Mar Carmesí - Lorelai y Ghost

Jolene miró atentamente la mesa observado la multitud de hojas blancas que su hermana tenía en su escritorio, muchos de ellos habían sido usados cuando un lápiz pasó sobre ellos dejando su rastro de grafito que conformaba tanto palabras como dibujos. La mayoría de las hojas tenían de hecho varios dibujos o palabras en ella, Jolene ni siquiera tuvo que ser experta como para detectar que algunas de aquellas palabras y dibujos fueron hechos con ira ya que con tanta brusquedad y rabia habían rastros de la mano que dibujaba los cuales dejaron manchas no muy opacas pero notables en una hoja blanca. Algunas de las líneas eran demasiado fuertes y otras mas relajadas, lo que la mantuvo mirando era el contenido de algunos, entre los dibujos de personas, algún objeto y a veces un paisaje los cuales a pesar de su estado inacabado se notaban muy profesionales.

Habían algunos muy extraños, Jolene no sabía lo suficiente de su hermana como para decir que ella era una dibujante de cosas grotescas y de horror así que intentó no apresurar su conclusiones incluso si conocía el grave estado mental de su hermana. Solo podía mirar con intriga los dibujos que incluían personas con heridas que claramente indicaban una muerte brutal.

Ninguna de ellas fue dotada con un rostro, solo habían varias líneas al azar sobre sus rostros. Las heridas mayormente eran cortes, dibujados con tanto detalle y atención que podía identificarse cuales eran profundos y cuales no. A pesar de solamente ser de color blanco y negro, su hermana se encargó de añadirle una detallada capa de color a la sangre y las heridas.

Tomó uno de ellos, el de una persona de cabello largo el cual cubría su rostro aunque no parecía ser un hombre. Aparentemente quien le haya atacado quiso que sufriera ya que aquel corte limpio del abdomen lo evisceró juzgando por lo que salía de la herida.

Un aire cálido pero no muy amigable impactó suavemente contra la nuca de la chica la cual soltó un chillido dejando caer el dibujo cuando los dedos de sus manos sufrieron aquel clásico espasmo involuntario generado por un susto que hizo a su corazón empezar a latir con velocidad.

Al dar una media vuelta en a penas un segundo se encontró con una mirada penetrante y casi amenazante provenientes de unos ojos dorados cuya única vida estaba en las pupilas, la esclerótica se iba tornando cada vez mas oscura mientras mas se alejaba de la pupila, como si fuera una linterna en la oscuridad.


— ¿Por qué entras a mi habitación? — Preguntó la Gata poniendo mala cara evidentemente molesta, su voz también expresó exactamente lo mismo y se tornó casi agresiva —

— Y-Yo necesito un lápiz — El tartamudeo al principio hizo a Lorelai retroceder un par de pasos cambiando totalmente su rostro de uno irritado a uno que evidentemente mostraba tristeza —

— Esta bien, solo me diste un pequeño susto... ¿Te sientes bien?, pensé que ibas a la piscina — Lorelai niega con su cabeza y se sienta en su cama aspirando aire profundamente, cerró sus ojos y por un segundo pareció una moribunda dando su último aliento —

— No, me sentí mareada. Creo que iré mas tarde... Cuando salgas apaga la luz, quiero tomar una siesta — La Gata de pelaje blanco y negro se acostó boca abajo con su cara plantada en su almohada —


Jolene decidió dejarla tranquila, tomó un lápiz aunque no pudo evitar ojear un poco aquellos dibujos cuyos finos y delicados trazos contrastaban con los trazos rudos y fuertes que había en otros dibujos del mismo montón de hojas blancas baratas. Prefirió no preguntar en ese momento y lo único que hizo fue caminar con lentitud a la puerta, miró de reojo a su hermana la cual se había acostado en aquel colchón caro sin siquiera cubrirse con las mantas, solamente estaba ahí quieta como un cadáver, de hecho a veces creía que ella dejaba de respirar un rato debido a que su gemela había el mínimo movimiento al acostarse.

Esperaba que su hermana encontrara algo mas que hacer además de dibujos extraños y acostarse a dormir durante horas, puede que tal vez alguien pudiera convencerla de salir un rato.


Mientras Tanto



El aire contaminado con el olor de la madera vieja y un poco de polvo inundó las fosas nasales de Ghost, ya estaba mas que acostumbrado a ese olor, después de todo vivió toda su vida con el, cosas a las que todos los que vivieran en una mansión de hace mas de medio siglo tenían que soportar.

Se acercó a una de las puertas de la derecha y bajó sin ningún tipo de cuidado, era un experto en bajar las escaleras corriendo. El era un Gato, era ágil, pesaba muy poco y era rápido. Cualquiera que intentara hacer lo que el hacía en ese momento se rompería un tobillo, estrellaría su rostro contra la pared al bajar, o se caería por las escaleras en un muy humillante y doloroso momento.

Su hogar era una vieja mansión perteneciente a su tatarabuelo, técnicamente el terreno le pertenecía a su tatarabuelo, luego de muchos años la propiedad fue heredada por el resto de s familia, fue demolida o remodelada mas de una vez, y desde hace ya unos años cumplieron el récord de medio siglo sin cambiar la propiedad.

Ese lugar era como la mansión con la que soñarían los padres o los abuelos de alguien, porque para él, ese lugar era un vejestorio que olía raro, le daba alergias y donde todo funcionaba mal, la única cosa que funcionaba bien eran las pocas cosas nuevas que tenían.

El Felino se acercó al interruptor del pasillo del sótano encendiendolo sin ver que el lugar se bañara de la luz de las bombillas, miró el interruptor con mala cara antes de apagarlo y encenderlo sin parar hasta que entendió que sucedía, su mano se cerró en un puño y golpeó con fuerza, ni siquiera supo que hizo pero las luces del lugar se encendieron aunque no lo hicieron mas feliz, el interruptor le amargó el día.

Si sus padres no reparaban las cosas, no era porque no pudieran costeárselas, claro que podían y podían hacer mas, pero sus padres eran muy tacaños a pesar de tener dinero.


"¿Si no está roto porque lo reemplazaría?"


Esa era la frase que sus padres repetían cual personaje no jugador de un videojuego, les daba igual si estaba dañado o claramente no funcionara como debería, para ellos si no era inservible se podía quedar. Por eso aunque sonara mal, tuvo que romper a propósito algunas cosas con tal y ellos las reemplazaran, algunos lo tomarían como un malcriado que no aprecia las cosas.

Quienes dijeran eso, no son los hijos de unos millonarios tacaños como sus padres, no es que ellos no pudieran pagarlo, simplemente se negaban. Como el montaplatos que transportaba comida u otros objetos de un piso a otro, un día se quedó atorado con la comida dentro, solamente accedieron a repararlo cuando un olor horrendo inundó todos los pasillos por la comida podrida que había en aquel elevador de la comida, tardaron semanas en quitar el olor del lugar.

Si, su casa era vieja, fea y obsoleta. Pero aún así en el fondo le gustaba, era un lugar enorme y  tardaría años en explorarla completamente y descifrar sus secretos. Era una mansión antigua y tenía esas cosas de mansiones antiguas que el veía en la televisión, en los videojuegos y en las películas... De terror.

Y de hecho así le gustaba, su casa era la mayor atracción de terror del distrito en Halloween, lo que le sorprendió es que sus padres aceptaran eso y no se molestaran cuando usaba su casa para una atracción del terror, era de las pocas épocas del años donde el y sus padres coincidían en algo. O claro, y su hermano mayor Ferrier, pero Ghost prefería no hablar de el.


— Oye Má... ¡Má! — Ghost llamó a su madre, claro, es una casa antigua con catacumbas en el sótano, es claro que esas gruesas paredes de piedra no dejarían cruzar el ruido —


Por suerte para Ghost, el no es solo un Gato común. El es un Gato Fantasma, ¿Loco verdad? ¿Como puede nacer un fantasma?. Ni siquiera el lo sabe, claro que tiene que ver con sus padres. Y Ghost adora hacer ciertas cosas con sus poderes, una de sus favoritas es atravesar las paredes.

Con sus poderes se volvió intangible y decidió flotar, metiendo la cabeza en una pared para poder observar las habitaciones del sótano, atravesaba una pared, luego atravesaba la otra, y luego la otra, y siguió así hasta que eventualmente cuando llegaba casi al final del pasillo. Encontró a su madre en la habitación a la que el le gustaba llamar.


"La Sala de Juguetes de Mamá"


Porque de hecho era una armería, debía de haber mas de cien armas en ese lugar, de todas las épocas y todos los tipos, y debía de haber unos cuantos miles de balas. La habitación es un lugar elegante y de iluminación plena, con todo tipo de armas en cajones, muebles y en las paredes, estaba protegida por una puerta blindada, detrás de otra puerta el doble de gruesa y resistente. Aunque no impedía que Ghost entrara y saliera cuando quisiera.


— Oye Má... Papá necesita tu ayuda — Su madre simplemente detiene su acción y mira a su hijo, la mayor no parecía feliz por ser interrumpida y Ghost lo sabía. Su madre odia ser interrumpida pero este asunto era importante así que su madre simplemente asiente, la mujer estaba limpiando un rifle Kalashnikov, claro que ese modelo no falta en ninguna armería —

— Esta bien, entiendo... — Dijo la mujer sin ningún tipo de expresión, para algunos sería raro o inquietante pero todos los que conocieran a la madre del chico entenderían que así era esa mujer, su voz cansada y sin emoción era su forma común de comunicarse —


Ghost sonríe y decidió flotar hacia arriba como un globo, tomándose su tiempo hasta llegar al piso de arriba y empieza a flotar a gran velocidad por la mansión como si fuera una hoja en el viento, revoloteaba sin marearse y su camino terminó al llegar a su habitación, dejándose caer sobre la enorme cama. Tomó su teléfono de la mesita de noche mas cercana y pensó en que podría hacer, no quería vagar por la ciudad otra vez, a su madre no le gustaba que estuviera caminando sin rumbo por la ciudad... Pero, podría salir un rato con alguien. Pensó en esa chica rara, Lorelai, ella podría hacer que una salida fuera interesante.

Tecleó un mensaje rápido y luego de un par de minutos su mensaje recibió una respuesta, aparentemente Lorelai quería salir con el. No pudo evitar sonreír, decidió acordar un sitio para verse. Pero claro, necesitaría un transporte ya que no era tan rápido como para poder ir hacia la playa en su forma fantasmal.

Se le ocurrió una idea y usó sus poderes de fantasma, atravesando la ventana hasta los jardines donde sus padres estaban alimentando a los perros guardias que usaban para proteger el lugar. Sus padres podían ser tacaños pero no querían gente husmeando en su propiedad, así que había bastante seguridad en el lugar, desde perros de guardia, guardias nocturnos, cámaras de seguridad e incluso trampas.

Su hogar era de esas casas construidas cuando aún se creía que las criaturas peligrosas podrían invadir Safe Haven, pasadizos secretos, trampas, lugares ocultos, una distribución casi laberíntica. Todo eso estaba hecho para confundir a quien no viviera en dicho lugar, si algún intruso de alguna forma cruzara a través de los muros, los guardias, los perros y no fuera detectado por las cámaras...

Que empiece a rezarle a los dioses para no terminar perdido o atrapado en una de las trampas, o algo incluso peor... Ser encontrados por su madre.


— Mamá ¿Me llevas a la playa? — Preguntó Ghost flotando frente a su madre, la cual lo miró mientras su padre terminaba de colocar la comida en los platos de los perros —

— ¿Y tu para que quieres ir a la playa?, ya tenemos piscina — Ghost miró a su madre claramente no satisfecho con ese comentario —

— Primero que nada, no es lo mismo una piscina a una playa... Y segundo, quiero salir con una amiga... Llévame, por favor — Ghost empezó a rogarle a su madre la cual lo miró, las pupilas grises de la Gata se encontraron con los las pupilas negras de su hijo, Ghost tenía una enfermedad muy rara, el sufría de Aniridia, una enfermedad en la que su ojo Felino no contaba con un Iris, solo estaban sus grandes pupilas negras, y además, ni siquiera tenía síntomas por dicha enfermedad la cual solo afectó la apariencia de sus ojos —

— ...Esta bien... Espero regreses a casa temprano, no quiero salir otra vez a buscarte — La mujer procedió a suspirar, no iba a negarle a su hijo salir con sus amigos, tampoco es que temiera que le pasar algo malo a su hijo, pero no quería que se metiera en problemas —


Ghost sonríe y esta vez vuela hacia el garaje de la mansión, habían varios autos, los mas caros que podrías comprar... Antes de 2010. No habían vehículos nuevos en ese lugar, pero los que estaban ahí estaban muy bien cuidados a pesar de sus años.

Al llegar, su madre ya estaba ahí, después de todo su madre podía teletransportarse siempre y cuando ya hubiera visitado el lugar al que deseaba teletransportarse.


— ¿Y cual llevamos mamá? ¿El Drophead o el Miura? — Ante la pregunta, la mujer observa sus vehículos, en el lado derecho estaban los vehículos de su madre y a la derecha estaban los vehículos de su padre —

— Usaremos el Lincoln... — Dijo la mujer tomando de una caja fuerte cercana, las llaves de aquel auto clásico, de hecho era su favorito —


El Felino subió al asiento de atrás, madre e hijo estaban sentado en los asientos delanteros del vehículo, la puerta del garaje se abrió tocando un botón del llavero y el auto negro salió lentamente, el camino era un poco largo hasta el portón el cual fue abierto de la misma forma que el garaje. Aunque Ghost odiara un poco su hogar, la verdad es que los terrenos eran tan grandes que podría divertirse bastante afuera jugando con alguien...



Una Hora Después



Ghost salió del interior de aquel Lincoln Continental del 65 que conducía su madre, y segundos después de salir se estiró un poco, no tardó mucho en ver a Lorelai sentada en una banca. La saludó y se acercó a ella, Lorelai lo saludó con la mano aunque ella se mantuvo observando por algunos segundos a la madre del otro, la mujer dentro del auto había bajado la ventanilla y sus ojos sin vida enterraron profundamente su mirada en la Felina mas joven, se mantuvo así unos segundos antes de subir la ventanilla y acelerar.


— Hola Lorelai ¿Como estás? — Preguntó Ghost ignorando lo sucedido, Lorelai lo miró y luego giró su cuerpo para poder empezar a caminar por la playa —

— Estoy bien, solo un poco... Cansada... — Ghost asintió, siempre sintió que Lorelai era como su madre, tanto parecida en su especie y apariencia como en el hecho de que ambas suelen ser un poco cortantes o frías, pero a Ghost siempre le gustó Lorelai, y de hecho ella le recordaba un poco a el —

— ¿Y tu? ¿Como estás? ¿Que has estado haciendo? — Ante la pregunta Ghost alza sus orejas y luego de eso no tarda en responder —

— Estoy bien, no eh hecho nada interesante, solo estuve usando mis poderes para hacer cosas locas — Lorelai alzó una ceja, sabía de los poderes de Ghost, mas de una vez lo vio usandolos aunque nunca supo exactamente como funcionaban ni que cosas hacía con ellos —

— ¿Cosas locas? ¿Que clase de cosas haces con tus poderes? — Ante la pregunta Ghost sonríe y su pelaje y piel se vuelven translucidos, sin embargo sus huesos eran menos translucidos y se marcaban mas, sus órganos se volvieron completamente transparentes exceptuando los ojos —

— Puedo atravesar cosas, y volar, ya sabes, cosas de fantasmas... — Ghost flota frente a Lorelai la cual no detuvo su paso aunque las acciones del otro fueron lo suficientemente interesantes como para que ella alzara una ceja —

— ¿Cosas de fantasmas?... ¿Que son las cosas de fantasmas? — Ghost en un sentido sintió que era obvio pero claro que alguien frente a un fantasma le preguntaría que cosas puede hacer —

— Verás puedo atravesar cosas, volverme intangible, flotar, volverme invisible, soy inmortal y puedo poseer objetos... — La Gata alzó una ceja nuevamente, miró al otro el cual se quedó en silencio unos segundos antes de responder a la pregunta que la otra estaba por hacer, ya sabía que iba a preguntar sin necesidad de escucharla —

— Me refiero a objetos, no a personas, pero puedo usar los objetos para mi diversión... Aunque generalmente solo los hago flotar, pero cuando uso la tecnología puedo hacer cosas interesantes... ¿Quieres ver? — Ante la pregunta, Lorelai se vio muy tentada a aceptar, sin embargo, prefirió no hacerlo. No quería a nadie husmeando en su teléfono o algo así —

— No gracias... Eres alguien... Interesante... ¿Y tu mamá? ¿Ella es tan especial como tu? — Ghost al escuchar aquello suelta una pequeña risa, de hecho aunque el lo mencionaba abiertamente, muchos nunca le prestaron atención cuando el hablaba sobre su madre. Así que se preparó para hablar —

— Oh, mi mamá... Bueno... Ella es La Muerte, y no es la Muerte metafórica, ni retórica, ni poética, ni teóricamente, o cualquier otra forma críptica o elegante de llamarla. Mi madre es la Muerte, a secas... Literalmente el primer nombre de mi madre es Death Ghost hizo su esfuerzo para dar miedo, su voz se fue volviendo mas grave y levemente distorsionada mientras hablaba, sus ojos se volvieron rojos y su esclerótica se volvió negro, casi logró poner nerviosa a Lorelai 

— Okey... Tu madre es la Muerte, ¿Como funciona? ¿Ella mata a todos en el mundo? — Preguntó Lorelai mientras observa a Ghost, este no sabía muy bien como explicarlo, de hecho no sabía muy bien como funcionaba pero podía intentar explicarlo —

— No, ella no hace eso exactamente... Ella, solo mata a ciertas personas que le ordenan o que necesita matar — Dice el mientras se detiene al ver un puesto de helados cerca de donde ellos estaban —

— Oh, interesante... — Lorelai chasqueó la lengua, juraría sentir una sabor en su lengua, le recordaba un poco al jugo de naranja. A veces alucinaba con cosas como esas, aunque estuvo tomando sus medicamentos últimamente así que esperaba que las alucinaciones no fueran a peor —

— ¿Quieres un helado? — Preguntó el Gato volviendo a su forma original, caminando con dirección al puesto de helados el cual tenía una pequeña fila de gente frente a el, todos esperando a recibir su helado para un día soleado como ese —

— Está bien... — Dice la Gata mientras observa a la playa, algunos yates y botes rápidos cruzaban por la playa, los yates a pensa se movían si es que se movían —


Ghost asiente y se forma en la fila junto a Lorelai, el Felino de ojos extraños pensó un poco en lo que hacía su madre, el nunca supo mas de lo que el mismo le contó a Lorelai, de hecho la acompañó un par de veces pero la verdad es que nunca supo mucho que hacía su madre realmente, para el, ella solo iba por gente peligrosa y los mataba por eso mismo. La verdad no sabía mas...



Dos Meses Antes



Ghost estaba sentado en los asientos traseros del auto de su madre, jugando un videojuego en su teléfono ya que su madre le dijo que no podía entrar con ella, solamente la dejó acompañarla en el camino, tal vez fue solo para hacer que desistiera de sus esfuerzos por comprender lo que ella hacía.

Había escuchado gritos y disparos desde hacía rato, no le asustaban pero se preguntaba que clase de infierno estaría desatando su madre ahí dentro como para que todos los gritaran y dispararan tanto.

Escuchó el ruido de un cristal rompiéndose y miró a la dirección del sonido, vio como alguien caía sobre una pickup estacionada debajo de la ventana desde la cual lanzaron a esa persona, tomando en cuenta que cayó casi de cabeza, dudaba que se fuera a levantar en algún momento.


— Guau, genial — Dice Ghost mientras observa a su madre saliendo la cual se teletransportó desde la ventana hasta el lugar, apareciendo ahora frente al auto, la mujer traía con ella una bolsa de gimnasio —

— Oye ¿Que hiciste mamá? ¿Que traes en la bolsa? — Preguntó el mas joven desde la ventanilla, su madre por su parte abrió el maletero y dejó ahí la bolsa, junto a las varias armas que tenía dentro del maletero —

— Mi pago... Por favor cúbrete los oídos — Ghost alzó una ceja y un par de segundos después decidió preguntar el porqué... Sin embargo, la respuesta llegó sola —


Un ruido ensordecedor y un temblor hicieron a Ghost darse un susto y convertirse en fantasma para evitar cualquier daño, sin embargo al mirar a la dirección del sonido solo vio que una de las paredes de aquel almacén ahora tenía un agujero de tamaño considerable y estaba en llamas.


— Por eso... — Death entró al auto y lo encendió, girando en U rápidamente y acelerando para irse de la escena, a lo lejos una sirena de alguna patrulla estaba acercándose rápidamente y probablemente por mera coincidencia estaba cerca en el momento de la explosión —


Ghost vio a su madre, ella conducía pero sus ojos estaban demasiado fijos como para estar realmente observando la carretera, como si tuviera la mirada perdida o estuviera pensando en algo mas. Aunque el comportamiento de su madre era sumamente extraño, para el era algo normal aunque incomprensible al mismo tiempo. Su madre es la muerte, debe de tener millones de años y millones de experiencias que la habrán llevado a terminar actuando tan raro, nunca podría entenderla pero al menos podría intentar descifrarla...



Día Presente



Lorelai caminaba junto a Ghost a través de las vías del tren, dichas vías no se habían usado en mucho tiempo, la naturaleza lo había reclamado como suyo nuevamente y los insectos también, ocasionalmente algún pájaro o sapo cruzaba por su vista aunque a ninguno de los dos les importaba.


— Mi mamá en realidad no siempre sostiene las cosas, las deja flotar en su mano... No se porque lo hace — Comentó Ghost flotando a un lado de la otra la cual lo escuchaba atentamente, Lorelai caminaba sin fijarse realmente en el camino, aunque ocasionalmente su vista regresaba al suelo para no pisar accidentalmente algún charco —

— ¿Y tu mamá es una Deidad o algo así? — Ante la pregunta, Ghost tardó un poco en responder ya que en su mente no sabía describir correctamente a su madre, pero había gente que adoraba a la muerte así que... —

— Si, ella es algo así... Pero creo que ah de ser la única Deidad tacaña, no le gusta reparar nada si no esta inservible, creo que lo único que cuida son sus autos — Ghost se detuvo frente a una escalera y subió flotando, Lorelai subió la escalera y al salir de las vías del tren su vista captó una valla metálica —


Ghost la atravesó y volvió a su forma física, Lorelai por su parte dio un salto y se sostuvo de la cima, luego dio otro salto y cayó sobre sus pies junto al mas pequeño el cual admiró su forma de saltar la valla de forma tan rápida.


— Bien hecho... Mira, este es uno de mis lugares favoritos. Nadie viene a este lugar enorme — Dijo el mientras mira alrededor, estaban en el amplio estacionamiento de un centro deportivo abandonado, hasta donde Lorelai recordaba, lo habían abandonado por una tormenta que lo dejó en mal estado y el precio de las renovaciones era muy caro. Lo sabía porque su tío había hablado sobre eso un día —

— Oh espera, de hecho si lo usan para fiestas pero solo de vez en cuando... — Lorelai no dijo nada y solo empezó a caminar, era un día un poco nublado pero el sol estaba presente, el sol se reflejaba entre las nubes y algunos rayos de sol ocasionales se filtraban entre las nubes —


Ambos Felinos caminaron por el estacionamiento, unos pocos autos abandonados por alguna de muchas razones estaban en el estacionamiento haciendoles compañia, Lorelai y Ghost se sentaron en la parte trasera de una Chevrolet Silverado abandonada, la superficie estaba fría pero no estaba húmeda.

Ambos se acostaron sin hablarse el uno al otro, observando el cielo, Lorelai se sintió calmada incluso cuando en su cabeza juró escuchar un susurro. Tal vez sus medicamentos ya estaban empezando a cesar sus efectos. Aunque mientras no empezar a alucinar o tener pensamientos extraños, todo estaría bien. Ocasionalmente se había mareado pero había cerrado los ojos para poder controlarse.

La Felina pensó un poco en su padre, el sufría lo mismo que ella sin embargo el siempre pudo controlarse y no sufrir tanto por sus problemas. Pero unas pocas ocasiones ella pudo verlo actuando raro, y ella podía recordar perfectamente una de esas veces.



Tres Años Antes



Lorelai observó a su padre ahí, en la cocina observando los utensilios, la Gata solo podía preguntarse que sucedía realmente en su mente ¿En que cosas podría estar pensando su padre? ¿Tendría los mismos pensamientos que ella a tenido?


...


Viktor dirigió su mano hacia los cuchillos y observó el más grande, un cuchillo de cocina que estaba tan pulido en su superficie de acero inoxidable que era como un espejo, podía verse a su mismo reflejado en el. Y podía escucharlas, escuchar las voces hablándole y comentándole cosas que mantenían su mente intranquila.


"Lindo cuchillo"

"¿Que tan afilado está?"

"¿Sabes cómo usarlo?"


Y así seguían, el Felino no supo el porqué pero su mano lo presionó con fuerza, y luego dirigió el filo del cuchillo hacia la confiable piedra de afilar que había en la cocina, y como si se tratara de una especie de instinto, empezó a afilar el cuchillo mientras las voces se escuchaban más fuerte a su alrededor.


"¿Donde crees que deberías enterrarlo?"

"Puedes hacerlo en el cuello, en el estómago, e incluso en la cabeza"

"Tu esposa se está bañando, ¿Cuánto tiempo pasarían antes de darse cuenta de que algo está mal?"


Aunque las intentara ignorar con toda su fuerza y aunque se esforzara por fingir que no sucedía nada, no pudo evitar responderle a las voces.


— No lo sé, puede que el Miércoles y el Jueves... Tal vez incluso parte del Viernes Dijo mientras afilaba el cuchillo contra la piedra de afilar asegurándose de que el cuchillo estuviera tan afilado que podría cortar la carne como si fuera un papel —


Las voces empezaron a ser más fuertes cuando les respondió, fue un error, tal vez debió abstenerse pero a veces juraría que eran personas a su lado y que tenía que responder.


"Mirate, permites que tú esposa te ordene cosas y que lo haga con tus hijas"

"¿Como puedes permitir que esa zorra con la que te casaste haga eso con tus hijas?"

"¿Quieres que ella se las quede? ¿Que se quede con todo por lo que tú has trabajado"


Terminó de afilar el cuchillo y no pudo evitar tomarlo con fuerza, lo hizo con tanta fuerza que su mano empezó a temblar y se volvió a observar a su mismo en el reflejo del cuchillo. Pero fue entonces cuando escuchó esa otra voz, una voz muy parecida a la de su hija...


"¿Como puedes pensar eso Viktor?, tu esposa siempre ah estado ahí para ti y tus hijas, te ama tanto como a ellas. Sabes que tu esposa nunca pensaría en quitártelas"


Y fue ahí cuando las voces empezaron a formar un escándalo, ordenándole cosas, regañándolo o insultándolo.


— ¡Basta! — Tomo el cuchillo con fuerza y lo golpeó contra la encimera de la cocina, lo golpeó con tanta fuerza que la punta se rompió y salió disparada hacia la izquierda, justamente hacia la mano que sostenía la piedra de afilar, instintivamente soltó el cuchillo al igual que la piedra y se apresuró a quitar la punta rota del cuchillo enterrada en el dorsal derecho de su mano —


Dejo la punta caer junto a algunas gotas de sangre en el lavabo de la cocina y se apresuró a abrirlo mientras su mano herida entraba por instinto al agua fría para intentar lavar la sangre de su mano.

El flujo de agua roja le hizo sentirse hipnotizado, solo pudo mirarlo hasta que segundos después reaccionó y se apresuró a cerrar el flujo de agua y tomar las grandes toallas de papel desechables de la cocina y cubrir su herida con ella.

Por suerte la encimera de la cocina es de un muy buen material negro, a penas se podía llega a notar la marca que dejó la punta del cuchillo. Se apresuró a tomar el cuchillo sin punta y tirarlo a la papelera, miró atrás y al no ver a nadie fue hacia el baño más cercano, ahí habría un botiquín para poder desinfectar y vendar su herida.



Día Presente



Lorelai volvió a la realidad cuando su vista bajo hacia su propio pecho viendo la cabeza de Ghost sobresaliendo de él, aparentemente Ghost fue capaz de notar como Lorelai parecía haberse perdido entre sus pensamientos.


— ¿En que piensas? — Lorelai no responde a la pregunta, observó fijamente a Ghost el cual noto como la mirada era levemente hostil como un perro al que una acción aleatorio le molestaba —

— Lo siento — Ghost flotó hacia arriba, la forma en la que salió fue como si su cuerpo entero saliera desde el pecho de la Gata, ambos juraría que probablemente vieron algo así en alguna película probablemente vieja o puede que alguna moderna —

— Se podría decir que estuve dentro de ti y toqué tu corazón — Dijo el Gato mientras su rostro flota a una altura más baja para poder mirar a la otra más de cerca. Su sonrisa inocente le mostró a la chica que no hubo un doble sentido inapropiado en esa frase —

— No digas eso... Este lugar... Es relajante — Lorelai se levantó aún sobre el vehículo, subió al techo de la camioneta pickup y observó el horizonte, las vías del tren abandonado y la carretera a lo lejos la hacia sentir tranquila de una forma extraña, como si estar lejos de todo le hiciera se sentirse tranquila —

— Seh... Me gusta el hecho de que a este lugar no vendría nadie, al menos de día. A veces siento que la gente tal vez no me comprende o tal vez ni siquiera les importa, así que si no me quieren cerca yo me alejaré cuanto quiera — Lorelai miro al chico más joven, ambos se habían sentido igual. Cómo si su familia no se esforzara realmente por comprenderlos, en ambos casos era como si sus familias simplemente no tuvieran suficiente interés como para intentar comprender por lo que pasa o lo que ellos piensan —


Ambos se quedaron en silencio unos segundos, poco después el Felino Fantasma se volvió corpóreo nuevamente, la luz ya no podía atravesar su cuerpo y su piel ya no era transparente. El más bajo observó al horizonte junto a la otra, sin decir nada, sentía que era un momento que prefería honrar con el silencio.

Lorelai juraría escuchar algo, un pequeño pitido que empezaba a volverse más fuerte. Otra vez estaba alucinando, pero no entendía el porqué... Había tomado sus medicamentos como le dijeron, tal vez no tomó la cantidad necesaria...

No. Ella podía recordar bien la cantidad, ella tenía memoria eidética, no había nada que no recordara perfectamente.

Sus párpados cubrieron sus ojos durante unos segundos, su ceño se frunció con fuerza y sus orejas bajaron. Para sus suerte Ghost no lo notó.

El ruido se fue volviendo más fuerte hasta que se volvió un ruido ahogado y luego se volvió tan bajo que ya no pudo escucharlo. Lorelai rascó su cabeza, parpadeando un par de veces, por un segundo su cabeza quedó en blanco, como si todos sus pensamientos se hubieran apagado por un par de segundos. Tardó unos pocos segundos en recordar dónde estaba... Aunque apreciara esos momentos, sintió que sería mejor pasar el resto del día en casa, lo que menos quería era que sus alucinaciones arruinaran todo...


— Esto es lindo pero... Creo que debería ir con mi familia. Pero nos podríamos volver a ver — Lorelai aunque de hecho no lo intentó, fue capaz de mostrar la más pequeña de las sonrisas y poner una mano en el hombro del otro, de hecho se sorprendió a sí misma —

— Oh claro... Llamaré a mi madre para decirle dónde la esperamos — Dijo el mientras toma su teléfono de su bolsillo —


Marcó el número de su madre mientras bajaba del vehículo caminando lentamente hacia la salida del lugar. Aunque la gente de su edad prefería mandar algún mensaje, su madre decía que ella pagaba para que el llamara, no para que gastara todo su saldo de llamadas en internet, así que estaba obligado a llamarla si no quería un regaño por malgastar su plan.



Mientras Tanto



Death estaba teniendo una charla con aquel Sepia, era bastante curioso como dicha criatura mortal era capaz de lograr sacarle una conversación a cualquiera independientemente de su especie o profesión.


— No creo que debas desconfiar de el, después de todo Zechariah siempre ha mostrado que es capaz de mantener su pasado y sus asuntos personales fuera del trabajo... Yo solo por precaución, mantendría vigilado a Fabian o a la doctora Keiko, solo por precaución — Winston notó como la otra estaba por añadir algo más hasta que su teléfono berrea en su bolsillo, incluso en su modo de vibrar, fue audible para ambos, ojalá hubiera alguna forma de configurar que tan fuerte puede vibrar el teléfono —

— Creo que es mi hijo... Fue una buena conversación — La Felina uso sus poderes de telekinesis y su teléfono floto desde el bolsillo de su maltratada túnica hasta su mano izquierda —


Winston se despidió cuando la otra dejo la taza de té en la mesa al terminar su bebida. Ella se despidió devuelta y caminó fuera del lugar, su presencia era notada por todos, su aura volvió a ser agobiante y provocaba un mal presentimiento en todos los que estuvieran cerca de ella. Como si fuera una criatura peligrosa, los animales erizaron el pelaje de sus espaldas y nucas, los Serpios mostraron levemente sus colmillos y otras especies mostraron signos de alerta.

No por estar enfadados, pero algo en esa mujer les hizo alarmarse e incluso asustarse. Su sola presencia a pesar de todo, fue respetada, nadie murmuró, habló a sus espaldas o la insultaron, solamente reconocieron su presencia de la única forma en la que fueron capaces. Incluso el pequeño grupo de Vampiros que estaban saliendo del interior de un Cadillac CT6 decidieron esperar a que ella se fuera para poder entrar al café.

Por su parte, la mujer no le prestó atención a nada de eso, toda su atención fue dirigida a la llamada de su hijo. Escuchó la dirección y asintió incluso si no había una razón para hacerlo.


— Está bien, estaré ahí en unos 20 minutos — Dijo ella procediendo a colgar sin siquiera usar alguno de sus dedos —


Su era teléfono era un tanto viejo, ni siquiera era táctil pero era realmente extravagante, con incrustaciones en sus detalles de oro. Le costó 38 Mil Dólares en su tiempo, y aunque no era un teléfono inteligente como el que usaba para el trabajo, era una hermosa pieza de arte. Y lo pudo modificar para ser imposible de rastrear o intervenir, una hermosa línea segura para hablar.



Cuarenta Minutos Después



Ghost había sido dejado en casa, por mera amabilidad, la madre de el antes mencionado llevaría a Lorelai a su hogar. Sin embargo, cuando estaban cerca del hogar de la otra y casi llegando al vecindario. El auto se detuvo lentamente y el motor fue apagado, Lorelai lo notó y observó a la otra desde los asientos de atrás. La mujer por su parte la observó desde el retrovisor unos segundos, se miraron la una a la otra a través del reflejo.


Lori Lorelai Pierce, nacida el 27 de Octubre del 2006, tu madre se llama Vanessa y tu padre se llama Viktor, tu tipo de sangre es AB Positivo, sufres de una enfermedad congénita que también tenía tu padre... Tu fuiste conocida como la Asesina del Infinito — A Lorelai se le abrieron los ojos como platos, los abrió tan rápido que por poco ardieron, su corazón dio un vuelco como si alguien se lo hubiera arrancado del pecho solo para lanzarlo devuelta con la fuerza lanzador profesional de béisbol —

— Se todo sobre todos... Tus armas favoritas eran un par de Hoces, las hiciste tu misma... ¿Acaso sacaste inspiración del "Destello Negro"? — Pregunta la mujer volteando su cabeza hacia la otra, sus brazos no se posicionaron sobre los asientos delanteros como si tuviera algo que ocultar detrás de sus asientos de cuero —

— Y-Yo — Lorelai tartamudeó mientras su corazón latía con fuerza y su cabeza dolía, intentó salir pero los seguros estaban modificados para poder ser activados y desactivados desde los asientos delanteros —

— Lo hacías bien pero... Yo siempre eh sido la mejor, y tus Hoces... Malas imitaciones con material que te encuentras por ahí. Estas si son verdaderas Hoces, forjadas a mano por Heff e imposibles de romper — La mujer alza sus manos mostrando dos hoces grandes pero extremadamente ligeras, tenían grabados que Lorelai no lograba distinguir debido al destello que causaron ambos objetos los cuales la cegaron por unos segundos con su destello plateado —

— Relájate... Si quisiera hacerte algo lo hubiera hecho antes, sin embargo, quiero decirte una cosa... No quiero que tus problemas personales ni mentales se entrometan en mis asuntos ¿Comprendes? — Preguntó Death mientras en un segundo la punta de una de sus hoces estaba presionada contra la barbilla de la chica la cual asintió como pudo mientras la mujer la miraba, el tono sin emociones era ciertamente inquietante y esos ojos parecían intentar matarla con solo la mirada —

— Muy bien... Shh, calmate — La mujer empezó a silbar, silbaba una canción que aunque Lorelai reconocía, no lograba recordar su nombre. Sin embargo, la canción de alguna forma la calmó, su corazón volvió a latir normalmente y todo el ambiente dejó de ser tan tenso —


La mujer le permitió salir del auto levantando los seguros y permitiendo a la mas joven salir del auto sin decirse otra palabra. La Gata salió del vehículo tan confundida que casi se cae por no fijarse en su camino, su mente se quedó en blanco por varios segundos hasta que había llegado al portón de su hogar, ni siquiera se dió cuenta de la distancia que caminó. Solo supo que había llegado y para ella eso era suficiente.

Se distrajo otra vez pensando en aquella mujer, ella prácticamente la insultó en la cara. ¿O acaso la regaño?, ¿Que fue eso en primer lugar?. La madre de Ghost era una mujer difícil de leer, y esto causaba que Lorelai no supiera exactamente que pensar, ¿Ella estaba molesta? ¿Le dió una advertencia?...

No lo sabía, pero de hecho prefería no saber, sea como sea ella había abandonado esas cosas hace tiempo. Todo ese asunto estaba enterrado seis metros bajo tierra, ya no había ninguna relación entre ella y la "Asesina del Infinito".

Cuando regresó a su mente se vio a su misma en la entrada de su hogar después de cerrar la puerta, la Gata camino hacia la cocina buscando a sus padres o a su hermana en ese lugar, al instante distinguió una nota pegada en el refrigerador



"Su padre y yo salimos, el pollo está en el horno, si tienen hambre pueden calentarlo"



Lorelai de hecho tenía un poco de hambre y puede que Jolene también. Así que giró las perillas del horno para calentar el pollo, y al instante cerró los ojos con fuerza. Un dolor punzante en su cabeza que llegó desde sus sienes, tenía dolores de cabeza y mareos ocasionales. A veces sentía que su estómago se revolvía y la hacia vomitar todo lo que hubiera comido o a veces sentía que algo le apretaba la garganta tan fuerte que no podía respirar...



"Supongo que si el cerebro está dañado, el cuerpo también. Y algo falla en el cerebro, el cuerpo también falla"



Pensó ella para si misma, tener pequeños tumores que envían químicos a sitios en los que no deberían de estar era algo duro. A veces sus síntomas eran tan imprescindibles que la sorprendía a ella y los doctores.

Lorelai subió con suma rapidez hacia su habitación, sus pies subiendo las escaleras no fueron escuchados por Jolene la cuál estaba en su habitación tocando música o tal vez escuchándola, a veces era complicado distinguirlo.

Lorelai abrió la puerta y se acercó a su mesita de noche, abrió el cajón de abajo y tomo con ambas manos los frascos de medicamentos. Todo tipo de medicinas, para tratar los problemas mentales y físicos que causaba su condición.

Ni siquiera necesitó de agua o jugo para consumirlas, metió las pastillas necesarias en su boca y las tragó. De hecho estuvo cerca de atragantarse al tomar tantas al mismo tiempo, tuvo que forzar dolorosamente su garganta para que todo entrara a su estómago, se arrepintió un poco pero la verdad es que no le importaba tanto el dolor...

Observó la cama y de hecho tuvo un recuerdo de una pesadilla que tuvo hacia poco tiempo, durante una siesta en la tarde, últimamente se sentía cansada sin razón y se iba a dormir, y entre sus sueños extraños, tuvo algunas pesadillas. Entre ellas, recordaba que una de ellas se sintió más real y vivida que las demás...



...



Lorelai estaba encerrada en una habitación acolchada la cuál no tenía el lujo de una bombilla o tubo fluorescente sobre ella, su única iluminación era una simple línea de luz blanca que se filtraba desde la puerta metálica que la separaba del mundo exterior.

Una camisa de fuerza la mantenía apresada en su firme pero extrañamente cálido abrazo, no es que la calidez añadiera mucha comodidad, sus brazos y pecho estaban tan apretados que casi dolía y respirar profundo era complicado. Sus piernas estaban apresadas por un delgado pantalón gris el cuál no era la fuente de la incomodidad de sus piernas. El problema eran las viejas pero confiables correas de cuero que mantenían sus piernas encadenadas a la cama vertical donde estaba.

La cama estaba atornillada a la pared, justamente observando la puerta, como si la obligaran a mirar el único lugar que ella deseaba alcanzar, y no es que pudiera realmente mirar otra cosa, y no era por la oscuridad.

Había una correa de cuero en su frente la cuál mantenía su cabeza quieta y firme frente a la puerta, su mirada no lograba captar nada más que esa línea de luz. Sus pies solo eran cubiertos por los calcetines largos de color oscuro que de alguna forma no lograban hacer casi nada para calentarla del frío permanente de la habitación.

Su rostro rostro estaba cubierto por una máscara maltrecha, una máscara que ella conocía, la mitad derecha era una cara sonriente en contraste con la otra mitad la cuál era claramente una cara triste. La máscara estaba maltratada, tenía grietas, los bordes estaban en su mayoría dentados o rotos en peligrosos colmillos filosos de plástico. La máscara tenia una gran grieta en medio como si más hubiera roto por la mitad y alguien la hubiera reparado con pegamento.

Era su vieja máscara, o mejor dicho, era la máscara de la "Asesina del Infinito"...



"¡SLAM!"



Ese ruido hizo la puerta al ser abierta con tanta violencia que de hecho se torció, como si hubiera sido golpeada brutalmente por una fuerza considerable. Sin embargo lo que más le llamo la atención a Lorelai, fue el repentino cambio de iluminación, la iluminación se tornó roja y escuchó un ruido extraño que se acercaba a ella, como si fuera un río que se acerca a gran velocidad, pero luego, el ruido bajó su intensidad gradualmente mientras se acercaba.

Y vio como una pequeña ola de sangre llegaba hasta el suelo, su cuerpo al estar levantado, no sintió nada, pero sus pies estaban cerca de la sangre la cuál estaba a algunos centímetros de tocar sus pies.

Una iluminación roja tomo por sorpresa el lugar, revelando varias marcas en toda la celda acolchada, todos eran nombres, muchos nombres estaba escritos en distintos colores fluorescentes que decoraban la habitación pero no ayudaban para nada a aligerar el ambiente surreal en el que estaba.

Vio como una ola de sangre un poco más grande se unía a la anterior, haciendo subir lentamente el nivel de la sangre debajo de ella, y luego llegó otra ola aún más grande la cuál subió el nivel de sangre de tal forma que la sangre se tragó sus pies... O mejor dicho, digirió sus pies.

De forma literal, como si se tratara de un alimento en un estómago o como si se tratara de ácido, sus pies fueron literalmente derretidos y desintegrados en al menos unos dolorosos 8 segundos.

Primero, la tela de deshizo como papel, se hizo casi líquida por un segundo antes de desaparecer en ese Mar Carmesí, luego, la sangre corrosiva quemó y pulverizó el pelaje de sus pies, la piel se empezó a derretir literalmente, como si se tratara de la piel de un pollo, se empezó a desprender y deshacer, los músculos, los tendones y todo lo que hubiera tocado la sangre estaba derritiéndose y disolviéndose.

No dolía, pero se sentía cálido, y le resultó aterrador el decir que se sentía bien la calidez intensa de la sangre que disolvía lentamente su cuerpo.

Al fijarse en eso evito fijarse en el hecho de que el nivel de la sangre aumentaba lentamente llevándose sus piernas de la misma forma en la que lo hizo con sus pies y ahora llegando a su abdomen.

Era un poco complicado describir lo que pasó, era como si su cuerpo estuviera siendo remojado en una especie de bebida carbonatada y gaseosa, miles de burbujas se formaban y estallaban cuando el mar de sangre disolvió la parte baja de su abdomen. Sintió como la sangre termino de derretir su piel y empezó a digerir sus intestinos.

La sensación extraña le causó una risa inexplicable, como si se tratara de cosquillas. Su risa fue tanto impulsiva como nerviosa, y de forma inexplicable, también empezó a llorar sin sentir tristeza ni sollozar, las lágrimas solo escapaban de sus glándulas lagrimales y bajaban por sus mejillas pero nadie podía verlas debido a su máscara. Tampoco es que quisiera que alguien más viera...

Y así en poco nada de un minuto su cuello fue alcanzado por la sangre, cuando lo único que quedaba de ella por debajo del cuello era solo un esqueleto.

Pero en ningún momento ella dejó de llorar y reírse al mismos tiempo, ni siquiera cuando la sangre empezó a salir de su boca o cuando literalmente la vomitó cuando su estómago fue consumido por ese mar rojo. Sin embargo lo último que vio fueron los nombres a su alrededor...

Los nombres de las personas a las que le quitó la vida, sentía como si esas letras fueran ojos observándola atentamente, pero ella no les demostró debilidad ni tristeza, incluso en esa situación ella se rió y sonrió, aunque se ahogara en su propia sangre, nunca les daría el placer de verla asustada o llorando...



...



Vaya que fue una pesadilla extraña... ¿Había un significado?, Seguramente había algo detrás de todo eso, al igual lo había detrás de cualquier sueño. Sin embargo, fuera cuál fuera, la verdad no le importaba para nada...

En pocos minutos Lorelai bajó a la cocina con su mirada fija en sus propios pies, estaba pensando en Ghost por unos momentos. Sin embargo, lo que la sacó de sus pensamientos fue una llamada de su madre. Por unos segundos se sintió mareada cuando bajó las escaleras, tal vez debería tener mas cuidado al bajarlas, pudo haberse caído.


— ¿Hola? — Contestó Lorelai mientras volvía a la cocina, el pollo estaba casi listo, le faltaban un par de minutos —

— Oh, hola querida. Tu padre y yo tardaremos un poco mas de lo que creíamos, creo que hubo un accidente en la autopista — Dijo la mujer a través del teléfono mientras su hija observaba el pollo en el horno aunque su atención estaba puesta en la llamada —

— Oh esta bien... Estoy calentando el pollo que dejaste — Dijo ella mientras sus orejas captaban un pitido el cual indicó que el tiempo que dejó el pollo ya acabó y que ya era la hora de sacarlo —

— ¿Que dijiste Lori?, no logro entender lo que dijiste — Lorelai repitió la misma oración una vez mas, sin embargo su madre pareció no entenderla nuevamente, ella repitió y el resultado fue exactamente el mismo —

— Hija, creo que hay un problema con la señal, no entiendo nada de lo que dices... Te llamo luego — Lorelai se extrañó ya que en realidad ella escuchaba todo perfectamente pero supuso que sería el teléfono de su madre, la Gata simplemente deja su teléfono a un lado y se coloca los guantes de cocina los cuales reposaban en la encimera de la cocina esperando ser usados —


Lorelai sacó aquel pollo del horno disfrutando de su olor, sentía sus manos calentándose un poco debido a lo caliente que estaba la bandeja y el como el calor atravesaba la tela. Dejó la bandeja en la encimera para que enfriara y decidió llamar a su hermana.


— ¡Jolene! ¡El pollo ya esta listo! — La Gata se asoma desde la cocina mirando a las escaleras pero su hermana no le contesta así que la volvió a llamar por su nombre, esta vez obteniendo resultados—

— ¿Que dices Lori?, no te entiendo — Lorelai se confundió y alzó una ceja, debían de estarle jugando una broma. Cuando estaba por decir otra cosa sintió una sensación extraña, como si fuera algo caliente bajando lentamente desde su nariz hasta su labio superior —


Se limpió con un dedo viendo una clara marca de sangre, ese color rojo le hizo sentir extraña, con una enorme velocidad como la del auto deportivo de un criminal que escapa de la policía después de que encienden la sirena, ella llegó hacia el dispensador de toallas de papel y tomó una de ellas limpiándose la nariz.

Solo pudo observar la cantidad anormal de líquido rojo que había en la toalla de papel antes de doblarla y ponerse otra en la nariz. Al igual que aquel deportivo que huía de la policía, ella también empezaba a perder el control.

Todo el silencio fue reemplazado con un ruido muy fuerte que solo podría describir como un silbido que se iba intensificando llegando a asustarla tanto que empezó a derramar lágrimas y gimotear. Su corazón empezó a latir con tanta fuerza y velocidad que le causaban dolor, a raíz de aquello empezó a temblar mientras dejaba caer aquella toalla de papel ensangrentada que cayó al piso con muy desagradable un ruido húmedo. Su visión se tornaba doble y se veía como si estuviera viendo una luz al final de un túnel que se alargaba cada vez mas, cuando miró aquel papel cubierto de sangre su estomago se revolvió.

Sintió unas nauseas tan fuertes que solo pudo tomarse con fuerza del abdomen antes de expulsar violentamente un chorro de bilis de sus órganos palpitantes producto de no haber comido nada en muchas horas. Cuando el vómito paró, Lorelai solo pudo tambalearse e intentar gritar pero sus gritos se sentían presionados dentro de su propia graganta para no salir, solo podía gimotear impotentemente mientras sus lágrimas bañaban sus mejillas.

Y al final, al igual que el deportivo que huía de la policía, al perder el control, solo pudo deslizarse por la carretera quemando sus neumáticos debido a la fricción y acabar en un choque violento. 


"¡Crack!"


Eso escuchó Lorelai cuando al caer hacia atrás, golpeó su cabeza con el borde de una de las encimeras, ese golpe hizo que su visión de túnel se fuera pero aún se sentía mareada y su visión daba tantas vueltas que solo pudo cerrar los ojos. 

Sus lágrimas no pararon de salir al igual que el chorro pequeño de sangre que salía de su cabeza palpitante y casi a presión, mientras un pequeño charco de sangre se generaba debajo de su cabeza cubriendo su pelaje de rojo. Un gemido ahogado de dolor y agonía salió de la garganta de Lorelai la cual solo podía cerrar los ojos, aunque intentaba con todas sus fuerzas gritar hasta quedarse afónica y retorcerse sin parar debido al dolor y ansiedad.

Sus extremidades se sentían como si estuvieran hechas de plomo ya que no las lograba mover, se sentía como una tortuga volteada que no podía ponerse de pie por sola. Solo podía concentrarse en aquel dolor y el ruido del silbido que se transformaba en un pitido casi insoportable, el charco de sangre se iba haciendo mas grande y solo podía mirar al techo.

No podía escuchar nada, ni siquiera escuchó el grito de horror de su hermana cuando la encontró llorando y retorciéndose en su propia sangre y agonía como una persona a punto de morir. Solo sintió como su hermana le ponía todas las toallas de papel posibles en su cabeza para que la sangre dejara de escaparse de su cráneo. Jolene podía jurar que por un segundo escuchó a su gemela reírse mientras su espalda sentía claramente el calor leve que le daba el charco de su propia sangre el cual para ese momento se había transformado en un pequeño Mar Carmesí.

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