26
Taehyung escuchó tantos regaños como para llegar al punto en que le dolían los oídos, hacia pucheros como un pato y se dirigió a la sala de cuidados ambulatorios acompañado de Jungkook y cuando se sentó en la camilla de la esquina, Jungkook entonces sacó la gasa empapada en desinfectante y una pinzas kelly del balde de acero inoxidable que ya tenía preparado encima de su escritorio. Luego, con mucho cuidado, limpió los coágulos de sangre en los labios desgarrados de Taehyung.
—Auch, arde.
—Quédate quieto.
Taehyung miró a Jungkook todo este tiempo mientras le sostenía de la barbilla. El hombre tenía una mirada preocupada encima y unas largas y perfectas pestañas que no dejaban de chocar con sus pómulos. Sin embargo, sus mejillas rojas eran lo que más destacaba de esto. Lo miró en silencio por un momento y luego, dejándose guiar por sus pensamientos, levantó la mano y decidió acariciarle lentamente la cara.
—Mira como te dejó.
La piel de Jungkook era tan delgada y tan blanca que le preocupaba muchísimo que los moretones se le notaran y que además de eso, duraran más de un par de días en desaparecer. Los labios de Taehyung se torcieron ante la idea de verlo así de herido todos los días en el trabajo así que incluso gruñó sin darse cuenta y apretó un poco más los dedos que seguían sobre su mentón. Mientras tanto, las manos de Jungkook, que estaba sorprendido por su toque tan repentino, se endurecieron tanto que comenzó a ser hasta doloroso que siguiera trabajando alrededor de su boca.
Taehyung arrugó la frente. —Bien, es suficiente. Me duele.
—No seas cobarde.
—En serio, déjalo así. Además, me voy a ver como un chico malo, me van a dar descuentos en el bar y toda la cosa.
Jungkook negó con la cabeza y dejó escapar una pequeña risita ante eso. Luego, Taehyung movió el dorso de su mano contra su boca y frotó el lado que tenía abierto para ver si seguía saliendo sangre. Sin embargo, ante su acción de tocar la herida que ya había sido desinfectada, Jungkook le agarró de la muñeca y lo regañó.
—No hagas eso.
—Tranquilo. Más que eso... A ver, dame tu mano también. Anda.
Taehyung estiró la mano de Jungkook y la sostuvo contra la suya. Allí había una herida increíblemente inflamada que iba desde la muñeca, pasaba por el dorso y se quedaba en sus dedos. —Ya sabía. No sabes dar buenos puñetazos.
—Tomó la tijera de la mano de Jungkook y comenzó a desinfectar las heridas en su dorso. Él frunció el ceño como si realmente le doliera muchísimo lo que le estaba haciendo.
—No debiste actuar así, solo te hiciste daño. —Las palabras de Taehyung parecieron puras quejas insatisfechas pero, por dentro, estaban llenas de nada más que arrepentimiento. En el momento en que ese... Infeliz lo abofeteó en la mejilla, estalló un fuego en su pecho que le hizo actuar imprudentemente. Era como si las chispas salpicadas en un hoguera se convirtieran en un incendio forestal. La ira en su interior realmente ardió en un instante y luego se extendió de tal forma que hasta había pensado seriamente en moler la cara de ese bastardo a patadas.
Taehyung agarró la mano de Jungkook y arrugó la cara.
Sus mejillas también eran importantes, pero como era un cirujano, sus manos eran algo que debería apreciar más que nada en el mundo así que no era una exageración decir que le dolía el corazón al verlo así. Además, aunque era una herida que podía curarse perfecto con solo pomada, lo vendó hábilmente y además lo envolvió con una gasa, lo que hizo que la mano de Jungkook quedara un poco inservible, de todas maneras, este movió sus largos dedos para ver si podía trabajar aún así.
—Gracias por venir a ayudarme...
—Es porque te pegó a ti. Si hubiera sido otra persona tal vez me hubiera ido a casa. —Taehyung agarró su barbilla y la giró hacia la derecha y hacia la izquierda, tal como lo hizo Jungkook con él la primera vez. Tal vez era porque su rostro se veía particularmente blanco pero, la parte que recibió el golpe de verdad estaba terrible, tanto que volvió a enojarse otra vez por el recuerdo de lo que pasó.
—Ese pendejo, idiota. Golpeaba como un anciano pero de todos modos te arruinó tu bonita cara.
—Cierto. Como un anciano de 30 años, grande, musculoso y muy enojado.
—No dolió.
—¿Entonces por qué no dejabas de quejarte con tu padre? —Ya que se rió ante la pregunta de Jungkook, su rostro comenzó a ponerse tan rojo como una manzana.
—Para que tuviera compasión de mi y no fuera tan duro. Ahora cállate.
Mientras Taehyung agarraba su barbilla, todavía fanfarroneando sobre una pelea que no le dolió, Jungkook también le sostuvo de la cara para ver si había algo más que necesitara curar. Sin embargo, cuando fue agarrado por el mentón, sin darse cuenta, hizo un sonido tonto como de "¿Eh?" y se quedó completamente quietecito.
Jungkook tomó el ungüento de su mano, se puso un poco de la pomada en las puntas de los dedos y presionó suavemente la parte herida de sus labios en pequeños toquecitos.
Taehyung tragó saliva.
El sonido fue tan fuerte que resonó en el consultorio, pero nadie dijo nada.
Estaba claro que solo le estaba aplicando medicina, pero de alguna manera, su corazón comenzó a reaccionar... Y también su verga.
¡Maldita cosa traicionera!
Cuando le decía que se pusiera de pie en el club no lo hacía ni aunque le rogara pero en un momento tan difícil, se le ponía dura.
¡Perfecto!
Secretamente echó el trasero hacia atrás. Sin embargo, cuando hizo eso, su cintura se dobló y su rostro se acercó unos centímetros más al de Jungkook y... Cuando su cara, que de alguna manera estaba del color de una cereza, se acercó un poco más a él, Jungkook sin pensarselo mucho, lo abrazó y lo besó.
Gracias a la pomada, sus labios, que de por si eran suaves, se volvieron todavía más accesibles. Había un sabor amargo en la boca y una sensación que no concordaba para nada con la de su saliva, pero le daba enteramente igual.
Jungkook enderezó el cuello y lentamente mandó su cuerpo en dirección hacia el de Taehyung. Empujando y empujando hasta que su espalda chocó contra la pared y ya no tuvo para donde moverse.
Además, cuando su mano, envuelta en un montón de vendajes, se apoyo a su lado, entonces Taehyung, que estaba hipnotizado por la nariz de Jungkook, que tocaba la suya, el aliento caliente en sus labios y sus párpados temblorosos, suspiró y decidió que participaría mordiéndole la lengua con muchísimas ganas e igual tenía que admitir que sentía como si toda la habitación estuviera girando. Además, como él lo besó primero, se preguntó qué había pasado exactamente y después de eso, incluso comenzó a emocionarse al pensar en el enorme paso que estaban dando.
¿De dónde había sacado ese coraje para hacerlo? ¿O acaso era que simplemente se había emborrachado con la atmósfera tan sensible que formaron entre los dos?
No tenía ni idea. Pero el punto ahora era que Jungkook había envuelto su mano ilesa alrededor de su cintura como para que no fuera a escapar e igual a si quisiera codiciar su cuerpo de una manera cada vez más íntima. Debido a la pelea, había evitado verlo y hablarle y había olvidado lo mucho que extrañaba su olor, su tacto e incluso su calor. Las lágrimas brotaron de nuevo de los ojos de Jungkook.
—Hey... Mi amor, no llores... Yo... Solo, ¿Puedes perdonar a este idiota una vez más?
—Taehyung, que no podía dejar de besarlo mientras hablaba, abrazó su espalda como para intentar acomodarlo un poquito mejor contra él. Sin embargo, la espalda del hombre no cabía bien entre sus brazos, por lo que comenzó a pensar si Jungkook siempre había parecido así de ancho o era solo por la posición en la que estaban ahora. Era como un gato inmenso y mientras batallaba contra esto y contra la excitación, Jungkook lo miró por un par de segundos y le sonrio de la manera más bonita que Taehyung había visto en su vida, literalmente le pareció que veía un angel.
—¿Cómo podria no perdonarte? Sigues siendo mi idiota. —Jungkook parecía desear tanto sus labios que fue como si se olvidara de que todavía estaban en un cuarto del hospital, a plena luz del día y continúo besándolo. Con la punta de la lengua, buscó a tientas sus dientes y luego, le repasó las membranas mucosas de las mejillas tan lentamente que Taehyung, experimento una sensación de cosquilleo por todo el cuerpo y tuvo que tocarse esa parte íntima de su entrepierna.
—Um... —Dejó escapar un gemido bajo.
Era un beso con la persona que tanto amaba después de mucho tiempo sin tocarlo y la verdad era que se sentía más que perfecto, lo suficientemente caliente como para llenar todo el vacío de estas últimas semanas. Algo que fue cuidadoso y suave, pero que gradualmente se volvió maduro y apasionado.
Se deseaban como si fueran a tragarse y, en la tranquila sala de cuidados ambulatorios, solo comenzó a escucharse un roce húmedo y a sentirse una excitación que se acompañaba de respiraciones jadeantes.
Taehyung, que se había recostado en la camilla, con el peso de Jungkook apoyado contra el suyo, empujó la lengua de su acompañante con la suya y comenzó a tocarlo como si realmente se hubieran olvidado del lugar en el que estaban.
Entonces, cuando la parte inferior del torso caliente de uno tocó el cuerpo del otro, Taehyung, sin saberlo, envolvió sus piernas alrededor de la cintura de Jungkook y lo abrazó con muchísima más fuerza para continuar con las succiones a su boca.
Fue allí cuando otro gemido aún más fuerte se escapó de sus labios.
—¡Um...!
Taehyung dejó escapar un breve gemido ante el repentino dolor punzante de su cara y terminó incluso por arquear las cejas. Jungkook, alertado por el sonido, saltó y se sentó a un lado.
—Lo siento... —Tocó sus labios, que estaban empapados de ungüento y saliva, y se disculpó con una cara bastante roja. El beso que comenzó con ternura y cariño, pronto se convirtió en una mezcla de lujuria y pasión que hizo que la herida en labios de Taehyung se abriera otra vez. Se trazó la boca con la punta de los dedos para ver que tan mal estaba ahora y encontró sangre de color rosa claro mezclado con baba que no sabía si era suya o de Jungkook.
Los dos hombres no dijeron nada por un momento, pero sus rostros se pusieron del mismo color. Había pasado mucho tiempo desde que se habían visto de frente así que ¿Tal vez fue por eso? ¿Fue por la adrenalina?
Ninguno de los dos, habló sobre lo que acababa de suceder, solo cubrieron sus labios brillantes con el dorso de sus manos y revisaron que no se hubieran lastimado de más.
Después de un largo silencio, Taehyung se levantó. La emoción del beso aún no había disminuido y su apariencia estaba lejos de ser la de siempre. Jungkook lo observó así que, cuando sus ojos se encontraron, miraron rápidamente en otra dirección y decidieron fingir que había algo más importante en la pared o en el techo y se pusieron a aparentar estar ocupados.
Taehyung se apresuró a limpiar su ropa desordenada y Jungkook volvió a organizar los materiales de tesis que tiró cuando lo estampó contra la pared.
Taehyung, que estaba a punto de salir del cuarto sin decir una palabra, agarró el pomo de la puerta por un momento y se detuvo, luego cerró y con una voz escalofriante habló.
—Hablemos más tarde cariño. Aquí no.
El olor de la piel de Taehyung llenó la habitación, que tenía menos de un metro cuadrado y que estaba lleno de pilas de papel y desinfectante. Jungkook sonrió de medio lado, se mordió el labio, donde el calor y el aliento de Taehyung habían permanecido hasta hace un rato, y le dio la espalda a la puerta para ocultar su rostro avergonzado. Sus labios hormiguearon más que las mejillas que le golpearon, su estómago se llenó de mariposas y su corazón se hincho de felicidad.
Taehyung se escapó apresuradamente del centro quirúrgico, justo como si lo persiguiera un ladrón; se fue por la salida de emergencia, apoyó la espalda contra la puerta de hierro y respiró hondo por un momento que se sintió igual a una eternidad. De hecho, hizo esto muchas veces en un intento por tranquilizarse pero, incluso así, su corazón estaba latiendo tan fuerte como si fuera a estallarle en cualquier momento y eso, a su vez, ocasionó que un horrible calor le subiera hasta la cabeza. Su rostro se puso rojo como una manzana madura y sus labios, ligeramente hinchados, le mostraron que todavía tenían el toque y el aroma de Jungkook bien presente en toda su piel.
Se cubrió la cara con ambas manos y bajó rápidamente las escaleras de la salida de emergencia, incluso aunque pareció a punto de caer de boca un montón de veces.
Kim Seokjin, que se enteró de la conmoción en la sala de emergencias, subió corriendo las escaleras justamente por la misma área así que, sin darse cuenta, se lo encontró cara a cara, casi hasta chocarse de frente con él y como si el hombre estuviera borracho, sus ojos estaban medio abiertos y su rostro pareció tan rojo brillante que hasta pensó que estaba enfermo.
Seokjin, que no sabía exactamente qué decir, inclinó la espalda para saludarlo pero él solo salió corriendo sin mirarlo ni una vez. Jin dirigió los ojos hacia ese mismo lugar, arqueó las cejas y dibujó una expresión verdaderamente extrañada en su rostro. Como sospechando algo...
¿...?
Mientras tanto, Taehyung, que no podía correr en el vestíbulo del hospital, apretó los dientes y se fue caminando con la misma urgencia que lo haría de querer ir al baño. Luego, cuando finalmente llegó a un lugar más despejado, se fue corriendo hacia su casa y justo como si estuviera haciendo ejercicio, le dio vueltas al complejo de apartamentos tres veces antes de abrir la puerta.
Pero, incluso entonces, descubrió que su corazón no sabía cuando quedarse quieto. Estaba latiendo y latiendo en la medida en que pensó que podría desmayarse o hasta sufrir de un ataque cardíaco de verdad. Estaba mareado, sus labios estaban secos y no podía volver a la normalidad ni concentrarse.
Sacó una lata de cerveza del refrigerador y se la bebió de un solo trago. Sin embargo, el calor y la sed no disminuyeron incluso después de eso así que se bebió otra lata. Luego, arrugó el envase, lo aventó por ahí y miró al techo sin importarle que tuviera los ojos un tanto desenfocados.
—Loco.
Sí, era una puta locura, estuvieron a dos segundos de coger en el hospital.
—Es una locura. Jeon Jungkook ¿Qué...? Dime ¿Por qué hiciste eso? ¿Qué pasó? —Mirando hacia atrás, a lo que había sucedido, comenzó a tocarse los labios con un par de dedos completamente temblorosos. La herida se le había abierto de nuevo así que ahora tenía un dolor punzante cada vez que hablaba pero, en realidad había descubierto que eso no le importaba en absoluto y contrario a lo que se esperaba que hiciera, frotó su boca con más fuerza, la apretó y luego la mordió sin temer que comenzara a dolerle.
¡Dios! Recordaba la textura de las sábanas de la camilla en ese cuarto, las pestañas temblorosas de Jungkook, su olor, su temperatura corporal, su peso, la dureza de sus labios húmedos y la forma de su lengua enredada entre la suya. Es más, incluso sus lágrimas comenzaron a llegarle de nuevo a la mente con cada respiración.
—¿Por qué…? ¿Porqué me besaste?
Jungkook no era el tipo de persona que vivía a su gusto, como él. No era un hombre que actuaría de manera improvisada según el deseo de ser descarado y además, por encima de todo eso, podía jurar que la mano que le abrazaba la cintura y los labios que buscaban los suyos no se sentían igual a si solo lo hubiera besado intentando reconciliarse.
Era un beso apasionado, amoroso incluso y además, después de eso, Jungkook tenía una expresión bastante... Tímida. Cómo si estuviera apenado de que ese accidente hubiese ocurrido en un lugar en el que no debería haber pasado nada para empezar.
Con los ojos borrosos, volvió a su habitación, tambaleándose y reflexionando sobre las sensaciones que quedaron en sus labios después del hecho y cuando finalmente estuvo tendido en la cama, entonces agarró la almohada y movió su cuerpo de un lado para otro en un movimiento que no correspondía en nada con alguien de su edad. Con solo un beso, se sintió como un adolescente que acababa de confesarse así que en realidad, no pudo conciliar el sueño por mucho, mucho tiempo después de eso.
La luz del sensor se encendió incluso antes de que se abriera la puerta de la entrada. En una noche tranquila, completamente silenciosa y calida, Jungkook regresó nuevamente a casa.
En cuanto entró, sintió un extraño olorcito en la punta de la nariz pero, de inmediato descubrió que provenía de la mesa que estaba atestada de latas de cerveza arrugadas y vacías.
No dijo nada.
La mejilla, que le habían golpeado en la mañana, se le hinchó tanto que comenzó a parecerle un globo de agua así que, preocupado de que le pasara lo mismo a la cara de Taehyung, llegó, subió las escaleras y abrió la puertita de su habitación con muchísimo cuidado. Miró dentro, a través de la rendija, y pensó:
"¿Y si está despierto?"
Pero al final, sonrió al descubrir que en realidad estaba roncando.
Cuando se acercó, notó que incluso se había quedado dormido mientras escuchaba música porque una canción en inglés comenzó a filtrarse por el auricular que estaba fuera de su oreja. Además, aunque la pantalla del teléfono también estaba brillantemente iluminada, reproduciendo un vídeo de un concierto de rock, su cabeza estaba tan enterrada debajo del edredón que se preguntó como es que todavía estaba respirando.
Se sentó suavemente junto a él y le sacó los audífonos. Luego los puso sobre la mesa, colocó el teléfono celular allí también, lo acomodó un poquito más al centro e incluso se dio el lujo de ponerle una almohada en los pies para lograr que los tuviera bien en alto. Luego, cuando arregló la cama, que había estado algo caótica, lo suficiente como para que no pareciera un nido de ratas, miró cuidadosamente a la cara de Taehyung como aprovechando que no lo estuviera escuchando ni mirando precisamente en ese momento.
Tal vez había sido por lo que habían hecho antes, pero sus labios parecieron tan hinchados como seguramente lo estaba su mejilla y mirando su boca roja y regordeta, la verdad era que el beso en el hospital le vino a la mente sin que pudiera hacer algo para evitarlo.
Suspiró, y en ese momento decidió acariciar suavemente los labios de Taehyung utilizando los dedos. Era muy posible que se hubiese sorprendido demasiado por el beso que le dio en el hospital así que, después de que salió apresuradamente de la habitación, se arrepintió mucho y deseó no haberlo hecho nunca para empezar. Era solo que, se trataba de un momento demasiado íntimo como para que pudiera pasarlo por alto. Demasiado sexy como para no hacer ningún movimiento.
Los dedos de Jungkook, que habían rozado cuidadosamente los labios de Taehyung, atravesaron su barbilla recta y pasaron por su nariz, increíblemente afilada y hermosa, sus cejas oscuras se fruncieron ligeramente por lo frío de su piel y gracias a eso, las arrugas parecieron comenzar a formarse en el medio de su frente, hasta que Jungkook que le sonrió, comenzó a acariciarlo suavemente con las puntas de los dedos hasta que su hermoso rostro se tranquilizó de nuevo.
Luego, acarició sobre sus cejas oscuras, como si jugara con ellas, y peinó sus pelitos hacía la derecha para que quedaran tan lisas como siempre y segundos más tarde, solo bajó por su mentón y se perdió en su cuello.
Nuevamente, pareció no poder apartar los ojos de sus labios.
Jungkook lo miró en silencio y lentamente bajó la cara sobre la suya, su cabello, enmarañado por soportar un día realmente pesado, rozó su mejillas y su nariz y finalmente se derramó completamente sobre Taehyung hasta hacerle cosquillas.
Los labios rojos de Jungkook tocaron los suyos, fue un contacto muy breve en realidad. Una cosita de nada.
—Buenas noches bebé.
Como un gato callejero cruzando el umbral, los suaves pasos de Jungkook volvieron a escucharse en la habitación uno tras otro, tras otro y luego, la puerta que había dejado bien abierta todo este tiempo se cerró firmemente con un pequeño "Click".
Pero cuando desapareció, la mano de Taehyung, que yacía sobre la cama, se apretó hasta volverse un puño. De hecho, hizo tanta fuerza en los dedos que se le brotaron las venas del dorso y lo hicieron parecer como si le estuvieran palpitando. Al inicio realmente se confundió en cuanto a quién era la persona que acababa de tocar su rostro y robarle un beso, pero aunque el calor de su asiento en la cama desapareció, el olor de su mejor amigo permaneció en la habitación hasta llenarle los pulmones. Incluso sin abrir los ojos, podía sentir su mirada vertida en él y la manera en la que estaba suspirando.
Se tapó con la manta hasta la coronilla y empezó a escuchar ese molesto sonido de latidos en sus orejas.
"Pam, pam, pam."
Como si no solo su cerebro, sino la casa entera estuviera a punto de derrumbarse. Jeon Jungkook lo iba a matar de tanto amor definitivamente.
Además de eso, el calor hizo que su pecho se sofocara y que sintiera que no podía respirar a menos que abriera una ventana y se abanicara con las manos.
Pero lo malo de esto era que debido a Jungkook, quien solo dejó dudas y temblores en su cuerpo, se quedó despierto TODA la noche, con los ojos bien abiertos, las manos en la boca y una sonrisa de idiota pintada en los labios.
Pero aún así, a pesar del bonito momento que habían compartido, era como si el muro que había entre los dos, llamado "Amistad" no quisiera caerse tan fácilmente y Taehyung solo lo rondara igual a una mansa oveja que se movía según la voluntad de su dueño y pastor, Jeon Jungkook.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top