Inframundo

Escenario »
Un asunto pendiente

Advertencia: Para conveniencia (mía) de la trama el escenario de Peter Pan estará relacionado con el one-shot de "Hada Oscura".

*•.───── ❣ ─────.•*

Hades

La pandilla había llegado al inframundo para salvar a Killian, pero aún no lo encontraban. Las cosas se habían complicado, o más bien alguien las estaba complicando.

Querías analizar la situación. Sin duda alguna, Hades no los dejaría encontrarlo de ningún modo, a menos que hablaras con él para hacer un trato.

Miraste de reojo a Gold. Siendo nuevamente el Espectro, sería cuestión de tiempo para que los dos inmortales se encontraran e hicieran un trato que terminara con él traicionándolos por milésima vez. Te agradaba, pero ya conocías su modo de operar y no querías repetirlo teniendo tantas cosas en juego.

— ¡Hades, si quieres hacer un trato, hazlo conmigo! ¡Aparece si tienes valor! —gritaste mirando a todos lados. — ¿¡No me oíste acaso!? ¡Dije que aparezcas si tienes valor!

Lo siguiente que viste fue al mismo Hades sentado en un sillón, con una mujer a sus pies, mirándote con una sonrisa.

— Sí, para mi desgracia te oí, y seguro todo el inframundo también. Ahora dime, ¿acaso te resulto tan irresistible que clamas por mi presencia? Para eso solo tenías que llamarme, siendo tal hermosa criatura te hubiese dado mi atención sin problema.

— Por favor. No empieces con un coqueteo falso para calmarme. Ni siquiera sabes mi nombre. —rodeaste los ojos fastidiada.

— ______, ¿verdad? Un nombre muy hermoso que es digno de ti, debo decir.

— Que sepas quién soy no cambia las cosas ni la razón de por qué estoy aquí. —ignoraste su coqueteo.

— Cierto, hay cosas más relevantes qué tratar. —con una seña le indicó a la mujer que se fuera. — Como la de dónde se encuentra tu querido amor, Killian Jones.

— Él no es mi...

— Sí lo es. Lo amas, y por estás dispuesta hacer lo que sea por él, incluso invocarme a mí para hacer un trato... Es una lástima que su corazón ya lo tenga la Salvadora. —se levantó de su asiento y se acercó a ti.

Desviaste la mirada. Siempre trataste de convencerte a ti misma de que no te importaba que Killian jamás llegara a verte de la misma forma que tú a él, pero demonios, verlo junto a alguien más dolía más que cualquier herida.

— Es una lástima también que no tengas nada que me interese como para hacer un trato contigo. Sin mencionar que liberar a ese pirata no está precisamente en mis planes.

— ¿Qué planeas hacer con él?

— Si te contara ya no sería secreto y ya no tendría tu atención en mí.

Lo miraste molesta, y estabas por quejarte pero rápidamente se te ocurrió una idea.

— Sé que harás un trato con Gold, un acuerdo, o lo que sea para que te ayude con algo o nos traicione, quizás ambos. Dame aunque sea una pista de dónde está y no diré nada.

Hades sonrió soltando una pequeña risa.

— De verdad estás enamorada como para hacer eso. Es una lástima que él jamás valorara nada de lo que hagas, ya que sus ojos y adoración siempre serán para alguien más.

— Okey, ¡Vuelve a decir "Es una lástima" una vez más y te haré algo que sí será una lástima! ¡Y esto no tiene nada que ver con sentimientos, sino con salvar a un amigo!

— Oh, ¿Y eso justifica comprometer a tus otros amigos? Quizás solo quieras ser la que lo salve antes de que lo haga de quien está enamorado.

— ¡Sé muy bien lo que hago! ¡No me interesa que esté mal, porque haré lo que sea para salvarlo!... Aunque él nunca, nunca...

— Te vaya amar. —completó lo que dirías.

— Sí. —suspiraste rendida, unas cuantas lágrimas cayeron por tus mejillas.

— Ese pirata no merece que llores por él... Mereces algo mejor. —te susurró mientas limpiaba tus lágrimas. — Yo puedo ver lo especial que eres y valorarte mucho más...

— ¿Cómo puedes decir eso si apenas me conoces?

— Puede ser, pero el corto tiempo que llevas aquí fue suficiente para que llamarás mi atención. No mentía al decir que eres una bella criatura, ______. Una a la que quiero.

No supiste cómo reaccionar cuando Hades se aproximó a ti y te aprisionó en él para tomar tu rostro y besarte. Lo miraste con los ojos abiertos durante el beso. Cuando se separaron te miró con una sonrisa.

— ¿Pero qué...?

— Ese pirata no sabe lo que se pierde.

— ¿¡Qué!? —exclamaste con las mejillas encendidas.

— Sí aún quieres encontrarlo lo harás en las profundidades, donde la naturaleza se alza majestuosamente y el aire está impregnado del perfume de la tierra húmeda. —dijo la pista, tú la entendiste a pesar de aún seguir anonadada con el beso.

— ¿Por qué me besaste?—preguntaste sin rodeos.

— La respuesta corta es para que dejarás de llorar, la extensa en cambio.. Es porque había querido hacerlo desde que te vi llegar a mi reino. De otra forma no te hubiese traído aquí ni mucho menos te ayudaría siendo del bando enemigo.

— Entonces tu coqueteo era real, por supuesto.

—Más que real. Te quiero a ti, ______. Y yo puedo darte todo lo que quieras, no sólo mi amor. —te sonrió. — Pero tienes razón, haré un trato con Rumpelstiltskin, lo necesito para mi plan, y puedes decirle a tus amigos héroes si quieres, incluso a él, pero nada evitará que lo haga ni que sigan mis planes, ni siquiera la atracción que siento hacia ti, así que solo me queda desearte buena suerte y que si quieres repetir ese beso o más solo tienes que llamarme. —te guiñó el ojo antes de hacer que desaparecieras de ahí y volvieras a donde estabas.

No sabías qué había pasado, pero no mentirías, te había gustado, más de lo que te gustaría.

Peter Pan

A su llegada a la versión de Storybrooke del inframundo, Gold tenía que ayudar a Emma y los demás en algo importante, lo que le impidió ir a buscar algo a su tienda que los ayudaría en su búsqueda de Killian, así que te pidió que fueras tú por ello.

Durante los últimos años, de forma increíble, habías formado un fuerte vínculo con él donde se tenían mucha confianza. Después de todo, los dos tenían en común haber sido engañados por la misma persona.

Al entrar al establecimiento, notaste como todo estaba igual, con un tenue ambiente rojo que obviamente alumbraba el lugar. Fuiste detrás del mostrador y quitaste el cuadro para abrir la caja fuerte donde Gold te dijo que estaba lo que necesitaba, pero no estaba. No había nada.

— Seguro mi hijo te mandó a buscar esto. —una voz detrás de ti hizo que se te erizara la piel.

Giraste y te encontraste con él, otra vez con él. Portaba un traje similar al de Gold y en su mano tenía un frasco de vidrio, lo que viniste a buscar.

— Tengo que agradecerle, no sabía cómo acercarme a ti sin que te quisieras alejar. —se aproximó a ti sin borrar su sonrisa. — Ha pasado mucho tiempo, ______. Te he extrañado mucho. No he dejado de pensar en ti desde que, bueno, ya sabes, morí...

Conforme seguía hablando tú aguantaste la respiración mientras apretabas tus puños de la impotencia. Por supuesto que estaría aquí, tenía más de un asunto pendiente.

La última vez que lo viste intentó convencerte de unirte a él una última vez, luego de descubrir todo lo que hizo y decirle a los héroes donde podría estar cuando robó el corazón de Henry, justo antes de ser asesinado por Gold en Storybrooke.

No, no te dejarías llevar por tus sentimientos. No esta vez.

— Lo necesito. —lo interrumpiste señalando el objeto. — Te sugiero que me lo des a menos que quieras que Rumpelstiltskin venga a buscarlo.

— ¿Es todo lo que dirás? ¿En serio? —inquirió levantando una ceja.

— De acuerdo, él mismo vendrá entonces. —sentenciaste decidida a marcharte. Sabías que Gold entendería.

— No, no, tú no te vas hasta que hablemos. —dijo tomando tu brazo para frenarte y colocándote frente a él.

Chasqueaste la lengua mientras te soltabas y alejabas de él. Desearías tanto tener el poder de teletransportarte a tu antojo e irte de ahí.

— No quiero hablar contigo. —respondiste seria.

— Pero debemos, ¿acaso los siglos que pasamos juntos no significaron nada para ti? Porque como te dije; No te he olvidado ni dejado de extrañar... Y es que, sigues igual de hermosa. —murmuró guiando su mano a tu mejilla derecha. — Dime, ¿tú también aún me extrañas?

Habías soñado con que lo volvías a ver, pasaron tantos años juntos y tu amor por él probablemente nunca desaparecería por más que lo negaras, y aunque siguieras adelante a partir de su muerte, te era inevitable extrañarlo, pero sabías quién era y lo que había hecho.

— No te ayudaré en nada si es lo que quieres, ya puedes olvidarte de eso. —bramaste alejando su mano de ti con brusquedad.

— Eso no fue lo que pregunté.

—... No, no te he extrañado. Y si eso era todo lo que querías saber entonces ya me puedo ir.

— Estás mintiendo. —te volvió a detener, ésta vez sosteniéndote de los brazos y acercando su rostro al tuyo para mirar tus ojos de cerca. — ¿Ya hay alguien más con tu corazón?

— Sí así fuera eso qué, tú ya ni siquiera tienes uno. —atacaste.

Él rió mientras negaba levemente con la cabeza.

— No pensé que la próxima vez que nos volviéramos a ver tendrías una actitud tan agresiva, cariño. Siempre fuiste todo lo contrario conmigo.

— Eres un idiota. —insultaste finalmente alejándote de él decidida a soltar todo. — ¿En serio esperas que te trate como antes después de todo lo que pasó? Lo que hiciste todos esos años, sin mencionar a tu propio hijo... Y lo que causaste cuando te fuiste.

— Oh, ¿Entonces el hechizo funcionó? Me alegro, espero que hayan sufrido bastante. —contestó sin remordimiento. Tu expresión molesta lo hizo levantar las manos en señal de paz. — Escucha, sé que no fui honesto contigo y que hice cosas malas, pero si hay algo que tienes que saber es que todo lo hice por ti.

— Maldita sea, Peter, ¿en serio no has cambiado nada? Nuestra relación terminó y tú estás muerto. ¿Podrías ser honesto por lo menos? Todo lo hiciste por ti mismo, por el poder. No por nadie más, ni siquiera por mí, yo solo fui una distracción para ti mientras esperabas a ser más poderoso que antes.

— Mi hijo y yo tenemos en común eso, ansiar el poder más que nada, pero también el amor de una persona. En mi caso, el tuyo. Tú nunca fuiste una distracción para mí, lo fuiste todo, ______. Que hayas terminado en Nunca Jamás por accidente fue lo mejor que me pudo pasar. Sí, quería salvarme, pero dejo de ser así solo para mí hace mucho, fue para estar contigo y no perderte... Claro, que eso igual terminó pasando. Pero no me arrepiento de nada, lo volvería hacer y mejor para asegurar una vida eterna contigo.

— Eso... Eso no justifica nada de lo que hiciste... Y deberías estar arrepentido. —dijiste sintiendo tu corazón latir con fuerza.

— Sí, creo que nunca me iré de aquí en ese caso. —sonrió con gracia. — Y sé que me odias, y no te culparía, pero no quiero perder el tiempo discutiendo teniéndote aquí después de tanto.

— ¿Qué vas a querer ahora? Ya te dije que no te ayudaré en nada.

— Solo quiero estar contigo. —te entregó lo que viniste a buscar. — No haré nada, no quiero que sigas odiándome ni que pienses que nunca me importaste. Solo te pido estar contigo hasta que tengas que irte. Necesito tenerte aunque sea una última vez...—susurraba conforme se acercaba a tus labios. — Te amo, y nunca dejaré de hacerlo, ______.

No, ya no podías reprimir lo que sentías, ya era muy tarde.

Peter unió sus labios con los tuyos. Él te abrazó y tú sostuviste su rostro mientras lágrimas comenzaban a caer por tus mejillas, luego te separaste de él.

— También te amo, Peter, y probablemente jamás dejaré de hacerlo. —él sonrió. — Pero no puedo volver a hacerlo, no puede volver a pasar. Así como tú tomaste decisiones que te trajeron aquí, yo también lo haré. Eso se terminó, para siempre. —sentenciaste, apartándote de él y dirigiéndote a la puerta.

— ¡______, espera! —te gritó antes de que salieras, tú volteaste a verlo. — Nunca me arrepentiré de lo que hice, pero de lo único de lo que sí me arrepiento será de no haber sido el hombre que mereces. Lamento todo, en serio. Tú realmente fuiste lo único bueno que me dio la vida, por eso te deseo la felicidad que te mereces y que encuentres a alguien que sí te merezca.

—... Gracias. Deseo que puedas descansar en paz. Adiós, Peter.

— Adiós, ______...

Lo escuchaste y lo viste por última vez antes de salir de aquella tienda.

Tu lazo con Peter Pan había terminado.

Killian Jones

Killian no se percató de la otra presencia en el lugar hasta que pudo ver con claridad. Apenas podía mantenerse de pie, la sangre en su rostro que le dificultaba la vista no ayudaba.

— ¿Quién eres tú? —preguntó a la otra figura, que era una mujer.

— Soy todo y no soy nada. Una simple presencia más en este plano mortal, en espera de una orden, petición o lo que sea que le dé sentido a mi confusa e inquietante existencia... Pero me llamo ______, mucho gusto.

— Killian Jones, lo... mismo digo.

Hizo una mueca de queja al levantarse y recargarse en la pared, después observó a su alrededor.

— ¿Es tu primera vez muerto? Sí, siempre duele. Me gustaría decir que después mejora, pero es todo lo contrario, al menos te acostumbras.

— No creo hacerlo, mucho menos en este lugar. Parece que estamos en unos túneles subterráneos. —observó a su alrededor. — ¿Cuánto tiempo llevas aquí?

— Una pierde más que la noción del tiempo cuando está atrapada en un lugar durante mucho tiempo, la cabeza, por ejemplo.

— Sí, te entiendo. Pero al menos puedes hablar con coherencia. Bastará para que podamos escapar. —agregó sin dejar de examinar donde estaban.

— Eso, y también pensar. Porque por lo que sé, escapar no es una buena idea. Hay una terrible bestia de tres cabezas que custodia los túneles para que nadie se vaya y pase la eternidad aquí atormentándose, como yo.

— ¿Qué pudiste haber hecho tú para merecer esto?

— Ya no recuerdo. Creo que intentar matar a Hades o apagar su vela. Con cualquiera de las dos opciones lo entiendo, y estoy aquí desde entonces. Después dejé de intentar escapar de aquí; es imposible huir de esa bestia, Cerberus. Antes tenía dos ojos, pero ya no gracias a él.

— Aún tienes dos ojos.

—... Cierto, quise decir tres. Sí, tenía tres brazos y ya no gracias a él.

— Ya entendí lo de perder la cabeza. Como sea, no me quedaré aquí. Una amiga y su familia vendrán a buscarme y no quiero dificultarles las cosas.

— ¿Realmente crees que podrán venir aquí? ¿Vivos en el inframundo? Oye, no lo sé.

— No lo creo, lo sé. Y no dejaré a nadie fuera. No me hagas obligarte a seguirme. —te ofreció su mano.

— Bien, igual todos mis amigos imaginarios ya murieron. —respondiste, aceptando la mano.

Killian y tú salieron por los pasillos en busca de la salida. Debido a las heridas del pirata, no podía correr muy rápido y apenas podía caminar, así que lo sostuviste de la cintura y lo ayudaste a caminar rápido. Él te agradeció con una sonrisa, y estaba por agradecerte verbalmente, pero de repente, una sombra gigantesca emergió delante de ustedes, cerca. Era Cerberus, cuyo ruido hacía eco por todo el lugar.

— ¡Es por aquí!

Lo guiaste hasta un pasillo a tu derecha, conocías bien el lugar para saber por dónde ir y acercarse a la salida, que ya sabías donde estaba pero nunca pudiste escapar gracias a la bestia de tres cabezas, de milagro habías sobrevivido a sus ojos centellantes de hambre.

El eco de sus pasos era ahogado por el sonido de la respiración pesada de la bestia que los perseguía. Tú, al tener de prioridad sujetar al más alto, terminaste tropezando y cayendo al suelo.

— ¡Vete, lo distraeré! Tus amigos te están buscando, y yo ya he vivido más de lo que puedo recordar.

— No, vivirás más y podrás recordarlo.

Sin vacilar y aún con el dolor, Killian te sostuvo ahora a ti y se zambulleron en un túnel lateral, apenas escapando de las fauces de la bestia. Mientras corrían, el sonido de los gruñidos de Cerberus se desvanecían lentamente al escapar de aquel temible calabozo.

— ¿Estás bien? No debiste ayudarme, solo hice que te lastimaras más. —dijiste preocupada una vez los dos estuvieron libres.

— Me estás subestimando. Estoy bien. Y te lo dije: No dejaré que nadie se quede atrás.

—... Gracias, Killian. —le sonreíste esta vez tú como agradecimiento y él respondió de la misma manera.

Lo ayudaste de nuevo mientras ambos comenzaban a adentrarse en el bosque. Killian rápidamente notó que el lugar era igual a Storybrooke, pero claramente no era el mismo.

— Wow, no recuerdo la última vez que estuve afuera. Creo que mi visión se averió con tanta oscuridad y sangre que todo se ve rojo.

— Así es como se ve en realidad. Y pronto podrás verlo sin este filtro feo. —contestó, aunque no entendiste a qué se refería.

— Suena como si yo también fuera a volver a la vida.

— Podrías. Mis amigos seguro buscarán y, conociéndolos, encontrarán una forma de que yo lo haga. No veo por qué alguien más no lo haga.

— No lo sé, ya me acostumbré mucho a un mal estilo de vida. Creo que ya hasta extraño la cueva...

Killian detuvo su paso y se colocó frente a ti, poniendo su mano y garfio en tus hombros.

— Te lo dije, ______, seguirás viviendo y podrás recordarlo esta vez. Ni siquiera quiero imaginarme dejarte aquí después de lo que me has contado y de que claramente has pasado por todo tipo de cosas.

— No entiendo... ¿Por qué me ayudas y te preocupas por mí? Me acabas de conocer.

— ¿Por qué tú me ayudaste a escapar arriesgando tu vida si también acabas de conocerme?

—... Supongo que porque fue bueno hablar con otra persona para variar, tener un amigo. He estado sola mucho tiempo, ya comenzaba a plantearme la idea de hacerme amiga de Cerberus y todo. —reíste. — Ay, soy muy rara.

— Ya no estarás sola nunca más, no conmigo, ni en el lugar al que iremos. Y no te preocupes, tenemos un buen terapeuta para ti en Storybrooke que te ayudará. Por ahora no dejaré que nada más te pase.

Conforme hablaba, tú sonreías feliz. Pasó mucho tiempo desde la última vez que sentiste esperanza o te sentiste feliz en realidad. Observaste a Killian, quien a pesar de tener el rostro lleno de sangre y golpes lucía muy bien, a pesar de tener ese feo moretón en sus labios que sangraba y seguro le molestaba mucho...

Oh, un poco de ayuda como agradecimiento no vendría mal.

— ______, ¿estás-

Killian fue callado cuando sus labios fueron atrapados por los tuyos en un apasionado beso. Ni siquiera tuvo tiempo de reaccionar; fuiste demasiado rápida. Al contrario de lo que pensaría en su estado, se sentía bien, demasiado bien. Por lo que se permitió cerrar los ojos para disfrutarlo.

Cuando te separaste, lo dejaste sin hablar y sonreíste. No parecía importarte haberte ensuciado con su  sangre, vaya.

— Listo, ese moretón ya no sangrará.

Él tocó su labio y su moretón ya no dolía.

¿Pero cómo...?

— Un viejo método que aún recuerdo, no es nada. Oh, y felicidades, besas muy bien. Seguro tú has hecho más moretones que nada.

— ¿Quieres comprobarlo?—preguntó, dejando salir su lado coqueto.

— No gracias, quiero vivir. Literalmente, ya me decidí, iré contigo. Así que vayamos a buscar a tus amigos. Quiero ver qué color tendrá el mundo vivo. —respondiste y lo volviste a sostener para que siguieran caminando como si nada.

Tenías razón, eras rara.

Oh, pero así como eras rara eras muy interesante. Y Killian ya no solo ansiaba volver a besarte, sino conocerte más también.

*•.───── ❣ ─────.•*

Ya se la saben, los besos arreglan cualquier dolor de labios 😎👌 (desinformación)

Pido perdón por que sean solo tres personajes, solo con ellos tuve imaginación, por eso quise hacerlos más extensos de lo normal.

Y para que no se sientan mal por Peter, les digo que el siguiente one-shot será de él, hurra xd

También se viene otro versus de personajes, seguro no adivinarán con cuáles (B

Sis, con esto estoy compensando el casi un año de ausencia, espero lo disfruten así como este escenario, que quiero seguir haciendo seguido.

Ay, amo escribir de esta serie <3

Gracias por leer ❤️

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top