Capítulo II: Haciendo amigos
Al cruzar la barrera, lo primero que vió Feliciano fue un cartel que decía:
Andén 9 y 3/4
-Aquí es, Feli.- Informó Rosa. Sacó un ticket de tren y se lo entregó.- Este es el ticket para que puedas viajar en ese tren.- Señaló un gran tren azabache y carmesí, que echaba humo. Un pitido indicó que el ferry iba a partir enseguida, lo que puso tensos a Feliciano y a Rosa.
Ella abrazó al chico.
-Te voy a echar mucho de menos, Feli. Te quiero mucho.
-Y-y también, Rosa. Muchas gracias por cuidarme todo este tiempo. Muchas gracias, de verdad.
-Gracias a ti por tus magdalenas, tus sesiones de canto, por enseñarme a tocar el piano, por los miles de hermosos cuadros que me has hecho y por tu maravillosa compañía. Nos volveremos a ver, Feliciano, hasta ese entonces no te olvidaré.
-Yo tampoco, Rosa. Te quiero.
Él se aferró todavía más a ella. No pudieron evitar soltar una lagrimita.
-Adiós, Feli, haz muchos amigos, ¿vale?
-Si, Rosa, haré un montón.
Se separaron de un abrazo que podría haber sido interminable y se montó, portando no solo sus maletas si no todos sus miedos e inseguridades con él, equivalentes al peso del mundo entero.
Trató de buscar un vagón vacío, cosa que le fue imposible, así que entró en el más vacío que encontró.
Había dos personas en éste.
Uno era rubio, con el pelo cuidadosamente peinado hacia atrás de forma perfeccionista y ojos celestes y hermosos como el mismísimo cielo.
Otro, negra y lisa cabellera, bien peinada pero no tan perfecta como el anterior, ojos castaños oscuros, con rasgos asiáticos.
-H-hola, soy Feliciano, ¿y vosotros?- Se presentó el recién llegado.
-Me llamo Ludwig.- Habló el rubio, haciendo un saludo estilo militar.
-Kiku. Kiku Honda.- Dijo el asiático.
-¿Puedo sentarme?- Pidió Feliciano.
-Si.- Respondió Ludwig.
-Gracias, muchísimas gracias.- Agradeció el castaño.
-Por favor, sólo te he dejado sentarte aquí, no es para tanto.- Dijo el rubio.
Feliciano no dijo nada más, se sentó al lado del oji-azul y lo miró profundamente.
-Feliciano... ¿de dónde eres?- Prenguntó Kiku, rompiendo un silencio incómodo.
-¿Qué? ¿Por qué preguntas?
-Feliciano no es un nombre inglés.
-Kiku tampoco.
-Al igual que el mío.- Interfirió Ludwig.
-¿De dónde sois? Yo nací en Italia, pero al morir mi madre tuve que mudarme aquí por cosas de trabajo de mi padre.- Dijo Feliciano.
-Yo soy de Japón, también nos mudamos por trabajo.- Explicó Kiku.
-Y yo de Alemania, mis padres nos abandonaron y nos trajeron a mi hermano y a mí aquí.
-Vaya... siento escuchar eso, Ludwig.-Dijo Feliciano, mientras se abrazaba al alemán, que era mucho más grande que él.
-Y tú padre, Feliciano ¿a qué se dedica?- Habló Kiku, esperando romper el ambiente de tristeza que se había formado.
-Mi padre... m-mi padre...- Comenzó a llorar.- L-lo siento.
-Si no quieres contarlo no pasa nada, después de todo somos extraños, nos acabas de conocer.- Dijo Ludwig.
-N-no, está bien. Él... se suicidó... frente a mis ojos... por la muerte de mi madre... que yo causé.
-¿Que tú causaste? Explícate, por favor.- Pidió formalmente el japonés.
-Mi madre murió en el parto, cuando yo nací. Y mi padre se suicidó por la pérdida de mi madre...
-Ahora entiendo, gracias Feliciano.- Agradeció Kiku.
-Culpa mía culpa mía culpa mía culpa mía culpa mía...- Comenzó a susurrar para sí mismo el italiano. Los oídos le pitaban. Escuchaba voces. ¿Estaba loco?
-No es culpa tuya.- Le dijo Ludwig, correspondiendo al abrazo que Feliciano le había dado. Lo puso sobre sus rodillas con facilidad, con una gran fuerza y siguió abrazándolo y susurrándole cosas tranquilizadoras como "no es culpa tuya" o "ya pasó".
Mientras tanto Kiku observaba desde una distancia aquella hermosa escena con una leve sonrisa, apreciándola.
Entonces el tren se puso en marcha, camino a Howarts, escuela de magia y hechicería.
-¡HOLA!- Alguien entró en el vagón. Rubio, ojos azules y un mechón rebelde en su melena de oro, además de unas gafas.- ¡BUENOS DÍAS, SOY ALFRED F. JONES, UN PLACER!- Se paró un momento a observar la escena que tenía frente a sus ojos y se acercó alegremente a Feliciano.- Oye, tío, ¿qué te pasa? ¿estás bien? No llores por favor.
El castaño abrió los ojos, mostrando sus dos orbes miel al recién llegado.
-Hola, soy Feliciano Vargas, un placer también.
-Kiku. Kiku Honda.
-Soy Ludwig.
-¿Por qué estabas llorando?- Preguntó Alfred.
-...- El silencio reinó en el vagón.
-Entiendo si no quieres hablar de ello, no te preocupes. Ahora... ¿¡PUEDO QUEDARME AQUI!?
-¿Por qué gritas?- Se quejó Kiku.
-Uy... ¡LO SIENTO!
-Y sigue gritando...
-¡PERDÓN!
-Está bien... solo deja de gritar.
-¡ESO HARÉ!- Se acercó a Feliciano y le susurró.- Solo gritaba para fastidiarlo jeje.
El castaño comenzó a reir, acto que los integrantes de la sala sin contar a Alfred no entendieron, pero se alegraron por ver que él estaba bien.
-Uy, ¡mi hermano también está aquí! Voy a buscarlo y os lo presento. Aunque es un poco tímido... pero bueno.- Dijo Alfred para salir de vagón.
Poco después volvió con una persona.
Era menor que Alfred, llevaba gafas y unos ojos amatista preciosos, también rubio y con un mechón anti-gravedad. También portaba con el un oso polar que parecía más un perro que un oso, principalmente por la razón de que era del tamaño de un peluche.
-Y-yo soy Matthew... Matthew Williams... Soy de Canadá.. Un placer.- Habló tímido el segundo, escondiéndose tras Alfred.- Y este es Kumajiro... Vamos, saluda, Kumajiro.
-Hola, soy Kumajiro.- Dijo alegremente el osito, cosa que dejó estupefactos a los integrantes de la sala.
-Yo soy Feliciano.
-Me llamo Ludwig.
-Kiku. Kiku Honda.
El silencio reinó en la sala hasta que Alfred osó romperlo.
-Una pregunta, así para conocernos mejor, ya sabéis: ¿Tenéis hermanos? Yo tengo dos, uno ya lo conocéis, es Matthew y el otro fue admitido en Howarts hace tres años, se llama Arthur y le tocó Slytherin.
-¡YO TAMBIÉN TENGO UN HERMANO MAYOR! Se llama Lovino, lo aceptaron hace tres años y le tocó Slytherin también... aunque no sé qué es eso, solo nos dijo en una carta que mandó cuando lo aceptaron que era Slytherin.- Dijo Feliciano.
-En Howarts puedes pertenecer a cuatro casas y cada una representa los valores a los que más importancia le des: Griffindor, la casa al que perteneció el gran mago Harry Potter, representa la valentía; Hufflepuff, representa el trabajo; Ravenclaw, la inteligencia y Slytherin, la casa a la que perteneció Voldemort, por eso mismo está mal visto entrar a esa casa y quien estra, suele recibir malos tratos por parte de otros estudiantes, representa la avaricia, la astucia, el ansia de poder.- Explicó Ludwig.- Y también tengo un hermano, se llama Gilbert, entró hace tres años y le tocó Slytherin, también.
-Yo tengo otro hermano mayor, aceptado hace tres años, pero es Hufflepuff. Su nombre es Yao.- Dijo Kiku.
-¡Entonces todos tenemos hermanos!- Comentó alegre Feliciano.
-¡SI!- Gritó Alfred.
-¿Cuándo dejarás de gritar..?- Se quejó el japonés.
-Una pregunta...- El italiano comenzó a hablar pero luego se calló, como si pensara en que iba a decir y tras varios segundos habló.- ¿Queréis ser mis amigos? ¿Por favor?
-Pensaba que ya lo éramos.- Dijo Ludwig.
-Yo también.- Añadió Kiku.
-¡CLARO QUE SI!- Gritó Alfred, otra vez.
-Deja de gritar, por favor...- Volvió a quejarse el de pelo negro.
-S-si.- Dijo Matthew. El osito asintió mostrando su aprobación.
-Gracias, muchas gracias.- Sonrió Feliciano.- Oye, Ludwig, antes mencionaste algo sobre un tal Harry Potter... ¿Quién es?
-¿¡NO SABES QUIÉN ES!? ¿¡CÓMO PUEDES NO SABER QUIÉN ES!?- Gritó nuevamente Alfred.
-¡Que dejES DE GRITAR MALDITO IDIOTA!- Y entonces, un enfurecido japonés se lanzó al cuello del escandaloso rubio.
Los próximos minutos transcurrieron con Feliciano, Lugwig y Matthew, tratando de evitar que Kiku, mostrando su mayor poder y fuerza, estrangule a Alfred, gritando muerto de miedo en una esquina del vagón.
Así estuvieron durante unos 5 minutos hasta que un chico alto, con una nariz larga, ojos amatista y un rubio casi blanco que portaba una bufanda blanca entrará dando un portazo en la sala.
-Hola, soy Ivan.- Dijo alegre y aunque era extremadamente alto, corpulento e intimidante, era adorable de alguna forma.- ¿Podríais dejar de hacer tanto ruido, por favor?- Su expresión se tornó sombría y aterradora.
-S-si...- Habló el italiano, claramente atemorizado por el brusco cambio de expresión de Iván.
-Gracias, y no volváis a hacer tanto ruido, no querréis ser chicos malos, ¿da? Adiós~- Y salió de la habitación.
Todos se quedaron quietos en las posiciones en las que se habían quedado, sin saber qué hacer y entonces el mismo chico volvió a entrar.
-No tengo amigos, ¿me puedo quedar aquí, por favor?
-Si, no te preocupes.- Respondió Alfred, tratando de hablar bajo para evitar ser estrangulado por Kiku.
Ivan entró y se sentó al lado de Alfred.
Había dos asientos largos en los que se organizaron de la siguiente forma:
Ludwig, Feliciano y Kiku en un asiento.
Ivan, Alfred y Matthew en el otro.
-Bien, pues como he dicho soy Ivan, nací en Rusia, a los tres años nos mudamos a Bielorrusia y tras otro año aquí por cuestiones de guerra con Ucrania, en mi casa se habla ucraniano, pero domino bien el inglés y tengo dos hermanas, una se llama Yekaterina, es ucraniana porque mi madre suele viajar mucho y entró en Howarts hace 2 años, es Hufflepuff, la otra se llama Natalya, es bielorrusa y tiene un año menos que yo.- El ruso terminó de hablar.
-No he entendido nada...- Susurró Feliciano.
-¡YO TAMPOCO! ¡HAHAHAHHAHAHA!- Gritó Alfred, al parecer sin haber aprendido la lección del japonés, que lo fulminó con la mirada.
Unos diez minutos fueron utilizados para explicar al rubio y al italiano la vida de Iván, entre el ruso, el Ludwig, Kiku y Matthew consiguieron hacer que lo entendieran.
Tras ello, todos se mostraron compasivos con el recién llegado.
-Hola niños, ¿queréis algo del carrito?- Por el vagón pasó una señora de unos 60 años, las arrugas marcaban su edad, pero aún tenía años por delante. En su carrito llevaba muchos dulces desconocidos para Feliciano y Kiku, uno porque vivía ajeno al mundo de la magia y otro porque se había acostumbrado a comer comida oriental y tentadores para el resto.
-Señorita... ¿Podría usted darme todo que tenga, por favor?- Pidió el italiano, a lo que los demás se sorprendieron.
-Uy, me ha llamado señorita...- Dijo ruborizada.- Chico, ¿estás seguro de que puedes pagarlo todo?
Feliciano sacó su monedero y le enseñó su contenido a la señora. Estaba repleto de galeones.
-Bien, bien tome usted todo. Son 20 galeones.
-Aquí tiene, señorita.- El niño entregó los correspondientes 20 galeones y ella le dio el carrito entero.
-Pasaré más tarde para que me devuelvas el carrito, chico. Adiós.
-Ciao.
-FELI, ¿¡DE DÓNDE HAS SACADO TODO ESE DINERO!?- Gritó Alfred.
-No aprendes, la próxima vez que me enfade, desearás no haber nacido.- Amenazó Kiku con una mirada asesina.
-Lo siento, lo siento.
-El dinero es la herencia de mi abuelo, Rómulus Vargas.- Respondió Feliciano.
-Espera, ¿eres nieto de Rómulus?- Preguntó Ludwig.
-Sip
-Rómulus es un mago muy conocido por cazar a la mayor parte de mortífagos que escaparon tras la muerte de Voldemort, además, poco después se convirtió en el jefe al mando del departamento de seguridad mágica del ministerio y finalmente llegó al puesto más alto en el mundo de la magia, se hizo ministro y a los 70 años se jubiló, actualmente debe tener 96 años. ¡Es celebérrimo!
-¿Quién es Voldemort?
-Ay dios... vamos a tener que explicarle todo, ¿no?
Todos los presentes asistieron. Ludwig, Kiku, Alfred y Matthew pidieron permiso a Feliciano para agarrar algo de su carrito a lo que este dijo de si que podían, que él no se iba a poder comer todo solo, así que todos devoraron unas ranas de chocolate de segunda edición, el italiano también se unió al banquete.
Al principio le daban asco las ranas, pero finalmente se acostumbró, además tenían cromos coleccionables.
-Woah, ¡un cromo de mi abuelo!- Comentó con ilusión. Entonces su mini-abuelo lo saludó.- KYAAAAAAAAAAAAAA ¡ME HA SALUDADO! ¡ESTA COSA ESTÁ MALDITA, ES COSA DEL DIABLO! WAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA.- Gritó a la vez que tiraba el cromo a una esquina del vagón. El habitante de éste se mostró deprimido por el rechazo que le dio su amo
-¡HAHHAHAHAHAHAHA! No te asustes, Feli, supongo que en el mundo muggle los dibujos no se mueven, pero en el mundo mágico, si. Si no, se aburrirían mucho, siempre en la misma posición, quietos, sin moverse... ¡Ay, siento lástima por las imágenes no mágicas!- Explicó Alfred.- Bueno, supongo que deberíamos contarte la historia del gran Harry Potter, ¿no?- Miró a su alrededor buscando aprobación en sus amigos, los cuales asintieron, dando a entender que ya era hora de contarle a Feliciano algo básico para la vida de un mago.
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¡Hola~!
Soy la autora :D
Voy a dar varias aclaraciones e información importante para la historia:
Los personajes:
Feliciano Vargas:
El protagonista. Es italiano, alegre y asustadizo, además se suele culpar por todo lo que pasa.
Para aquellos que no tengan la imaginación suficiente, aquí hay una foto suya:
Oliver Ollivanders (Kirkland):
Un personaje misterioso que notó algo extraño incluso en el mundo de la magia en Feliciano, ¿qué será? Nunca lo sabremos. Bueno si.
Para aquellos a los que les falte imaginación, una foto suya:
Ludwig Beilschmidt:
Es alemán, firme, pero de buen corazón y muy inteligente.
Le gustan las patatas, la cerveza (sin alcohol, que tiene 11 años) y el wurst (salchichas alemanas :v)
Para aquellos con falta de imaginación, una foto suya:
Kiku Honda:
Japonés. Calmado, reservado y suele abstenerse y mantenerse neutral en cuanto a decisiones. No le gustan ni el contacto físico ni el ruido y es difícil hacerlo enfadar, pero en caso de que dicho acto se consiga... CORRE POR TU VIDA.
Ya no voy a avisar en cuanto a lo de las fotos, solo la pondré y ya, ¿ok?
Alfred F. Jones:
Estadounidense. Muy animado, infantil y alegre. EXTREMADAMENTE ALEGRE. Le encanta ser el centro de atención y ser "El Héroe".
Si necesitas ayuda, el siempre estará ahí para ti.
Matthew Williams:
Si, tiene nombre de un famoso raro no se quien es :v.
Canadiense. Le encantan las hojas de arce y los panqueques. Es muy tímido, por eso mismo es el callado del grupo que siempre se queda atrás, pero es muy, muy, MUY inteligente. Tiene un osito llamado Kumajiro.
Ivan Braginski:
Ruso. Tiene dos hermanas, Yekaterina (ucraniana, la mayor) y Natalya (bielorrusa, la menor). Le gusta el vodka, si, aún teniendo 11 años.
Puede parecer adorable y tierno, pero en realidad es un sádico.
Aún así nunca ha tenido amigos de verdad, es por eso que merece que le traten bien y con amabilidad.
Rómulus Vargas:
El abuelo de Feliciano.
Primero funcionario, luego jefe y finalmente ministro.
Es un personaje de la serie hetalia, como todos los anteriores, pero en dicho anime solo sale en su forma joven.
Rosa Weasley:
Me lo he inventado, si.
Es como una hermana mayor, siempre te va a proteger y a tratar bien cuando la necesites.
Personajes mencionados:
-Lovino Vargas, hermano mayor de Feliciano y nieto de Rómulus.
-Arthur Kirkland, hermano mayor de Alfred y Matthew.
-Gilbert Beilschmidt, hermano mayor de Ludwig.
-Yekaterina Braginskaya, hermana mayor de Ivan.
-Natalya Arlovskaya, hermana menor de Ivan.
-Yao Wang, hermano mayor de Kiku.
Idiomas:
Nonno (capítulo anterior): es la forma en la que Feliciano llama a su abuelo. Significa abuelo en italiano.
Fratello (capítulo anterior (creo)): es la forma en la que Feliciano se refiere a Lovino. Significa hermano en italiano.
Da/да: significa si en ruso, el idioma natal de Ivan. Lo dirá bastante.
Kolkolkolkolkol: se que no ha aparecido esto aún, es para futuras apariciones. Es un ruido que hace Ivan cuando se siente irritado.
Ja: no ha aparecido aún, es para futuras apariciones. Significa si en alemán.
Bruder: no ha aparecido aún, es para futuras apariciones. Significa hermano en alemán.
Ci vediamo dopo: una frase en italiano que significa "nos vemos luego". Aclaración para futuras apariciones.
El idioma que se habla en Howarts, es decir, en Inglaterra es el inglés, por lo tanto, aunque estéis leyendo esto en español, en realidad ellos están hablando inglés.
Los personajes que provienen de otro país es probable que digan algunas palabras en su idioma natal, en dicho caso, haré aclaraciones como estas en las que las traduciré.
Ahora sin más me despido.
Ci vediamo dopo~
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