⛱️ Capítulo 26
❝Pero ooh, espera, oh
But ooh, whoa, oh
Es un verano cruel
It's a cruel summer
Contigo
With you."
(Taylor Swift, 2019, 2m58s)
╰──➢⛱️Cruel Summer.
Edward se había quedado perdido con la mirada por donde su compañera se había ido, un día entero perdido en ese dolor de verla marchar. Su garganta dolía, su pecho sentía la ausencia de ella, sentía la distancia haciéndose más grande entre ellos dos, de no ser porque lo tocaron no iba a moverse del lugar en donde se había petrificado por ella, Carlisle lo miraba muy preocupado.
—Ella nos dejó carta para todos... Sé que esto sonará muy duro para ti, hijo. Pero ahora debes seguir adelante sin ella, mejorar y recuperarte de todo para cuando ella regrese, tal vez puedan ser uno solo y felices...—pide el patriarca al verlo con ojos oscuros, claro signo que no se ha alimentado en días— Ya ha pasado cuatro días, creímos que estabas con los Denali, pero no...
Edward no se sorprende. Era una actitud común en el, marchar hacia ese lugar cada que se sentía perdido y con problemas, pero ahora estaba incompleto y no deseaba tener a nadie encima suyo.
—Yo no... Yo no la quiero perder...
—No la vas a perder. Usarás este tiempo para sanar, liberar y esperarla paciente. Sé que ella fue lejos, para estabilizar su don y volverá mejor, siempre lo hace —expresa seguro Carlisle.
Edward supo mediante los pensamientos cortos y concisos que esta sería la segunda vez en que realizaba esta clase de decisión. Y la primera había sido poco después de que tomara en posesión su época de rebelión, esta era la segunda vez, aunque notó la preocupación y tristeza de su padre. En verdad, la amaban, debía y tenía que regresar, tenía personas por las que debía hablar y dejarse amar.
—No sé cómo haré para sobrevivir sin ella, sabes que no podemos estar mucho tiempo separados —expresa nervioso y tembloroso, débil.
—Volverá solo si sanas primero. Vamos a cazar algo primero, yo y todos te ayudaremos. —expresa fielmente Carlisle, con certeza.
Siendo guiado nuevamente por el rubio ante este nuevo rumbo de su vida. Una tercera vez, que esperaba que ya fuera la última que se viera perdido y debiera acudir a su padre, se suponía que era eternamente viejo pero seguía siendo dependiente a que lo ayudarán. Debía cambiar pronto, o nunca su pelirroja querría regresar a su lado.
«Aunque para empezar nunca ha estado conmigo...»pensó pesimista.
[...]
Dos meses.
Edward se encontraba de vacaciones, al final había terminado el ciclo escolar. Podría tomarse unos meses de libertad hasta cursas el último año. Emmett, Rosalie y Jasper ya se habían graduado de Forks, por ende, era momento de que ellos fueran a realizar lo que quisieran fuera del pueblo. Mientras que por su lado, aún estaría sufriendo el estigma de estar petrificado.
Aunque hace un mes atrás, el Clan Denali había avisado que Alice se había marchado de su estadía, según lo que les había comunicado en su momento era que: "Mi compañero me espera, debo ir por él." Y sin más, desapareció de la faz de la tierra, aunque había una mala noticia y nadie parecía querer pensarlo, aquello frustraba bastante a Edward; ya no le aquejaba la existencia de su ex novia, sino que aquello se había resuelto más rápido de lo que podía siquiera creer.
Charlie había anunciado que ya no cursaría los años restantes, ya que su hija se había regresado con su madre. Y tras ello, pudieron respirar o vivir con calma, pero había algo extraño. El aroma de un vampiro conocido había quedado estancado en la entrada de la casa de los Swan, y aquello los tenía preocupados, esperaban que sus sospechas de los Vulturi hayan estado cerca de ella, fueran incorrectas.
En ese pequeño lapso de tiempo, había aprendido a alimentarse obligado por una orden de Esme. Mientras que los demás habían decidido dividirse, unos a viajar y otro como Jasper, a recorrer un poco en solitario el mundo.
—Ojalá pudiera saber si también estás sintiendo el dolor de la distancia... Porque en verdad te extraño...Aurora. —solloza con sus labios fruncidos, y las lagrimas estancadas en sus ojos.
Mirando el cielo nublado de Forks, en un pino alejado de la casa.
—¡Te necesito aquí conmigo! —gritó dolido Edward.
Odiaba sentirse más solo de lo que alguna vez se sintió.
Los días le pesaban como un vacío que sabía que solo se calmaría estando a su lado.
Antes no había notado cuánto lo llenaba estar solo cerca de Aurora, o que ella lo mirase, o tan solo estar cerca. Nunca había sentido esta ausencia y esperaba que pronto terminara.
Los chismes habían cesado. Sin Isabella en el camino o Aurora en su vida, practicamente sus días eran sumamente aburridos y sin sentido. Tenía mucho tiempo para pensar en sí mismo y en todo lo que había ocurrido en su estadía aquí en Forks.
Como para pensar en lo que quería, una vez ella volviese a él.
Pero la duda que más le carcomía la cabeza era.
«¿y si nunca vuelve?»pensó con terror.
Todo sigue siendo un infierno, pero sin su compañera termina siendo un gelido infierno, uno peor que lidiar con una tua cantante.
«¿Es ésta acaso la tortura por mi época de rebelión? Si lo es... Por favor, perdonenme mis pecados..., Ya aprendí »suplicó pensando a los cielos.
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