Cachorro #8

Espero que les guste~

Nota: No sé si se nota pero me emocione un poco

Nota-2: Y por si no se noto, tengo más capítulos a medio hacer de esto xD

Nota-3: Técnicamente, los dientes de MK ya son permanentes, pero ahora que es parte demonio, debe tener colmillos y como todo cachorro, son de leche

Lo primero que cambio en él fue su cabello.

Se levantó un día cualquiera y se llevó una gran sorpresa al mirarse en el espejo. Su cabello ahora parecía más largo y se había extendido de alguna manera, formando patillas que ahora colgaban a cada lado de su rostro. Además, se sentía más grueso y un poco espeso.

-¿Esto...es normal?- miro a Macaque, señalándose a sí mismo. Se sentía un poco ansioso, especialmente después de verse al espejo.

-Si- sonrío ella, ligera, luciendo encantada por alguna razón. -Y temo decirte que este es solo el principio- agregó después de unos segundos de silencio.

-¿Voy a transformarme en mono?- la idea de que eso sucediera no le terminaba de agradar pero tampoco le disgustaba, es difícil poder identificar su sentir sobre ese tema.

-Es solo cuestión de tiempo, cariño- ella pareció algo triste, principalmente por la ansiedad que podía sentir venir del vínculo entre ambos. Entendía que el cambio era mucho, especialmente si sucedía de repente y sin aviso pero no podía detenerlo, no cuando no había forma de retroceder.

-Oh...- parpadeo, lento, intentando digerir la información. Macaque abrió la boca, a punto de soltar algo para que le sirviera de consuelo al menor, pero la puerta se abrió de repente, ella sonriendo con diversión mientras el nuevo pelaje de él se erizaba por la sorpresa, aunque relajándose rápidamente al identificar a quien ingresaba a su hogar.

-¡Te vez super esponjoso!- canturreo Mei apenas lo vio, avanzando a grandes pasos para invadir su espacio personal y alzando las manos en un claro gesto. Así que él obedeció y se quedó quieta, riendo mientras ella hundía sus dedos entre sus nuevo pelaje. Aunque usualmente estaba acostumbrado al toque en su cabello, que lo relaja a, esta vez se sintió diferente pero en un buen sentido. Se sintió mucho mejor que nunca, apoyándose todo lo posible, estremeciéndose con felicidad y gusto cuando ella rasco un punto determinado. La escucho reír y esta seguro de que sus amigos estaban hablando de él pero poco lo importaba, estaba en el paraíso, iba a disfrutarlo.

El siguiente cambio fueron sus dientes.

Sucede mientras esta pasando algo de tiempo con Red Son, ambos obligados con una simple mirada de parte de Macaque, y aunque en sí no están haciendo nada juntos, al menos están la misma habitación y como bonificación, sin gritos o intentos de ataque. Eso es mejor que nada.

Esta dibujando en su cuaderno, sentado en un sillón grande y sorprendentemente cómodo, sin importarle el sonido metálico que el demonio hacia en sus inventos. Esta por agarrar un lápiz de color diferente cuando una punzada en su boca lo detiene. Sus dientes se sienten extraño, han estado así desde que se despertó, sensibles a la hora de masticar cualquier cosa y ahora, le están doliendo. Miro a su compañero, pensando en los pros y los contras de interrumpirlo en su "momento de invenciones". Su mamá esta ocupada con Iron Fan, tomando el té y hablando de cosas de chicas según lo que le dijeron, y sinceramente no quiere interrumpirlas pero al mismo

-Red Son...- decidió llamarlo, enfrentaría las consecuencias. Hizo un puchero cuando el mencionado gruñó, sin hacer amague de apartar la vista del trabajo que estaba haciendo. -...me duelen los dientes...- el dolor solo esta creciendo, eso no puede ser bueno.

-¿Me viste cara de dentista, niño de los fideos?- bufo, sin estar dispuesto a voltearse. Ya era malo enterarse que el sucesor al que había proclamado su rival fuera reclamado como el cachorro de su tía y la cosa solo iba en peor al ser obligados a socializar porque se suponían que ahora eran primos o algo así.

-...me duele mucho...- hace una mueca y es entonces que siente algo cayendo en su lengua, pequeño y duro, familiar, su boca ahora inundada con el sabor horrible de la sangre. Lo saca con mano temblorosa, con miedo y ansiedad, dos sensaciones que solo creciendo cuando vio que lo que había agarrado eran dos pares de dientes. -¡Red Son!- ahora esta sollozando, adolorido y con miedo.

-¡¿Qué rayos...?!- se volteo, dispuesto a mandar a su invasor al diablo, pero se detiene en seco ante lo que ve. El sucesor le devuelve la mirada, sus ojos brillando con miedo, su boca ligeramente abierta y mostrando la sangre que no parece parar pronto. Maldice entre dientes, su madre de seguro le lavaría la boca con jabón si lo escuchara, y se apresura a acercarse. Odia no saber que hacer. 

-¡Red Son!- él extendió sus manos, sollozando con más fuerza, y el demonio manda todo al diablo. MK no es exactamente muy grande y tampoco muy pequeño pero Red Son se las arregla para alzarlo de igual manera, ignorando como su hombro se estaba humedeciendo a favor de dar grandes pasos hacia su cama. El castillo es muy grande y por la manera en la que el menor se aferra, es difícil caminar, así que se recuesta y se aferra, susurrando lo que sea que se le viniera a la mente y esperando poder ser una presencia algo reconfortante para el cachorro con mucho dolor que solloza conta su hombro.

La horrible situación dura horas, o Red Son siente eso, pero en algún momento el llanto se detiene y el cuerpo entre sus brazos se relaja. En serio espera que se hubiera dormido por cansancio y no desmayado del dolor, prefería lo primero si es sincero. El demonio esta luchando contra las ganas de llorar por alguna razón, abrazando al chico un poco más, alzando la vista al escuchar su puerta abrirse y jadeando ligeramente al ver a Macaque entrar. No se ve bien, luce cansada, como si acabara de pasar por algo horrible y agotador.

-Tía...- hay un cierto alivio al verlo pero al mismo tiempo, esta molesto que solo se presentara a estas alturas, cuando el chico ya estaba inconsciente. -¿Dónde estabas?- frunció el ceño, su agarre en el menor solo ajustándose un poco, acomodándolo de manera inconsciente.

-Entrando en pánico en tu cocina- bufo con una mueca, acercándose al par con pasos lentos y cuidadosos. -Él no sabe controlar el vinculo, así que...- acaricio suavemente la cabeza de MK, quien se quejo entre dientes pero no se despertó. Levanto muy suavemente el labio de su cachorro, frunciendo ligeramente el ceño ante la vista de los pequeños y afilados colmillos Salieron de golpe y con mucha prisa, con razón le había dolido tanto, solo esperaba que esos fueran los permanentes y no tuvieran que pasar por toda esa situación otra vez pero sabía que eso no podía ser. Era un cachorro, demasiado joven para tener sus colmillos permanentes, así que tenía la sensación de que eran los de leche.

-...proyecto todo en ti- y ahora se siente mal. De seguro Macaque la paso muy mal, abrumada por todas las malas sensaciones y sentimientos, de seguro mezclado con las propias. No debió ser una buena situación. -...lo siento...- sintió la necesidad de disculparse, satisfecho cuando ella se sube a la cama a su lado para dejar un suave y amable beso en su frente. El pelirrojo miro al chico entre sus brazos, sus suplicas anteriores aun resonando en su cabeza. Tenía nuevo material para pesadillas, de eso estaba seguro. -¿Los míos fueron tan malos?- la miro con tristeza. No recuerda el momento en el que salieron sus colmillos permanente, no el dolor al menos, pero si recuerda haberlos mostrado con orgullo apenas los vio en el espejo.

-Horrible- asintió ella y ambos hicieron una mueca, una recordando aquel momento y el otro solo pudiendo imaginarlo. Ninguno era lindo.

El siguiente cambio, para su desgracia, es la cola.

Durante todo el día, se sintió raro, incomodo de alguna manera. Todo parecía ser demasiado, su piel estaba sensible y su cuerpo entero estaba adolorido, al principio no fue tan malo pero cuando ya en la tarde, se estaba retorciendo en el nido de su mamá, sollozando. Quería tanto un abrazo pero no podía soportar el toque por el momento, era desesperante y muy frustrante.

Macaque solo puede quedarse a su lado, impotente, esperando que al menos su presencia y su olor pudieran a ayudar a su cachorro desesperado, aunque sea un poco. Puede sentir el dolor y la desesperación que viene de su vinculo pero sin poder tocarlo, en realidad no hay mucho que pueda hacer.

En general...ninguno de los dos duerme mucho esa noche. MK flota en su mayor parte, sin ser consiente de nada más que el dolor intenso que inunda su cuerpo entero y nubla todos sus sentidos pero encuentra un cierto consuelo en el olor a mango a su alrededor, dulce y reconfortante. Macaque solo se queda allí, tragando en seco con un nudo en la garganta, esperando a que todo aquello terminara pronto. Y en algún momento, él se desmaya y ella se duerme.

Es temprano en la mañana cuando se despiertan y mucho antes de que ella pudiera decir algo, el chico ya esta fuera del niño, estirándose en un intento de aliviar la ligera tensión en sus músculos y solo notando su nuevo adición cuando esta golpea un mueble, haciendo un fuerte ruido. Macaque lo observa, atenta, esperando cualquier tipo de reacción a estas alturas.

-Oh...- la miro fijamente, luciendo hipnotizado ante el movimiento constante que estaba logrando de manera inconsciente. -...tengo cola ahora- su expresión es tranquila y su tono plano, como si no pudiera creer del todo lo que estaba viendo a pesar de que estaba frente a sus ojos...y unido a su cuerpo. Macaque solo bufo, apenas conteniéndose de reír ante el tono y la expresión del chico. Después de la horrible noche que tuvieron, que no estuviera gritando y entrando en pánico era una ventaja.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top