CAPITULO 22

SAMADHI



El agua estaba helada, pero el calor que comenzaba a emanar a nuestro alrededor, podía más que cualquier otra cosa que estuviese haciendo.

Tomé de la mano a Clar cuando se paró frente a mí, todo para que nos dirigiéramos al agua junto con su tabla de surf. Ver como se metía entre las olas hace un rato, lo hacía lucir demasiado sexy. Eso sin contar que Samantha se lo comía cada que podía con la mirada.

La odiaba, odiaba el hecho que estuviera ella aquí, y yo no suelo odiar a nadie claro, pero ella era solo una excepción.

La verdad no quería surfear, ni siquiera sabía cómo hacerlo, solamente quería pasar un rato a solas con Clar.

Recuerdo la infinidad de veces que estuvimos en el mar mis padres y yo, ahora solo quedaba yo en esa casa, mi madre dedicándose a la suyo y mi padre trabajando y viviendo con su nueva novia al otro lado de la ciudad. Al principio se tornó difícil. Pero con el tiempo todo pasó. Me convertí en una persona más madura de la noche a la mañana gracias a que ahora siempre me encontraba sola, y pensando en el futuro que me esperaba. Me consideraba un desastre, pero gracias al cielo cambié esos malos hábitos para valerme ahora por mí misma, el sacar buenas notas, y graduarme con honores en el instituto era una de ella, pues mi perfeccionista interior era lo que más quería que luciera.

Desafortunadamente mi madre es exactamente igual que yo, por ella fue que heredé la perfección.

Yo no quería terminar igual que mis padres: peleas, mi padre llegando borracho a altas horas de la noche gritándole a mi madre, mi madre saliendo con sus amigas igual de despechadas que ellas... ¡NO! Eso no era vida para ellos dos. Esperaba que para mí fuese completamente diferente.

Nos adentramos al mar, y me senté sobre la tabla de surf.

— Ven, sube tú también — le dije a Clar. Pero él no subió.

— Creí que querías surfear — respondió.

— No, solo quería sacarte de la vista de Samantha — articulé sonriente. Clar se quedó pensando por un rato, sin decir nada —. ¿Qué pasa? — le pregunté. Me picaba la curiosidad por saber que era lo que pensaba.

— Nada, Brad ya no está con Sony, ¿Sabías eso? — me preguntó, haciendo su gesto con una de sus cejas.

Claro que lo sabía, Sony me había llamado infinidad de veces ayer, pero yo no le respondí ninguna. Di un suspiro.

— Si, Sony me estuvo llamando y mandando infinidad de mensajes ayer después de que te fuiste — le hice saber —. Me siento culpable, no debí haber hecho eso, ahora solamente me arrepiento.

¡Dios! Sí que me arrepentía, Sony aún era mi mejor amiga. Pero no podía responder a su llamado y mirarla a los ojos sabiendo lo que había hecho con Brad, eso era traición, traición a la perfección. Porque después de todos los valores que yo misma trabajé por mucho tiempo para ser una buena persona, los he destruido gracias a los malditos celos que ahora tenía hacia Clar.

— En algún momento se tiene que enterar Samadhi, y si dices que es tu amiga, eres tú quien se lo tiene que decir — con una media sonrisa me respondió —. Sólo espero no se vuelva a repetir — su mirada cambió, sus ojos se oscurecieron y de un jalón me bajó de la tabla de surf. Hizo que le rodeara la cintura con mis piernas, para después rodearle el cuello con mis brazos —. No te quiero cerca de él, ni de ningún otro hombre que no sea yo — comenzaba agitarse mi respiración, igualando a la suya.

No lo pude evitar, su cercanía hacia mí y sus carnosos labios, hicieron que lo primero que pasara por mi mente fueran las palabras; "bésame, bésame que me enciendes Clar".

Deseaba a Clar cada vez que se encontraba cerca de mí. Yo al igual que él, lo quería solo para mí. Pero eso no era bueno, no era normal ésta situación ¿Qué éramos? ¿Qué tipo de relación mantendríamos a partir de hoy? ¿Él querría ser mi novio? ¿Él querría algo más de esta extraña relación entre nosotros?

¡Maldita situación!

Nos acercamos tanto, que comenzamos a besarnos. Sentir sus salados labios gracias al agua de mar, me fascinaba. Y un millón de sensaciones se apoderaron de mi cuerpo por completo. Ya no solo eran los insectos haciendo una rueda y bailando en mi estómago. No, era algo más, un sentimiento más profundo que solo mariposas en el estómago.

No teníamos mucho de conocernos mutuamente, y ya le había entregado mi virginidad. Sin embargo después del beso con Brad, y saber que ya no está con Sony más, hace confundir mis sentimientos hacia Clar.

¡Dios mío! Me siento tan confundida. Los pensamientos me dan mil y un vueltas cada vez que pienso en Brad y Clar.

«Ya traicionaste a tú amiga besándote con su novio Brad, ¡qué más da! También le gustas a él...» ¡Dios mío! Pero que pensamiento tan traicionero. Gracias al cielo ya no me sentía lo suficientemente atraída por Brad.

Separé nuestros labios del cálido beso, pensando en hacer una pregunta que había estado rondando por mi mente desde el día en el que fui completamente suya.

— Clar — lo mire a los ojos, dispuesta a preguntar. Pues dejar las cosas en claro desde un principio es mejor que dejarlas para después. Su mirada se intensificó, de alguna manera sabía muy bien lo que estaba por preguntar —. ¿Que somos?

¡Bien, lo hice!

Su reacción no fue la que esperaba. Me soltó de las caderas y se fue nadando a la tabla de surf. Me sentía confundida, ¿yo quería estar en una relación después de la experiencia de mis padres? Tenía muy malas referencias con respecto a las relaciones o al amor, y esto hacia querer no estar en ninguna. Pero, ¿ser solo el rato de alguien? No, no, no señor. Eso sí que no.

— No lo sé Sam — espetó. Mi pregunta no le agradó.

Los dos nadamos a la superficie, saliendo del mar y llegando a la pastosa arena. Clar tomó asiento ahí mismo, para después imitarlo yo.

— ¿No sabes? O... ¿no quieres saber? — insistí, tal vez él estaba igual de confundido que yo.

Se encontraba mirando al mar, en como las olas chocaban una con otra. Su perfil era sensacional, nariz respingona, labios gruesos y carnosos, mandíbula un tanto cuadrada, piel bronceada y unos hermosos ojos color azul oscuro.

¡Joder! Es hermoso...

— No soy del tipo que mantiene relaciones Samadhi, y la verdad es que tampoco sé si quiero mantener una en éste momento — me explicó.

Una ligera presión en mi pecho se intensificó. Sus palabras, a pesar de ser las más esperadas, de cierto modo me lastimaban. Trague duro. Yo tampoco sabía si quería mantener una relación con Clar, o con quien sea. Así que lo mejor que pude hacer, fue cambiar de tema.

— Bien — carraspeé —. El viernes organizaran una fiesta de graduación en el instituto ¿quieres ser mi acompañante? — lo invité. Estaba algo nerviosa por su respuesta en realidad. Me miró a los ojos, y dubitativo me respondió.

— Sí, claro que quiero — me regaló una de sus media sonrisas —. ¿Es de traje?

— Si tú quieres, si — le respondí.

¿Clar en traje? Dios, no me lo podía perder.

— ¡Vayamos a comer! — nos gritó Lucas desde lejos.

Nos levantamos, y tomados de la mano caminamos hacia donde estaban todos ellos.

(***)


Después de por lo menos una hora y media, llegamos todos al departamento de Clar. El chico llamado Samuel se encontraba ahí.

— Hola primor — saludó Samuel, siempre me llamaba primor cada vez que me veía.

— Alto ahí Samuel, sabes que a ella no le puedes decir así — le respondió Clar por mí. Sólo sonreí ante su reacción y Samuel se rió.

La comida llegó, no sabía que habían pedido todos, así que solo me limite a esperar a ver qué era lo que me comería.

— Toma — Clarence me estrechó una cajita de lo que parecía ser mi comida favorita —. Sushi, tú preferido.

Le sonreí, no esperaba que se acordara cual era mi comida favorita, pues yo no sabía cuál era la comida favorita de él.

— ¿Cuál es tu comida favorita? — le pregunté. Pero antes de que Clarence respondiera, alguien más se le adelantó:

— La lasaña — contestó Samantha.

Que mujer tan desagradable. Clar solamente asintió, mientras Samantha regresaba al sofá.

— Yo se prepararla — le hice saber. La verdad es que solo una vez la había cocinado, y fue un rotundo desastre. Pero nada mejor que volver a intentarlo ¿Qué no?

Clar esbozó una sonrisa.

— Entonces nuestra próxima salida será ir a tu casa por lasaña — se acercó un poco más a mí, tomándome de la cintura. Estaba sentada en uno de los bancos de isla que se encontraba en la cocina. Me dio un casto beso en los labios, y después seguimos comiendo y hablando de trivialidades.

— ¡Par de tortolitos! — exclamó Leo. Todos nos voltearon a ver.

Sentí mis mejillas arder, estaba claro que la situación me apenaba demasiado.

— Cállate Leo, Samadhi y yo no estamos saliendo.

Y ahí estaba de nuevo, aquel pinchazo en el pecho. No dije nada, solo me limité a mirar hacia donde se encontraba Sara. Su expresión fue de desagrado, y Sara no se quedó callada.

— Menos mal, ¿no crees Samadhi? Eso nos da más libertad — esbocé una sonrisa a su respuesta. Sara me estaba sacando de este embrollo de emociones.

— ¿Libertad de qué? — preguntó Clar.

— Libertad de explorar Clar, ya sabes, amores de verdad. Y ¿Por qué no? Sexo casual — le respondió la castaña elevando ligeramente una de sus cejas.

Me reí ante su respuesta mientras Clar me miraba de reojo. A Sara le comenzaba a gustar molestar a Clar. Lucas se rió de su comentario, y éste le siguió la corriente a la castaña.

— Eso que ni que, hasta podríamos salir nosotros cuatro ¿no crees? — le dijo volteando con Sara.

— ¿Cuatro? — pregunté.

— Si; Sara, William, tú y yo — La respuesta de Lucas fue un poema para mí, sabía lo mucho que Clarence odiaba a Will.

Clarence me apretó tan fuerte de la cintura con una de sus manos, que por un momento sentí me dejaría un moratón o algo. Le hice un gesto de desagrado, y después me soltó, tomando nuevamente asiento en uno de los bancos.

— Como quieran — respondió Clar, restándole importancia.

¿Por qué mierda se enojaba? Si él mismo ha dicho que no somos absolutamente nada.

La puerta de la entrada se abrió de la nada, entrando en ella Brad y William. ¡Hablando del rey de roma!

— ¡Hola mundo! — exclamaron William y Brad. En sus manos cargaban una hielera donde seguramente había cerveza.

Lucas, Gerard y Leonard se acercaron a saludar. Samantha me comía con la mirada y Clarence no perdió oportunidad para volver acercarse a mí.

— No quiero que te acerques a él — me dijo al oído.

Me recorrió un tremendo escalofrío, se me erizaron todos los bellos de mi piel hasta las puntas.

— No prometo nada Clar — escupí las palabras, no quería pero solas salieron como si nada —. Tal vez Sara tenga razón, eso de la libertad puede ser diversión — volvió apretarme de la cintura, acercándome más hacia él.

— No me provoques Samadhi — masculló cerca de mis labios, con su ahora ronca y fuerte voz.

Y ahí estaba nuevamente, ese jodido revoloteo.

— Hola Sam — se acercó Brad a saludar.

— Esfúmate Brad — espetó Clar molesto.

— ¡Oh vamos hermano!, sólo estoy saludando a mi amiga Sam.

— Hola Brad — le respondí desinteresadamente.

— Ya saludaste, ahora lárgate — proseguía Clar. Brad solamente se limitó a sonreír.

Me quedé en blanco, quería decirle a Clar que yo misma podía deshacerme de Brad, pero como siempre las palabras al estar cerca de Brad y Clar, no me salían como acostumbraba. Y vaya que yo siempre hablaba y nunca me callaba.

— Juguemos a un juego — Samantha se paró en medio de la estancia donde yacían los sofá, quedando justo al lado de la pequeña mesa central en color negra de mármol.

— Querida, nada mas no nos vayas a salir con la botella de los retos — musitó Leo, burlándose por supuesto.

No me había percatado, que en el lugar ahora había dos chicas más, una pelirroja muy guapa y esbelta, y al parecer su gemela pero con cabellera negra. Posiblemente amigas de Samantha o de Brad. Ambas lucían el mismo atuendo, jeans tipo short con la parte de arriba de un traje de baño color azul.

— No me lo arruines Leo, éste juego será divertido. ¡Vamos! ¿Quién quiere jugar? — preguntaba Samantha entusiasmada.

— Yo me apunto — Brad fue el primero. ¡Claro! Ya se me hacía raro que no.

Lucas fue el segundo, Leonard y Stephan le siguieron, para después sumársele Sara y William.

— ¿Y ustedes, par de tortolitos? — preguntaba Leo.

— Son chorradas para niñatos de primaria — respondió Clar sin darle importancia.

— Yo me apunto — ¡Mierda! No había tomado ni una sola pizca de alcohol, y ya había abierto mi bocaza para participar.

La mirada asesina de Clar era un poema, no estaba de acuerdo que yo haya querido participar.

— Bien, yo también juego.

La sonrisa de Samantha se intensificó justo al momento en el que Clar dijo que él también participaba. No era estúpida, ya estaba dentro, y Samantha seguramente tramaba algo que no era para nada bueno.

— Bien, el juego se llama:"Yo nunca, nunca" — comenzó a decir. Sé que el juego existe gracias a Sony y sus experiencias a la hora de jugarlo.

Repartió tragos por toda la mesa. Clarence se sentó a lado de Lucas en una esquina superior izquiera a la de Samantha, junto con Leonard y Stephan. Frente a mí, se encontraba Brad y William, y junto a mi lado, Sara. Samantha por ser anfitriona del juego estaba del lado superior derecho. Colocó una botella sola en el centro, y los tragos a nuestro alrededor.

— Bien, todos después de decir su cochinada tomarán un trago — continuó —. Quien no responda al "Yo nunca, nunca" girará la botella de nuevo y a la persona que le toque le dará un beso — abrí mis ojos tanto que sentía saldrían de sus órbitas. Eso sí que no me lo esperaba —. Giraré la botella, la boca de la misma será la principal. Así que atentos chicos.

Sabía que el juego consistía en decir "Yo nunca, nunca" con una verdad detrás de aquella frase.

Comenzaba a ponerme nerviosa, ¿Qué mierda diría yo? «¿Yo nunca, nunca he sacado malas notas"?» Eso sí que era patético, comenzaba a ya no gustarme más este estúpido juego.

Samatha giró la botella, estaba daba vueltas como loca, mientras yo pedía al cielo que no cayera conmigo. Y me respondió.

¡Gracias Dios!

La botella cayó con Lucas, éste respondió:

— ¡Yo nunca, nunca he tenido sexo en un baño público! — todos lo miramos con una pizca de desagrado. ¿Enserio Lucas? ¿En un baño público? Todos comenzaron a reírse, y Lucas sin pensarlo dio el primer trago.

Samantha volvió a girar la botella, y yo seguía pidiendo lo mismo, que no cayera conmigo. Para mi fortuna, la botella cayó con Sara. Ella sonrió, y después habló:

— ¡Yo nunca, nunca he grabado un sex video en la universidad! — todos en el lugar al parecer sabían la historia de Sara, pues la mayoría comenzó a reír junto con ella al momento de tomarse el amargo trago.

Definitivamente Sara era una buena chica, no se dejaba destrozar tan fácilmente después del desagradable momento en el que hicieron viral su vídeo. Eso definitivamente me gustaba de ella, jamás dejarse derrumbar por lo que digan y hablen los demás.

Volvieron a girar la botella, y mi corazón palpitaba tantas veces como si fuese a salirse de su lugar. Agradecí internamente cuando la botella cayó en Samantha. Ella esbozó una enorme sonrisa.

— ¡Yo nunca, nunca he tenido sexo en una casa cerca de la playa!

Me quedé petrificada, miré a Clarence, quien solo se limitó a mirar justo a otro lado cerca de la entrada. ¿Qué esperaba? ¿Que yo fuera la primera a quien se tiraba en esa casa junto a la playa? Traté de hacer memoria, y rebuscar en ella para darme cuenta si Clarence dijo que no había llevado a nadie justo en esa casa. Di un suspiro.

Giraron la botella, y Brad siguió:

— Yo nunca, nunca engañé a mi ex novia con su mejor amiga — ¡Mierda!

Brad se tomó el trago, y todos después me miraron, nadie dijo nada, todos guardaron silencio después de eso. Un incómodo silencio. Sara me tomo del brazo, sabia a la perfección que no me esperaba eso para nada. Después de todo, yo misma me había puesto la soga al cuello.

— Vaya juego interesante — musitó Stephan hacia Leo.

Miré a Clarence, quien me comía con la mirada, como si estuviese diciendo: "¿Para esto querías jugar?".

Tragué en seco cuando giraron la botella y cayó justo conmigo. El nerviosismo se apoderó de mí, yo no sabía que mierda decir, no había tenido tantas experiencias como todos los presentes en este momento.

— Te recuerdo Samadhi, si no respondes debes de girar tú misma la botella — escuchaba decir a Samantha. Pero para mí mala suerte, a mi mente no vino nada —. ¡Bien! ¿A quién le dará un beso nuestra querida Sam?

Todos comenzaron a reír, todos, menos Sara quien me miraba, y por supuesto, Clar.

— ¡Brad! — exclamó Lucas riendo cuando la boca de la botella cayó en su posición.

— ¡Vamos, ve a recibir tu premio Sam! — Samantha no se callaba para nada.

Ya no podía echarme para atrás, ¿O sí? No, ya no, a final de cuentas solo era un casto beso el que le iba a dar.

Me paré de mi lugar, y por nada del mundo quise mirar a Clar. Brad, quien estaba en frente de mí, se acercó más, y lo siguiente que hizo fue darme un casto beso en la punta de la nariz, como solía hacerlo. Lo miré a los ojos, esbozando una sonrisa a dicha acción. Después de eso, cada uno de nosotros se sentó.

— ¡Eso es trampa! — exclamó William, mientras yo entrecerraba mis ojos, lanzándole una mirada asesina.

Una vez más giraron la botella, y ahora cayó en Clar. Lo miré fijamente, esperando a que dijese alguna experiencia que haya tenido. Pero lo que menos esperaba, era su inoportuna respuesta:

— Yo nunca, nunca le he quitado la virginidad a Sam.

Se tomó por completo el trago  que tenía en su mano, y después de su respuesta, todos me miraron.

Sentí como si un cristal se rompiese dentro de mí. Pero no era eso, era mi corazón, igual de frágil y delicado a uno, hecho pedazos. Recogí las partes buenas que aun quedaban de él y nadie, absolutamente nadie se rió de mí. Ni siquiera Samantha lo hizo.

— ¡Eso no se cuenta Clar! — espetó una molesta Sara.

Lo siguiente que hice fue pararme de mi lugar y dirigirme a la entrada, con Sara siguiéndome la espalda. Nos dirigíamos al ascensor, cuando Lucas nos habló:

— Yo las llevo a casa — dijo, a lo cual asentimos las dos.

William venia atrás de él, por lo tanto también nos acompañó.

Ya en el coche de Lucas, el silencio era sepulcral. Ninguno de los cuatro decía o mencionaba nada de lo ocurrido hace apenas un momento en el departamento de Clar.

— Siento tanto lo que dijo mi amigo — se disculpaba Lucas por él —. Él no es así Samadhi, de verdad que no...

— No lo defiendas Lucas — una Sara molesta apareció a escena, interrumpiéndolo. Al parecer ellos dos se habían llevado bien. Lo cual me alegraba.

— ¡No lo defiendo! Solo digo que...

— Que Clarence puede llegar a ser demasiado estúpido — respondió Will, quien estaba a lado de mí.

— Tranquilos, lo hecho, hecho está, ninguno de nosotros puede volver el tiempo atrás. Lo único que queda es olvidar y ya. Además, no mencionó nada que no fuese verdad — respondí, quitándole la importancia que en realidad era para mí.

Llegamos a mi casa primero, lo único que quería era estar a solas en este momento.

— ¿Segura no quieres que me quede? — preguntó Sara, a lo cual me negué.

— ¿Vas a estar bien? — preguntaban Lucas y Will, a lo que después asentí.

— Estaré bien, no es para tanto — musité con una leve sonrisa en mis labios.

Bajé del coche y me dirigí a la entrada de mi casa, saqué las llaves para abrirla, y solo les dije adiós con la mirada.

No quería derrumbarme, no podía hacerlo. No quería aceptar el hecho que me estaba enamorando lentamente de Clarence, y menos aceptar que él no quiere ninguna relación conmigo.

Me recosté en el sofá favorito de mi madre, quien otra vez no se encontraba en casa. El estar sola me ayudaba a calmar mi mente que no se encontraba del todo clara.

Después, sentí una profunda mirada proveniente del patio trasero donde se encontraba la alberca. Temerosa miré hacia la puerta trasera de cristal, para verlo a él...

Me paré del sofá, mientras Clar abría la puerta de vidrio.

— ¿Qué haces aquí, como mierda entr... — dejé la frase a medias, porque Clarence Johnson ya había estampado sus labios con los míos.

Sentir su ligero sabor a whisky en los labios, me hacia sentir fuera de este mundo, como si una burbuja nos atrapara solamente a nosotros... Clar profundizó el beso, beso que no pude detener. Le rodeé el cuello, pues no quería separarme para nada de él. Me tomó de la cintura, juntando su cuerpo con el mío, para poder sentir a su despierto y travieso amigo.

— Perdóname, por favor — juntando su frente con la mía, susurró en mis labios.

No podía perdonarle ¿o sí? De cierta manera había roto eso que los dos teníamos juntos. No quería acceder a su perdón, pero verlo aquí, justo frente a mí, me hizo cambiar de opinión.

Lamí mi labio inferior, estaba deseosa por volver a besarlo. Y lo hice. Volví a olvidar lo que nos estábamos haciendo, jugando uno con el otro. Como si ésto fuese un jodido juego.

— Intentémoslo — susurró con la voz entrecortada.

Lo miré a los ojos, extrañada por su petición.

— ¿Qué pasó con el: "No soy del tipo que mantiene relaciones"? — respondí con sarcasmo y diversión al mismo tiempo. Esbozó una media sonrisa.

— Cállate Samadhi — respondió. No pude evitar reír — Veremos qué pasa, ¿bien?

Asentí. Traté de ocultar la felicidad que me invadió, gracias a la petición de Clar.

Volvimos a besarnos, mientras Clar me tumbaba de espaldas en aquel sofá blanco. Besó mi cuello, mis labios, hasta llegar más allá. Está noche Clar y Sam, no dormirán...









♥ Siento una emoción, porque AHORA SI estarán juntos CLAR&SAM ♥

¿Que les ha parecido este capítulo? Los leo 👀👀

¡GRACIAS, LOS AMO!

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top