Storybrooke
Escenario »
Apoyándolos
Advertencia: Añadiré solo a dos de los personajes principales y los demás serán habitantes secundarios del pueblo.
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Emma Swan
— ¿Emma? ¿Eres tú? —preguntaste cuando escuchaste la puerta abrirse del departamento que compartías con ella y Mary Margaret.
Fuiste a la cocina y la viste quitarse su chaqueta; se veía mal, así que te acercaste y tu preocupación aumentó al ver que tenía los ojos rojos.
— Emma, ¿qué te pasó? ¿Por qué estás así?
— August me llevó al lugar donde me encontraron cuando me abandonaron. —habló con voz temblorosa. Tú la observaste sorprendida, pero dejaste que continuara. — Dijo que era el niño que me encontró en la autopista, y que él también viene del bosque encantado del que me mandaron para protegerme del hechizo que se supone que debo romper ahora pasa salvar a todos, pero yo nunca quise esa responsabilidad que ni siquiera es real, pero todo últimamente me hace creer que podría serlo y temo estar volviéndome loca.
— Oye, oye, Emma, tranquila. —la detuviste tomando sus manos para llevarla hasta el sofa a sentarse.
— Lo siento, es que no sé qué hacer o pensar ya. —expresó dejando que las lágrimas acumuladas salieran. — Estoy sintiendo esta carga insistente. Porque yo no soy nada de lo que dicen, no soy una salvadora, no soy nadie.
— ¡Eso no es verdad!—dijiste haciendo que te viera. — Tienes razón, tú no pediste nada de esto y no tienes la culpa de lo que suceda. Pero si toda esa historia resulte ser cierta, estoy segura de que eres capaz de hacer lo que sea porque eres Emma Swan; la persona más increíble que he conocido.
— ¿Realmente lo crees?
— No lo creo, lo sé. No conozco a nadie más capaz de cambiar un neumático en medio de una tormento estando en una montaña con el peligro de caer en cualquier momento.
Ella rió.
— Gracias, ______.
— No es nada, Emma. —la abrazaste. — Siempre estaré para ti.
August Booth
August abrió la puerta de su departamento ante los insistentes toques que daba la persona del otro lado. Cuando abrió la puerta, una sonrisa adornó su rostro al verte, se acercó mientras hablaba con la intención de besarte.
— ______, me alegra verte, ¿qué haces...?
— Ahora no. —interrumpiste. — ¿Dónde está?
— Creo que tú no estás feliz de verme. —rió. — ¿De qué hablas?
— El libro de Henry, ¿dónde está?
— ¿Cómo podría saberlo?
— ¿Quieres dejar las tonterías para después? Desapareció y tú eres el único que podría tenerlo porque sabías que estaba en el castillo de Henry.
— ¿En esa estima me tienes? —preguntó divertido al verte fruncir el ceño molesta. — Bueno, me alegro de que me conozcas bien...
— ¡Sí lo tienes! —lo señalaste acusatoriamente.
— No te preocupes, no le hice nada y me encargaré de devolverlo.
— ¿Qué estás planeando, August? Quitándole el libro a ese niño no conseguirás que Emma crea que es la salvadora.
— No me queda otra opción, ______. Se me está acabando el tiempo. Sólo necesito que tenga fe.
— Lo sé, pero no lo conseguirás. Llevo poco tiempo conociéndola, pero sé que Emma es demasiado terca y nunca querrá creer que todo es real, incluso si tiene mil y una pruebas que lo demuestren.
— Puede y lo hará, tú me creíste siendo de este mundo.
— Es diferente. Creía en ti, pero seguía dudando mucho, no fue hasta que vi cómo te convertías en madera que supe que era verdad... —respondiste con pesar al recordar esa mañana.
— No esperaba que lo hicieras, no sólo suena a una locura, sino que lo es. Y aún así, me estuviste apoyando todos estos años y lo sigues haciendo, a pesar de que olvidé mi propósito durante un tiempo, tengo que compensarlo y ayudar a que la salvadora crea.
— Por supuesto que lo hice, porque te amo, August. Y haré lo que sea para salvarte. —lo sostuviste del rostro y lo besaste.
Jefferson
— Tienes que hablar con ella, Jefferson. Ya han pasado varios días, ¿crees que a Grace no le haría feliz ver a su padre?
Nuevamente estaban así, contigo tratando de convencerlo de que fuera a hablar de una vez por todas con su hija después de que se rompiera el hechizo y todos recuperaran la memoria.
— Ya te negaste a ayudar a David a encontrar a Emma y a Mary Margaret, a quienes secuestraste hace unos meses, por cierto.
— ¿Qué eres ahora? ¿Mi conciencia? —preguntó, cansado de tus preguntas, pero sin perder su tono juguetón.
— Sí, soy el reemplazo de Archie. Y has sido un chico muy malo.
Jefferson rió ante tu tono de voz, que imitaba al del consejero.
— Escucha, no hay nada que pueda hacer para ayudarlo. Y sobre Grace, ¿crees que no quiero ir a verla? He esperado esto por veintiocho años.
— Pues parece que quieres seguir esperando. —bromeaste, pero al ver cómo estaba decaído te pusiste seria. — Jefferson, lo lamento.
— ¿Qué? —masculló confundido, volteando a verte.
— Perdón por presionarte.
— No te preocupes, ______. Yo también estoy frustrado conmigo mismo. —rió falsamente. — Quiero tanto verla, pero tengo tanto miedo también. ¿Y si piensa que la abandoné? ¿Y si ahora prefiere su nueva familia y no quiere verme? ¿Y si...?
— ¿Y si... te tranquilizas? —preguntaste, poniendo un dedo en sus labios para que dejara de hablar. Le sonreíste y acariciaste su mejilla para que se relajara. — Tú me has dicho que ella sigue siendo la misma alegre y risueña niña que era antes del hechizo, así que sabes que nunca pensará eso y te entenderá, mucho más cuando sepa todo lo que pasaste y lo que hiciste para no destruir su realidad en estos años.
— He cometido tantos errores. Lo único que quiero es compensar el tiempo perdido.
— Entonces hazlo, ve con ella y vuelve a ser su padre. Podrán recuperar el tiempo perdido, ya no hay nada que se interponga. Yo me aseguraré de eso.
Jefferson te abrazó.
— Quiero recuperar el tiempo contigo también. Porque lo único bueno que salió de esta pesadilla para mí fuiste tú, ______. Y tampoco quiero separarme de ti nunca más.
Kathryn Nolan
— ¿______? ¿Estás ahí? —una voz conocida habló mientras tocaba tu puerta.
— ¿Kathryn? —dejaste lo que hacías en la cocina y fuiste a abrir la puerta al escuchar la voz de tu amiga. — Hola, ¿qué pasa? —preguntaste al verla, se veía mal.
Ella no respondió nada y se abalanzó hacia ti para abrazarte; te asustaste al escucharla llorar en tu hombro. Cerraste la puerta e hiciste que entrara hacia tu sala para que tomara asiento.
— Te traeré algo de agua para que te relajes y me cuentes qué sucedió. —dijiste y estabas por hacerlo, pero ella te tomó de las manos para que no fueras.
— No, no es necesario. —ahogó un sollozo. — Hablé con David sobre irnos juntos a Boston, como te comenté, pero me dijo que si iba, sería sin él porque ya no me ama... Él me dejó. —cubrió su rostro con sus manos.
— Kathryn, lo siento muchísimo... —susurraste con tristeza. Te había comentado emocionada su idea de comenzar de nuevo con David, ahora que la aceptaron en la universidad de Boston, y le habías dado tu apoyo prometiendo visitarse. Y ahora verla triste por ver su plan desmoronarse te rompía el corazón.
— Eso no es todo. Fui a hablar con Regina y se lo conté, pero ella asumió que David me dejó por Mary Margaret. —la miraste sorprendida. — Luego me mostró unas fotos que les tomaron juntos y es cierto, David me estuvo engañando con ella todo este tiempo.
— ¿Regina lo sabía?
— ¡Sí, y nunca me dijo nada! Se creía defensora de mi relación y mi amiga, pero no pudo decirme la verdad, permitió que esos dos se rieran de mí a mis espaldas mientras yo hacía lo posible por salvar lo que él y yo supuestamente teníamos. —dijo con enojo. — Después fui a enfrentarme a Mary Margaret y ella pensó que él me habló sobre su relación cuando me dejó, pero no lo hizo, ni siquiera tuvo el valor de decirme que me dejaba por alguien más a quien sí amaba después de prometerle que lo haría.
— David terminó lastimando a las dos. —concluiste sintiendo tanta furia por ese rubio cara bonita que hace creer que no haría ningún daño.
— Todo este tiempo me sentí tan insuficiente y quería mejorar por él, mira ahora a dónde me llevó eso.
— Kathryn, no necesitas tratar de ser más de lo que ya eres o de cambiar por un hombre que no te valora. Eres mi amiga y sé que eres maravillosa. Y tú no tienes la culpa de nada de esto.
— No sé qué hacer ahora. Realmente quería empezar de nuevo en Boston.
— Puedes hacerlo, que nada te detenga para hacer lo que quieres.
— Todos me han mentido y traicionado, eres la única persona que me queda, ______. —susurró antes de abrazarte.
— Y no me iré a ningún lado, Kathryn. —correspondiste el abrazo.
Henry Mills
Entraste a la cafetería de la abuelita y buscaste a cierto niño con bufanda roja; cuando lo viste en una de las mesas, te acercaste a él.
— Henry, ¿qué decías en la radio sobre una misión escorpión? —preguntas al llegar con él.
— ¡Es secreto! Shhh. —te calló. — Ella podría estar oyendo.
— ¿Quién? ¿Tu mamá? —preguntaste sentándote frente a él.
— Es la Reina Malvada, puede ver y escuchar a cualquiera cuando quiera.
— Espero que no sea así. —dijiste incómoda. — Entonces, ¿de qué se trata sobre lo que me querías decir con tanta urgencia?
— Mi abuelo me dejó ayudarlo a buscar a Emma y a Mary Margaret, dijo que sin mí no podría encontrarlas.
— Por supuesto, gracias a ti fue que el hechizo se rompió. —dijiste, haciéndolo sentir bien. — Espera, ¿eso significa que ya saben dónde están?
Henry volteó a ambos lados para asegurarse de que no hubiera nadie cerca y se inclinó lo suficiente para que oyeras lo que iba a susurrar.
— Sí, están en el bosque encantado.
Abriste los ojos sorprendida.
— ¿Aún existe? —Henry asintió. — Espera, ¿y qué hay de tu mamá? ¿No te preocupa que lo sepa?
— Ella ya debe saberlo, se lo debió decir a mi abuelo. —asentiste entendiendo. — Necesito tu ayuda con la siguiente fase del plan, ¿quieres unirte a la M.E.?
Sonreíste divertida ante su abreviatura de la misión para que nadie lo supiera.
— Siempre dispuesta a ayudar.
Los dos salieron de la cafetería justo cuando Ruby se acercó con ustedes para preguntarles qué iban a querer.
— ¿Extrañas el bosque encantado? —te preguntó una vez afuera, no olvidó cómo reaccionaste cuando te dijo que aún existía.
— Sí, lo extraño. —contestaste, sintiendo nostalgia por el lugar que alguna vez fue tu hogar.
— ¿Quisieras estar ahí ahora?
— ¿Ahora? No, estoy muy bien estando aquí contigo. —le sonreíste. — Pero me gustaría volver luego.
— A mí me gustaría ir algún día.
— Si podemos volver alguna vez, daremos un paseo juntos, ¿te parece?
— Me encanta esa idea.
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Holaaa, esta vez no tarde tanto en actualizar de nuevo x'd
Me estoy volviendo a ver la serie y me dieron ganas de escribir sobre estos personajes. Es por eso que todos los temas son de la primera temporada e inicios de la segunda xd
Tuve que bajar la calidad del gif de Emma para poder ponerlo aquí, pido perdón 😔, pero miren qUE LINDA EXPRESIÓN HACE 😭
Ya que volví a ver la primera temporada, me di cuenta de que David del hechizo era una mala persona. Mary Margaret y él hicieron mal en iniciar una relación estando con Kathryn, pero David no tuvo el valor de dejarla ni de contarle sobre ella. Encima, cuando surge el asunto del supuesto asesinato de Kathryn y acusan a Mary, él se atreve a dudar y pensar que ella podría ser la culpable. Sí, había muchas pruebas, pero ni así Emma, quien llevaba el caso, se atrevió a pensar que era culpable, pero éste wey sí. Al menos, cuando se rompe el hechizo, vuelve a ser el príncipe encantador y él mismo dice que no está orgulloso de quién fue.
Perdón me quería desahogar xd
Ya por último, les nuestro sta imagen que me representa a mí intentando escribir algo de OUAT que no sea del personaje de Gold/Rumpelstiltskin:
Me pregunto si habrá alguien que odie el personaje y lea este libro, si es así que comente pa pedirle perdón xd
Ya, mucho texto (?)
Gracias por leer ❤️✨
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