando a su hijo y mirar sus movimientos con el pordiosero que estaba con él.

—¿Crees que se haya vuelto amigo de Taehyung?

Su madre no quería ni pensarlo— Lo dudo. Yo pienso que está siendo amable con la servidumbre, nada más.

Más su padre no pensaba lo mismo— No lo sé, luce diferente con él. Su sonrisa... Es distinta. Miralo...

Y lo estaba haciendo, por mucho que le costara admitirlo, su esposo tenía algo de razón en ello; a su hijo se le veía más vivaz y con un deje brilloso en su mirada, algo que no veía desde hace un tiempo. Pero estaba muy insegura al respecto, tenía mucho en que pensar y digerir que el asunto de las preferencias de su hijo no es algo que sea mucho de su agrado y no quiere que se involucre en ello. Quería verlo con una mujer y con hijos.

—Es la misma sonrisa que le da a todos —Habló un momento después.

En cambio, su padre aunque no estuviera al 100% libre sobre ello, tenía diferentes formas de pensar.

—Pues... Así no le sonríe a Jimin. Es más, no lo he visto sonreír así con nadie.

—¿Qué dices? Pero Jimin sí es su amigo.

—Sí, Jimin es su amigo pero se nota una vibra diferente en esto. No lo sé...

Su mujer no quería seguir viendo así que se dio la vuelta disgustada— Como sea, espero que no tenga nada que ver con ese muchacho.

El rey siguió viendo con una mirada cautelosa, incluso cuando el jardinero abrazó a su hijo lo agarró por sorpresa a él también, es la primera vez que veía a su hijo teniendo contacto cercano con alguien más que no sea Jimin o ellos mismos, sus padres.

No sabía que pensar o que decir, pero estaba seguro que averiguará más sobre aquel muchacho que ha hecho sonreír a su hijo de tal manera que su pecho se ha encogido a causa de la ternura que lo ha sobrecogido al ver a su hijo con las mejillas abultadas y abochornado.

Sin darse cuenta, ya estaba sonriendo él también.




Omg, después de siglos otra vez estoy por aquí jajajaja

Espero que les haya gustado el capítulo, trate de hacer lo mejor que pude y hacer que tae y hobi tuvieran más acercamientos porque se lo merecen y tienen qué. De todos modos, prometo traerles mejores capítulos.

Agradecimiento especial a offthen que me ayudó mucho al respecto, tqm bby.💕

Debo decir que este es el capítulo más largo que he escrito hasta ahora y seguramente los próximos serán también así ya que empezaré a tocar otras temas y la trama principal, ofc.

Se vienen muchas cositas más pero eso sí les digo, el vhope ya estarán apareciendo más tiempo juntos, ¡por fin! Porque, ¿saben? Escribir al vhope juntos es mi parte favorita ya que me sale tan natural porque en mi vida diaria siempre estoy hablando cositas soft de ellos. Los amo a mis papis.😔

Pero ya...

De corazón, en serio, de corazón... Espero que me disculpen por tardar en actualizar. Ustedes saben lo difícil que es el que no te llegue la inspiración y algunas personitas saben lo mucho que batallaba con esto, pero bueno no diré más excusas...

Cualquier duda o alguna cosa que quieran decir, diganmelo o preguntenme ya sea por aquí o en privado, como gusten.

Btw, si les respondo algunas cositas que tenga que ver con el fic es porque son cosas que no tienen tanta relevancia, me doy a entender?. Así que si a algunas no les respondo sus preguntas, sabrán porqué es 👀

Espero que no se olviden de mí, ni del fic jejeje:c
Como digo me tardaré en actualizar pero no abandonaré el fic, le daré el final que debe tener. Merece tenerlo.

Ah también, ¡Ya son 6k vistas! ¡Yayyyyyy! 😭😭😭😭❤
De verdad que aún sigo sorprendida por todo el apoyo que ando recibiendo, siento que no lo merezco pero muchas gracias a tooooodas las que me han apoyado en esto. Mi corazón está calientito por ello.

Lamento las fallas ortográficas y todo lo demás que valla a tener.

Sin nada más que decir, me retiro.

LOVEU ❤

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