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Septiembre 1 semana - miércoles.

El profesor de deportes del curso inferior no estaría esta vez, había faltado por causas desconocidas para los estudiantes y para no perder las horas valiosas de ejercicio habían juntado al primer año con el suyo. Nightmare de por sí detestaba el curso, no obstante ahora era peor, tendrían que jugar a las quemaditas como única forma de que ambos cursos pudieran participar entre sí.

Se palmeó su camiseta blanca de deporte, observado detenidamente a cada estudiante pues se sintió algo incómodo de repente. Se acercó a su compañero, quien estaba sentado en la banca esperando que empezara todo.

— ¿No te sientes observado? 

— ¿Ah? —Alzó su cabeza mirando por el rabillo al pelinegro, hizo un movimiento nada disimulado para ver a qué se refería terminando por encogerse de hombros— No, pero seguro a ti sí.

Nightmare suspiró, dejando pasar lo ocurrido, seguramente eran cosas suyas y estaba exagerando. 

Pronto todos los de primer año estuvieron contra los de segundo en la gran cancha dentro del gimnasio, por comodidad se colocó detrás de Error con tal de atrapar bien los balones que serían lanzados. Todo iba bien, las pelotas iban y venían casi sin ningún descanso, muchos de sus compañeros cayeron en batalla como así sucedía en el equipo contrario, estaba siendo largo e intenso y entre los pocos sobrevivientes de la masacre eran Error y él.

Carraspeó forzosamente por la agitación, estaba siendo difícil mantener el mismo ritmo que los más deportistas y fácilmente podía ser la siguiente víctima del genocidio; mas, mientras corría paralelamente por la cancha se fijó que uno de sus oponentes lo había visto en alguna parte, era el mismisimo chico que le habló en la biblioteca. El mismo que había lanzado una pelota a tal velocidad que no pudo reaccionar al darse cuenta de que venía directamente a él, lo único que detuvo tal pelotazo fue su rostro, un golpe tan intenso que seguramente la forma circular se estaba remarcando en un rojo intenso en su piel.

—...Si serás...

Frunció el ceño a la vez que sentía su sangre hervir su rostro, podía ser por el reciente golpe o por un malestar impropio de él, caminó cruzando la línea entre ambos equipos y fue directamente donde el de pelo bicolor para tomar el cuello de su camiseta en gesto de amenaza. El chico pareció molestarse por el gesto, frunciendo el ceño al igual que él, intentando zafarse.

— ¿¡Qué te pasa!?

— ¿¡Cómo que qué me pasa!? ¡Me acabas de tirar una maldita pelota en la cara! 

— ¡Debías estar más atento!

— ¡La pelota se tira al torso! ¡No sabes jugar!

— ¡¿Hah?!

El adverso también tomó de su remera y entre los dos trataron de botarse, cada uno con su propia fuerza mientras empezaron a discutir con más potencia. Nightmare estaba a punto de tirarlo con el pie cuando escuchó un silbato y luego el cómo su profesor los separaba. 

— ¡Ambos tendrán que ir a dirección!

Eso lo hizo molestar, miró al de ojos grises con desagrado y gruñendo se adelantó para no tener que mirarle a la cara, era mejor no meterse en más problemas.

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