CAPITULO 6


CLARENCE



No podía dormir. Seguía en mi cama dando vueltas como estúpido pensando en Samadhi. Miré al reloj que tenía justo al lado de mi cama, el cual marcaba las cinco de la mañana. No acostumbro a levantarme a ésta hora. Pero el sueño se me había ido de lleno.

¿Y si era cierto lo que decía William? Nos hubiésemos ahorrado todo éste tiempo de sufrimiento. Pero... ¿Qué se supone le diré? "Oh Samadhi, fíjate que después de dos años he visto que no eras tú quien estaba con Brad".

¡Estúpido! Como si la perfeccionista me fuese a perdonar así nada más.

Caí en un sueño profundo, ya era sábado así que no me apresuraría a levantarme...

La alarma comenzó a sonar. Ésta vez dormí bien, sin sueños tormentosos en la oscuridad por Sam. A duras penas me levanté. Había programado la alarma a las once de la mañana. Pues según Lucas el día de hoy Christopher Ladera iría a su apartamento para arreglar unos pendientes. Lo peor de todo es que tenía que estar ahí presente.

El sonido del móvil me sacó del trance en el que me encontraba cuando salí de la ducha, para ver en la pantalla el número de William.

— Will — contesté.

Voy llegando a tu apartamento.

— Bien. — respondí seco. No me agradaban las visitas, a menos que fuese una persona en específico. Samadhi.

El departamento se ajustaba a mis necesidades. Todo en orden, como últimamente me gustaba. Aroma a limpio y mi estúpida perfección de ahora. Las puertas del ascensor se abrieron, entrando William al apartamento.

— ¿Y bien? — pregunté a Will. Me miró, enarcando una ceja.

— Bonita vista — articuló, dirigiéndose al ventanal. Por un momento me miró, pues aún llevaba puesta la toalla rodeando mis caderas. Me miró enarcando una ceja.

— ¿Envidia? — bufó y comenzó a reírse.

— Sabes, que bueno que no se puede abrir esa ventana, porque lo que estoy por contarte, hará que quieras tirarte desde éste piso.

Comenzaba a irritarme. Con William presente era fácil sentirme así.

— ¡Al grano Cooper! — exclamé. Dio un suspiro y comenzó hablar.

— Sabes, el día de ayer noté algo extraño al salir por la ventana de Samadhi — comenzó, y de inmediato llamó mi atención — Entonces... me puse a pensar que, con todas éstas pruebas escondidas por la policía, y los conocidos de Falco en algunas comisarías, llegué a la conclusión, que la muerte de Hanna, tuvo que ver con Sam.

¡Que mierda! Solté un bufido, ¿Cómo era eso posible? Si Hanna y Samadhi no se conocían en ese entonces. Lo miré incrédulo.

— ¿Por qué? Si ellas no se conoc...

— ¡Exacto! — exclamó — No lo hacían, no se conocían, pero... ¿Si alguien más conocía a las dos? — preguntó.

La cabeza me daba vueltas. Pensar en ello me ponía de mal humor. Quería saber que había sucedido, y porque ese día falló la motocicleta en la íbamos nosotros dos. Si el accidente fue provocado, ¿Quién lo provocó?

Me dirigí al ventanal, tratando de recordar esa noche...

"Estaba esperando a Hanna afuera de la casa de mi padre. Se le veía extraña y pensativa desde hace días. Sin embargo, no pude evitar preguntarle.

¿Qué te sucede? Últimamente estas actuando raro. Suspiró, y respondió.

¿Alguna vez te has sentido observado Clar? preguntó.

No en realidad, ¿Por qué Hanna? ¿Te sientes observada? pregunté.

Hanna solamente se limitó a negarlo, pero la duda me había dejado..."

Recordar a Hanna siempre seria doloroso para mí. Ella era mi persona favorita, mi hermana mayor. Y para ser honesto, siempre fue mi único apoyo desde que tenía cinco años. No podía evitar culparme cada determinado tiempo por su muerte. Pero los consejos de William para que lo evitara, me habían ayudado últimamente.

Lo pensé. Lo pensé por un momento y sin apenas darme cuenta, lo sabía.

— A la única persona en común que tienen ellas dos es...

— Brad. — respondió William.

¿Dónde mierda se encontraba Brad?

— Exacto. Brad es la única persona que tienen en común, la pregunta es ¿Dónde está Brad? ¿Por qué fingió que Samantha era Sam?...

— ¡Espera! ¿Qué? — interrumpí — ¿Qué mierda dices William?

— Lo que escuchas, Samantha era quien estaba ahí ese día. Yo iba llegando al apartamento de Brad cuando la vi salir de ahí.

— ¿Y no me lo habías dicho? — respondí tajante.

— ¡Discúlpame, hombre! Tú no querías escuchar a nadie, y después de que se fue Samadhi te largaste, así que no me culpes...

Le hice una seña, quería que se callara y no dijera nada más. No era emoción lo que se apoderó de mí. Si no, un profundo arrepentimiento. Nos hubiésemos ahorrado todo éste sufrimiento si tan solo yo hubiera escuchado, y si Samadhi no hubiera huido como lo hizo en el pasado.

— Tengo que hablar con ella — susurré, más para mí que para él.

— Deberías dejarla ser feliz Clar, con tus mierdas y tus liadas con Estephany, lo mejor es que te alejes de Samadhi ¿No crees?

Lo miré mal. Éste imbécil, ¿Quién se creía, mi padre? Ni siquiera él me decía con quién estar o con quien juntarme. Pero... ¿Por qué quiere a Samadhi sola, y sin nadie?

— ¿Quieres el camino libre, Cooper? — pregunté molesto. Pues la duda sobre ello llegó a mi mente en el momento justo. Dio un suspiro.

— La verdad es que... — se lo pensó por un momento y comenzó a reírse. — No.

¡Imbécil!

— Lárgate ya Will... — no paraba de burlarse claramente de mí.

— Hay que investigar donde está Brad, ¿No crees? — por supuesto que lo iba a investigar. Rachel no se me iba a escapar.

— Yo me encargo de ello. — respondí. Tenía que hacerlo, él era la única persona en común con ellas dos.

William se salió del apartamento, y ahora otra duda más se adentró. Christopher Ladera, él estaba en el funeral de Hanna. ¿Por qué conocía a mi hermana?


(***)


Después de la estúpida escena que hicimos en la recepción, y las dudas en mi mente rondando aún, miré a Sam con enfado. ¿Por qué hacía eso? ¿Por qué provocarme de ésta manera? Miles de preguntas me invadieron. Una de ellas, y la más importante era ¿Por qué Samadhi conoce a Christopher Ladera?

¡Quítale tus putas zarpas de encima! ¡Joder!

Quería llevármela de ahí, no la quería cerca de él. Por alguna extraña razón me enfadé. Si bien no debería preocuparme, pues Samadhi y yo no teníamos ya ninguna relación. Pero los celos y dudas permanecían ahí. Tenía que hacer algo para que Christopher la soltará de la mano, la dejara en paz y la dejara ir.

— Bien — carraspeé — Lucas está en el apartamento, Sara te puede llevar Christopher.

Si, buena decisión. Sara me miró de mala manera enarcando una ceja, sabía que le había molestado mi respuesta.

— Sí, yo te llevo al apartamento con Lucas — respondió Sara. Christopher la miró y después giró la mirada a Samadhi.

— Será otro día Christopher, ya sabes donde vivo, ahí estaré — le respondió sonriente. ¿Acaso le gustaba?

— El lunes — confirmó el imbécil — ¿A las siete te parece? — ¡Joder, lárgate de aquí, hombre!

— Me parece bien — contestó Samadhi, sonriéndole a él.

"Yo quiero esas sonrisas solo para mi cariño"

Christopher la soltó. No sin antes depositarle un beso en los nudillos. Después se dirigió caminando detrás de Sara. Musité un "Ahora voy", mientras Samadhi salía de la recepción. Como siempre, la seguí. No podía dejarla ir así de fácil. Caminé con ella hasta que llegó al estacionamiento.

— No te bastó con mi hermanastro, ¿Ahora también con mi socio Samadhi? — espeté molesto. No quería verla cerca de nadie más que no fuese yo. Era egoísta, lo sabía. Pero joder, aún la amaba y no la quería perder.

— Eres un imbécil — me insultó abriendo la puerta del coche, pero no dejé que entrara en él.

— ¿Por qué Sam? – la aprisioné, quería sentir su aliento otra vez.

Lo noté, noté el dije de una pequeña libélula de cristales amarillos colgando en su cuello. Mi corazón se aceleró y mi mente voló a ese día en el que se lo di. El día en el que me dijo, se había enamorado de mí. Lo tomé con mi mano izquierda, rosando ligeramente la piel desnuda de su pecho. Su respiración se agitó por el nerviosismo, y la mía se igualó. No podía odiarla, no quería hacerlo, solo quería amarla porque aun la tenía clavada adentro. Tragó con nerviosismo, mojando sus carnosos labios. La miré a los ojos y vi sobre el puente de su nariz las pecas que amaba tanto. Con la misma mano la tomé de la cintura, la acerqué a mí depositando un casto beso sobre su frente. Entonces lo recordé, recordé el tatuaje que se había hecho para mí en la piel. "¿Aún me amaba?" Me pregunté.

Un sinfín de emociones y sensaciones pasaron por mi mente, quería tenerla conmigo solamente. La tomé de la muñeca, esa en la cual permanecía el pequeño tatuaje, para después regarlo de castos besos.

— No era yo Clarence — susurró despacio con la respiración entrecortada sobre mi pecho — ¿Cuándo lo entenderás?

Jodida tortura.

No quería volver el tiempo atrás, yo solo quería estar con Sam. La tomé de la barbilla, mirándola a los ojos. Comencé a besar con ternura esas pecas que me volvían loco.

— Perdóname... — le susurraba, dejándole un reguero de besos sobre sus pecas.

No me contuve, besé su nariz, sus mejillas y todo su rostro, llegando a sus labios carnosos. Sentí su dulce sabor en mi boca nuevamente. La rodee con mis brazos la cintura, profundizando el beso que nos dábamos. No podía más con ésta tortura, amaba a Samadhi de una manera inevitable, y no quería dejarla estar con nadie más que no fuese yo. Pero nada era fácil, no con ella.

— Lo siento Clarence — musitó, recargando su frente con la mía, la respuesta que me daría, sería la definitiva — No es fácil, éstos dos años han sido dolorosos para mí, ¿Cómo piensas que la he pasado? Ni siquiera me buscaste...

— ¡Lo hice! — espeté con fuerza — Lo hice y ya no estabas, nadie quiso decirte a donde te habías ido — la tomé de las mejillas con ambas manos, éstas humedecidas por las lágrimas que había derramado — Perdóname amor — le decía despacio sobre sus labios — Perdóname Samadhi, solo te quiero a ti para sanar mi corazón...

No me había dado cuenta, pero un par de lágrimas recorrieron lentamente mis mejillas. ¿Estaba llorando?

— ¿Y el sufrimiento Clar? — espetó indignada – ¿Qué pasa con el jodido sufrimiento estos dos años? ¡Eh! — estaba cabreada, sus ojos eran de un rencor profundo. Pero no la solté, no la dejaría escapar otra vez.

— Lo hablaremos...

— ¿Ahora si quieres hablar Johnson? — me interrumpió — Yo no Clar, déjame en paz.

Se soltó a como pudo de mí. Comenzaba a desesperarme, y mi mente me jugó una mala pasada, pues había recordado que Christopher la estaría esperando en cualquier momento en su casa.

— ¡Tú no vas a ni un puto lugar Sam! — espeté molesto, tomándola de la muñeca. Dio un suspiro y me miró a los ojos.

— Lo siento Clarence, si quieres que lo nuestro continué, te tendrás que esforzar más.

Se soltó bruscamente y subió al coche. Ya era ganancia ¿No? Dijo que me esforzara más y es lo que haré. No era conformista, eso nunca había sido lo mío. Pero por ella me esforzaría el doble si fuese eso posible.

Dejé que se fuera. Pero no se me escaparía fácilmente. Así que en cualquier momento estaba dispuesto a ir por ella nuevamente.

Regresé al apartamento de Lucas, encontrándome con Sara en la recepción.

— ¿Qué pretendes Clarence? — preguntó Sara. Bombardeo de preguntas sarcásticas.

— No sé de qué hablas — pasé de ella siguiendo mi camino. Pero antes de adentrarme al ascensor, me detuvo.

— Deja a Samadhi en paz, ni siquiera le creíste cuando te dijo que no había sido ella quien se había acostado con Brad...

— ¡Eso no es de tú puta incumbencia Sara! — espeté molesto — Nadie me dijo donde se encontraba a pesar que les estuve insistiendo, así que ahora no vengas a decirme que la deje en paz. Porque no lo haré.

Oprimí el botón para que volviese a bajar el ascensor.

— No sabes lo que ha sufrido Clarence. Dime, ¿Sabías del asalto en casa de su padre? Si tanto la amas, deberías cuidarla. — Sus palabras me extrañaron. ¿Asalto? Tenía que investigar más sobre ello.

— Siempre lo haré Sara, así me quiera lejos de ella, siempre estaré ahí para protegerla. — Sara dio un suspiro, y después sonrió de medio lado.

— Me sorprende lo tercos que pueden llegar a ser tú y ella.

Dio media vuelta, alejándose del ascensor mientras yo me adentraba en él.

Ya en el piso veinte, me dispuse a caminar hacia el apartamento. Volví a mirar la puerta del frente antes de entrar al ahora hogar de Lucas. ¿Dónde estás Brad? No quería dudar de él. Pero si estaba detrás de la muerte de Hanna...

— Bonito edificio — musitó Christopher, admirando el pasillo, admirando el lugar y su alrededor.

"Johnson Constructions" tiene un buen equipo — respondí. No iba a desacreditar a mi padre por ello.

Me adentré al apartamento, con Ladera siguiéndome el paso. Algo no me agradaba en él. ¿Cómo conocía a Samadhi? ¿Por qué conocía a Hanna? Miles de preguntas divagaban en mi mente, pues el tenerlo en frente avivaba el querer saber más sobre cómo se conocían ellos tres.

— ¿De dónde conoces a Sam? — no pude evitar preguntar. Lucas me miró mal. Como si quisiera oponerse a su respuesta y a mi pregunta.

Me senté sobre el sofá, mirándolo detenidamente, esperando su respuesta. Éste esbozó una sonrisa.

— La perfecta Samadhi — ¡Imbécil! ¿La conocía tan bien como yo? — Salí con ella hace algunos años. Y ahora que la he vuelto a ver, me ha cautivado — ¡Joder! — Es guapa, ¿No crees?

Esbozó una sonrisa de satisfacción, como si en verdad le agradara el haberse encontrado de nuevo con Sam. Los celos no tardaron en aparecer. La tenía que recuperar. Apreté mis nudillos en un puño. ¿Lo hacía para molestar? ¿Se había dado cuenta de lo protector que podría llegar a ser con Sam?

— Hermosa. — confirmé.

Y vaya que lo era. Pero no me dejaría. Samadhi solamente sería mía.




¡Perfeccionistas!

¿Les ha gustado?

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