Capítulo 6: El Gran Comedor
Ya quedaban solamente tres alumnos para seleccionar. A Turpin, Lisa le tocó Ravenclaw, y después le llegó el turno a Ron. Tenía una palidez verdosa. Un segundo más tarde, el sombrero gritó: ¡GRYFFINDOR!
Harry y ____ aplaudieron con fuerza, junto con los demás, mientras que Ron se desplomaba en la silla más próxima.
-Bien hecho, Ron, excelente -dijo pomposamente Percy Weasley, por encima de Harry, mientras que Zabini, Blaise era seleccionado para Slytherin. La profesora McGonagall enrolló el pergamino y se llevó el Sombrero Seleccionador.
____ se levantó de su lugar para tomar asiento entre Harry y Ron.
-Genial, estamos los tres juntos. -Ron sonrió mirando a su amiga.
-Sobre eso -habló Harry-, ¿no querías ir a Slytherin?
-Créeme -respondió ____-, estaba demasiado ocupada buscando la manera de escapar de la vista de todos y encerrarme en la torre más alta de Hogwarts para pensar en qué casa quería estar -añadió en un escalofrío.
-... No te gusta ser el centro de atención, ¿verdad? -Harry sudó frío.
-Exacto. Y también tenía hambre.
-____, qué bien que hayas quedado en Gryffindor, y qué bueno que hayas vuelto -se adelantó Percy-. Espléndido, me llenas de orgullo.
-Te lo agradezco, Percy -dijo la pelirroja mostrando una sonrisa-. Es un placer volver a verte de nuevo, espero seguir aprendiendo lo más que pueda de tus impecables habilidades.
Percy sonrió satisfecho con su respuesta. Por otro lado, Ron y Harry ahogaron una risa. Era demasiado raro para ellos ver a ____ actuando demasiado formal y educada.
Aunque tenían también sus dudas. Imaginaban que la pelirroja había estado más de una vez en Hogwarts antes de entrar a primer año, pues todos los mayores parecían conocerla o por lo menos haberla visto una que otra vez. Era algo de lo que hablarían más tarde.
Dumbledore se puso de pie. Miraba con expresión radiante a los alumnos, con los brazos muy abiertos, como si nada pudiera gustarle más que verlos allí.
-¡Bienvenidos! -dijo el anciano-. ¡Bienvenidos a un año nuevo en Hogwarts! Antes de comenzar nuestro banquete, quiero deciros unas pocas palabras. Y aquí están, ¡Papanatas! ¡Llorones! ¡Baratijas! ¡Pellizco!... ¡Muchas gracias!
Se volvió a sentar. Todos aplaudieron y vitorearon.
-Está... un poquito loco, ¿no? -preguntó Harry con aire inseguro a Percy.
-¿Loco? -dijo Percy con frivolidad-. ¡Es un genio! ¡El mejor mago del mundo! Pero está un poco loco, sí. ¿Patatas, ____, Harry?
Harry se quedó con la boca abierta. ____ soltó un "¡Por fin!" que llegó a oídos de Dumbledore, quien ensanchó de inmediato su sonrisa.
Los platos que había frente a ellos de pronto estuvieron llenos de comida.
____ se sirvió principalmente patatas y carne asada. Todo estaba delicioso.
-Eso tiene muy buen aspecto -dijo con tristeza el fantasma de la gola, observando a Harry mientras éste cortaba su filete.
-Hola, Sir Nicholas -sonrió ladina la pelirroja-. ¿Cómo ha ido su noche?
-Espléndida, mi queridísima ____, es un honor verla nuevamente. ¡Cómo ha crecido! Solo han pasado unos meses y está más hermosa que nunca. -El fantasma sonrió encantado.
Harry ante el comentario no pudo evitar sentir sus mejillas arder. Y era cierto, la belleza de ____ era única y rara para alguien de su edad.
____ agradeció el halago un tanto avergonzada y continuó su cena.
-¿No puede...? -preguntó Harry al fantasma.
-No he comido desde hace unos quinientos años -dijo el fantasma-. No lo necesito, por supuesto, pero uno lo echa de menos. Creo que no me he presentado, ¿verdad? Sir Nicholas de Mimsy-Porpington a su servicio. Fantasma Residente de la Torre de Gryffindor.
-El más valiente y noble de todos los fantasmas, me atrevería a decir -comentó ____, mientras se estiraba levemente para agarrar tocino.
-¡Qué cosas dices, querida! -Nicholas sonrió halagado.
-¡Yo sé quién es usted! -dijo súbitamente Ron-. Mi hermano me lo contó. ¡Usted es Nick Casi Decapitado!
-¡Ron! -reprochó ____.
-Yo preferiría que me llamaran Sir Nicholas de Mimsy... -comenzó a decir el fantasma con severidad, pero lo interrumpió Seamus Finnigan, el del pelo color arena.
-¿Casi Decapitado? ¿Cómo se puede estar casi decapitado?
Sir Nicholas pareció muy molesto, como si su conversación no resultara como la había planeado.
____ se pegó en la cara con la mano, sabiendo cómo era él con ese tema.
-Así -dijo enfadado. Se agarró la oreja izquierda y tiró. Toda su cabeza se separó de su cuello y cayó sobre su hombro, como si tuviera una bisagra. Era evidente que alguien había tratado de decapitarlo, pero que no lo había hecho bien. Pareció complacido ante las caras de asombro y la sonrisa de suficiencia de ____, volvió a ponerse la cabeza en su sitio, tosió y dijo-: ¡Así que nuevos Gryffindors! Espero que este año nos ayudéis a ganar el campeonato para la casa. Gryffindor nunca ha estado tanto tiempo sin ganar. ¡Slytherin ha ganado la copa seis veces seguidas! El Barón Sanguinario se ha vuelto insoportable... Él es el fantasma de Slytherin.
Harry miró hacia la mesa de Slytherin y vio un fantasma horrible sentado allí, con ojos fijos y sin expresión, un rostro demacrado y las ropas manchadas de sangre plateada. ____ imitó la acción de Harry y sonrió con diversión. Estaba justo al lado de Draco que, como Harry vio con mucho gusto, no parecía muy contento con su presencia.
-¿Cómo es que está todo lleno de sangre? -preguntó Seamus con gran interés.
-Nunca se lo he preguntado -dijo con delicadeza Nick Casi Decapitado.
-Lo conozco muy bien -comentó ____, terminando su tocino y agarrando un poco de pastel de calabaza-. A pesar de mostrarse así de intimidante a la gente, su compañía es agradable. Y, si se le llega a conocer bien, se le agarra cariño, de una forma u otra -añadió en una sonrisa.
-Sus comentarios tan acertados como siempre, señorita ____ -la elogió Nick, ella solo sonrió en respuesta.
Cuando hubieron comido todo lo que quisieron, los restos de comida desaparecieron de los platos, dejándolos tan limpios como antes. Un momento más tarde aparecieron los postres. Trozos de helados de todos los gustos que uno se pudiera imaginar, pasteles de manzana, tartas de melaza, relámpagos de chocolate, rosquillas de mermelada, bizcochos borrachos, fresas, jalea, arroz con leche...
____ sonrió tan emocionada como una niña pequeña: si había algo que amaba era el helado.
Harry la miró de reojo y sonrió un poco, y se sirvió una tarta. ____ se sirvió helado de naranja con piña y algún que otro dulce ligero. La conversación se centró en las familias.
-Yo soy mitad y mitad -dijo Seamus-. Mi padre es muggle. Mamá no le dijo que era una bruja hasta que se casaron. Fue una sorpresa algo desagradable para él.
Los demás rieron.
-¿Y tú, Neville? -dijo Ron.
-Bueno, mi abuela me crió y ella es una bruja -dijo Neville-, pero la familia creyó que yo era todo un muggle, durante años. Mi tío abuelo Algie trataba de sorprenderme descuidado y forzarme a que saliera algo de magia de mí. Una vez casi me ahoga, cuando quiso tirarme al agua en el puerto de Blackpool, pero no pasó nada hasta que cumplí ocho años. El tío abuelo Algie había ido a tomar el té y me tenía cogido de los tobillos y colgando de una ventana del piso de arriba, cuando mi tía abuela Enid le ofreció un merengue y él, accidentalmente, me soltó. Pero yo reboté, todo el camino, en el jardín y la calle. Todos se pusieron muy contentos. Mi abuela estaba tan feliz que lloraba. Y tendríais que haber visto sus caras cuando vine aquí. Creían que no sería tan mágico como para venir. El tío abuelo Algie estaba tan contento que me compró mi sapo.
-Vaya -dijo Seamus-, ¿qué hay de ti, ____?
-Yo también fui criada por mi abuelo -dijo ____. Harry, Hermione y Percy dejaron su charla sobre las clases para prestarle atención-. Mis padres murieron cuando yo tenía tan solo dos meses, y por ello mi abuelo se hizo cargo de mí. Murieron a manos de Quien-tú-sabes -añadió e hizo una pausa. Parecía triste, pero de un momento a otro volvió a sonreír tan alegre como siempre-. ¡Pero mi infancia no fue mala en lo absoluto! Al contrario, mi abuelo me brindó todo el cariño del mundo, a pesar de que no sería lo mismo sin mis padres. Hizo todo lo que tuvo en sus manos para verme feliz.
-¡____! ¡Tu cabello! -Ron la miró estupefacto.
El cabello de ____ había pasado de un rojo fuego a un azul oscuro y triste.
-¡Ha cambiado de color! -Neville estaba igual.
-Es normal -respondió ____ con frivolidad. Su cabello volvió a la normalidad en un parpadeo-. Es porque soy metamorfomaga de nacimiento, por lo cual puedo cambiar mi aspecto como yo quiera. Aunque, por supuesto, si sufro una emoción muy fuerte pueden cambiar por sí mismos mis ojos o mi pelo.
-¡Claro, leí sobre eso en "Tipos de magos y sus clasificaciones mágicas"! -habló Hermione entusiasmada.
-¿En serio puedes cambiar cualquier parte de tu aspecto? -preguntó Harry, asombrado.
-Sí, aunque no suelo usarlo. -____ se encogió de hombros.
-____, aún tengo una duda con respecto a ti -habló Ron.
-¿Sí?
-¿Cómo es que conoces a casi todos en Hogwarts y casi todos te conocen a ti?
-Mi abuelo casi siempre tenía que viajar a buscar sus propios materiales, por lo tenía que dejarme al cuidado de alguien -respondió ____-. Entonces habló con el director, un viejo amigo, y accedió a tenerme en Hogwarts mientras mi abuelo no podía cuidarme. Se hizo mi tutor junto a dos profesores más (con mucho gusto según me ha dicho) y pasé gran parte de mi infancia a partir de mis seis años en Hogwarts.
-¿Quieres decir que ya has estado aquí antes? -Seamus se asombró.
-Así es, demasiado diría yo -rió la pelirroja-. Ya que pasé años enteros aquí, conozco de memoria cada pasadizo y cada lugar del castillo, incluyendo salas comunes y oficinas de profesores.
»También conozco a estudiantes de segundo año para arriba, a todos los profesores, a Hagrid, a los fantasmas... básicamente a todos -concluyó ____ con su relato, terminando su helado y comenzando uno de menta con sirope de caramelo.
-Eso lo explica todo -alegó el Weasley menor con una sonrisa de alivio.
Luego Harry centró su atención en la mesa de los profesores. Hagrid bebía copiosamente de su copa. McGonagall hablaba con Dumbledore. El profesor Quirrell, con su absurdo turbante, conversaba con Severus Snape, un profesor de grasiento pelo negro, nariz ganchuda y piel cetrina.
-¡Ay! -Harry se llevó una mano a la cabeza.
-¿Qué ha pasado? -preguntó Percy.
-N-nada.
-¿Te encuentras bien? -preguntó ____ con preocupación.
-S-sí... No te preocupes, ____. Solo me dio una punzada en la frente.
-Vale -respondió no muy convencida-. ¿Te sigue doliendo?
-No, el dolor desapareció.
-¿Quién es el que está hablando con el profesor Quirrell? -preguntó a Percy.
-Oh, ¿ya conocías a Quirrell, entonces? No es raro que parezca tan nervioso, ese es el profesor Snape. Su materia es Pociones, pero no le gusta... Todo el mundo sabe que quiere el puesto de Quirrell. Snape sabe muchísimo sobre las Artes Oscuras.
____ rodeó los ojos. Por fin desaparecieron los postres, y el profesor Dumbledore se puso nuevamente de pie. Todo el salón permaneció en silencio.
-Ejem... sólo unas pocas palabras más, ahora que todos hemos comido y bebido. Tengo unos pocos anuncios que haceros para el comienzo del año.
»Los de primer año debéis tener en cuenta que los bosques del área del castillo están prohibidos para todos los alumnos. Y unos pocos de nuestros antiguos alumnos también deberán recordarlo.
Los ojos de Dumbledore apuntaron en dirección a los gemelos Weasley.
-El señor Filch, el conserje, me ha pedido que os recuerde que no debéis hacer magia en los recreos ni en los pasillos.
»Las pruebas de quidditch tendrán lugar en la segunda semana del curso. Los que estén interesados en jugar para los equipos de sus casas, deben ponerse en contacto con Madame Hooch.
»Y por último, quiero deciros que este año el pasillo del tercer piso, del lado derecho, está fuera de los límites permitidos para todos los que no deseen una muerte muy dolorosa.
Harry rió, pero fue uno de los pocos que lo hizo. ____ miró al suelo pensativa.
-¿Lo decía en serio? -murmuró Harry a Percy.
-Eso creo -dijo Percy, mirando ceñudo a Dumbledore-. Es raro, porque habitualmente nos dice el motivo por el que no podemos ir a algún lugar. Por ejemplo, el bosque está lleno de animales peligrosos, todos lo saben. Creo que, al menos, debió avisarnos a nosotros, los prefectos.
-No estaba bromeando, de eso puedes estar seguro -murmuró ____ y Harry la oyó.
-¡Y ahora, antes de que vayamos a acostarnos, cantemos la canción del colegio! -exclamó Dumbledore. Las sonrisas de los otros profesores se habían vuelto algo forzadas.
____ dejó de lado sus pensamientos y sonrió divertida ante lo que venía a continuación.
Dumbledore agitó su varita y una larga tira dorada apareció, se elevó sobre las mesas, se agitó como una serpiente y se transformó en palabras.
-¡Que cada uno elija su melodía favorita! -dijo Dumbledore-. ¡Y allá vamos!
Y todo el colegio vociferó:
Hogwarts, Hogwarts, Hogwarts, enséñanos algo, por favor.
Aunque seamos viejos y calvos
o jóvenes con rodillas sucias,
nuestras mentes pueden ser llenadas
con algunas materias interesantes.
Porque ahora están vacías y llenas de aire, pulgas muertas y un poco de pelusa.
Así que enséñanos cosas que valga la pena saber,
haz que recordemos lo que olvidamos,
hazlo lo mejor que puedas, nosotros haremos el resto,
y aprenderemos hasta que nuestros cerebros se consuman.
Cada uno terminó la canción en tiempos diferentes. Al final, sólo los gemelos Weasley seguían cantando, con la melodía de una lenta marcha fúnebre. ____ se aguantaba las ganas de reír.
Dumbledore los dirigió hasta las últimas palabras, con su varita y, cuando terminaron, fue uno de los que aplaudió con más entusiasmo. ____ finalmente soltó una risa estridente (parecía una loca) e hizo sonreír con más entusiasmo a los gemelos y al mismo director.
-¡Ah, la música! -dijo, enjugándose los ojos-. ¡Una magia más allá de todo lo que hacemos aquí! Y ahora, es hora de ir a la cama. ¡Salid al trote!
Los de primer año de Gryffindor siguieron a Percy a través de grupos bulliciosos, salieron del Gran Comedor y subieron por la escalera de mármol.
A diferencia de sus compañeros, ____ saludaba a la gente de los retratos, que a lo largo de los pasillos, susurraba y los señalaba al pasar. Subieron más escaleras, los demás bostezando y arrastrando los pies, hasta que pararon súbitamente.
Unos bastones flotaban en el aire, por encima de ellos, y cuando Percy se acercó comenzaron a caer contra él.
-Peeves -susurró Percy a los de primer año-. Es un poltergeist -Levantó la voz-: Peeves, aparece.
La respuesta fue un ruido fuerte y grosero, como si se desinflara un globo.
-¿No quieres saludar a ____?
Se produjo un chasquido y un hombrecito, con ojos oscuros y perversos y una boca ancha, apareció, flotando en el aire con las piernas cruzadas y empuñando los bastones.
-¡Oooooh! -dijo, con un maligno cacareo-. ¡Los horribles novatos! ¡Qué divertido! ¡____, qué bueno verte de nuevo, vieja amiga!
-Claro, Peevie. -____ sonrió divertida-. ¿Causando estragos de nuevo?
-Lo de siempre, querida. -Peeves rió con malicia.
De pronto se abalanzó sobre ellos. Todos se agacharon excepto ____, que se distrajo con una mosca que pasaba por ahí.
-Vete, Peeves, o el Barón se enterará de esto. ¡Lo digo en serio! -gritó enfadado Percy.
Peeves hizo sonar su lengua y desapareció, dejando caer los bastones sobre la cabeza de Neville. Lo oyeron alejarse con un zumbido, haciendo resonar las armaduras al pasar.
-¿Te encuentras bien, Neville? -preguntó ____ quitándole los bastiones de encima.
-S-sí, no te preocupes -habló en un tono nervioso el chico. ____ asintió con duda.
-Tenéis que tener cuidado con Peeves -dijo Percy, mientras seguían avanzando-. El Barón Sanguinario es el único que puede controlarlo, ni siquiera nos escucha a los prefectos. Ya llegamos.
Al final del pasillo colgaba un retrato de una mujer muy gorda, con un vestido de seda rosa.
La mujer se volteó a ver a Percy con un semblante totalmente diferente.
-¿Santo y seña? -preguntó.
-Caput draconis -dijo Percy, y el retrato se balanceó hacia delante y dejó ver un agujero redondo en la pared. Todos se amontonaron para pasar (Neville necesitó ayuda de ____) y se encontraron en la sala común de Gryffindor, una habitación redonda y acogedora, llena de cómodos sillones.
Percy condujo a los niños a través de una puerta, hacia sus dormitorios, y a las niñas por otra puerta. Al final de una escalera de caracol (era evidente que estaban en una de las torres) encontraron, por fin, sus camas, cinco camas con cuatro postes cada una y cortinas de terciopelo rojo oscuro. Sus baúles ya estaban allí. Demasiado cansadas para conversar, se pusieron sus pijamas y se metieron a la cama.
-Que descanses, ____ -susurró Hermione a través de la cortina.
-Que descanses, Hermione -contestó ____ mientras se acomodaba en silencio para poco después caer en brazos de Morfeo.
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