Abigail Franz
Lucia
El golpe de la puerta hizo que nos separásemos violentamente, provocando que Ryder callera al piso.
-e-entre – exclamé tratando de recuperar la compostura
-lamento molestar- dijo el señor Dashwood abriendo lentamente la puerta.
-no se preocupe señor – dijo Ryder con una sonrisa forzada
-es solo que…alguien está en la puerta y…- un sonido aún más fuerte inundo la gran casa.
-Ryder quédate aquí y sigue investigando a Abigail Franz, es posible que sea ella
-¡¿Abigail Franz?! E-ella… no puede ser
-¿Por qué no? ¿Qué ocultas John? - miré fijamente a John en busca de alguna afirmación de mi investigación
-n-nosotros, me avergüenza admitirlo pero fuimos amantes durante un tiempo
-un gran lapso de tiempo ¿no John?
-durante un año más o menos, luego ella me propuso casarme con ella y dejar a mi esposa, ella se dio cuenta y entramos en un programa para poder reavivar nuestra vida de casados, y así fue. Vivimos muy bien, sin embargo, recibí llamadas de Abigail y Martha las contestaba, pero ella seguía insistiendo y ella está loca ¿creen que podría tener algo que ver?
-si ella sabía que su esposa e hijos tenían seguros de vida si
-¿s-seguros de vida? Y-yo nunca les compre tales seguros – volví mi mirada donde Ryder y él estaba igual de sorprendido que yo.
-es posible que sea ella la que está tocando, Ryder ingresa en la base de datos del banco donde es ingresado el dinero del señor Dashwood e investiga de cual aseguradora vienen tales seguros. – me acerqué a mi maleta y saqué unas dagas y una nueve milímetros –yo lo acompañare a abrir la puerta Señor Dashwood.
Bajamos las escaleras con extremo cuidado y pude ver por los vitrales que había una silueta de una mujer y dos niños, pero con ellos venia otras tres siluetas.
-escúcheme bien, usted va a gritar que ya va y va a abrir la puerta, pero al momento de hacerlo, se va a ocultar detrás de la misma ¿entendido?- el señor Dashwood solo asentía- yo voy a estar del otro lado de la puerta y si es necesario disparar le pido que no salga del escondite. Y si aparecen sus hijos y esposa no los abracé, sé que va a ser imposible…pero es necesario que no haga nada por la seguridad de su familia y la suya.
El señor Dashwood asintió y aclaró la garganta que a causa del panico se cerró.
-ya voy – bajamos las escaleras. Yo iba detrás de el para que no notaran que yo estaba allí.
La mano del señor Dashwood agarro el pomo de la puerta y lo giró lentamente.
Me posicioné al lado de la puerta y pude ver a una mujer claramente demacrada y los niños en las mismas condiciones.
Unos tres hombres entre 1,80 y 1,90 de altura entraron por la puerta de manera intimidante y por ultimo una silueta fina de una mujer de cabello largo y de contextura delgada.
-¡aquí no hay nadie! – gritó el hombre más alto
-calma-dijo la mujer quitándose la capucha-seguramente debe estar en algún lugar de esta asquerosa casa.
-¡¡John!!- gritó la señora Dashwood, pude ver como el señor Dashwood vacilaba en salir
-john, John, John, ¡¡Cállate perra!! – la otra mujer le proporciono una bofetada a la señora Dashwood haciéndola caer al suelo
-Abigail, ¿Por qué hacer esto? ¿Por qué me odias tanto?
-te lo he repetido tantas veces, que ya deberías sabértelo de memoria- me encaminé hacia los secuestradores pero…
-Lucia, joder Abigail es la maldita secuestradora…oh – los secuestradores apuntaron hacia Ryder y yo solo sentí como una corriente subió por mi espina dorsal.
-¿Quién mierdas eres tú?- preguntó Abigail - ¡respóndeme!
-no tengo por qué hacerlo, además no creo que sea conveniente que me apunten
-gracias Ryder por esa bienvenida- exclamé apuntando a la cabeza de Abigail
-te van a disparar si sigues apuntándome
-querida, soy más rápida que todos tus bastardos juntos, además ¿Quién dispararía primero?
-b-baja el arma – exclamó de manera temblorosa
-no te preocupes, no te voy a matar zorra
-¿no?
- pero a los bastardos amigos tuyos sí. ¡Señora Dashwood agáchese usted y sus hijos!
Agarré a Abigail por su cabello y la utilicé de escudo y empecé a dispárale a los secuestradores de quita en la cabeza.
El primero trató de dispararme pero no lo logró, el otro le disparó a Abigail en la pierna y el tercero salió corriendo pero una bala entro en su cabeza.
Cuando todo yacía en silencio, agarré a Abigail y la miré a los ojos.
-tu y yo tenemos que hablar. ¡John ya puedes salir!
El señor Dashwood corrió hacia su esposa e hijos, y pude ver como una lágrima se resbalaba por su mejilla.
Ryder
No sé cómo podía estar aquí en la habitación, mientras Lucia mata a unos matones ella sola.
-Ryder, trae las herramientas a la habitación de al lado – asentí y cargue el maletín de torturas de Lucia.
Entré y pude ver que Lucia había sentado a una mujer.
-espero que colabores, para poder entregarte a las autoridades algo sana – solía salirme de la habitación cuando Lucia comenzaba con las torturas.
Agarró un cuchillo y le arrancó una uña.
-habla- su tono se transformó completamente y su mirada era fría
-¡¡t-tengo hijos!! - gritó ella por el dolor
-ella también tiene hijos y a ti no te importó secuestrarlos y torturarlos- arrancó otra uña
-¡¡AHHHHHHHH!! ¡¡DETENTE POR FAVOR!!
-es simple detenerme, solo necesitó que hables – Lucia acercó una silla y se sentó frente a la mujer
-y-yo solo quería tener a alguien a mi lado
-mentira – otra uña fue arrancada de sus dedos y un grito desgarrador volvió a salir de sus labios- no seas llorona, vuelven a crecer
-solo quería tener dinero y aproveché que John estaba conmigo y confiaba en mi para tener todas sus cuentas a mi nombre y sacar un seguro de vida a la perra de su esposa y a sus bastarditos.
-por eso los tenías que torturar y secuestrar – la mujer bajó la mirada y Lucia agarró su rostro de manera violenta – escúchame bien zorra de quinta, él nunca iba a dejar a su esposa por una mujer como tú, agradece que no te torturo más, me aburres.- Lucia se levantó de la silla y llamó a la policía. Y yo solo recogí las cosas y las llevé a nuestro cuarto.
Cuando la policía llegó, Lucia había entrado a la habitación y pude ver que estaba algo agotada.
-ya nos podemos ir - dijo Lucia tirándose en la cama
-vamos a casa
-supongo
Me senté en la cama y pude ver a Lucia sonreír
-¿te gusto o que pasa que me miras tanto?
-¿si respondo que si me gustas, me vas a dar el beso? – Lucia sonrió y juntó nuestros labios ligeramente
-no
Se levantó y agarró sus maletas y salimos de la habitación.
Me demoré un poquito, lo siento.
Pero espero que les haya gustado el capítulo :p
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