🍒Capítulo 5🍒 [Editado]
Jazmín
-Inside Mind-
No había podido dormir bien de la emoción de que hoy fuera mi presentación, había visto gente mirar los panfletos que la anunciaban y murmurar, algunos que les interesaba, otros se burlaban de que fuera yo sola.
La verdad es que no me importa lo que piensen sobre mi los tontos o incrédulos, si no que quieran unirse a mi club los que están verdaderamente interesados.
Había traído mi vestimenta de baile en la mochila, me pesaba un poco, además de una bolsa con mis zapatos altos. Otros dirían que bailar con zapatos altos era una tragedia, pero yo puedo hacerlo y mucho más.
Nisiquiera pude prestar atención a mis clases, contaba los minutos para que faltaran treinta minutos para el almuerzo, así yo me iría.
- ¿Estás bien, Jaz? - la voz de Tadashi me sacó de mi burbuja y tire mi lápiz al suelo por la sorpresa.
- Diablos me asustaste - me quejé agachandome a levantarlo - Si eso creo, ¿por qué?
- Por qué estás rayando toda la hoja en lugar de escribir cosas del libro - Dijo con una media sonrisa.
- Ah sí - eché un vistazo a mi hoja, era cierto, debajo del título lo único que había hecho era hacer garabatos - perdón, es solo que estoy algo emocionada por mi presentación de hoy, ¿irás verdad?
- Claro que sí - puso su mano en mi hombro tratando de calmarme - tranquila aún falta media hora para que termine la clase.
- ¡¿Ya?! - dije observando el reloj, era cierto.
¡Debía irme urgentemente!
Me levanté de mi asiento y hablé con la profesora, le expliqué la situación y ella me dejó salir sin problemas.
Tome mi mochila y la bolsa con mis zapatos y saludé rápidamente a Tadashi antes de salir corriendo de allí, debía calentar, maquillarme y vestirme para antes del show.
Iba corriendo por el pasillo cuando doblando la esquina me choqué el hombro con un chico alto que parecía ir en las nubes, igual que yo.
- ¡Disculpa..!
- Vas con prisa...- levanté la vista y para mi sorpresa, el compañero de Shoyo era el que estaba allí, acariciándose el hombro por el golpe.
- Oh vaya, hola Kageyama - sonreí algo avergonzada - ¿Qué haces fuera del salón?
Este pareció dudar de responderme y luego se rascó la mejilla algo avergonzado, tenía algunos papeles en la mano, pero no alcancé a ver qué decían.
- La profesora me envió con el director por mis bajas notas - suspiró , parecía algo cansado.
- Vaya, y eso que apenas empezamos el año, no pareces de los chicos que son malos en las clases - Coloqué mis manos en mi cintura arqueando una ceja, estaba sorprendida, juraría que era muy atento en sus clases, pero supongo que las apariencias engañan.
- B-bueno..es que me concentro demasiado en Voleyball como para pensar en ello..- sus mejillas se colorearon de rosa y frunció el ceño, cohibido- ¿Y tú qué haces afuera?
- ¡Oh! -recordé lo que hacía allí y levanté la bolsa en mi mano - tengo que ir a prepararme para mi presentación en el auditorio.
- ¿Bailarás tú sola frente a toda esa gente? - preguntó con gesto de sorpresa - Que valor, ¿No te da dolor de estómago?
- Bueno, mentiría si te digo que no me sudan las manos en estos momentos - rasqué mi nuca algo avergonzada - pero, la gente no confía en mi a simple vista como para unirse a mí club, tengo que demostrar que puedo hacerlo para ganarme su confianza y demostrar que puedo hacerlo.
Este me observó como si analizara con cuidado cada una de mis palabras, no me cansaba de decirlo, esos ojos suyos eran realmente intimidantes, aquellos segundos en los que sentía que me perdía en el océano azul de su mirada, parecían extenderse de manera abrumadora.
Sentía que me perforaba con sus orbes cristalinos, escrutandome cuidadosamente.
- Eres increíble por hacerlo, te deseo mucha suerte aunque..e-estoy seguro de que te irá muy bien - Afirmó desviando la mirada hacia un costado, era un chico particular, aún cuando parecía que me apoyaba y que estaba diciendo algo lindo, fruncía el ceño, casi involuntariamente.
Era algo confuso y gracioso pero, realmente lindo de alguna manera.
- Te lo agradezco, Kageyama - dije devolviéndole una sonrisa dulce y jugué con mis dedos algo nerviosa- Oye, Shoyo vendrá a verme bailar, ¿Vendrás tú también?
Este tembló por un segundo y su rubor aumentó.
- ¿Y-yo? - preguntó titubeante y asentí.
- Soy parte de tu equipo y a decir verdad, tú..me caes bien..- sonreí alegremente y coloqué ambas manos en mi cintura - Creo que podríamos ser buenos amigos, y me haría muy feliz que mis amigos estén ahí para apoyarme.
Kageyama pareció pensarlo por unos momentos y finalmente, asintió con mucha determinación como si de un juramento se tratara.
- ¡E-estaré ahí sin dudarlo! - Dijo con gesto serio y no pude evitar reír - ¿D-de qué te ríes?
- Es increíble como aunque estás diciéndome algo tan lindo, luces tan serio y con ese aire tan determinado, parece que se tratara de un partido de Voleyball - cubrí mi boca con mis dedos, no podía evitar reír por aquello- Pero ¿Sabes algo?, realmente eres muy tierno, Kageyama.
No tengo palabras para describir la expresión del pelinegro frente a mi, parecía que el alma se le estaba yendo del cuerpo.
De la nada, la luz en mi cabeza se encendió y recordé por qué había salido de la clase.
¡Qué fácil pierdo el hilo, carajo!
- ¡Mierda! ¡Se me hace muy tarde! - grité exaltada - Perdona Kageyama, ya debo irme, ¡Espero verte allí!
Sin más salí corriendo de allí, ¡Ya había perdido demasiado tiempo!
N.
-Omnisciente-
Consternado y sintiéndose un tanto perdido, el chico la vió alejarse sin darse cuenta del tiempo que pasaba.
- Dijo que soy..¿tierno?.. - pensó en silencio y ladeó la cabeza hacia los lados. Solía escuchar que era bruto y malvado, dictador, egoísta y otras cosas más, pero..
¿Tierno?
Era algo que lo había tomado desprevenido y ahora lo había dejado atontado.
Nisiquiera escuchó los regaños del director por sus notas, estaba totalmente en su burbuja luego de esa situación tan particular y nueva para él.
La campana sonó iniciando el tiempo libre de la escuela y todos los estudiantes salieron disparados de sus salones.
El parecía perdido, una pequeña presencia se acercó a él tomándolo por el hombro y haciéndolo dar un salto por la sorpresa.
- ¡Hey!, ¿Qué te sucede, Kageyama? - preguntó este extrañado, alzando ambas manos en el aire, aterrado - ¿Te sientes bien?
- Ah, sí, solo pensaba.. - se excusó con un mal gesto que hizo a Hinata pensar que ya estaba normal.
- Oye, voy a la presentación de Jaz - Dijo sonriente - Creo que todos iremos excepto Tsukishima, ¿Por qué no vienes con nosotros?
Este asintió sin dudarlo recordando lo que había prometido y sin más, ambos se dirigieron por el pasillo a la zona del baño donde se reunieron con los demás para abrirse camino hacia el auditorio.
Jazmín
-Inside Mind-
Mierda mierda mierda, vino más gente de la que creía, es hasta abrumador.
Pensé que solo vendrían chicas pero al contrario de ello, había bastantes chicos del equipo de fútbol, todos con sus respectivas noviecitas sentadas junto a ellos, había muchas chicas que no supe distinguir bien de que año eran, algunas se notaba eran mayores que yo.
Mi cabeza asomaba por un costado del escenario viendo a toda la gente murmurar.
Mierda, hasta hace una hora me parecía que había pasado menos tiempo desde que estuve frente a un escenario así, pero ahora me parece tan lejano que me asusta un poco.
Mi cabello que había planchado hoy por la mañana por única vez, me cayó sobre los hombros brillando con su color rojizo. Me gustaban más mis rizos, pero él cabello liso era más conveniente para bailar.
Mordí mi labio inferior con nerviosismo, buscaba a mis amigos entre el público, necesitaba ver a Shoyo y a Tadashi y saber que estaban ahí o si no las cosas serían muy incómodas.
Guié mi vista entre el publico y en la última fila, mis ojos brillaron de alivio al encontrarlos no solo a ellos dos, si no a todo mi ahora equipo de Karasuno, tragué en seco al ver que incluso Tsukishima estaba allí, aunque estaba más que segura que Tadashi y el resto del equipo lo arrastraron hasta aquí contra su voluntad.
Respiré profundamente y sonreí, ellos estaban ahí, debo dar lo mejor de mí.
Con el ruido de mis tacones resonando por el piso, mis piernas se relucían en unas pantimedias con falsas bucaneras negras, acompañada de mi short negro y una remera negra de tiras que dejaba expuestos mis brazos delgados y mi clavícula.
Estaba lista para salir allí.
Ya no había tiempo para dudar, quedaba en mí.
N.
-Omnisciente-
- Wow, sí que vino gente - Comentó Daichi con cierto asombro.
- Nuestra linda animadora generó muchas expectativas - Rió Suga, acomodándose en su asiento.
- No se como Jaz no vomita de los nervios, yo lo haría al ver tanta gente - un escalofrío recorrió la espalda de Tadashi, quién movía nerviosamente las manos sobre su regazo.
- A ella eso no le afecta, es maravillosa, ya lo verán - interrumpió un orgulloso Shoyo removiendose ansiosamente en su lugar - Verla bailar es increíble, te deslumbra.
- ¿Tú ya la has visto no Hinata? - inquirió Tnaka con interés.
- ¡Claro! Ha bailado desde que la conozco y es muy buena, cuando la vean sabrán que no me equivoco - sonrió tiernamente. No escatimaba para nada en presumir de su mejor amiga.
- Nisiquiera se por qué estoy aquí, esto probablemente será un gran fracaso.
Los comentarios agrios de Tsukishima causaron un desagrado general en todos a su alrededor. Tenía un grandiosa habilidad para cortar el ambiente con muy poco.
- Ay Tsukishima, no seas malvado, nisiquiera sabes algo como para decir eso de ella - Replicó Tanaka, molesto.
- Se ve muy segura, y hacer todo esto sola...- Explicó Suga - Yo creo que si sabe lo que hace, le tengo fé.
- Tch, los altaneros siempre son unos fracasados - se cruzó de brazos con mueca de disgusto, sin embargo y contrario a lo que intentaba demostrar, miraba con mucha atención el escenario.
- ¡Déjala en paz Tsukishima!, ¡Imbécil!
- ¡Hinata no es lugar para pelear!
Daichi y Suga lo sostuvieron de la camiseta para que no se le fuera encima al arrogante chico de lentes.
Kageyama no decía ni una palabra, solo se limitaba a mirar al escenario con ansiedad, ahora el también deseaba ver que se escondía tras esa sonrisa.
Derrepente, una música introductoria comenzó a sonar y el telón se abrió develando la silueta de la imponente chica que se encontraba quieta en medio del escenario .
- ¡Al fin! - chilló Shoyo emocionado.
- ¡Vaya!, ¿Bailará con esos zapatos tan altos? - comento maravillado Suga.
° ° °
(La canción que va a bailar esta arriba de todo, mírenla así les ayuda a imaginar)
° ° °
La música comenzó a sonar y luego de unos segundos sus pasos resbalaron en el escenario siendo impecables, bailar con zapatos altos se le daba perfecto, sus caderas se movían con una naturalidad que maravilló a todos los presentes, cada paso era perfecto y la música rebotaba de los parlantes a todo el lugar causando que incluso algunos bailaran en sus asientos.
Shoyo incluso conocía la canción y movía sus brazos al ritmo de la música vitoreando con emoción a su amiga.
Todos los demás observaban atónitos como la pelirroja bailaba espectacularmente con sus zapatos altos, esas medias que acentuaban sus muslos, el short que parecía pegarse a los movimientos de su cadera y abrazar su cintura, y su camiseta de tiras negras que dejaba que sus brazos se movieran con libertad.
Su cabello rojizo ahora lacio por haber sido planchado danzaba sobre su espalda, llegaba hasta casi su lumbar sin sus rizos que lo esponjaban siempre.
Su rostro relucía bajo la brillante luz que la hacía más impactante, sus ojos brillaban resaltados con un sutil delineado negro, y su sonrisa iluminaba todo el lugar, parecía resplandecer en cada paso, haciendo lo que amaba.
Brillaba como una estrella.
Un vitoreo retumbó por todo el auditorio mientras ella bailaba incansablemente.
Los ojos de todos sus compañeros se iluminaron, Tanaka intentaba seguir a Shoyo que estaba parado en su silla para no desaparecer entre la multitud, bailando al ritmo de la canción, Suga aplaudía junto a Daichi y Tadashi vitoreando sin cesár.
Tsukishima no podía creer lo que veía, el brillo de su sonrisa lo cautivaba de una manera fugaz, no podía entender de donde había salido eso que ahora ella destilaba y lo dejaba incrédulo , lo único que sabía era que no podía dejar de verla, maravillado por la felicidad con la que daba cada uno de los pasos, los cuales se repetían en su cabeza en cámara lenta, era simplemente perfecta.
Kageyama estaba igual de encandilado que el rubio, observándola perdido por la situación, parecía en trance. Sintiendo como el calor subía por su espalda hasta su rostro, sin la capacidad de emitir una sola palabra por sus labios, solo apreciando maravillado las curvas de la pelirroja que se movía con una agilidad impecable por la pista del auditorio, con sus bellos ojos cafés brillando bajo la luz que la iluminaba, ambos chicos sintieron lo mismo, sin saberlo.
Que aquel brillo que la rodeaba, ahora hacía lucir todo lo demás,como una completa oscuridad.
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