4

De vez en cuando, había médicos que maldecían cuando la operación no estaba saliendo bien. No era dirigido a una persona en específico, era solo un intento de alejar la frustración. Pero como todos los humanos, cuando las cosas no iban bien, un "¡Mierda!" Se sentía completamente personal.     

Si la operación no salía bien, todos los que participaban en ella se volvían completamente sensibles y el ambiente comenzaba a empeorar hasta sentirse agotador.

Había revisado la sala minuciosamente pero, en el último momento, una vez iniciada la operación, una de las máquinas dejó de funcionar y le llamaron la atención a él. Taehyung, quien se dio cuenta demasiado tarde, salió apresuradamente de la sala de operaciones y trajo otra de las máquinas que ya había sido limpiada y esterilizada con anticipación. Pero, tan pronto como regresó, el doctor gritó enojado y lo maldijo, diciéndole que "esperaba que se preparara con anticipación para la próxima vez".

En este caso, fue su culpa por no revisarlo, pero las enfermeras de quirófano a menudo pasaban por alto los errores de los residentes. Era algo común, pero hoy las palabrotas del doctor le llegaron aún peor que otros días.

Park Jimin se quejó de que era injusto que los regañaran por algo técnico y se quedó casi llorando frente a Taehyung, que había terminado de contar las gasas empapadas de sangre, las agujas y todos los instrumentos utilizados en la operación. Luego, se sentó frente a la computadora por un rato para escribir el informe quirúrgico y parte de su registro.

—¿Realmente tiene que maldecir así?

—Es porque nos equivocamos. No tienes que tomarlo personal.

Taehyung lo consoló palmeando la silla que estaba a su lado y dándole un breve descanso a sus piernas, que habían sufrido por estar de pie durante mucho tiempo.

—Aún así, me hace sentir mal porque... ¡Porque se comporta como un cabrón!

—Hagámoslo mejor para la próxima. Incluso si no fue nuestra culpa.

Lo más importante en el quirófano era el trabajo en equipo. Desde el momento en que entraban en el salón y se encendían las luces, en ese mismo instante tenías que convertirte en uno solo con tu equipo para que el paciente sobreviviera. Eso era lo importante, era por lo que estaban allí en primer lugar. Taehyung se levantó de su asiento, intentando dar un ejemplo para su estudiante, y habló sobre la importancia de limpiar el quirófano después de terminar. Sin embargo, Jimin suspiró profundamente como si no pudiera recuperarse completamente de la maldición y todos los regaños innecesarios.

Y era Taehyung, no Jimin, quien más quería suspirar en este momento.

Gracias al fin de semana libre y a lo que pasó con su mejor amigo, se tomó tres días seguidos que resultaron en una carga más pesada para su cuerpo. Después de todo, ser enfermero era un trabajo muy difícil, tanto física como mentalmente. En particular, a menudo se llamaba a los enfermeros para tareas como limpiar y arreglar, por lo que era difícil para él, que era de los que necesitaba de un momento para reponerse. ¡Además el maldito de Yoongi lo había puesto de nervios!

Por si fuera poco, el cirujano que iba a asistir a continuación, era Jeon Jungkook.

La respiración le cambió hasta un punto en el que estaba suspirando todo el maldito tiempo.

—¿Está bien? ¿Por qué está suspirando tan fuerte?

—No estoy haciendo eso. En todo caso... Es porque estoy cansado.

La siguiente cirugía era de una hernia inguinal indirecta a un paciente varón de 40 años. Algo relativamente sencillo que tomaba alrededor de 1 hora y 30 minutos. Pero el hecho de que tuviera que enfrentarse a él, era difícil incluso si fuera durante 10 minutos o 1 hora. Lo afortunado era, tal vez, que el trabajo de hoy no era en círculo, sino con barrera estéril, así que no tenía que pararse junto a Jungkook cada vez.

Limpió a fondo la mesa, instaló el campo de cirugía con Jimin y comenzó a contar los instrumentos en voz alta y a medida que los preparativos llegaban a su fin, Min Yoongi y un anestesiólogo, trasladaron al paciente directo a la plancha. Aparentemente, la anestesióloga de hoy, era la mismísima doctora Kim Yeri, de quien había escuchado hablar gracias a Yoongi y mientras se preparaba para la operación, la observó atentamente de arriba para abajo.

No había pensado mucho en eso hasta ahora, pero una vez que le prestó atención, podía decir honestamente que la atmósfera que desprendía se parecía muchísimo a la de Jungkook.

Era una persona que se la pasaba atrapada en la sala de operaciones así que nunca se ponía al sol. Podía ser común que su cara se pusiera pálida gracias a eso pero, incluso considerando esta variable, podía decir que tenía una piel excepcionalmente blanca y muy bonita. Jungkook era exactamente igual, a diferencia de él, que se ponía color carbón después de jugar baloncesto bajo el sol abrasador en un día de verano, la carne de ese hombre se ponía completamente roja y luego, volvía a su piel pálida original después de mucho tiempo. Además ya lo había tocado a detalle, y podía decir que su piel era tan suave como la de un bebé.

Después de que terminó el tiempo de espera y se desinfectó al paciente, Jungkook ingresó también a la sala de operaciones. Jimin, le abrió la bata y le ayudó a ponérsela porque ellos ya no podían tocar nada después de lavarse las manos quirúrgicamente. Sin embargo, de aquí en adelante, todo era responsabilidad de Taehyung. La parte delantera de la bata se esterilizó y la parte trasera se definió como contaminada, por lo que era su trabajo, como enfermero de circulación, atar los cordones de la bata de Jungkook y arreglarlo desde atrás para que quedara bien ceñida. Pero mientras intentaba mantener el contacto al mínimo, Jungkook suspiró y giró ligeramente la cabeza para mirarlo directamente.

—Taehyung, necesito hablar contigo después de la cirugía ¿De acuerdo?

Lo que estaba temiendo tanto finalmente había llegado, fingió que no le importaba mucho y asintió, pero pensó por un momento que definitivamente se iba a desmayar. Al escuchar las palabras de Jungkook, que sonaron como una declaración de guerra, incluso comenzó a percibir la manera en la que un sudor frío comenzaba a recorrerle la espalda.

¡No podía evitarlo más tiempo porque supuestamente seguían siendo los mejores amigos del mundo! Y después de esto, decidió que iba a fingir que no era gran cosa y a decir que solo... Cambiaran de página y lo olvidaran.

—Empecemos.

Contrariamente al corazón atribulado de Taehyung, la operación salió como se esperaba y no hubo ningún tipo de problema al respecto. En el lugar dedicado para la anestesióloga, Kim Yeri, una doctora hermosa de cara blanca, estaba sentada allí, mirando solamente el monitor para verificar los signos vitales del paciente. Era como Jungkook pero en versión mujer. Con una expresión en blanco que demostraba lo concentrada que estaba en este asunto. Además, ella era más tranquila y calmada que los demás, por lo que era difícil imaginar que fuera tan descarada como para echarle los perros a Jeon.

Taehyung miró a Jungkook, que también estaba muy atento en el monitor del endoscopio y luego volvió a mirar a Yeri, que observaba la anestesia. Los dos tenían una atmósfera tan similar que pensó que eran como hermanos y luego, incluso se preguntó si habría pensado en casarse realmente con una mujer como ella, en formar una familia con ella. Era un ambiente tranquilo y silencioso, y de alguna manera no le gustaba la sensación y en lo que se quedaba quieto y pensaba en varias cosas, la operación pronto llegó a su fin.

Jungkook, quien dejó al residente para que se encargara de los arreglos finales, se alejó de la mesa y miró su reloj. Luego observó a Taehyung como si quisiera que dijera algo y a su vez, él lo miró fijamente hasta el punto de comenzar a sentirse incómodo. Después, miró a su alrededor con una sonrisa nerviosa debajo de su cubrebocas.

—Nos vemos en la cafetería, enfermero Kim.

—Oh, sí.

Y luego, dejó un comentario que solo era significativo para ellos dos.

—Suturas.

El residente, que estaba haciendo los puntos de sutura, levantó la cabeza y los miró a los dos. Cuando Taehyung respondió con un suspiro, Jungkook pasó junto a él sin hacer nada más.

Gracias a lo rápida que fue la operación, Taehyung empezó a ordenar antes de tiempo y tuvo más oportunidad de prepararse para ir a cenar con su mejor amigo. Pasó por la sala de descanso para tomar una bata y una "tarjeta de identificación de empleado", y salió de la sala de operaciones por primera vez en lo que iba del día.

El hombre, vestido con una bata blanca sobre su uniforme quirúrgico y con una tarjeta de identificación de empleado, no pareció tan diferente de los otros médicos que habían ido a comer. Era una bata que se usaba para poder salir evitando la contaminación pero, para su mala suerte, al pasar por la sala de espera, los pacientes pensaban erróneamente que era un doctor de planta y a menudo, preguntaban al respecto de su estado de salud, fue por ello que una anciana lo abordó para ver cuándo podría ser dada de alta del hospital; se volvió hacia la enfermera en la estación, le informó su situación y caminó de mala gana hacia la cafetería, apretando sus Crocs con los dedos de los pies.

Caminaba tan pesadamente como una vaca rumbo al matadero, gimió frente al ascensor y metió la mano en el bolsillo de su bata. Allí, había un Jibits con la forma de un corazoncito que Yoongi había dejado en su casillero con una nota que decía "Anímate." Lo apretó dolorosamente contra su palma y esperó a Jungkook frente al segundo piso, que era donde se encontraba la cafetería del personal y el área de descanso.

Jungkook dijo que vendría primero y esperaría por él, pero no se veía por ningún lado en el pasillo y como para él era algo increíblemente normal llegar tarde, Taehyung hizo una breve práctica frente al ascensor, escribiendo el guión en su cabeza de lo que iba a decir, para no quedar como un estúpido frente a Jungkook.

Había dicho la palabra "suturas." Ese era el código que utilizaban en la universidad para "arreglarse" después de haber peleado.

Suspiró.

—¿Qué estás haciendo aquí en lugar de estar adentro?

—¡Ah! ¡Oye, maldito desgraciado no...! No solo aparezcas de la nada ¿Cuándo viniste? ¡Si ya llegaste, muéstrame una señal en lugar de dejarme parado como imbecil!

¿Fue porque estaba pensando demasiado profundamente en esto? Jungkook, quien apareció de repente, estaba parado justo detrás de su espalda pero nunca lo notó y cuando lo escuchó hablar, entonces saltó como si hubiera sido golpeado por un rayo incluso aunque su voz había sido relativamente bajita.

El guión que había elaborado en su cabeza salió volando como una tesis que fue terminada a la fuerza y luego, incluso pareció tan sorprendido que le gritó a Jungkook justo como lo haría de costumbre, se frotó los brazos al sentir que tenía la piel de gallina.

—¡Ugh, eres espeluznante!

Cuando se acarició los hombros, Jungkook simplemente suspiró y decidió pasar de largo. Contrario a la expectativa que tenía de su encuentro, el hombre entró a la cafetería sin decir una sola palabra al respecto así que, Taehyung cayó en pánico y solamente lo siguió. Ni siquiera pudo pronunciar las palabras que había preparado o las disculpas que memorizó porque, como de costumbre, Jungkook recogió un platito y miró el menú igual a si nunca hubiera pasado nada para empezar. Taehyung, quien reconoció la situación demasiado tarde, también tomó un platito, se paró junto a él y lo observó.

—¿Por qué pediste verme?
—Al recibir las guarniciones en su plato,  finalmente habló al respecto. Pero de nuevo, al contrario de lo que pensó que sería una pelea en la que estarían agarrándose por el cuello o teniendo una conversación incómoda y loca, se quedó en silencio cuando vio a Jungkook moviéndose tal y como siempre.

—Pues para comer. Siempre lo hacemos juntos.

Ante la respuesta que recibió, puso una expresión aturdida, como de idiota, y se frotó la nuca igual a si hubiera comenzado a dolerle de la nada y mientras reflexionaba por un momento sobre cómo responder, Jungkook, quien recibió el resto de su comida primero, se alejó para poder buscar un lugar, Taehyung lo siguió apresuradamente de nuevo.

—Pero... Ciertamente hay algo que quería hablar contigo. Es sobre el sábado.

...

—Me dejaste solo y te fuiste.

Taehyung, avergonzado por las palabras de Jungkook, simplemente pareció quedarse en blanco.

—¿Dices que eso es lo que te molesta?

—¿Por qué te fuiste?

—¿De verdad estás preguntando eso?

—¿Qué tiene de malo preguntar eso?

Ambos mantuvieron la boca cerrada cuando descubrieron que solo las preguntas iban y venían sin respuestas entre uno y otro. Por un momento, la cabeza de Taehyung empezó a dar vueltas más rápido que de costumbre y luego, incluso su pecho se comenzó a apretar. Era una situación en la que no podía estar seguro de absolutamente nada así que, por un momento se sintió como si primero necesitara una explicación de boca de Jungkook para sentar las bases de las suyas, agarró el plato y frunció el ceño.

—... No lo sé.

Cuando Jungkook dio otro paso en dirección a la mesa, lo siguió atentamente por tercera vez. Luego, que dejó el plato frente a Jungkook, que había decidido tomar un asiento junto a la ventana, pensó en hacer una pregunta bastante sencilla:

—¿Por casualidad recuerdas lo que pasó el sábado?

...

Jungkook, que estaba a punto de tomar los cubiertos, se detuvo y lo miró fijamente. Estaba tan nervioso por eso que el breve silencio que duró solo unos segundos pareció haber durado más de 10 minutos. Esperando su respuesta, tragó saliva y trató de leerle la expresión incluso aunque lo estaba mirando sin decirle una sola palabra. Ahora que lo pensaba, cuando eran más jóvenes, incluso cuando los dos peleaban, siempre era el que lloraba. Nunca había visto que Jungkook hiciera algo así.

Por eso es que hicieron la palabra clave para empezar, para ahorrarse la fatiga del drama. La voz baja de Jungkook lo dejo aún más perdido.

—... ¿Qué dirías si te digo que no me acuerdo?

—¿No te acuerdas?

—Dime qué dirías.

Como si se hubiera convertido en un gran perfilador, Taehyung comenzó a enfocarse en la persona frente a él para determinar la autenticidad de sus palabras. A medida que la tensión en su musculoso cuerpo se moderaba, la espalda del enfermero, sentado frente a la mesa, pareció volverse un tanto más recta y ancha.

—Tú y yo bebimos en el salón y subimos a la habitación del hotel.

—¿Y después?

Ante la pregunta de Jungkook, pensó que realmente lo había olvidado y dejó escapar un suspiro de puro alivio. —Uff, que bueno.

Pero sin darse cuenta, Jungkook arrugó las cejas ante la acción tan desgarradora de Taehyung, quien tenía una expresión de cachorrito en su rostro y ahora sonreía como si estuviera realmente feliz de pasar este mal momento y en ningún momento se percató de la expresión dolida de su mejor amigo.

Taehyung pensó que ya que originalmente Jungkook no era un hombre que bebiera hasta perder el conocimiento, el haberlo hecho por primera vez, posiblemente le pasó factura a sus recuerdos.

Volvió a pensar en los momentos fragmentarios de ese día. Ambos estaban exhaustos y en un estado extremo tanto física como mentalmente, se sirvieron tantas bebidas fuertes que pareció lógico que estuvieran tan perdidos. Eran casi... Como zombies.

Consideró las circunstancias antes y después en su cabeza, asintió ante la respuesta "razonable" que se le ocurrió tan de repente. Tenía en su mente solo una pequeña parte del escenario, y allí estaba Jungkook con una cara particularmente roja y una mirada muy diferente a la de costumbre. Cuando hizo una expresión seria y luego asintió de nuevo, Jungkook dejó la cuchara.

—… ¿Tú no te acuerdas?

—... No todo. Al menos recuerdo que te dejé en la habitación del hotel.

Jungkook estaba mirandolo fijamente como si estuviera a punto de golpearlo. Taehyung dudó por un momento sobre qué responder, pero había hablado de esto con la esperanza de que fuera cierto que él también había perdido la memoria. Después de todo, si Jungkook recordaba cada una de las cosas que había dicho o la manera en la que lo besó... Lo perdería. Dejaría de ser su amigo y tenía un montón de pruebas para apoyarlo.

Afortunadamente, Jungkook no respondió y solo asintió con la cabeza con una sensación de estar diciendo que "lo entendía completamente". Y que "ya no tenía que hablar de eso".

Cada vez que movía la cabeza, la luz del sol se reflejaba en sus ojos.

—¿Por qué cambiaste tu turno?

—Porque tenía resaca.

La actitud de Jungkook era la misma, pero Taehyung no podía dejar de lado sus dudas fácilmente así que seguía vacilando en sus palabras. Su mente estaba confusa así que llegó a la conclusión final de que, si lo recordaba por pedazos, entonces existía la posibilidad de que pasara lo mismo con él.

—Oye, Jeon ¿Realmente no te acuerdas?

—... DEBERÍAS COMER.

No pudo despejar sus dudas porque no le contestó adecuadamente, agarró el extremo de la mesa con las manos y se estiró un poquito más hacia su dirección. El hombre mojó nerviosamente su cuchara en la sopa, miró a Taehyung, quien dijo esto y aquello y luego lo atacó con un:

—Solo tengo curiosidad. Ni tú ni yo somos de los que pierden la memoria con facilidad.

—Ya.

—Aunque me alegro de no haber muerto ese día. Bebimos tanto... —Taehyung  siguió hablando con él sobre la situación, pero Jungkook pareció concentrarse únicamente en la comida y a medida que la conversación entre los dos desaparecía, la carne y las papas también comenzaron a esfumarse rápidamente. Taehyung se llevó los rollos de huevo a la boca y pensó en si salir de la oficina después del horario habitual de trabajo o pasar la noche en la oficina de guardia. Por alguna razón, pareció como si todo estuviera relativamente tranquilo hoy así que podía decir que no le preocupaba demasiado su siguiente movimiento, reflexionó un momento y luego, volvió a hacer contacto visual con Jungkook.

Quería volver a preguntarle si realmente no recordaba lo del sábado, pero también le preocupaba que pudiera estar contribuyendo a la recuperación de los recuerdos vergonzosos de alguien que estaba tranquilo en la ignorancia, decidió guardar silencio sobre esto porque intuyó que ese hombre no necesitaba estar molesto por el recuerdo de un beso por parte de su mejor amigo.

Iba a fingir que no pasó nada de todos modos.

Después de comer, los dos se detuvieron en el café del primer piso, donde definitivamente no vendrían de ser un día corriente. Era un café famoso por sus deliciosos croissants y sus donas con chocolate, pero ambos no recordaban haber comido allí ni una sola vez.

—Un Americano helado y... ¿Qué quieres?

—Oh... Uno así también.

—De acuerdo.

...

...

—¿No vas a... Pagar?

—Ah, no tengo dinero.

—¿Cómo que no tienes dinero, pedazo de idiota?

—Pues no tengo.

—¿¡Y por qué pediste café si no tienes dinero!?

—¿Por qué se me antojó?

—Debes estar... Al demonio, quítate.

Jungkook, quien se encontró de frente con el desconcertado empleado de la caja, chasqueó la lengua y le tendió su tarjeta de crédito. De hecho, el salario de Jungkook, médico de tiempo completo, no era muy diferente al de uno que rotaba turnos. Afortunadamente él estaba allí a su lado antes de que lo acusaran de ser un ladrón. La mayoría de los médicos que quedaron como becarios estaban allí para convertirse en profesores en hospitales universitarios o para practicar un poco más antes de irse a otro lado, los préstamos allí no eran muy buenos, por lo que la mayoría de ellos abrían sus clínicas privadas para recibir buenos ingresos y, de hecho, solo aquellos a quienes, como Jungkook, no les importaba si ganaban menos o más dinero, se quedaban sirviéndose de la beca.

Sin embargo, Taehyung a menudo sufría este tipo de situación porque tenía que pagar su departamento, el salario era bajo y no deseaba apoyarse de sus padres.

—Oye.

—Taehyung.

Después de tomar un sorbo de café, los dos se llamaron al mismo tiempo.

—Dime primero.

—No, habla tú primero.

—No, tú dime.

—No, tú.

Cuando los dos hombres adultos se encontraron cara a cara, murmuraron como si fueran un par de niños tímidos, igual a si todavía fueran estudiantes de primaria en sus últimos años. Bromearon diciendo que debería hacerlo primero uno u otro y luego, Jungkook, que no tenía mucho tiempo para tomar café, mencionó el tema principal primero:

—Ya que estamos hablando de dinero, quería preguntar sobre lo que pasaría con tu departamento.

—¡Ay! Tienes toda la razón.
—Taehyung encendió la pantalla del teléfono para verificar la fecha, en respuesta a la voz preocupada de Jungkook, y tal vez unos segundos después de eso, finalmente se llevó la mano a la frente y suspiró con todas sus fuerzas. ¿Por qué diablos el tiempo pasaba tan rápido? La fecha de vencimiento para la renta del departamento en el que vivía se acercaba peligrosamente así que, si Jungkook no hubiera hablado del asunto, habría estado sentado allí como menso y no se hubiera enterado sobre esto en absoluto porque era un hecho evidente que lo iba a olvidar.

—¿Por qué no aprovechas y buscas una casa cerca del hospital?

Jungkook tenía razón. Cuando llegó por primera vez a la sede, el hospital no estaba muy saturado y los primeros días, estando en la unidad de cuidados intensivos, podía decir honestamente que no había muchas cirugías de emergencia y que tenía demasiado tiempo libre para descansar después. En ese momento, no había casas adecuadas cerca del hospital así que encontró una que estaba a una hora en autobús. Aunque pensaba que iba a seguir siendo igual de fácil siempre.

—¿Crees que sea lo mejor?

—Sí. Ni siquiera tienes un coche.

A diferencia de Jungkook, que tenía su propio automóvil, Taehyung no consiguió uno de inmediato porque siempre decía que no tenía mucho chiste si al final nunca salía del hospital.

—¿Te gustaría vivir conmigo?

—¿Contigo?

—Sí. No hay muchas opciones por aquí, y ninguno de nosotros está mucho tiempo en casa de todos modos.

Ante la sugerencia de su amigo, Taehyung enarcó las cejas. No era una mala oferta en realidad. (Al menos, si no se hubiera acostado accidentalmente con él hace unos días.) Era cierto que no había habitaciones individuales cerca del hospital, y la mayoría de ellas eran unidades familiares con un costo bastante exagerado. Además, ninguno de los dos iba a casa muy a menudo así que ciertamente era un desperdicio. Si los dos vivían juntos, incluso en una casa un poco más grande, la carga se aliviaría de muchas maneras y dejaría de sentirse tan frustrado siempre por la manera en la que llegaría a fin de mes.

—Lo pensaré.

—De acuerdo.

Era una oferta tentadora, pero retuvo su respuesta por el momento. No sabía cómo podrían cambiar las cosas en el futuro pero, si pensó que sería bueno esperar un poquitito más. Todavía tenía unas semanas hasta que expirara el contrato de su casa por lo que sería mejor aceptarlo justo en ese momento para, además, asegurarse de que realmente no recordara nada de esa noche.

—Bueno, ¿Qué te parece si lo discutimos bien este fin de semana?

—¿Por qué el fin de semana?

—… Es el cumpleaños de tu padre.

—¿Por qué sabes qué es el cumpleaños de mi padre?

De hecho, Taehyung entendía eso, solo fue como si quisiera sacarle más conversación. Después de todo, lo que había entre los dos era tan natural como el agua que fluía en un río.

—Porque tu padre llamó.

—Por supuesto.

Y lógicamente lo hizo porque sabía que Taehyung no mostraría la nariz en su cumpleaños a menos que hiciera que Jungkook lo atrapara y lo llevase hasta Daegu. Su padre era una buena persona en muchos sentidos, pero siempre había tenido dificultades para pasar tiempo con él.

Suspiró y asintió ante la escena obvia que se desarrollaba frente a sus ojos como un video que había visto docenas de veces y luego, de la nada en realidad, recordó algo:

—Ah, yo... ¿Conoces a Kim Yeri? ¿La anestesióloga?

Jungkook pareció no entenderlo de inmediato, pero Taehyung siguió aún así. Como era de esperar, el hombre tomó otro sorbo de café y sacudió la cabeza igual a si pidiera que fuera más exacto, no estaba demasiado interesado en las cosas que le rodeaban cotidianamente.

—Yoongi me dijo que Kim Yeri le contó que estaba interesada en ti.

—Ya veo...

—Eres muy popular.

Interiormente, temía mostrar una expresión molesta, pero Jungkook se la puso fácil asintiendo ante sus palabras como si estuviera acostumbrado a escuchar cumplidos. Dijo
—Tal vez debería traerla aquí también. —Y de repente, no sabía exactamente por qué, pero una molestia desconocida se elevó en la cabeza de Taehyung como si la sangre se le estuviera yendo al cerebro.

Él había sacado el tema primero, eso fue claro, pero fue porque no esperó recibir ese tipo de respuesta tan positiva que sintió como si su estómago se apretara hasta ocasionarle dolor.

—Oye... Jajaja, no. No te estoy diciendo que aceptes. Yo solo... Era un chisme y ya. Si no te gusta, simplemente di que no. No tienes que ser amable con ella si no quieres.

—¿Quién dijo que no me gusta?

La expresión de Jungkook, que se levantó de su asiento, con el café en su mano y la mirada puesta en su reloj, no era ni de disgusto ni de alegría, era... Solo él.

—Bueno ya la ves todos los días ¿No? Ni, ni siquiera pareció interesarte hace unos segundos ¿Y ahora le vas a dar tu café?

—Bueno ¿Y qué hay de ti?

—¿Cómo que qué hay de mi?

—¿Por qué te encuentras con desconocidos todos los días si no pareces interesarte en ellos?

—Porque yo... Porque...

—¿Ajá?

—Porque solo lo hago por sexo. Es diferente.

—Por supuesto. Es obvio.

Las palabras de Taehyung parecieron herirlo por segunda vez, por lo que arqueó ligeramente las cejas sin darse cuenta de que lo estaba haciendo.

—Pues yo también quiero sexo.

—... ¿QUÉ DIJISTE?

Taehyung lo miró de arriba para abajo, como si acabara de escuchar una broma bastante divertida. Cuando estaba en la escuela de medicina, pareció tan confinado al estudio que ignoraba a todas las jovencitas que se le acercaban. Incluso las novias que tuvo en ese periodo y hasta las de ahora se quejaban de que solo las veía dos veces al mes y por eso todas le terminaron.

¡No podía venirle con el cuento de que quería sexo cuando tenía muchísima suerte de no seguir siendo virgen!

—No puedes hablar en serio.

—Claro. Dime por qué.

—Porque tú no... Porque...

...

—Solo, no...

—Excelente argumento. Me voy. Tengo una cirugía más en un momento así que nos vemos en la noche. —Tomó un par de sorbos de su Americano y dejó la taza en la mesa. Taehyung, que tenía mucho tiempo libre hasta la próxima cirugía, naturalmente se congeló.

—Espera... ¡Oye!

—¿Qué?

—... Si recuerdo algo más de ese día, voy a decírtelo todo  ¿Sí?

—... Nos vemos, Taehyung.

La punta de las cejas afiladas de Jungkook se elevó un poco más, pero eso fue todo.

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