13. Los amantes que al dejarse están luchando por no encontrarse

>>Todavía recuerdo la primera vez lo que lo vi.

Estábamos en clase de literatura, recuerdo que odiaba más que a nada esa clase, no, recuerdo que odiaba más que a nada todas las clases pero esa en particular era de las peores.

La clase transcurría de lo más normal. Todos escuchaban atentos el discurso del vejete que teníamos por profesor mientras yo me concentraba en molestar al idiota de siempre, un chico alto, mas que yo (aunque todos eran prácticamente más altos que yo, incluso algunas chicas), rubio y con ojos azules. Bob, así era como todos le decía. Era un chico callado y trabajador, siempre entregaba los trabajos y tenía buenas notas... yo simplemente lo odiaba

Todo estaba bien en mi mundo, era una persona 'popular' y tenía a quien quisiera, todo era fácil e increíble hasta que la clase fue interrumpida por el director del plantel, este se fue a hablar con el vejete y después de saludarnos levemente se fue, dejándonos confundidos.

Todo estaba bien en mi mundo... y de repente entro élal salón de clases.

Mire a mis demás compañeros, todos le miraban con cierto asombro en sus miradas, mas todos eran prudentes, o eso trataban. El profesor le pidió que se presentara y después de que lo hizo le dijo que se sentara junto a mi...

Su nombre era Gerard Way y hacia unas semanas se había mudado a la ciudad y por tanto era nuevo en la escuela.

Recuerdo que lo mire fijamente por varios segundos, admirando cada detalle en él.

Su piel era blanca, casi pálida, lo que contrastaba con sus cabellos negros como la noche y a la vez hacía resaltar aún más sus lindos ojos verdes. Sus labios eran rosados y se notaban suaves y perfectos para ser probados...

Desde ese momento supe que él tenía que ser mio sin importar nada

Después me percate de algo que nunca antes había notado, Bob, mi "buen amigo" Bob miraba al chico que sería mi próxima victima con mucha atención, demasiada. Supe entonces que él también estaba interesado en mi pelinegro. Sí, mio, pues desde que puse mis ojos sobre él estaba dispuesto a conseguir mi propósito, siempre era así y ahora que acababa de saber que a mi enemigo le atraía el chico nuevo mi deseo por este había crecido.

El chico tomó asiento a mi lado, dejo sus cosas en el suelo a excepción de su libreta en la cual comenzó a escribir con rapidez. Bob aún no le quitaba los ojos de encima por lo que debía hacer algo para llamar su atención antes que el idiota de mi compañero.

Pensaba en la mejor forma para hablarle cuando mi pluma resbaló de mis dedos y fue a dar hasta su lado. Él, amablemente, se agacho por ella y me la tendió, esa fue mi oportunidad, esa fue su perdición
- Se te ha caído - me dijo y cuando mi mano choco con la suya y nuestras miradas se conectaron sus mejillas adquirieron un tierno tono rosado. Eso me sorprendió
- Muchas gracias... Gerard, ¿cierto? - una enorme sonrisa se dibujo en su rostro.

Esa fue la señal de que algo andaba mal. No era normal que sintiera mi estómago encogerse y mi respiración fallar cuando él me sonrió, pero fue inevitable sentir un torbellino de emociones ni corresponder su sonrisa. Me percate con ella que era un ser puro pues su sonrisa era igual que la de un niño pequeño e ilusionado... en ese momento pensé que eso haría mi juego más divertido
- Si, mucho gusto, eh...
- ¡Oh! ¡Que descortés soy! aún no me he presentado...<<

- ¡¡Hola Gee!! - un emocionado rubio alcanzo a Bert y a Gerard en la entrada, abrazando con entusiasmo al ojiverde pero sin llegar a lastimarlo - ¡Es genial verte de nuevo! - se separó lo suficiente para verlo por completo, apreciando la barriguita que se dejaba ver un poco entre el saco que llevaba puesto
- ¡¡Hola Jared!! No ha pasado tanto tiempo desde la última vez que nos vimos... - sonreía el ojiverde mientras su esposo saludaba al de Jared, para después hacer lo mismo él y saludar a Shannon
- La última vez que le vi tu barriguita no se notaba nada ¡Mírala ahora! ¡¡Te ves muy tierno!!
- Gracias... - se sonrojó al instante
- Pero no hay que quedarnos aquí... - Shannon tomó la mano de su esposo y Bert hizo lo mismo, para ir a la mesa que, como siempre, era reservada para los dueños de la empresa

A casa paso que daban se encontraban con los empleados que les saludaban con cortesía para después felicitar a Gerard por su futuro hijo e incluso algunos le pedían permiso (no solo a él, sino también a Bert) para acariciarle su barriguita.

Era la cena de fin de año y como era de esperar rentaron un lujoso restaurante en el centro de la cuidad donde cada empleado podría llevar a su pareja o un acompañante. Todos lucían de lo más formales y felices pues ese año les había ido a todos muy bien y después de esa rica cena darían comienzo unas merecidas vacaciones.

En la mesa, un poco más alejada de las demás para tener mayor privacidad e incluso más grande, fue donde se sentaron. En esta ocasión la decoración era en tonos rojos, blancos y verdes, los comunes en esa época. Sobre ninguna mesa había algún arreglo floral, en cambio esta vez había pequeños fruteros y, por último, la vajilla de plata.

Los cuatro tomaron asiento para comenzar a conversar. Era una agradable noche
- ¿De cuanto estas Gee? - comenzó con la charla Shannon, viendo con ternura como su amigo (pues ya lo consideraba de ese modo) acariciaba su barriguita y enseguida Bert hacia lo mismo
- Cuatro meses y medio - le respondió con una enorme sonrisa y sus ojos brillando con ilusión
- ¡Genial! Pronto podrás sentir a tu bebé dentro de ti - intervino Jared
- ¿Enserio? ¿Cómo se siente?
- Es... extraño, recuerdo que la primera vez que sentí a mi pequeñita pensé que moriría de emoción... es como... - pensó durante algunos segundos - No podría describirlo... ¡es genial!
- Pues espero sentirlo pronto...
- Esperamos - interrumpió Bert a su esposo - Yo quiero también sentir a nuestro bebé
- ¿Ya saben que será? Creo que pronto les dirán... - Bert y Gerard compartieron una mirada de complicidad - ¿Qué?
- Queremos que sea sorpresa... aunque yo pienso que será niño y Bert... bueno, él dice que será niña...
- ¿Y como piensan comprarle lo necesario para cuando nazca si no saben que es?
- Compraremos todo en tonos neutros... ya lo estamos planeando todo - respondió Bert sin dejar de acariciar el vientre de su esposo - Además... aún queda tiempo
- Tiempo es lo que no siempre tenemos, deben de darse prisa - les aconsejó Shannon
- Y hablando de tiempo... allá vienen los camareros con la comida

Guardaron silencio mientras los camareros les daban sus platos y después comenzaron a comer mientras seguían su charla de bebés y demás síntomas de embarazo, por unos segundos la platica se concentraba en Jared y Gerard que, después de que el ojiverde conoció bien al socio de su esposo, se llevaban de maravilla, a pesar de que en un principio Gerard quería arrancarle la cabeza por creer que trataría de alejarlo de SU Bert.

Su plática era amena y sus platillos deliciosos, era un lindo momento hasta que recordaron algo importante
- ¡Anthony aún no ha llegado! - se quejo Jared - ¡Y nos prometió que vendría!... ¡Aún no conoce a Gee!
- ¿Anthony? - la conversación le pareció extraña al ojiverde al no saber nada del nombrado
- ¿No le has contado a Gerard de Anthony? - pregunto extrañado Jared, él suponía que al amar tanto a Gerard, y al estar este embarazado y con las hormonas revolucionadas, le contaría todo
- Si, claro que lo he hecho... y aún no ha llegado, me dijo que llegaría después de la cena..
- ¡Espera, espera! ¡¡No me has contado nada de ningún Anthony, Robert McCracken!! - sin duda el ojiverde estaba molesto, "Gracias hormonas"pensó Bert
- Claro que lo he hecho Gee... en nuestro nuevo socio... ¿recuerdas?

Por un momento se quedo callado, tratando de recordar el evento del que hablaba Bert. Recordaba que le había hablado de un tal Thomas... nunca del sujeto del que hablaban
- ¡¡Claro que no!!
- Que si Gee - trató de no subir su tono diciéndolo entre dientes, solo para no molestar más a su esposo - ¿Recuerdas la comida a la que no fuimos hace dos semanas? - Gerard se quedo pensando en todos los Anthonys que conocía, sintiendo un escalofrío al recordar al único que conocía - ¿Te sientes bien? - ese escalofrío no paso desapercibido para Bert, pues desde la mañana su esposo había despertado mal, producto de una pesadilla
- Si... - su enojo quedo en el olvido - Pero no recuerdo que me hablaras mucho de tu nuevo socio...
- ¡¡Te caerá de maravillas!! - intervino Jared, ajeno al escalofrío del ojiverde - ¡Espera...! ¡¡Ahí esta!! Debe de estarnos buscando... ¡¡iré por él!!

Gerard trató de visualizar al nuevo socio de Bert siguiendo con la mirada a Jared, mas lo único que veía era un monto de personas de pie, saludándose entre sí, abrazándose y deseándose unas felices vacaciones.

Por otra parte Bert estaba preocupado, sabía que su pelinegro no se sentía del todo bien por lo que tendrían que irse antes de la fiesta, no quería que nada malo les pasara a sus dos amores, lo único que tenía en su vida.

Siguieron hablando los tres, pero ahora de cosas del trabajo. El ojiverde no estaba del tono concentrado en la charla, su mente divagaba en la única persona de nombre Anthony y Thomas que había conocido, "Y si..." pensó pero de inmediato desecho la idea, era simplemente absurdo, sería toda una mala jugada de la vida si lo volvía a poner en su camino, al menos esta vez tenía a Bert a su lado, no estaba solo

- ¡Miren a quien me he encontrado entre el montón de personas de allá! - llegó Jared jalando a un castaño, mas bajito que él, con diversos tatuajes en su manos y, probablemente, en todo su cuerpo.

Gerard volteo a ver a Jared cuando lo escucho llamándoles.

El tiempo se detuvo para él cuando sus verdes ojos se toparon con unos de color avellana, el oxigeno dejo de fluir hacia sus pulmones al verlo frente a él, con una mirada igual de sorprendida que de seguro él debía tener. Sin que pudiera evitarlo un escalofrío hizo estremecer su cuerpo, un profundo miedo regreso a su corazón y, estaba seguro, debía estar mucho más pálido que de costumbre.

No podía ser cierto, ¡no debía ser cierto! Debía ser una broma, una de muy mal gusto.
Quería gritar, quería levantarse e irse, correr a su casa y encerrarse a llorar, quería...
- Gee... - la voz de Bert, susurrada en su oído, le hizo volver a la realidad - ¿Te sientes bien? - lo tomó entre sus brazos, relajándolo de sobremanera y permitiendo a sus pulmones llevarse de oxigeno
- Mira Gee... - ajeno a todo, Jared comenzó con la presentación - Este es nuestro nuevo socio...
- Trabajará con nosotros de ahora en adelante - continuo con la presentación Bert. Ambos se miraban, ambos estaban sorprendidos de volver a verse... ambos deseaban que nada de lo sucedido en esa cena fuera real

>>- ¡Oh! ¡Que descortés soy! aún no me he presentado...<<

- Mucho gusto - extendió su mano, esperando que el ojiverde la estrechara y dirigiéndole la palabra por primera vez en cuatro años -Soy Frank Anthony Thomas Iero... pero puedes decirme Frank.

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