Capitulo 32

Bajo el frío cielo,lo único digno de llamarse calor,son los sentimientos de quienes compartían un momento dulce y romántico.
Con sus labios unidos,sin titubear,sin temblar,solo fundidos en un beso cálido,con sus ojos cerrados,con sus presencias siendo las únicas en todo el paisaje,aquel momento parecía ser eterno y darle fin parecía un crimen atroz.

Separados sus labios,se dedicaron mutuamente una mirada que se reducía a la comprensión que solo ellos dos tenían,sus alientos flotaban en el aire como vapor  producto del frío que allí había,los ojos rojos pintados con estrellas diminutas brillaban de una manera increíble,y el se dedicó  a admirarlos hasta que estos se cerraron lentamente dando un pestañeo de reflexión  seguido de un suspiro que lo confundió,sus labios entreabiertos  parecían querer decir algo pero de ellos nada salió por más que lo intentaba,sabía que quería decírselo,quería expresarle todo lo que su corazón agitado anhelaba sacar,que para mal o bien,era sincero y no había nada que hacer con el,la ansiaba,la deseaba,la quería sincera y profundamente. Sus sentimientos lo estaban volviendo loco al tiempo de que estaban tan asustados como el,negándose a salir por su boca y ser sinceros con la muchacha de negra y larga cabellera.

Esta parecía analizarlo con una mirada que pronto se tornó  melancólica,como si sintiera pena por Shoya,parecía tan anonadada  como el.

》¿Por que me mira de esa forma?,debe pensar algo que no es,debo decirle,debo hablar..maldita sea...pero ¿qué le digo?《

Su mente lo enloqueció  y pronto sintió que sus mejillas se tornaban rojas y por sus labios solo salían amagos de palabras que no llegaban a nada más que un titubeo.

De pronto,su locura se relajó,unas manos pálidas se posaron en sus mejillas con la suavidad y ternura de dos mariposas  posadas en una flor.

Ella lo observó pero sus labios no sonreían dulcemente como Shoya  esperaba,sus ojos se brillaban,pero cristalizados,como si esta fuera a llorar y desatar una cascada interminable.

Confundido,tomó una de sus muñecas cuidadosamente  con su manos y la sintió tan fría y pálida como la nieve.

Antes de que pudiera decir algo,ella posó un dedo sobre sus labios,bajando la mirada y esbozando  una temblorosa sonrisa.

—  Lo..lo siento...— titubeó—  No puedes hacer esto..no puedes sentir esto...no está  bien...—  susurró  sin más,Shoya sintió que su corazón se rompía en pedazos,la desesperación comenzó a crecer en su interior,tembloroso,comenzo a balbucear buscando decir algo pero el dolor y la sorpresa no le permitían decir nada,ella levantó la mirada y el podría jurar,que eso que veía en los límites de sus pestañas,eran unas minúsculas gotas  de lágrimas cristalinas como el más  brillante diamante.

Y aún a pesar de ello,sus delicados labios esbozaron  una sonrisa tierna y dolida donde Shoya  sintió  que su mundo se desbordaba como un vaso demasiado lleno.

—  Te prometo que todo estará bien en tu corazón,si yo me desvanezco  de el..—  sus manos se alejaron de su rostro y las juntó  en su pecho,como si aquel fuera a reventar—  Confia en ti mismo ,Shoya.

Y sin más,su presencia se desvaneció  lentamente en el ligero viento,dejando a un chico lleno de dudas y un roto corazón que se derretía en lava ardiente.

Sintiéndose solo y abandonado a la deriva,se dejó caer de espaldas contra la pared,resbalando  hasta dar con el suelo,y sin saber que pasó y que pasaría,dejó que su corazón se vaciara,en silencio,solitario  y con lágrimas cayendo desesperadamente
por su rostro.

• • •

Yendo en silencio por la carretera,Kei detuvo su marcha en un semáforo,estaba cansado,pero por suerte todo estaba mejor,había dejado a Hana cuidando a Yo— ka,ahora que estaba despierto,le permitían quedarse y cuidar de su hijo,lo cual le quitaba algo de peso encima al pobre chico que hace días no podía dormir.

Esperando que el semáforo diera verde,su mirada paseó  por su alrededor,y de pronto,dió  con una silueta familiar en la acera.

Bajo el vidrio del auto e intentó  llamarlo,pero no lo escuchó.

Sin dudarlo,Kei cruzó hacia la esquina para estacionar el auto y caminó  hasta su posición,en situaciones normales solo hubiera pasado de largo pero al ver la demacrada cara de su amigo bajista,no pudo evitar parar.

—  Vaya no sabía que te gustaba salir a deprimirte en medio de la calle y el frío —  Dijo a unos metros de él.

—  Vete Kei —  se limitó  a decir sin mirarlo,su voz se escuchaba quebrada y  cansada.

—  ¿Que te sucedió?—  Preguntó  sin ceder—  te ves de la mierda.

Sin recibir respuesta,soltó  un suspiro y se acercó,sentándose a su lado,puso delicadamente una mano en su hombro y Shoya lo observó  de reojo.

Hey te hablo enserio,¿Que te pasó? —  Preguntó  otra vez,Shoya suspiró,la voz grave y estridentente de Kei siempre daba a entender que hablaba enserio,sin embargo,Shoya no era capaz de soltar palabra,sus labios temblaron y dejó caer su cabeza entre sus manos.

—  Hace mucho...que no me rompían el corazón...

Con sus escuetas palabras,Kei entendió que no debía preguntar más,suspiró  profundamente,le preocupaba su amigo,solo lo vio así de mal cuando Yo— ka lo llamó a él y a Tatsuya  por todos los nombres horribles del mundo insultandolos  de arriba a abajo.

—  Ya veo...—  Shoya  dejó caer su cabeza en las piernas de Kei,con la vista al frente y en silencio—  Vaya..me asustaste..no te veías muy bien ayer pero hoy no pareces haber mejorado,realmente no me imaginaba que fuera esto,pero te entiendo...

Guardándose más explicaciones para si mismo,acarició  la rubia cabellera de su amigo suavemente,notó que sus ojos estaban cristalizados y que por los bordes de sus pestañas caían lágrimas silenciosas que apuñalaban  el corazón de su amigo.

Acompañándolo en silencio,pasaron unos 20 minutos cuando Kei levantó a su amigo y lo obligó a pararse.

—  No se bien quien te dejó así,si quieres contarme.. sabes que puedes confiar en mi — lo observó  escrutandolo  de brazos cruzados,más no hubo respuesta—  Pero supongo que no quieres hablar de ello..

Shoya asintió  agradeciéndole  su silencio comprensivo y forzó una pequeña sonrisa.

—  Gracias por detenerte a ayudarme Kei...eres un gran amigo —  Dijo en voz lo suficientemente audible para que se escuchara.

—  No me agradezcas,para eso estamos —   le devolvió  una sonrisa y comenzó  a caminar —  Ven,te llevo a tu casa,ya es tarde  y hace frío para que estés aquí afuera.

Shoya dudó  por unos momentos y sin que Kei lo notara,miró hacia el lugar donde ella había desaparecido,algo en su corazón,le decía que quizás ella estaría ahí aún,que no se habría ido rechazando su corazón así como así,pero en vano era,allí  ya no había nada para el.

Sintiéndose un fracasado, caminó  detrás de Kei hasta la esquina donde estaba su auto,manteniéndose firme a pesar de todo lo que sentia,ignorando el dolor de su corazón,la angustia de sentirse rechazado,su ausencia le provocaba un dolor Indeacriptible  de cual no podía ni quería hablar con nadie.

¿Por qué había aceptado el beso si luego iba a desaparecer sin más? ¿Por qué aquello que en realidad no era Correspondido seguía sintiéndose como la sensación más perfecta y dulce del mundo?

Pensarlo era una tortura,y su corazón sentia culpa por haberse dejado llevar por la dulce sensación que la yokai le provocaba,por haberse dejado engatusar de más y ahora haberla perdido.

"— Todo estará  bien en tu corazón..mientras yo me desvanezca de el..— "

Nada iba a estar bien,¿por que y cuando había pasado? ¿Cuando se había dejado hipnotizar por un ser desconocido?

Estaba seguro de que para cualquiera eso sonaría como la estupidez menos creíble del mundo,pero la verdad es que le había sucedido,había soñado toda su vida con un tacto tan dulce como el que sintió al besar sus labios,y eso nisiquiera era humano,nisiquiera era justo,no era nada seguro,no sabia ni como explicárselo.

Lo único Real es que ahora su corazón estaba deshecho,triturado y pequeño como una nuez,y lo peor de todo,era que en el fondo,lo único que podría sanarlo,sería volver a poder verla sonreír,poder saber que su sonrisa iluminaria  sus días por mucho tiempo más,que el brillo de sus ojos se mezclaria  interminablemente con el de los suyos en minutos eternos,entre sonrisas y tactos  cálidos.

Lo más doloroso en la grieta que había en su corazón,era saber que a pesar de todo lo que pudiera pasarle a partir de ahora,su corazón lo había roto una Yokai,y solo ella,podría arreglarlo,aunque shoya  estuviera seguro de que eso no pasaría nunca.

El viaje  fue en silencio,Kei no era de las personas que hablaba mucho,y además,sabia que ningún sentido tenía preguntarle más a Shoya,que parecía perderse en un mar de pensamientos,nisiquiera miraba por la ventana,su rostro estaba pálido y sus ojos estaban tan rojos que parecía  que estaban por estallar,se notaba que había estado llorando por largo rato,su voz era gastada y rasposa,podría decirse que su amigo estaba hecho un desastre.

Una vez llegaron,Shoya se despidió de forma escueta de Kei dándole una falsa sonrisa y se fue,Kei se aseguró que entrara en su casa para luego partir.

Una vez en su departamento,Shoya lanzó  su chaqueta  a un rincón,se dirigió  a su habitación,apagó la luz,y se cubrió  hasta la nuca en su cama.

Divisó  que en su teléfono había varias llamadas perdidas de Noah,un remordimiento creció  en su interior,la había dejado atrás por perseguir su locura,se sentia terrible,luego  de pensarlo,decidió  que pronto iría a verla para pedirle disculpas,ahora no quería hablar con nadie,ni ver a nadie que no tuviera  ojos rubíes centelleantes y rojizos.

Dejando su teléfono a un lado,cerró los ojos sobre su almohada,todos los recuerdos comenzaron a girar por su cabeza y el tacto de los suaves labios de la Yokai volvió  a su cabeza,sintió como sus ojos que ardían se llenaban de lágrimas a punto de escapar.

Una vez más pensó en las últimas palabras de la Yokai mientras se llevaba los dedos a los labios,recordando aquel momento que hace unas horas,lo había hecho feliz por unos segundos.

Las palabras de la Yokai se habían quedado en su cabeza clavados como una estaca.

Con sus labios temblando y sintiendo como sus mejillas se humedecian  nuevamente,un dolor en su pecho floreció.

》Yo no quiero que te desvanezcas  de mi corazón...《

Mordió  sus labios con fuerza y dejó que sus sentimientos se deslizaran por sus mejillas,envuelto en sábanas y con el corazón  roto.

• • •

Una vez Kei llegó  al edificio  donde vivía,una intensa lluvia había comenzado a caer bajo el cielo oscuro que daba inicio a la noche.

Apurando el paso para evitar mojarse,sus ojos divisaron una figura femenina en la entrada,siendo cubierta por la lluvia.

Acercándose despacio,noto que estaba estática,su cabello ya estaba completamente mojado igual que su saco de suave algodón  blanco.

—  ¿Noah? —  Rompió  su silencio y ella pareció  reaccionar a su voz dándose la vuelta,Kei noto la melancolía en sus ojos que quiso disfrazar rápidamente esbozando una sonrisa que el notó,no era Real.

—  Hola kei —  saludó y el la analizó con la mirada, no se veía bien, de hecho,le recordó  un poco a Shoya.

—  ¿Que haces ahí empapandote? Vas a pescar un resfriado —  La regañó  en tono suave,pero ella no parecía prestarle mucha atención,es como si su mente estuviera en un lugar muy lejano a su cuerpo.

—  Si...supongo que tienes razón...—  Hablo en voz baja,sin embargo,esta no se movió de su posición.

—  ¿Te sientes bien? —  Preguntó  acercándose más a ella—  pareces triste..

—  Si,no te preocupes —  Noah lo observó  con  sus labios en una sonrisa  poco sincera,sus ojos se veían tan tristes que Kei tragó  en seco,sintió como si  le hubieran contado una tragedia,fue como si aquella  tristeza fuera contagiosa y sintió pena por ella.

Noah levantó  su mirada al cielo lluvioso y susurró—  El cielo está llorando esta noche.

Kei alzó  una ceja,algo en su tono,le dió  un click  que se le hizo familiar,aunque no podía distinguir que.

Sin tiempo para perderlo,tomo la mano de la castaña y la obligó  a entrar al edificio.

Una vez en el ascensor,Noah miraba hacia el frente,tan serena como un vaso de agua,cosa que extrañó  a Kei,ya que ella,siempre solía ser tan agitada como el mar y sus olas.

Luego de unos minutos salieron del ascensor en silencio.

—  Parece que todos están tristes hoy,no solo el cielo...—  soltó  kei sin pensar y ella lo observó de reojo por unos minutos,como si estuviera analizándolo a él y a cada una de sus palabras.

Dedicándole una sonrisa melancólica,bajo la mirada,se dio la vuelta colocando la mano en el pomo de la puerta y susurró antes de entrar.

—  Aveces el cielo llora para acompañar los corazones rotos que sufren en silencio en búsqueda de sanar un poco su dolor..

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