Las noches pasaban lentas... tik tok tik tok.
Me gritaban al oído... tik tok tik tok.
Me llenaban la cabeza de ideas... tik... y entonces paraba y me gritaban a grandes sonares interfiriendo cada parte de mi cuerpo. Me maldecian y me regañaban a son de los segundos que mis falsos sueños que se desvanecían poco a poco.

Y entonces, en medio de la oscuridad, con el corazón ensangrentado, las mejillas húmedas y las manos punzantes el ruido cesó. El ruido se desvaneció dándole lugar a una pesadilla aún más grande. El silencio... aquel silencio que estaba carcomiendome en todo lo que yo misma estaba provocando en mi ser.

Me rompía, estaba rota, estaba rompiendome a grandes pedazos en pasos que resonaban en las paredes como cada latido de mi corazón.

La batería sonaba fuerte, los grillos cantaban y entonces un pequeño sonido comenzó a salir de mis labios. Era un gemido, un gemido que me recordaba nada más y nada menos que me habían roto el corazón, pero yo no me había dado cuenta porque estaba atrapada en un sueño que me alejaba de mi vida.

No me había dado cuenta porque estaba perdida en un limbo espacial que estaba a punto de romperse, este era en el momento en que cada parte de mi cuerpo se juntaban... presente y pasado, dolores, angustias, triunfos y dudas. Este era el momento en que mi corazón comenzaría a sanar.