cita / cita

Un sábado hermoso, el día perfecto para una cita aunque el chico a su lado no pensara en que lo era.

Georgi había invitado a salir a Phichit, habían comido comida tailandesa en un local cercano al teatro, donde irían a continuación a disfrutar de un musical.

Tal vez era algo simple, pero era la primera vez que se atrevía a pedirle una salida entre ellos solos, tenía entendido que Isabella igual saldría ese día con el cantante JJ pero que nadie más asistirá.

Al parecer hubo algún detalle del que se perdió, por lo que solo permitiría que el plan que tuvieran el japonés y su acompañante resultará bien.

Por ahora solo quería enfocarse en el chico risueño a su lado.

Para que negarlo, todo el que lo veía aseguraba que algo había cambiado en él, desde que cierto moreno entro en su vida.

Y él sabía perfectamente a lo que se devia ese cambio, estaba enamorado.

Quería con todas sus fuerzas poder hacerle entender eso a su acompañante.

Si bien Phichit era un chico demaciado activo y muy risueño también parecía ser algo lento en cuanto a leer sus indirectas e insinuaciones.

Trato de tomar su mano pero este solo replico que no era un niño para que tomaran su mano al cruzar la calle.

Trato de hacerle cumplidos pero estos solo elevaban su ego.

Trato de insinuar que era una cita y sólo consiguió que casi llamará a su amigo japonés para invitarlo a unirse a la "salida de amigos."

Mejor dejaría las indirectas y trataría de mostrar sus sentimientos.

Al entrar al teatro ambos pusieron toda su atención a los actores.

Había sido una obra hermosa, Phichit estaba fascinado y casi gritando lo mucho que disfruto la función, esperaba poder disfrutar de otra obra con sus amigos.

Georgi simplemente estaba feliz al ver al moreno tan contento.

Hablaron mientras caminaban doble lo mucho que disfrutaron, hasta que el tailandés de pronto se despidió y sin darle muchachos detalles, simplemente se despidieron para separar sus caminos.

Georgi camino pero se detuvo en la esquina escondiéndose al notar nervioso a su amigo y espió, solo un poco.

Phichit espero a no verlo, luego camino hacia un motociclista que se encontraba a unos metros, como si esperara algo o a alguien.

Sin palabras, solo miradas cómplices fueron suficientes para que abordará justo después del coreano.

Empezaron su andar sin mirar atrás, sin mirar al chico que miraba todo en aquella esquina.

Llegaron al departamento de Seung y enseguida la ropa empezó ser despojada de sus cuerpos.

Parecían dos expertos en desnudar al contrario, sabían donde tocar para inspirar al contrario y se sabían de memoria el camino a la habitación sin nesecidad de poner atención a nada que no fuera besarse y tocarse.

Para cuando llegaron a la cama ya estaban desnudos y con sus miembros palpitando por atención.

No esperaron más y comenzaron el juego previo, mientras Phichit masturbaba a su amante, este lo dilataba de manera lenta y cuidadosamente.

Se besaban con ganas y gemían sin tapujos.

Sus lenguas bailaban entrelazando se, algo de saliva escurría por las comisuras pero a quién le importaba, pues ellos solo se enfocaban en el placer de estar juntos.

Seung se tomaba su tiempo para preparo de buena manera, uno, dos, tres y hasta cuatro dedos para lograr una buena preparación y que el dolor no estuviera presente en ese encuentro.

El moreno disfrutaba y se dejaba hacer, pues estaba cansado de luchar contra su cordura al negar que le gustaba sentirse tan bien.

El coreano lo penetró con fuerza logrando así una sinfonía de gemidos que solo él había tenido la dicha de escuchar.

No había nada más fascinante que poder sentir esa extraña conección, esas sensaciones de electricidad recorriendo sus cuerpos.

Besarse no era suficiente, tocarse no era suficiente, tener sexo no era suficiente...

Ese día era especial y se vistió como si fuera a una gran fiesta, un vestido rojo apegado a su cuerpo, unos tacones altos y un labial rojo cereza, era lo que más destacaba.

Caminaba segura de sí misma y robando miradas, pero solo buscaba la atención de cierto hombre.

Empezaron su "salida de amigos" yendo al acuario ellos solos ya ninguno de sus amigos había llegado y después de una corta espera a ambos les llegaron mensajes de los amigos pidiendo disculpas ya que no podrían ir por diferentes razones.

En el acuario había muchos lugares para ver, también había una cafetería para comer luego del recorrido y también una tienda de regalos.

Habían tardado más de lo normal en su recorrido, extendiendo así su visita, era el único plan que tenían después de todo.

En la cafetería no había mucha variedad para una comida, era más bien para comer algún aperitivo.

En la tienda de regalos miraron todo tres veces antes de decidir solo comprar un par de llaveros.

Desidieron ir a comer a un restaurante fuera ya que el aperitivo solo les dió más hambre.

Estaban algo callados, nervios pero disfrazando eso con la comida, ninguno tenía prisa ni ganas de terminar así ese día.

Al salir del lugar, caminaron un poco, sin saber cómo despedirse, o que decir, hasta que vieron el cine a unos pasos y simplemente caminaron hacia el lugar, escogieron una película y entraron a verla.

De esa manera alargaron su compañía aunque fuera un par de horas.

Al salir del cine caminaron a un parque cercano y empezaron a comentar la película, rieron un poco y también hablaron sobre música.

De regreso al auto de JJ el ambiente era uno tranquilo y lleno de risas, mientras criticaban a algunos cantantes y sus canciones sin sentido.

Al llegar al estacionamiento, ya cansada pero sin exteriorizarlo Isabella piso mal y casi se cae con sus grandes tacones, pero el cantante la logro sostenerla a tiempo.

La sostuvo de la cintura, aún cuando había usado su cuerpo para evitar que cayera, la tenía tan cerca que podía respirar su aliento, se quedaron mirando por largos minutos, sin moverse.

El tiempo parecía estar detenido, pero no era así, todo seguía su curso menos ellos dos, que solo se miraban a los ojos, tratando de desifrar que haría su acompañante a continuación.

Pero como el tiempo no estaba detenido un auto paso cerca de ellos y rompió el ambiente, se separaron y en silencio hicieron el recorrido hasta a la casa de la mujer.

Ninguno se atrevió a decir nada.

Pero JJ era un caballero y al llegar a su destino, bajo del auto para abrirle la puerta a su bella acompañante.

Con tímidas sonrisas se despidieron, sin hablar de lo ocurrido.

Aunque realmente no fue nada, solo se quedaron mirando a los ojos, fue todo, no es como si hubiera algo más ¿cierto?

Tal vez ellos simplemente no querían ver la realidad.

Tal vez no querían hacerse falsas ilusiones.

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Estamos llegando al punto sin retorno...

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