Extra 1
Todo aquél que pasaba por los pasillos del centro médico del piso 40, pegaban pequeños brincos por la sorpresa al escuchar una ruidosa carcajada porvenir de una de las habitaciones VIP, en esa sonrisa se podía percibir intocables emociones y una de ellas era el sentirse feliz, aun impactado de todo lo que había sucedido en unas cuantas horas.
Al principio todo les parecía demasiado lento, que los segundos eran minutos y los minutos desesperadas horas, dando lo mejor de si para que todo saliera bien.
-A pesar de que se ven todos arrugaditos y su piel roja, se siguen viendo tan lindos como dos pequeños conejitos, recién nacidos. (Por no decir ratositos)-Expresó Seth, con su mirada inmensa en la bebé sostenida en sus brazos.
La pequeña había salido con su cabecita cubierta de cabello (peludita.) Se decían que los niños recién nacidos no se parecen a nadie, pero en está ocasión eso fue desmentido con el nacimiento de esto dos, amados bebés.
Esa adorable bebé se parecía un poco a Seth, pero muchísimo más Christian, y era posible que también tuviera su carácter, solo que con cabello azul negro, y lo con lo poco que lograba abrir sus ojitos hinchados, se podía observar que también saco el hermoso color morado, en sus ojos. Al igual que el de su papá, Christian.
Lo cual era muy diferente con el pequeño en los brazos de Christian, quién era la viva imagen de Seth, era como ver a un mini Seth en todos los aspectos, desde su color de cabello hasta la heterocromia de sus ojos (rojo y turquesa)
Cuando Christian lo sostuvo por primera vez se asombro por el parecido con el de su esposo, solo sonrió ampliamente mientras cariñosamente frotaba su mejilla sobre la carita del bebé.
Agradecido por todo, aunque él no lo dijera en voz alta tenía muchos deseos que los dos se parecieran a Seth, quería ver dos pequeñas copias de su amado, correr por todo los alrededores de su hogar, sin embargo sin esperarlo pero también desearlo le concedieron el deseo de que también llevarán algo de él.
-Aun no puedo creer que estás dos personas hayan salido de mí.-Sus ojos se cristalizan.
Fueron horas difíciles y hubo un momento en que creí que no lo iba a lograr, solo quería rendirme y dejar de sentirme tan adolorido. Se suponía que los dolores no debían de ser tan fuertes, para ese entonces no solo Seth estaba preocupado, todos lo estaban. Mi suegro se asustó porque ni él, había sufriendo tantos dolores como fue en mi caso.
-En...En serio...todo esto me sigue pareciendo un sueño, un sueño que quiero que sea eterno si es asi.-Apoya su cuerpo en el hombro de Seth, los demás los habían dejado un momento a solas.
Tanto Seth como Christian no podían creer lo que estaban viendo sus ojos, esas dos pequeñitas cosas en sus brazos se veían tan diminutas, tan frágiles que con el mas mínimo movimiento podrían terminar rompiéndose.
Ellos dos seguían un poco en shock tras estar casi nueve horas en labor de parto, hasta que no pudieron esperar mas y a Christian le tocó someterse a cesaría.
-Creerme cuando te digo que esto es cien por ciento real, tan real como nosotros cada vez que respiramos, mi Chris.-Beso la frente del joven cabello blanco.
Solo que aun me sigue temblando el cuerpo, asustado tras despertar y ver el estado en el cual se encontraba mi Chris. Ya nos habíamos preparado para cuando rompiera fuente, pero ninguna práctica se puede comparar cuando llega el momento y debes de vivirlo en carne propia.
Fue la segunda vez en mi vida que me sentí tan perdido, aterrorizado sin saber que hacer. Mis manos ni siquiera podían sostener nada porque no tenían fuerza, tenía miedo de que mi descontrol de mis emociones, fuerza, dañará a mi Chris.
Todo porque al principio creía que algo grave estába sucediendo, y es que cuando vi esos fluidos rojos deslizar por sus muslos, me dejó completamente helado y con mi corazón en la mano, en mi mente solo habían pensamientos negativos.
Mi corazón se aplastaba ante la idea de que podría perder a mi Chris, sin embargo a pesar de que yo, estaba en un caos, mi esposa con un tremendo puño en mi cara me hizo volver en sí...
Unas horas antes...
Sin poder controlarlo una presión impresionante se filtró por los poros de Seth, el cual en su mirada se podía observar un inmensurable miedo mientras veía sus manos cubiertas de sangre y entremedio de las piernas de un Christian, con la mirada toda empaña ante el infernal dolor en su columna.
-M-Mi Chris está sangrado.-A penas y logró articular esas palabras, Seth se encuentra tan perdido en este instante.
El despertar y ver a su Chris en es estado fue como ser bombardeado miles de veces, sin él poder pensar correctamente o de como esquivar esas bombas que lo están empezando a asfixiar.
-S-Seth...-Busca la manera de traer de vuelta a su esposo, de donde quiera que se haya ido su mente sumergida en un caos de negatividad.-Miel, comunicante con mis suegros. Diles que estamos yendo al centro médico.
‹Todo saldrá bien, estoy seguro que todo saldrá bien, sí.› Se repetía una y otra con la intención de que sus novios se calmen, o se esfumen.
<No sé preocupe, ya hice todo los preparativos para este momento.> No espera el emperador se pusiera en ese estado, su corazón palpita como un reloj midiendo el tiempo de una bomba a punto de hacer explosión. <La nave se encuentra allá fuera, seré yo quién me conecte al sistema y la pilote.
-Entiendo.
‹Joder como duele es como si mi columna estuviera siendo desgarrada desde adentro, triturando mis huesos a flor de piel. No creí que fuera así de infernal las contracciones, o, ¿estoy sufriendo de algo mal.› Christina trata de mantenerse lo mas tranquilo posible, no entrar en desesperación porque eso sería lo peor en su situación.
-¡Maldicion te estoy hablando!
Con sus últimas fuerza en sus brazos, Christian le metió un severo puñetazo en la cara a su amado que le dolió mas a él que a Seth.
-¡S-Sí!-Lo levantó en sus brazos.-Perdón...soy de lo peor.-No es momento de perderme en las emociones que se desbordan, tengo que mantener serenó, soy el único apoyó, faro de mi esposa en está situación.
Es precisamente en este momento que mi Chris, necesita sentirse seguro, protegido. Tengo que trasmitirle que todo estará bien, que los tres van a salir sanos y salvos para disfrutar nuestros días en plena felicidad.
Me tenía más que merecido ese golpe, debió de usar su habilidad también, es lo menos que tenía que sentir por perderme en la desesperación por unos segundos.
-No eres de lo peor, no te exprese de ti de esa manera.-Regaña.-Mi esposo es genial pero no significa que lo seas todo el tiempo.
Puedo sentir y escuchar los fuertes latidos de su corazón, se encuentra asustado, pero aun así me mira con esa mirada brillante llena de convicción. Solo me basta ver esa mirada para sentir a salvó, mi esposo está conmigo, eso ya es más que suficiente para sentirme feliz y protegido.
-Solo estás ansioso, preocupado pero confío siempre en ti. Eres mi fortaleza en los buenos y desesperados momentos-Apoya su oído cerca del corazón de Seth.-Eres mi esposo, si te desconcentras por un segundo estaré aquí, y te volveré en sí de un solo puñetazo.
-No estoy encontra de ninguno de tus métodos, cariño. Pero prefiero mejor unos besos.-Busca la manera de liberar la tensión, solo que es imposible.
-¡Aaagh!-Christian se aferra con fuerza de los brazos de Seth.
-No muerdas tus labios.-Ofrece su cuerpo.-Muerde tanto como quieras si eso te hace sentir menos de dolor.-Suplicó.-Ya sea mi hombro, pecho, no importa. Solo hazlo yo también quiero sentir tu dolor, no quiero que estes solo en esto.-Besa la frente de Christian.
<Pero emperador, usted ya está sintiendo el mismo dolor que está sintiendo su emperatriz.> Mi creador y emperador me pidió que le enviará a su cuerpo, tal cual se está sintiendo su esposa, sin minimizar tales contracciones.
-¡¿Qué?!-No entendía de todo lo que estaba hablando miel, quizás se debía a mi estado actual que a penas podia mantenerme con los ojos abiertos.
<Su esposo desde hace mucho tenía planeado encontrar una manera para experimentar tal cual las contracciones, que pasan por su cuerpo cada cierto tiempo. Y como ya sabe, su esposo logró su cometido.> Ambos están pasando por un momento verdaderamente infernal.
-¡Estás loco!-Golpea el pecho de Seth mientras suben a la nave.
-Sí, lo estoy. Completamente loco únicamente por ti, mi emperatriz.-Le indica a Miel que vaya más rápido.-Te lo dije en aquel entonces y te lo vuelvo a decir una vez mas, desde el momento en que decidimos tener un hijo, desde ese instante ambos quedaríamos embarazados así no llevara nada en mi estómago.-Besa una y otra vez la coronilla de Christian, cual no deja de transpirar.
No tardaron en llegar al centro médico, bajando de la nave y subiendo rápidamente al ascensor el cual podía ir a la velocidad que ellos eligieran ya que, miel se encarga manipular todo para que no haya obstáculos en su camino.
-No tenías que hacer algo como eso, ya tenías suficiente con las náuseas durante ese tiempo.-Sufrio mucho por ello.
Sabía que Seth esta loco, mi loco, sin embargo no esperaba algo como esto...hay una sensación en mi pecho que se desbordan tan abrumador que las contracciones y mis miedos ya no parecían tan aterradores y todo por este hombre.
Este hombre a pesar de tantos años él sigue haciéndome que pierda cabeza por él, enamorándome a tal grado que no estoy vivo por estar respirando, vivo porque mi esposo es mi oxígeno, vitalidad, mi todo.
-Mientras hayas disfrutado todos tus deseos, entonces valió cada segundo el pasar por ese malestar.-Su mirada se encuentra con la de su amado.-No voy a permitir que seas el único pasando por ese infernal dolor, no hiciste a nuestros bebés, solamente tú. Lo hicimos juntos, juntos compartiremos también está terrible e incómoda, contradicciones del demonio.
Seth a simple vista se podría ver tranquilo pero, si estás lo suficientemente cerca como se encuentra Christian, entonces te puedes dar cuenta de la mirada y expresión agotada en Seth. Cómo las venas en todo su cuerpo se tensa ante la presión ejercida por cada músculo tenso en el emperador.
-Es una verdaderamente lastimada que no haya podido lograrlo a tiempo el evitarte este sufrimiento.-Confesó con un tono de voz triste.-Ya estaba por descubrir como trasferir tu dolor a mi, sin tan solo...
-Ya basta.-Su mirada morada fija en Seth, era demasiado dulce.-Aun si hubieses encontrado una solución, no lo hubiera permitido puesto que quería sentir en carné y hueso lo que mi madre sintió al momento de darme a luz, también quería experimentar eso.-Sus dedos se fueran en las mejillas de Seth.-Te amo, en serio te amo tanto.
Es lo único que podía decir en este momento, dejándole saber lo agradecido y orgulloso que está de Seth. Que admita tanto como su esposo y buen gobernante que es.
-Amame y ahogarme con sus caricias.-Bajan del ascensor.-Te amo y me seguiré enamorado de ti todos lo días y seguirá siendo hacía para toda la eternidad.
-¡Ya están aquí!-Todos jaden nerviosos al verlos en esas canciones.
Runar se angustió por cada uno, desde que vio a Seth se dió cuenta que algo andaba mal en su hijo mayor. Conociéndolo tan bien no tardó en darse cuenta que estaba pasando, sintiéndose tan orgulloso de su pequeño Seth, lo bien que había crecido para convertirse en todo un hombre maravilloso.
Actualidad...
Fue así como todo resultó bien y las preocupaciones, pensamientos negativos de los dos esposos, no llegaron a suceder. Luego de entrar a la sala las contracciones eran infernal pero cuando Christian sostuvo la mano de Seth, todo dejaba de ser tan agotador. Seth era su vitalidad y esa mirada heterocromia fue en lo único donde puso toda su atención, mirándole en todo momento.
-Parase que nuestra pequeña Libi, tiene hambre.-Movia su boquita en busca de comida cerca del pecho de su padre.
El nombre de "Libi" tenía dos y muy bonitos diferentes significados, pero ambos padres primerizos optaron quedarse con el significado de; "mi corazón."
-El pequeño Aziz también tiene hambre por lo que veo.-Subio la comisa hacia arriba, mostrado sus glándulas mamarias.
"Aziz" es un nombre con muchos significados pero, Seth y Christian decidieron quedarse con; "Poderoso y amado." Es el significado que mas les gustó, lo que ellos pesaban y sentía por su pequeño Aziz.
No era común, o tal vez y hasta parecía tal vez simple, flojo, pero es el que mas les gustó a ellos, y a toda su familia, amigos.
-¿Por qué me miras con esos ojos de perrito regañado...?-Él lleva su mirada al lugar que Seth esta viendo en este preciso momento, y era nada menos que sus pechos.-¡Es en serio!-Se moría de la vergüenza.
-¿Qué?-Su mirada se encuentra con la de Christian.-Ya no podré disfrutar de tal manjar acusa de ellos.-Declaró seriamente con la mano en su corazón, llenó de pesar.
Christian solo le arrojó una almohada con toda su fuerza, no podía seguir escuchando las barbaridades de su esposo. Quién, terminó por subir a la camilla, abrazando por la espalda a Christian mientras le susurra al oído cuánto lo ama, dándole las gracias por darle su amor y dos maravillosos hijos. Que es el hombre mas afortunado del universo.
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