Storybrooke
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Sintiendo celos
Advertencia: Agregaré solo a los "habitantes principales" de Storybrooke, exceptuando a Blanca Nieves y a David.
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Emma Swan
Tú y ella ya eran pareja cuando el pequeño Henry fue a Boston solo para buscar a su verdadera madre y que vaya a Storybrooke para romper el malvado hechizo que cubría la ciudad.
Sí, evidentemente no creíste nada de eso pero aún así la acompañaste y tiempo después te quedaste con ella, pues a pesar de todo Henry era su hijo.
Ella consiguió trabajo en la estación de policía y tú querías conseguirlo como bibliotecaria, aunque la biblioteca no estuviese abierta por alguna razón.
Ya tenían problemas con la madre adoptiva de Henry, Regina, y fue peor cuando un hombre extraño llegó a la ciudad.
Después descubrirían que se llamaba August Booth, el cual desde el primer momento en que te vio no dudo en coquetearte desvergonzadamente poniendo a Emma celosa y dejando a Henry confundido.
Que para éste último le resultaba bastante extraño ya que según ese tipo "no estaba en su libro".
Libro el cual poco después desaparecería. Y tú sospechabas de ese hombre puesto que lo habías escuchado hablar del libro con Henry.
Un día que él se apareció en la estación de policía, en la que estabas con Emma decidiste enfrentarlo.
— No me digas que crees en esas descabelladas historias. —dijo con una sonrisa una vez que mencionaste creer que el tenía el libro.
— No lo hago, pero el libro es importante para Henry así que si tú lo tienes es un buen momento para confesarlo.
— ¿Porqué mejor no aceptas que esto es una excusa para acercarte a mi?
Tú lo observaste ofendida de que pensará que todo eso era solo para acercarte a él, mientras que tu novia fruncía el ceño.
— ¿Porqué querría acercarme a ti? Mucho menos usando de excusa algo tan importante para Henry.
Él te iba a responder con una sonrisa coqueta pero Emma se adelantó.
— ______ no necesita acercarse a ti teniendome a mi. —habló con una mirada seria. — Así que si seguirás con tus coqueteos mediocres lárgate de aquí.
A August le tomaría poco tiempo entender que ustedes dos estaban en una relación.
Para su sorpresa él se disculpo diciendo que no tenía idea que era pareja y abandonó el lugar.
Se sintió mal por haber coqueteado con la pareja de Emma, que la consideraba una hermana pequeña por todo lo que ha pasado. Y jamás pensó verla celosa, pero si que daba miedo.
Regina
Y alguien que sí provocaba miedo estando celosa era Regina, o al menos en algunas ocasiones, en otras podría llegar a ser bastante sentimental.
Llevaban siendo pareja durante unos años antes de que adoptará a Henry, y para cuando lo hizo necesitó de todo el apoyo y ayuda. Por suerte te tenía a ti, que la ayudabas bastante.
También requerirían de la ayuda de las madres puesto a que no sabían mucho de los cuidados de un bebé. Ella no las toleraba mucho así que eras tú quien recibía mayor parte su ayuda.
Y verte tan cerca de la madre superior, quien era la que más ayudaba, durante mucho tiempo con Henry le provocaba un nudo en el estómago.
— Gracias pero ya tenemos todo lo necesario. —interrumpió su plática llegando de la nada para tomar a Henry en sus manos de la madre superior.
— ¿Estás bien, cariño? —preguntaste confundida por su repentina actitud.
— Sí, es solo que Henry debería pasar más tiempo con su madre que con cualquier otra. —contestó mirando despectivamente a la madre superior.
Y antes de que dijeras algo más ella se retiró de allí. Tú te disculpaste con la madre y seguiste a tu pareja, que estaba subiendo a Henry al auto.
— Regina, ¿qué sucede?
— Nada, ¿porqué no te quedas con ella mientras que yo voy a casa con mi hijo?
— ¿No querrás decir "nuestro" hijo?
— ¿Nuestro? Yo soy la única que se preocupa por él en lugar de perder el tiempo con monjitas. —cerró la puerta del asiento copiloto, donde había dejado a Henry, y fue hasta el principal pero fue detenida por ti.
— Yo también me preocupo por él, por eso estamos aquí, para aprender a cómo cuidarlo bien. —dijiste mirándolo por la ventana. — ¿Qué te sucede? ¿acaso estás...?
— ¡No! —respondió inmediatamente.
Suspiraste.
Pese a la figura que muestra con los demás, la verdad es que Regina tiene la autoestima muy rota y es algo que solo te ha demostrado a ti. Tú suponías que era por algo que sucedió en el pasado, pero ella no te lo contaba y lo respetabas. Es por eso que te esforzabas cada día en llenar su corazón de amor y demostrarle que la amabas más que nada esperando poder curar su corazón roto.
Sin previo aviso la abrazaste.
— Tú eres a la única que amo Regina, nunca lo olvides.
Ella respondió el abrazo dejándose desmoronar.
— Lo siento...
— Está bien, no me importa cuantas veces tenga que repetirtelo, lo haré.
Gold
Hace poco se había roto el hechizo y con ello Gold hizo que hubiese magia en Storybrooke.
Ustedes dos eran amigos desde hace muchos años, sin recordar quienes eran realmente, con ellos él poco a poco se fue enamorando de ti. Lo que lo hizo dar cuenta de ello fue que al recobrar la memoria no te alejaste de él, a pesar de saber quién era. No pensó que fueses hacer eso, aunque nunca hizo un trato contigo, aún así sabías quien era pero en ningún momento te sentiste en peligro o con miedo por estar cerca de él.
Quería estar contigo pero el problema es que tanto tú como el que era tu pareja recordaron que lo eran y que estaban por casarse, obviamente esos planes se cancelaron. Después de más de 28 años se habían reunido y Gold temía que siguieses enamorada de él.
Ahora mismo los observaba hablar sentados en la barra desde una de las mesas, apretaba los puños con irá al verlos tan cómodamente, sentía su sangre hervir pero se fue tranquilizando cuando volteaste a verlo y le sonreíste antes de ir con él.
Relajó su expresión y te sonrió también.
— Disculpa, no quería dejarte solo. —te disculpaste sentándose enfrente suyo poniendo tu bebida en la mesa.
— Está bien, entiendo que quisieras hablar con...—trago saliva y se negó a decirlo. — alguien conocido.
— Si, ha pasado tanto desde que hablé con Stevie y si que lo extrañe mucho. —giraste a verlo momentáneamente con una sonrisa.
Gold sintió los celos regresar a él.
— Tengo entendido que ustedes eran pareja y que se iban a casar ¿no? —preguntó a lo que tú reíste.
— Sí, me pidió matrimonio un poco antes del hechizo. —mencionaste. — Fue muy lindo: me sorprendió con cena y baile, y ahí me lo pidió.
« ¿Solamente cena y baile? Tú mereces algo más especial que eso » Pensó el mayor con desdén.
— Pero después del hechizo se cancelo, obviamente. —continuaste.
— Ya veo, y... ¿planean retomar esos planes? —sonrió forzadamente.
— De hecho estábamos hablando de eso mismo. Han pasado tantas cosas que no nos habíamos tomado un momento para hablar sobre eso. —explicaste. — Y me siento mal por él porque se veía entusiasmado con seguir con esos planes pero honestamente yo no me siento igual, necesito recomponer mi vida y creo que después de todo lo que paso casarme en lo último que está en mis planes y más con alguien a quien si bien alguna vez ame, mis sentimientos han cambiado por él.
Tus palabras fueron música para los oídos de Gold, él inmediatamente tomó tu mano dándote una sonrisa y brindándote todo su falso apoyo.
Te dijo que si ya no sentías nada no tenías porque seguir con él ni con esos planes y que tenías derecho alejarte. Todo mientras pensaba en que su oportunidad contigo podría estar más cerca de lo que creyó.
Las semanas pasaban y tú al seguir frecuentadolo te preguntaba cómo estabas respecto a ese tema de vez en cuando, tú le respondías que bien a pesar de que Stevie, tu ahora antiguo novio, te dijo que no se daría vencido contigo y que intentaría reconquistarte.
Esto obviamente no le gustó a Gold, que estaba feliz de haber aclarado sus sentimientos por ti y quería comenzar hacer movimientos para que lo suyo sea posible, pero no podría si él seguía en su camino.
Así que una noche que lo citó en un bar fingiendo que eras tú le dejo en claro que no lo quería cerca.
— ¿Te gusta aprender las cosas a golpes? —cuestionó después de golpearlo varias veces con su bastón y que siguiese firme con la idea de no alejarse de ti. — ¿Qué más te hace falta para entender que perdiste tu oportunidad con ella?
— No me importa, y de cualquier forma ella nunca estaría con un malnacido como tú. —escupió con enojo mientras limpiaba la sangre que caía de su boca. — ¿Te crees mejor que yo solo por ser el espectro? Ella jamás amaría a un monstruo.
— No me creo mejor, soy mejor que tú. —respondió con una sonrisa burlona. — Y también soy lo mejor para ella. —le propinó otro golpe, éste un poco más fuerte que los demás por eso último que dijo.
De su abrigo sacó una pequeña botella, le quitó el tapón y rocío lo que tenía en él.
— ¿¡Qué haces!? —preguntó alertado, pero sin poder moverse por el dolor de los golpes.
— Algo que te servirá de lección a no entrometerte en mis planes. —le dio otro golpe dejándolo desmayado.
Sin más se retiro de allí sabiendo que al despertar el hombre se convertiría en un sucio animal y que ya no sería un problema para los dos.
Zelena
Con sus inseguridades al principio de la relación ella era bastante celosa.
Ella te conoció poco después de que se uniera con Glinda, la bruja buena, la bruja del este y norte como hermanas y de que ésta primera la convenciera de dejar atrás su plan de volver en el tiempo en el momento en que su madre la abandonó y hacerse buena.
Tú vivías en oz y en uno de sus paseos te conoció.
Ella no podría ser más feliz, por fin tenía una familia que la aceptaba tal y como era sin temer de sus poderes. Y te tenía a ti, jamás pensó que podría llegar a conocer el amor hasta que llegaste a su vida.
Pero, sus inseguridades atacaron una vez que te vio divertirte tanto sus hermanas. De hecho, la primera vez que su piel se comenzó a volver verde fue por sus celos, pero los supo controlar. Eso hasta que llegó Dorothy, ya no solo tenía envidia de ella por robarse a sus hermanas y por ser esa persona de la profecía, si no también por pasar tiempo contigo y alejarte de su lado.
No fue hasta que la descubriste haciendo un hechizo para deshacerse de ella que te diste cuenta de aquello.
— ¡Ella solo vino alejar a todas de mí! ¡a ti también te alejo de mi!
— Zelena, todas te queremos, ¿qué te hace pensar que nos alejamos de ti? —preguntaste acercándote a ella a paso lento, mientras te sentías mal por no haber notado lo mal que se sentía consigo misma.
— ¿¡Qué no lo ves!? ¡es la ridícula niña de la profecía! ¡la que se convertirá en la bruja del oeste! ¡me lo quitará todo! —gritaba mirándote con los ojos llorosos. De su cuello percibiste un color verde que comenzaba a expandirse. — Incluso a ti...
— No, jamás me alejaré de ti, ¿oíste? Yo siempre estaré para aquí, contigo. —finalmente te acercaste lo suficiencia para sostenerla de la mano y ella no parecía oponer ninguna resistencia.
Pero esto no se dio gracias a la llegada de Dorothy.
— ¡_____, aléjate de ella! —te gritó la pelinegra en alerta y te apartó de la pelirroja.
No sabías que ocurría, supusiste que Dorothy y Zelene ya habían tenido un enfrentamiento para que la menor te quisiera alejar de ella.
— ¿¡Ya lo ves!? ¡no hace nada más que arruinar mi vida y apartarte de mi! —su rostro se volvió completamente verde después de ver como la de vestido celeste te alejaba de ella. — ¡Pero veamos qué pasa cuando me encargué de ti, maldita rata pestilente!
Iba a usar el hechizo que fabricó contra ella pero la menor fue más rápida y le arrojó la cubeta de agua que tenía siendo lo primero en lo que pensó.
Lo siguiente que viste fue a Zelena derretirse hasta no dejar ningún rastro, tú no sabías cómo reaccionar así que solo caíste de rodillas lamentandote por perderla mientras Dorothy te consolaba. Poco después llegó Glinda con ustedes y las llevó a otra parte.
Zelene apareció en una bola de humo verde sintiendo una gran furia crecer dentro de ella contra la niña de Kanzas.
Desde entonces, ella no se ha vuelto aparecer frente a ti, sin embargo te observa a lo lejos sintiendo envidia de cualquiera que pueda acercarse a ti sin ningún problema. Ella sabe que no puede pues no podría verte después de lo que hizo y de escucharte decir que ya no la amas.
Garfio
Cuando comenzó a tener interés en ti, pensó que sería pasajero como muchos que ha tenido en el pasado, pero dejo de pensar en eso cuando con el paso del tiempo no dejaba de pensar en ti.
Se daba vergüenza a si mismo, ni siquiera tenía el valor de invitarte a salir, incluso se negó a si mismo sentir algo por ti. Sin embargo, eso cambió cuando te celaba constantemente.
Y él sí que era celoso... lo que divertía mucho a cierta persona.
— ¿Te sientes bien, pirata? —cuestionó Rumpelstiltskin con burla. — Te ves afligido.
El pelinegro chasqueó la lengua molesto, sabiendo que solo quería provocarlo.
— Eso no es de tu incumbecia, cocodrilo. —contestó a la defensiva, provocando una sonrisa en el mayor.
— No, pero aún así es notorio.
— Entonces deja de hacer preguntas tontas. —murmuró con molestia, evitando alzar la voz y empezar una pelea contigo allí.
Pero no podía soportar verte con aquél tipo que ni siquiera conocía pero del que ya detestaba su existencia. Y antes de seguir escuchando las palabrerías del cocodrilo y de seguir viéndote con él salió de la cafetería de la abuelita.
Quería estar solo, y lo estuvo... por lo menos poco tiempo porque luego escuchó a alguien salir, pensó que seria el espectro o Emma pero se sorprendió al verte con dos cafés en tus manos.
— ¿Todo bien? Te vi salir muy afligido. —le ofreciste uno de los cafés.
« ¿En serio me veo así? » Pensó confundido.
Él lo aceptó murmurando un pequeño agradecimiento.
— Estoy bien, no te preocupes. Espero no haber interrumpido tu charla con ese marinero...—evitó insultarlo llamándolo así.
— No, solo hablábamos un poco. Además, tú eres más importante. —te observó con atención. — De hecho, Gold me dijo que sería buena idea alegrarte un poco con esto. —comentaste bebiendo de tu café.
Frunció el ceño.
— ¿Te dijo eso? —asentiste. — Ya veo... en ese caso, ¿te gustaría dar un paseo? —preguntó con un tono coqueto que no pensó ser capaz de usar contigo.
Quién diría que soportar las burlas del cocodrilo darían frutos.
Bella
La madre de Bella, tu mejor amiga, había fallecido recientemente. Y con esa noticia y la inminente guerra de los ogros entendías que tu amiga tuviese mucho en la cabeza.
Es por eso que cuando te propuso acompañarla al reino de Arendelle para buscar a unas criaturas que le ayudarían a recuperar la memoria sobre lo sucedió con la muerte de su madre dudaste, y mucho, pero ella te necesitaba así que al final terminaste accediendo.
Al llegar a Arendelle, en su camino se encontraron con una joven, la cual al saber con quienes dirigían les ofreció llevarlas con esas criaturas uniéndose a ustedes.
A Bella le pareció un poco extraño pero al ver que aceptaste ella también lo hizo, después de todo era probablemente la única ayuda que recibirían.
La chica de nombre Anna, durante su recorrido les preguntó la razón por la que vinieron a Arendelle, ustedes le contaron y ella también les contó porqué iba a ver a esas criaturas que luego se enteraron que eran Trolls.
Era bastante parlanchina pero era muy divertida, así que escuchabas sus relatos con mucho entusiasmo. Por otro lado, Bella, que se sentía un poco de lado y molesta (aunque no lo admitía) porque alguien más acaparara tu atención. Pero no dijo nada y solo se mantuvo el silencio, pensativa.
Tú te diste cuenta de aquello así que le pediste a Anna que se adelantará mientras hablabas con tu amiga.
— ¿Todo bien? —le preguntaste una vez que estuvieron a solas.
— No, ¡quiero decir! Sí, todo bien. —negó con la cabeza. — Solo estoy nerviosa por lo que vaya a descubrir.
— Tranquila, para eso vine contigo, te estaré apoyando en todo. —la abrazaste por los hombros.
— Lo sé, gracias. —sonrió enternecida pero la borró en cuestión de segundos. — Se ve que Anna y tú se llevan muy bien.
— Sí, es muy agradable, es una suerte que nos hayamos topado con alguien como ella. —respondiste con una sonrisa mientras te alejabas de ella.
Tus palabras solo hicieron que Bella frunciera el ceño con preocupación.
— Sí lo es, es una lástima que no nos quedaremos mucho tiempo...
— Supongo que cuando todo terminé podemos venir a visitarla, o ella puede ir a visitarnos. Ya veremos. —dijiste encogiendote de hombros.
Estaba por responder algo pero el grito de Anna avisándoles que habían llegado a su destino no se lo permitió.
— ¡Llegamos por fin! ¡vamos! —sin esperar a que dijese algo la tomaste del brazo y la llevaste hasta donde estaba Anna.
Bella habló con los Trolls, o con el líder más bien, y le dio lo que vino a buscar. Se apartaron de allí y dejaron solos a Anna y al líder.
Estabas feliz por haber conseguido lo que vinieron a buscar, pero tu felicidad no duro mucho pues no veías a Bella con mucho entusiasmo. Por una parte lo entendías, iba a recordar el momento de la muerte de su madre pero había algo más.
— Muy bien, sé que algo más pasa aquí, ¿me contarás o tendré que descubrirlo?
— No sé de qué hablas. —respondió rápidamente.
— Claro que sí, y me lo dirás ahora mismo. —te cruzaste de brazos y le diste una mirada intimidante que intentó evitar, pero falló miserablemente.
— No me pasa nada, solo que te veo pasándola muy bien con ella que... Olvídalo, es tonto, no me hagas caso.
— No, no es tonto Bella. —te acercaste a ella y colocaste tu mano en uno de sus hombros. — Disculpa si te hicimos sentir de lado, me aseguraré de que no vuelva a pasar.
— Está bien, ustedes solo charlaban, mi cabeza es en otro lado que solo pensaba en tonterías. Supongo que... me dio miedo que consiguieras a alguien mejor como-.
— No te dejaré terminar esa oración, la cual sí es una tontería. —le diste un abrazo, ella lo respondió. — Siempre serás mi mejor amiga, ¿crees que si no lo fueras hubiese venido hasta aquí por ti?
— Creo que eso responde mi pregunta. —rió levemente y se separaron.
No continuaron con su charla debido a que Anna llegó con ustedes exaltada por haberse enterado de algo grave y tenía que volver con urgencia con su hermana.
Henry Mills
Venías de la tierra de las historias no contadas, y cuando tu familia fue a la cafetería de la abuelita por provisiones conociste a Henry. Al principio solo quería saber la historia de ti y de tu familia como se lo preguntaba a todos pero quedó tan impresionado contigo que le comenzaste a interesar.
Le parecías alguien tan "genial", por así decirlo, que quería llamar tu atención e impresionarte. Claro que tú podrías ser un personaje de cuento importante mientras que él fue el autor por un corto tiempo.
Por eso era feliz de pasar tiempo contigo, aún con su timidez, y de conocerte mucho mejor.
Se sentía celoso cuando te veía con alguien más, pero trataba de negar esos pensamientos sabiendo que no eran correctos, mucho menos cuando solo eran amigos. Simplemente mantenía una expresión seria, de la que sus familiares se burlaban entre ellos, sobre todo Emma que pensaba que se veía adorable de esa forma.
— Hey, niño, si sigues poniendo esa cara matarás a alguien de la ternura. —se burló sentándose frente a él.
El menor miró con molestia a su madre, chasqueó la lengua y fijo su vista en otro lado.
— Oye, llevas así semanas, deberías decirle que te gusta de una vez.
— No me gusta. —habló encogiendose en su lugar. — Me cae bien y somos amigos, es todo.
— Si claro, y tú mirada "atemorizante" con cualquier chico con el que habla significa un "te quiero, mejor amiga". —dijo con sarcasmo.
Henry sintió sus mejillas enrojecer por la vergüenza.
— Yo no... no sabía que era tan obvio, ¿lo es...?—preguntó en voz baja agachando la cabeza.
— Para nosotros sí que lo es pero para ella no, así que tranquilo. —el pelinegro se relajó aliviado pero sin dejar de sentir vergüenza. — Y solo digo, que es mejor que se lo digas y que acabe ese sentimiento, ¿no crees?
— Pero... ¿y si no siente lo mismo?
— Entonces se perderá de tener a la persona más adorable con una mirada que te mata de ternura. —respondió revolviendo su cabello con cariño, éste recibió el gesto entre risas. — Tú puedes, Henry. —le dio ánimos antes de levantarse del asiento e irse.
Él nombrado te observó con una sonrisa, ya no estabas hablando con nadie, esa era la oportunidad perfecta de hacer, como dijo su madre, que ese sentimiento finalmente se fuera.
*•.───── ❣ ─────.•*
Yo tampoco sé qué escribí gente, sorry 🙏
Escribiendo la parte de Garfio, que fue la que más me costó junto a la de Emma, me di cuenta que tanto él como Gold son personas bastante celosas xd (no sean como gold jsjs)
Ysi, la parte que menos trabajo me costó fue la de Rumpelstiltskin 🛐
Espero que les haya gustado, gracias por leer ❤️
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