CAPITULO 20



SAMADHI



La sensación que sentía en mi interior quemaba, quemaba duro. El único sentimiento que salía de mí, era el de arrepentimiento.

Cuando Clarence me llevo a casa hoy en la mañana, después de irse, me encontré con mis padres en la cochera. El regalo que me tenían no era cualquiera, era un BMW deportivo en color blanco de años atrás. Esto gracias al estar por graduarme con honores en el instituto, pero más por el hecho de que pronto entraría a la universidad el campus, habíamos decidido que lo mejor era trasladarme en coche, ya que estaba a por lo menos una hora de distancia.

Todo el día estuve repasando por mi mente las miles de sensaciones que sentí al haber estado con Clar. No había planeado perder la virginidad con él y mucho menos en aquel lugar. Sin embargo, todo ese gesto me pareció tan... romántico. Algo inexplicable e inolvidable, imposible de olvidar para mí en realidad. Pues a pesar de no saber aún que tipo de relación tendríamos, me había hecho sentir especial.

La pregunta contante en mi mente ahora era: ¿Qué soy yo para Clar?

Cuando recibí el mensaje que me había mandado, el cual respondí descaradamente, la idea que paso por mi mente fue ir directo a su apartamento. Darle la sorpresa de mi nuevo coche, y si era posible ir a cenar o ir por un helado antes de la fiesta de Sony. Sin embargo, todo eso se derrumbó.

Cuando llegué al estacionamiento, vi a Leo y Lucas de lejos marchándose, sin Clar, por supuesto. Mi emoción creció conforme iba llegando hasta su apartamento.

Hola señor John — saludé.

Hola señorita Sam — respondió.

Los insectos revoloteando, sentía que estaban a punto de salirse desde el estómago hasta mi boca. Algo asqueroso de articular.

Al llegar al piso de Clar y caminar hasta la puerta, ésta se encontraba abierta. Un ruido extraño se coló por mi oído y lo siguiente que hice fue entrar en silencio y a hurtadillas, para evitar a mis botas de cuero sonar. Quería darle una sorpresa a Clar.

Lo que no esperaba era ver la escena de lo que podría ser sexo en el sofá de Clarence. Ella se encontraba encima de él, mientras Clar la sostenía de la cintura, los dos disfrutando uno del otro, tal y como lo habíamos hecho un día antes...


(***)



Quería que me tragara la Tierra, y me escupiera en China o Japón. Quería volar a la luna o subirme a un avión. Quería hacer tantas cosas para desaparecer de aquí. Puesto que Clarence, se había burlado de mí.

Después del beso que le planté a Brad, me di cuenta que sus besos no lo eran todo para mí. Que todo este tiempo perdido pensando en algo con él, ¡Era completamente estúpido!

Ver la mirada de lo que podría ser celos en Clar, me hizo reflexionar y ver mi error. Pero nada de esto mejoró cuando Brad nos siguió, para después colarse en mi coche. Y aquí lo tenía, justo sentado en el lado del copiloto.

El ambiente a nuestro alrededor era tenso y pesado. No sabía a donde ir, así que decidí ir a dejar a Brad hasta su casa, gracias a lo tomado y herido que se encontraba.

— Lo siento Brad — me disculpé mientras iba mirando a la carretera —. No era como tenía pensado acabara la noche — le hice saber —. Pediste mi ayuda para que tú y Sony arreglaran sus diferencias y yo hice todo lo contrario.

No decía nada. Mire de reojo a Brad, y éste tenía los ojos cerrados, mientras que con su camisa blanca detenía el sangrado de la golpiza que le había brindado Clar. Por un momento me sentí culpable ante tal situación. Yo era la culpable de que estuviera en ese estado. Pues si no lo hubiese besado, Clarence no lo hubiera golpeado.

— Sabes, fue un buen beso — articuló Brad.

— Creo que el golpe te afectó la cabeza, ¿no crees? — confirmé.

— Tal vez si, tal vez no. — Brad seguía con los ojos cerrados. Su voz solía ser gruesa, algo muy atractivo en él.

— Bien, ¡llegamos! — estaba ansiosa por que bajara del coche, quería irme a no sé dónde y olvidarme por un rato de lo que había hecho.

— ¿No quieres pasar? — preguntó Brad.

Lo pensé por un momento, ¿sería buena idea pasar a casa de Brad?

Negué, aunque me picaba la curiosidad por entrar.

— Mejor dime, ¿Qué pasó entre Sony y tú? ¿No le diste el brazalete? — pregunté, para cambiar el tema de conversación.

— Se lo di, pero gracias a que me le quede mirando a una chica, Sony se molestó. Me dió una bofetada y se fue de ahí.

— Brad, no digo que sea malo, pero tampoco que sea bueno el mirar a una chica cuando se está con tú novia — respondí.

— Si, tampoco es bueno besarse con su mejor amiga — ¡Rayos! Ahora yo sentí el puñetazo en mi rostro, o la caída de un balde con agua fría —. Si lo que querías era hacer enojar a Clar, créeme, lo conseguiste.

— Esa no era mi intención, más bien quería probarle algo.

— ¿Qué Samadhi? — preguntó acercándose más a mí — ¿Querías probarle que estas enamorada de mí? — ¡¿Pero que mierda?! Por supuesto que no — Sabes... tal vez siempre lo he sabido... — susurraba Brad cerca de mi rostro. Tragué, pues su cercanía era extraña, y algo tenebrosa — Tal vez yo también siempre estuve enamorado de ti Sam.

Giré mi rostro hacia la ventana, y Brad se enderezo en el asiento. Su confesión no cambiaba nada para mí. No sabía si creerle o no. Él era el novio de mi mejor amiga.

— Dudo mucho que lo hayas estado Brad — dije sincera.

— Sabes, la primera vez que salí con Sony, fue ella quien arregló nuestra cita Sam, no yo. Ella fue quien me invitó a mí, y no al revés como siempre lo cuenta.

— Ella dijo que...

— Sí, siempre de manipuladora y mentirosa. Lo se, pero no fue así, Sony siempre supo desde un principio que yo estaba enamorado de ti, desde el día en que te conocí — ¡¿Pero qué diablos está diciendo?! Definitivamente, ya le está afectando el golpe a Brad. ¡Dios!  —. Todo cambió cuando Christopher apareció y los dos comenzaron a salir, es por eso que decidí hacerme a un lado.

Estaba confundida, ¿De verdad Sony haría eso? Ella siempre había sabido de mis sentimientos hacia Brad cuando regresó de Londres. Por Dios ¡Ella misma me presento a Christopher!

Apoyé mi cabeza en el volante del coche, me sentía confundida y horriblemente herida, pues le había entregado mi virginidad a un tipo que seguramente no quería algo más conmigo. Mis pensamientos volaban por todos lados, tal vez debí esperar la explicación de Clar, pero algo dentro de mí me lo impedía. Será ¿mi orgullo quizás? A veces ser demasiado orgullosa arruina las relaciones o las amistades por no querer arreglar las cosas.

— Deberías entrar y curarte esa herida — Brad seguía mirándome de forma extraña.

— Sabes, eres realmente hermosa — dijo, para después depositar un beso en mi nariz, un gesto habitual en él —. Me alegra saber que no tengas nada con Clar. Porque tú me gustas a mi Sam.

Brad bajó del coche, sin apenas dejar a que yo le respondiera. Esperé a que se metiera sano y salvo, puesto que estaba completamente ebrio y tambaleando.

La culpa había tardado en aparecer, pues con tres tragos horribles en mi sistema, y la adrenalina de besar a Brad enfrente de Clar, la culpa no se había asomado ni por la ventana. Y el sentimiento ahora era lo que me cruzaba. Tardé unos minutos más en sopesar lo que había ocurrido en esa habitación, yo no quería estar con Brad, yo quería permanecer a lado de Clar. Pero, ¿a qué costo? ¿Clar quería estar conmigo también?

Sabía que Clarence no era de ese tipo, sin embargo, no me importó el haberme entregado a él. Lo peor de todo es que yo quería ser solamente de él. Los sentimientos afloraron en mí, yo no quería enamorarme de él.

Quería hablar con alguien, alguien que en realidad me escuchara y me aconsejara por las barbaridades que acababa de hacer. Sony no era ni de cerca una opción, no podía siquiera mirarla a los ojos después de lo que pasó.

Pasó por mi mente Sara, quien cayó del cielo justo en este momento. Busqué su número en mi móvil y con pena la llamé. Al segundo timbre, respondió.

— ¿Samadhi? — respondió con voz melodiosa, como si estuviese sorprendida.

— Hola Sara — respondí apenada —, sé que es algo tarde para llamarte, pero de verdad necesito de alguien.

Le hice saber. Sara no dudo ni un poco cuando le dije esto último, que lo siguiente que hizo fue pasarme su dirección para ir. Afortunadamente vivía cerca de la casa de Brad, y llegué en menos de quince minutos. Me bajé del coche aparcándolo afuera de la acera de su hogar.

Al llegar, Sara ya me esperaba afuera con un pijama de conejitos, igualito al mío. Esto me hizo reír, así como recordar al maldito de Clar.

— Discúlpame si vengo a molestarte, y a estas horas de la mañana — realmente me sentía apenada.

— No hay problema, apenas será la una de la mañana — respondió de buen humor —. No suelo tener muchas amigas en realidad, así que me alegra alguien me haga compañía hoy que mis papás no están.

Su casa era parecida a la mía, pero las paredes de un color verde pistache, tanto afuera como por dentro. Los muebles en su mayoría color grisáceos y blancos. Nos dirigimos a la sala, donde yacía una alfombra color gris y frente a ella una pequeña mesa de centro con un montón de golosinas y comida chatarra. Sonreí al ver todo esto.

— Estaba por tener una noche de chicas, claro yo sola — reímos al unísono. Sara comenzaba a caerme bien, ¿y cómo no? Si me había dado asilo por esta noche para desahogar mis penas.

— Gracias, de verdad, espero que lo que estoy por contarte no afecte una posible amistad — le hice saber antes de hablar.

— Yo no juzgo Samadhi, y vaya que he sido juzgada infinidad de veces en la universidad — articuló, enarque una ceja, pues su comentario me hizo pensar en lo que le habría ocurrido —. Pero es algo que contaré después, ahora, cuéntamelo todo.

Las dos nos sentamos en la alfombra, me quite las botas para estar más cómoda. Después de un buen rato de contarle todo con lujo y detalle a Sara, ésta abrió la boca como si estuviese sorprendida de todo lo que ha pasado en apenas una semana.

— Bien, me quedé justo en la parte donde mencionas a la ¡CLARCONDA!

¿Qué? Me eche a reír por su comentario, la gracia que me causó era superior a como me sentía en este momento.

— Dios mío, soy la peor persona del Mundo — musité tapándome los ojos.

— ¡Oh no querida! Eso no es nada a comparación de lo mío, a mí me grabaron teniendo sexo con un chico, y créeme que lo que vino después fue el trago amargo que derramo el vaso. Me juzgaron como no tienes una idea, estuve a punto de perder mi beca y lo que es peor, el video casualmente llegó a manos de mis padres.

Bien, comparando lo que hice, y lo que le hicieron a Sara, era aún peor lo de ella. Por un momento sentí pena, pues se veía que era una buena persona, y lo que era peor, ¡¿Por qué rayos la grabaron?! Ese tipo de personas, no eran para nada de mi agrado.

— Vaya — carraspeé mi garganta —. Ya no me sentí tan mal — le dije, sin poder aguantar mis ganar de sonreírle. Ella hizo lo mismo.

— No te preocupes, en algún momento Sony se tiene que enterar, y es preferible que sea por parte tuya, y no de Brad o de Clar.

— ¡Rayos! Lo sé, en algún momento tengo que decir la verdad. Pero es que... el sentimiento de culpa me quema por dentro, y lo que es peor ver a esa zorra con la "Z" grabada en la frente, besando a Clar.

Estaba molesta, molesta con ella y con Clar.

— Tal vez debiste esperar la explicación de Clar, ¿no crees? Siempre es bueno escuchar lo que dice el acusado.

— Y si lo que dice el acusado, ¿es lo que quiero escuchar? — pensé, Clar no parecía ser de los que mentían para conseguir lo que quisiera. Tal vez debí esperar una explicación de su parte.

— Sabes, el amor es dulce como una cereza, pero tan amargo como un limón. Y si no estás dispuesta a escuchar su versión, lo mejor es que te alejes de él para evitar la desilusión.

"El amor es dulce como una cereza, pero tan amargo como un limón..."

Esta frase permanecería en mí un buen de tiempo. Era perfecta por cómo me estaba sintiendo justo en éste momento. No quería enamorarme de Clar.

Mi móvil comenzó a sonar, miré la pantalla y era el numero de Clar. Mi corazón se aceleró, y los malditos insectos en mi interior comenzaron a hacer una ronda dentro de mi estómago. Miré a Sara y ella me sonrió.

— Vamos respóndele, déjalo que te explique Sam.

Di un profundo suspiro y asentí. Sara se paró del suelo para dejarme a solas un momento. Se metió por un pasillo y desapareció de ahí. Entonces respondí:

— Dime Clar — mi tono de voz era serio, y seguro.

¿Dónde mierda estas Sam? — ¡¿Pero qué le pasa?!

— Creo que esa no es manera de responder cuando tú la has jodido ¿no crees Clar? — articulé molesta. Apenas le había respondido y ya me estaba interrogando. Dio un suspiro, se escuchaba exasperado.

Lo siento, ¿Dónde estás? — volvió a preguntar, pero con un tono más tranquilo.

— En casa de Brad — las palabras salieron de mi boca sin pensar. Si lo aceptaba, me gustaba jugar con fuego, y con Clar no era la excepción. Quería hacerlo sufrir aunque sea por un momento —. Así que déjanos en paz.

Colgué la llamada.

— ¡Dios mío, pero que valor Sam! — Sara apareció nuevamente — Discúlpame, pero escuché eso último, y déjame decirte que ese no era el plan.

— Lo sé, lo sé — fue lo único que respondí. Me tiré por completo al suelo recostándome en la alfombra. Comenzaba a sentirme mareada, pues no había cenado nada.

— Gracias a mi experiencia con los chicos, lo que deberías hacer por el momento, es alejarte de ellos.

— Necesito más experiencia para lidiar con ello — respondí. Las dos comenzamos a reír, cuando el timbre de la casa de Sara sonó.

Las dos nos miramos, algo desconcertadas, pues ya pasaba más de media noche.

— Así comienzan las películas de terror — susurró Sara.

— Después aparece un payaso asesino...

— O un muñeco loco... — reímos por lo último que dijo Sara — Iré a ver quién es.

Me fui tras ella, pues no quería ser la primera en morir aquí en su casa.

Al llegar a la puerta de la acera, un escalofrío recorrió por mi espalda. Sara abrió. No dijo nada, solamente sonrió y asintió.

— Creo que te buscan Sam.

La miré de manera inexpresiva, para acercarme junto a ella ¿Quién era? ¿Brad? Me encaminé a la puerta, para ver quien era...

— Clar.

Miré a Sara, Dios me sentía tan apenada con ella.

— Te espero adentro — comentó, a lo cual asentí.

No me había dado cuenta que iba completamente descalza, lo único que me acompañaban eran unas medias color negras. Clar me miró de arriba hacia abajo, después solo se me quedó mirando.

— Esta no parece ser la casa de Brad — musitó.

— ¡Uh me atrapaste! — respondí sarcásticamente.

Miré su coche, el cual estaba estacionado frente al mío pero con las luces encendidas.

— ¿Por qué me has mentido? ¿Por qué dices que estas con Brad? — preguntaba.

Su cercanía me ponía los nervios de punta, Dios ¿porque lo hiciste tan guapo? Ahora mismo lo único que quería era besarlo.

— Ese no es asunto tuyo — respondí tajante. Se acercó más a mí acorralándome a la pared apoyando sus manos en ella. Mi corazón comenzó a latir con fuerza —. ¿Cómo me has encontrado? — pregunté cerca de sus labios.

— Digamos que te he seguido todo este rato — entrecerré los ojos ¿Quién se creía? 

Sus ojos azules se oscurecieron por completo, ¿estaba furioso?

— ¿Por qué lo has besado Sam? — preguntaba, acercando más sus labios a los míos.

¡Dios mío! El corazón se me saldría en cualquier momento por su cercanía.

— ¿Por qué has besado a Samantha? — pregunté, comenzaba a molestarme por ello mientras sentía un ligera presión en el pecho.

Lo siguiente que hice fue salir de ese encierro de la tentación en el que me tenía. No quería caer como una estúpida en su juego. Suficiente tenía con la humillación que me había tragado hace un momento.

Me recargué en la puerta de mi coche cruzada de brazos, esperando una explicación de su parte. Bien ¿quería una oportunidad para dar una explicación? Este era su momento. ¡Suéltalo Clar!

— Fue a mi apartamento, sé que no bastara con el simple hecho de decir que no hay nada entre ella y yo, pero...

— Detente — le dije. Clar se quedó inmóvil.

Veía en su mirada, una sinceridad profunda. Él al igual que yo nos encontrábamos molestos por nuestras acciones, pero eso ya no me importaba en este momento. Quería sentir sus labios junto a los míos. Quería perderme en él con fuerza, como si estuviese loca. Lo deseaba de verdad. Me le quedé mirando por un momento, y me acerque más a él tomándolo de las manos.

— Bésame — acerqué mis labios a los suyos. De verdad que la perfeccionista en mí se daba unas escapadas terribles cuando Clarence se encontraba cerca.

Me soltó bruscamente para tomarme del rostro y estampar sus labios junto a los míos. Era un beso brusco. Si, con lengua y todo. No perdí mi tiempo y rodeé mis brazos a su cuello. Sabia a menta, y su fresco aroma entró de lleno a mis fosas nasales. Quería sentirlo nuevamente. ¡Diablos! ¡Pero que pensamiento tan sucio!

— No vuelvas a besar a ese maldito — susurraba con fiereza en mis labios, para después regresar a ellos y besarlos, chupando mi labio inferior y acariciando mi lengua con determinación.

— No prometo nada — respondí, con la voz entrecortada.

— No estés jugando conmigo Samadhi — su ronca y esplendorosa voz me dio un escalofrío. Lo miré sonriente.

— No vuelvas a besar a Samantha — musité cerca de él.

— No prometo nada — ¡Maldito! Los celos me invadieron nuevamente. Lo aceptaba, estaba celosa de Samantha.

Solo esperaba que en un futuro, ella no nos trajera problema alguno. Entrecerré mis ojos ante su respuesta.

— Solo deseo tus labios Samadhi

¡Dios mío! Me va a matar. Miles de sensaciones comenzaron aflorar.

— Y yo solo deseo los tuyos Clar — susurré junto a él.

Suspiré profundo, definitivamente me estaba enamorando de Clar, y lo peor de todo, es que no se lo quería confesar.





Para mis bellas Clarcondas HAHAHAHA ♥.♥

airam_28

iireenee066

Lanceam21







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