Ignel no era un santo, nunca lo fue y ningún hijo de caos lo ha sido, ni siquiera Korem pero el era un caso aparte.

Igenel era un monstruo cuando se lo propia, era muy vengativo y rencoroso a tal punto de nublar su juicio y jugar todas sus cartas en deshacerse de sus enemigos.

Sobre todo con una familia en especial que lo marco por completo.

Convertirse en el asistente de Hela no era mal trabajo, solo era muy exigente literalmente son 24 hrs de completo servicio ya que la muerte nunca descansa y habían temporadas en las que medio mundo se moría.

- Agh, ese tiroteo si que fue difícil -

El mencionado se encontraba en su oficina cerca de la sala principal de Hela.
Convertirse en su mano derecha tenia muchas ventajas pero a la vez debía demostrar mucha lealtad a la dama de los muertos.

- Mejor pongo música -

Saco sus audífonos grandes y activo el reproductor mientras se dejaba inundar por la melodía. Trabajaba en unos papeles de último momento.

- ¿Mucho trabajo? -

- Siempre hay trabajo señorita Hela -

La diosa de los muertos había aparecido frente a él, usaba un vestido largo de color negro con destellos azul oscuro brillante que contrataban con la oscuridad que emanaba.
Portaba su corona y el cabello recogido en una coleta de lado dejando ver su mitad muerta.

Siempre vestía elegante era de un de las ventajas de tener dinero y que diseñadores muertos estén a tu servicio.

Siendo diosa del Hellheim podía aparecer y desaparecer en cualquier lugar sin importar la hora y el lugar. Era una con su mundo y este le respondía como tal.

Hela tomo unos papeles mientras Ignek trabaja en su lado.

- Un tiroteo y varios muertos de un accidente, ya casi es difícil ver muertos por protección o guerra -

- Cuando son guerra este lugar se llena y sus filas solo se hacen mas grandes a tal punto en que podría recrear el Ragnarok -

- Me alagas pero ya deje eso atrás, además Asgard ya no es de mi interés -

Hela dejo las hojas a un lado y saco una bolsa con comida dejándola a un lado del chico.
Este al ver el empaque se dio cuenta que era comida china uno de sus platillos favoritos.

- La última vez no comiste nada por tres días y tu desempeño fue malo, recuerda alimentarte bien -

- Ya no soy humano -

- Pero tampoco eres un muerto por completo -

Y con eso lo callo.
A pesar de ser una diosa arrogante y poderosa también era linda cuando lo deseaba, tal vez fue por su crianza por esa valkiria búho o su buena relación con sus hermanos, quien sabe pero agradecía eso de corazón.

Hela salió de la oficina con el deseo de sacar a pasear cementerio a su perro Garm y matar un rato a su caballo.

Ignel se quedó nuevamente solo en esa  enorme oficina mientras cumplía su trabajo, tenía experiencia en serviría otro, le sirvió a su madre, a un inmortal, a un par de reyes y a ellos.

Los recordaba a la perfección, su apellido, sus rostros y lo que hizo para tener el poder todo por ambición propia.
Mucha ambición, deseos de venganza y superioridad.

Cada uno de sus hermanos había heredado algo de su madre les guste o no.

Emerald heredó el orgullo y la vanidad

Korem heredó la codicia y la sumisión

Y el había heredado el desinterés y venganza

Eran más complejos, pero esos rasgos tenían muy marcados desde pequeños.
Aun recuerda cuando casi mata de un golpe a uno de sus hermanos, como castigo brutalmente a un mujer que se burlo de su hermano menor y como disfruto ver a su madre undida en la miseria por siglos.

Estaba enfermo pero al menos no como en ese momento.

Nunca se había enojado por completo por unos mortales, esa familia era especial.

La reyna fue por él al oír que podía ayudar a su hijo menor a sanar.

Aun conservaba su poder y lo que hacia solo eran ilusiones, mentiras que se tragaron y actuaciones que lo llevarían a la corona de un antiguo imperio ahora olvidado.

Khalid hundió la Atlantida, Lunia gobernó la tierra, Emerald se deshizo de la descendencia de Arturo, Korem gobernó el mar y el bueno Asesino a los Romanov y creo una guerra que duró bastante tiempo.

- la maldición de los Romanov... -

Susurro en lo bajo mientras tarareaba una hermosa melodía que llegó a escuchar en los pasillos de ese majestuoso palacio.

No recuerda el nombre de la canción, solo que era una caja musical que se había entregado a la hija más pequeña de la descendencia del Zar.

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En otro lado caminando en las frías calles nevadas de lo que fue el gran imperio ruso se encontraba una chica de cabellos rojos y enorme suéter viejo jugando en la nieve y haciendo más ameno su camino de regreso al orfanato.

- agh, agradecelo, agradecelo ¡Agh como me caga esa vieja! -

Bueno en realidad se encontraba quejándose mientras pateaba la nieve con furia.

- Ah .... bueno ya me calmo -

Se ajusto el sombrero y la enorme chamarra con huecos y parches en diferentes partes, olía a pescado y ya deseaba tener el dinero suficiente para comprar ropa decente.

Siguió su camino de regreso a casa mientras tarareaba una canción que siempre llegaba en su memoria.
No sabe porque, pero esa melodía siempre le daba calma y tranquilidad.

-..... Una vez en diciembre🎶 -

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Ejem .... solo quiero decir que..... nuevo personaje (?)

Ignel: apenas puedes con nosotros y deseas más?

Si ..... nunca son suficientes NUNCA

Bueno ¿Qué les parece?
¿Adivinaron la película en la que me base?

Bueno pero antes de despedirme solo quiero decir...... antes de que me regañes RebecaPudin72  ya tenia ese Drabble preparado por favor no me mates ni te enojes.....

En fin ahora si me voy
*se va antes de que algo pase*