Terrible confusión
—Podría volver a la Aldea del sonido, pero me quedaré para ser ninja en esta aldea.
—¿Tienes un motivo?
—Tú eres mi motivo, quiero seguir viéndote.
Aquello llamó mucho la atención del rubio, haciéndole pensar un sin fin de cosas que pudo haber querido decirle su amigo, más sin embargo, él siempre decía cosas así. Ignorando lo dicho se recostó sobre el techo del vagón dándole la espalda a Mitsuki.
—No lo entiendo bien, pero en fin, como digas.
Mitsuki sonrió ante la reacción del rubio. Buscando estar más cómodo, se recostó junto a Boruto, viendo fijamente el cielo, que era coloreado de tonos rosados, naranja y a lo lejos, azul marino pues la noche estaba llegando.
—Has influenciado a muchos, en especial a mi —comentó el peliceleste rompiendo el silencio—, tu forma de actuar y el cómo piensas es muy interesante, siempre tomas otra opción a la más fácil, eso realmente me desconcierta, pero me gusta.
—¿Mmh? ¿Qué quieres decir? —preguntó, inquieto por sus palabras se giró para verle, encontrándose con esa sonrisa que siempre adornaba su rostro.
—No quiero alejarme de ti, sé que si sigo a tu lado podré mejorar, por eso no quiero irme de Konoha.
Atónito por ello, se enderezó incómodo, tratando de procesar lo dicho.
—Se hace tarde, será mejor que valla a casa —dijo rápidamente levantándose para huir de aquél ambiente tan extraño.
Tras un gran salto, calló ileso en las calles, a paso rápido y tratando de olvidar las palabras ajenas, se dirigió a casa. Un ligero sonido a sus espaldas llamó su atención, se giró rápidamente temeroso de algún maleante, más sin embargo solo era Mitsuki, sonriendo como siempre lo hacía.
—¿Mmh? ¿Qué pasa? —interrogó el rubio—, ¿Vienes conmigo?
—Por supuesto.
Boruto asintió levemente, aceptando su presencia.
Tras varias calles y un incómodo momento con su amigo, llegó a su destino con la luna ya en lo alto. Abrió la puerta de la cerca y antes de entrar, vio de reojo a su compañero.
—Gracias, no tenías que molestarte en acompañarme.
—Siempre es un gusto estar contigo —respondió Mitsuki, ensanchando su adorable sonrisa. Provocando un escalofrío en el rubio pues lo decía con una felicidad realmente inquietante.
—Gracias… Supongo.
~ ☀ ~
—¿En serio te dijo eso? —preguntó Shikadai.
—Sí, y dijo que era un gusto estar conmigo —afirmó Boruto, quien escondía su rostro en sus brazos cruzados sobre el banco.
—Yo creo que le gustas —insinuó Inojin sonriendo con burla.
—Ah-h debe ser solo una confusión, c-creo que malinterpretan sus intenciones —negó Denki, avergonzado por adónde llevaban esa conversación—, p-pensemos con razón. Es cierto que él quiere seguir viéndote, pero vamos, no querríamos irnos de Konoha si tuviéramos un amigo al que aún quisiéramos ver, y es verdad que nos influencias a todos, por ejemplo yo, que no sabía si quería ser ninja o no.
—¿Y como explicas eso de que no quiere alejarse de él y todo lo demás? —preguntó Shikadai.
—Es su amigo, obviamente no quiere alejarse, y eso de que podrá mejorar podría ser porque antes Mitsuki no era muy… consciente de lo que hacía, como cuando en los entrenamientos se le pasó la mano con Iwabe y Boruto al llamarle la atención se detuvo.
—Oh, y sobre eso, recuerdo bien que dijo “no quiero que me odies” —comentó Boruto saliendo de entre sus brazos.
—¡P-pues porque eres su amigo y no quiere que te caiga mal! —insistió Denki exasperado por lo mal pensados que eran.
—Y cuando lo invité a pescar él dijo “si tú vas, por supuesto que voy”.
—Supongo que sin ti no sería divertido, eres con quién mejor se lleva.
—Una ves le pregunté si le interesaba Boruto y parecía que realmente le importaba —dijo Inojin.
—También en una ocasión dijo que yo era su sol.
Denki enmudeció por eso, se tomó la barbilla pensante y tras un momento negó con la cabeza.
—Eso sí que no sé cómo interpretarlo.
—Por favor, es obvio, Mitsuki está enamorado de Boruto —dijo Inojin sonriendo de oreja a oreja.
El ruido de la puerta deslizándose llamó la atención del grupo. Todos dirigieron su mirar a la misma percatándose de la presencia de Mitsuki, vieron nuevamente a Boruto, Inojin con una sonrisa burlona mientras que Shikadai y Denki con preocupación. Boruto suspiró y volvió a su posición inicial, todos fueron a sus asientos y al ser el lugar junto al rubio el único vacío, Mitsuki se sentó justo ahí.
—¿Qué te pasa? —preguntó Mitsuki una vez se sentó, y como siempre, invadía el espacio personal de Boruto—, es extraño verte dormir en clases.
—Uh, no es nada… anoche no dormí bien —murmuró el rubio sin levantar la vista.
—¿Porqué?
Boruto levantó la mirada, percatándose de la cercanía del contrario, con el ceño fruncido puso una mano en el pecho de Mitsuki y lo alejó levemente.
—Estás demasiado cerca, ttebasa.
Mitsuki estuvo por decir algo, cuando de pronto el profesor llegó al salón.
~☀~
Las clases pasaron, los entrenamientos fueron arduos y el cansancio junto con el hambre no se hizo esperar.
Boruto, como siempre, compró una hamburguesa con chile, mientras que sus amigos llevaban comida propia, aunque Mitsuki desapareció apenas había salido del salón.
—¿Y? ¿Qué piensas ahora de Mitsuki? —preguntó Shikadai.
—Pues nada a cambiado, dudo mucho que le guste y además ambos somos hombres —negó el rubio para luego darle una gran mordida a su hamburguesa—, ¡Ah, pica!
—Yo me quedé con la duda, así que le preguntaré a la salida —dijo Inojin sonriendo con burla.
—¡¿Qué?! ¡No, eso no se pregunta! —le negó Denki alarmado.
—Dudo mucho que le moleste a Mitsuki, él no tiene pudor —insistió el rubio menor.
—Como tú —comentó Shikadai.
—¿Están hablando de mi?
Preguntó Mitsuki asustando a todos, al mirarlo vieron que estaba junto a Boruto, demasiado cerca suyo.
—¡¿D-desde cuando estás aquí?! —preguntó el rubio apenas terminó de ahogarse con la hamburguesa
—Acabo de encontrarte, ¿Y bien? Los escuché decir mi nombre —insistió el peliceleste, con su típica sonrisa adornando su rostro.
—¡N-no es n-nada, solo decíamos que…! Ammm… —Boruto vio de reojo a sus compañeros en busca de ayuda, e Inojin le sonrío con malicia.
—Decíamos que mañana saldrá una nueva película, planeabamos ir a verla y pensamos que sería bueno invitarte —explicó Inojin llamando la atención de todos.
—Claro, si Boruto va, por supuesto que voy —aceptó sin titubear.
Todos miraron a Boruto, viéndole como si le dijeran “¿Lo ves?”, pues eran obvios los sentimientos de Mitsuki por el hijo del Hokage.
—La película empezará a las tres y media —dijo Inojin.
—Nos veremos allá entonces —comentó Shikadai.
~ ☀ ~
La hora de ir a casa llegó, y apenas tocó el timbre todos salieron rápidamente de los salones, a excepción de Denki, Shikadai y ambos rubios. Mitsuki había salido hacía ya buen rato, más sin embargo conociéndolo y a sabiendas de que podría volver en cualquier momento, hablaron muy bajo.
—¿Y que demonios pensabas con eso de la película, ttebasa? —preguntó Boruto con los nervios por los pelos—, ¡No tengo dinero para boletos!
—Tranquilo, tengo un plan, compraré los boletos y trataremos de sacarle información —explicó el rubio.
—No creo que sea correcto, si a Mitsuki realmente le gusta Boruto, solo lo aremos sentir mal cuando lo descubramos —dijo Denki con nervios.
—No le preguntaremos directamente, solo veremos su reacción en algunas situaciones —intuyó Shikadai.
—Ah… no lo sé, creo que ya no quiero saber la respuesta, ttebasa —negó Boruto con desánimo.
—Ya es muy tarde así que te aguantas —sentenció Inojin.
Todos salieron del salón, aliviados de ver que no había nadie en los alrededores. En la salida, se despidieron unos de otros para irse a sus respectivas casas, aunque Inojin iría a comprar las entradas.
Con calma, se encaminó al cine, pensando en algo que podría ayudar para mejorar el plan, pues aunque tuviera cara de ángel, en definitiva no era uno.
Faltaban pocas calles para que llegase a su destino, cuando entre la multitud, frente a una libreria, encontró a Mitsuki. Una sonrisa apareció en su rostro, pensó que sería buen momento para obtener respuestas por si mismo, y aún quería preguntarle directamente la incógnita de todos.
—¡Eh, Mitsuki! —le llamó el rubio haciendo que le mirase y sonriera al verlo. Una ves junto a él su propia sonrisa de ensanchó— ¿Qué haces aquí?
—Iba a comprar un libro —respondió monótono.
—Entiendo… Oye, últimamente he tenido una duda sobre ti.
—¿Qué ocurre?
—Pues, verás… Siempre estás con Boruto, he notado que lo miras de una forma muy extraña, aveces dices cosas muy confusas sobre él y veo que te interesa mucho, ¿Te gusta Boruto?
—Claro, ¿Porqué no habría de gustarme? —aceptó sin dudar mientras que su sonrisa, al igual que la de Inojin, crecía.
—¿Como algo más que amigos? —preguntó sin vergüenza alguna.
—Por supuesto, Boruto es muy importante para mí.
—Oh, entiendo —musitó Inojin—, bien será mejor que me valla, no quiero que mi madre se moleste por llegar tarde.
Inojin sonreía pues la idea de que su amigo sintiera algo por Boruto de algún modo lo hacía feliz, y pese a que no debía meterse, lo haría, trataría de hacer que ambos acabaran juntos.
El rubio se marchó, dejando solo al peliceleste, éste lo miró detenidamente, tenía un mal presentimiento, sus amigos habían actuado extraño desde la mañana, y Boruto ya se molestaba de su cercanía. Temía que quisieran apartarlo, temía que quisieran alejarlo de Boruto, ¿Estaba haciendo algo mal?, Nunca había tenido amigos, y el pensar que ya no lo quisieran le preocupaba.
Negó con la cabeza olvidando aquello, pues realmente no importaba, el que importa es Boruto, pues sin él ya no tendría un guía para el camino que se había dispuesto a seguir, sin Boruto sería como lanzarse al vacío en la espera de que algo lo detuviera o bien, esperar el golpe final. Se negaba a ese destino, quería mejorar, brillar por sí mismo pero sabía perfectamente que necesitaba a Boruto para eso.
Lo necesitaba a su lado, jamás podría dejarlo, lo protegería con su vida si fuese necesario y acabaría con lo que fuera que lo llegara a dañar, era importante para él, era su amigo, su sol.
~ ☀ ~
Ya casi era hora de salir, la escuela estaba por terminar y todos estaban realmente emocionados pues ya había llegado el fin de semana. Rápidamente todos guardaron sus pertenencias, ya a la espera del timbre, el profesor aún explicaba su clase cuando la alarma de salida sonó, pronto el salón se llenó de murmullos y objetos siendo guardados.
—¡Un segundo! —les llamó la atención el maestro— ¡Para el lunes quiero un ensayo de quince cuartillas sobre las técnicas que más utilizan, puede ser en parejas pero en ese caso serán veinte, las quiero con imágenes de sí mismos pero no pueden ocupar más de la mitad de la hoja ni deben ser más de diez, deben explicar porqué la usan, de donde la aprendieron y su origen!
Al instante todos se quejaron pues había arruinado su fin de semana, el maestro les llamó la atención para que después todos buscaran pareja.
—¡Eh, Shikadai ¿Ya tienes--
—Lo siento Boruto, pero estoy con Inojin —negó el azabache e Inojin le sonrió con burla.
Boruto lo miró con desgano y rápidamente buscó a alguien más, encontrándose con Denki guardando su computadora.
—Denki, ¿Ya tienes pareja? —preguntó el rubio.
—Oh, lo lamento Boruto, me junté con Iwabe —se disculpó con pena y tristeza el menor colocándose su mochila en la espalda.
—Me lleva la ttebasa —maldijo por lo bajo viendo a sus alrededores, ya todos se estaban marchando y pronto el salón quedó vacío.
Tomó su mochila pasándola por el hombro cuando de pronto alguien le tocó el mismo.
—¿No tienes equipo? —preguntó Mitsuki obteniendo un susto del rubio.
—Creí que ya te habías ido —murmuró Boruto con sorpresa para luego soltar un suspiro—, no, pero supongo que tú ya.
—Nadie me preguntó, así que ahora somos pareja —intuyó sonriendo de oreja a oreja, como siempre.
—Está bien, mejor tú que la Ensalada —aceptó encaminándose a la salida.
—¿Ensalada? —preguntó siguiéndolo de cerca.
—Ah, un tiempo los chicos y yo bromeamos sobre los nombres, a Sarada le pusimos Ensalada y a mi Burrito —explicó el rubio riendo levemente—, contigo no tuvimos mucha imaginación así que solo te pusimos Mitsukiconda, ya sabes, por las serpientes, ttebasa.
—Entiendo —Mitsuki rió levemente y en menos de lo esperado ya estaban fuera de las instalaciones—, he notado que tienes un tic verbal.
—Ah, sí “ttebasa”, creo que lo saqué de mi padre, mi madre dice que él decía “ttebayo”.
—Me gusta, se escucha muy lindo —comentó con inocencia.
Boruto enmudeció y volvió la vista al frente. Pensando en algún tema de conversación, tratando de aligerar el ambiente.
—Sobre el trabajo, podríamos ir a mi casa ahora y avanzar un poco, de ahí podríamos irnos al cine.
—Claro, no hay problema.
—… Entonces… ¿Tu padre no se preocupa porque no avises si llegas tarde? —preguntó Boruto, rascándose la nuca con nervios e incomodidad.
—Él no es estricto, me deja hacer lo que quiera y es muy permisivo, no te preocupes, no me llamará la atención —explicó Mitsuki sonriendo con cariño.
—A de ser agradable tener un padre así —comentó con entusiasmo.
—Algo así, nunca lo veo, estoy solo, pero de vez en cuando hablamos.
Boruto le vio con pena, a diferencia de él, si tenía con quién quedarse y jamás estaba solo, aunque le gustaría que su padre estuviera más tiempo con él, por lo menos sí tenía familia. Esto le llevó a pensar algo, ¿Y la madre de Mitsuki?, Jamás la había mencionado, aunque en realidad él era muy misterioso, por lo menos decía algo de su padre una que otra vez… tal vez Mitsuki no tenía madre.
—Mitsuki —le llamó Boruto con cautela, éste le miró sonriente. Sorprendiendo al rubio pues jamás borraba esa sonrisa, ni en los malos momentos… Mitsuki era admirable—, ¿Te gustaría quedarte a dormir en mi casa?.
El peliceleste ensanchó su sonrisa y asintió con entusiasmo. Era la primera vez que llevaba a alguien a dormir a su casa, aunque pensándolo bien, también había sido el primero en comer con su familia, en presentárselo a su padre, en llevarlo a su casa y en meterlo a su cuarto, ahora se quedaría a dormir.
Maldijo en sus adentros pues sentía que eso parecía más que una amistad, una relación muy seria. Un fuerte sonrojo abochornó su rostro al pensar que dormirán en el mismo cuarto, pero no tendría porqué alarmarse, eran amigos después de todo ¿No?.
~☀~
Al entrar a su casa dio aviso a su llegada mientras se quitaban los zapatos en la entrada, Hinata le saludó con cariño y Himawari con alegría pues le presumía haber ayudado con la comida. Apenas entró Mitsuki, ambas le saludaron sorprendidas.
—Mitsuki, que bueno volver a verte —dijo Hinata mientras se secaba las manos con un trapo.
—Tenemos que hacer un trabajo y lo invité a quedarse a dormir ¿Está bien mamá? —avisó Boruto.
—Claro, en un rato más estará la comida, pueden subir a tu cuarto mientras tanto.
—Gracias, ttebasa —dijo el rubio para así ir a las escaleras, antes de llegar a la mitad se paró en seco y vio a la cocina—, ah mamá, a las tres y media iremos a ver una película con Inojin, Denki y Shikadai, no hay problema ¿Verdad?
—Está bien, pero avancen con el trabajo —aceptó la azabache, no muy segura de ello.
Boruto le sonrió con entusiasmo a su amigo y rápidamente subieron las escaleras. Entraron al cuarto dejando la puerta entre abierta, Boruto se lanzó a la cama con cansancio mientras que Mitsuki se sentó en la orilla de la misma.
—Deberíamos empezar de una ves ¿No? —comentó el peliceleste sacando un libro y plumas.
—Ah… —suspiró con desgano el rubio.
—¿Quieres dejarlo para otro momento?
—No, está bien, mientras más avancemos lo terminaremos antes y el fin de semana quedará libre —dijo Boruto tomando su mochila—. Estaba pensando que deberíamos poner una imagen cada dos hojas, y que dos hojas sean usadas para un solo jutsu, así pondríamos cinco cada uno.
—Me parece perfecto —aceptó Mitsuki sin titubeos—, ¿Como pondríamos las imágenes? ¿Tienes alguna cámara o las dibujaremos?
—Uh… No tengo cámaras, tendremos que dibujar —negó el Uzumaki—, que bueno que soy un gran artista —comentó con entusiasmo quitándose el suéter para trabajar—, aunque tendremos que posar para dibujarnos y uno tendrá que dibujar al otro, ttebasa.
—Primero escribamos y luego nos preocupamos por eso —dijo, tomó una carpeta y una pluma, se sentó en el piso recargando la espalda en la cama y comenzó a escribir sobre sus jutsus.
Boruto asintió y se sentó en su escritorio.
Pasó el tiempo, y pronto ambos jóvenes llevaban una hoja y media cada uno, osea que habían terminado de escribir un jutsu pues la mitad de la parte inferior era para el dibujo. Estaban por empezar el siguiente cuando Hinata les llamó a comer.
Ambos bajaron las escaleras y se sentaron uno junto al otro en la mesa, Hinata había cocinado un buen pescado, arroz naranja y sopa de Ramen.
—Woa, mamá, hoy te luciste ttebasa—exclamó el rubio con entusiasmo.
—Bueno, siempre que tenemos visitas me gusta hacer algo especial —dijo la Uzumaki.
—No tenía que molestarse —comentó Mitsuki.
Comieron gustosos y pronto dieron las tres, en cuanto acabaron de comer Himawari se postuló para recoger los platos, ambos comentaron que irían a la alcoba del rubio a guardar todo pues querían llegar a tiempo para la película.
Apenas terminaron se ponerse los zapatos se despidieron de ambas féminas y salieron de la casa encontrándose con Inojin a medio camino de la puerta.
—Inojin ¿Qué haces aquí? justo íbamos de camino al cine, ttebasa —comentó el Uzumaki con sorpresa.
—Por eso he venido —dijo el rubio mostrando dos boletos—, Shikadai no podrá ir, compró unos dulces que le hicieron muy mal y ahora no puede salir del baño, de buenas que no los probé, y Denki está haciendo el trabajo con Iwabe.
—¿Qué? ¿En serio?… Agh rayos, supongo que solo iremos los tres —dijo con desgano acercándose al Yamanaka, siendo seguido por Mitsuki de cerca.
—En realidad sólo irán ustedes dos —sentenció el rubio con una sonrisa juguetona.
—¿Qué? —musitó Boruto.
—Le prometí a Shikadai que volvería para cuidarlo, además aún tengo que hacer el trabajo, y creí que sería un desperdicio de dinero no usar las entradas así que les doy las suyas para que vallan —explicó ensanchando su sonrisa.
—Ah… —suspiró resignado, vió con duda las entradas y después de pensarlo un segundo las tomó—, está bien, iremos solos pero solo para no desperdiciarlas, ttebasa.
Inojin asintió y tras despedirse dio un gran salto desapareciendo de la vista de ambos niños. Boruto le miró hasta que desapareció tras unos edificios, bajó la vista a las entradas y después a Mitsuki, éste sonreía muy alegre, como siempre.
—¿Vamos?
—Vamos —respondió el rubio.
Caminaron en silencio durante un buen tiempo, Boruto mantenía el paso lento tratando de atrasar la llegada al cine pues no quería pasar un momento incomodo con su amigo. Pensó un momento en eso y reconsideró las cosas, era su amigo ¿No? Solo su amigo, se comportaba muy curioso y decía cosas muy extrañas pero después de todo así era él, no habría porqué dudar de Mitsuki y el estar nervioso solo por una sospecha era irracional.
Subió la vista decidido y miró a Mitsuki con una sonrisa en el rostro.
—Vallamos saltando o no llegaremos a tiempo —le pidió el rubio.
Mitsuki asintió y así ambos comenzaron a dar grandes saltos sobre los tejados de los edificios, haciendo Parkour entre cada salto hasta llegar al centro donde se encontraba el cinema.
Boruto le sonrió a su amigo y ambos le entregaron las entradas al encargado, éste los dejó pasar. Tras dejar atrás a la multitud que se formaba por dulces y demás, llegaron a las salas, en el boleto venía en grande el número siete, Boruto estaba por apuntar a la sala cuando volvió a ver el boleto, pues en éste también venía el título de la película “Dou kyu Sei”, Boruto enmudeció al procesar lo leído pues la película era de temática yaoi. Se negó totalmente a entrar y verla así que rápidamente tomó a Mitsuki del kimono tratando de llevarlo lejos de ahí.
—M-mitsuki, mejor volvamos a casa, d-deberíamos continuar el trabajo en vez de v-ver una película, ttebasa —le rogó el rubio halando al peliceleste. Entre tanto movimiento ambos boletos cayeron al suelo, Mitsuki se hincó para tomarlos y al ver el número de la sala tomó a Boruto de la mano.
—Ya estamos aquí y no es bueno desperdiciar las cosas, además nos vendría bien distraernos del trabajo.
Boruto le miró con terror aunque Mitsuki no se percató de esto pues ya lo estaba llevando a la sala. Al entrar Mitsuki buscó asientos vacíos con la vista pues todo estaba lleno de chicas y apenas uno que otro hombre.
—Vamos, ya vi un lugar —dijo Mitsuki.
Subieron las escaleras hasta llegar a la fila, cuando comenzaron a pasar por los asientos ocupados se empezó a escuchar murmullos, risas y gritillos de emoción. Boruto vio a las chicas y notó que todas los veían, bajó la vista apenado y se percató que todavía estaba de la mano con Mitsuki, rápidamente la apartó apenado, Mitsuki se sentó y Boruto le imitó.
—Todas nos están viendo —comento el peliceleste.
—Están locas, ignoralas —respondió el Uzumaki escondiendo su rostro en el cuello de su suéter.
Boruto alcanzó a escuchar que decían su nombre y apellido, comentando que era el hijo del Hokage. Temió que aquél momento llegara a oídos de su padre y que todos lo mal interpretaran, pues ¿Qué hacían dos niños solos viendo una película Gay?. Abochornado y maldiciendo internamente a Inojin, se pegó al asiento rogando que lo tragara.
—¿Boruto-kun, Mitsuki-kun? —le llamó una voz femenina.
—Ah, Sumire —respondió el rubio notando su presencia en las escaleras, detrás de ella venía Sarada y Chouchou comiendo una bolsa enorme de papas—, ¿Qué hacen aquí?
—Eso deberíamos preguntarte a ti Boruto —dijo Sarada mientras se acomodaba los lentes.
—Si niños, ¿Qué hacen viendo una película Gay? —preguntó Chouchou mientras comía y les apuntaba.
—¡L-les pregunto lo mismo! —exclamó Boruto hecho tomate.
La sala se oscureció y todos guardaron silencio.
—Esto no se quedará así —sentenció la azabache, siguiendo a Sumire subiendo los escalones.
Boruto las vio subir hasta sentarse a tres hileras de ellos, Sarada lo veía atentamente y como respuesta le sacó la lengua para volver a acomodarse cruzándose de brazos.
—¿Estás bien? —preguntó Mitsuki en un susurro apenas audible para el rubio, pues había sido cerca de su oído.
—S-sí… ignoralas —susurró sintiendo sus mejillas arder y un escalofrío recorrer su cuerpo pues el aliento gélido del peliceleste chocó contra su oreja.
—Las oí decir que era una película Gay.
—I-inojin compró las entradas, t-tal vez se equivocó, s-si quieres podemos irnos —dijo alterado tomándolo de la manga para salir.
—¿Porqué? —preguntó con inocencia.
—Ahmmm… p-por que… ahh…
—Quedémonos, no tengo problema con la película.
Boruto, sin más remedio, enmudeció bajando la mirada con pena. Sería una larga noche.
~ ☀ ~
Pasaron dos horas cuando por fin terminó la película, Boruto suspiró relajado, no había estado tan mal, solo una que otra escena que le provocó extrañas sensaciones pero nada realmente subido de tono.
—¡Boruto! —le llamó Sarada.
Éste se giró viendo con terror a la ensalada y rápidamente tomó a Mitsuki de la mano para salir huyendo de ahí.
Mitsuki no dudó en seguirlo, a lo lejos se escucharon varios gritos de chicas y entre ellos el llamado de la Uchiha.
Boruto hacía caso omiso a sus gritos, en poco o nada ya habían salido del cinema y ahora se encontraban escondidos en un callejón. Jadeante, Boruto se recargó en la pared tratando de recobrar el aliento, mientras que Mitsuki veía fijamente el cielo.
—Está nublado, parece que lloverá —comentó Mitsuki sonriendo como siempre.
Boruto levantó la mirada y un par de gotas tocaron su rostro, al instante comenzó a llover a cántaros.
—¡Agh no! —musitó el rubio cubriendose la cabeza con ambos brazos. Estuvo por salir de callejón cuando vio a las tres chicas correr por las calles hasta perderlas de vista.
—Boruto —le llamó Mitsuki. El rubio se giró para verlo, apuntaba a una pequeña tela sobresaliente de un puesto cerrado en el callejón.
Ambos corrieron hasta quedar abajo de la tela, resguardandose de la lluvia.
—Parece que no terminará pronto —murmuró el Uzumaki. Suspirando resignado se sentó en el suelo seco—, si volvemos ahora llegaremos empapados.
—Podríamos esperar a que pase pero podría no parar.
—Está bien, mejor esperamos.
Mitsuki le sonrió, tomó asiento junto a él recargandose en la puerta del establecimiento y cerró los ojos gozando el continuo choque de la lluvia contra el suelo.
Boruto le miró, recordando todo lo que habían pasado, dudando si en algún momento le había dado alguna indirecta de su supuesto amor. Pronto recordó todo, en realidad, todo lo que Mitsuki hacía era prácticamente una declaración de amor, la forma de tratarlo, la forma de verlo y aún más la forma de hablarle, pero así era él ¿No?, le era difícil expresarse con claridad o por lo menos eso pensaba él, pero si eso no era amor ¿Entonces que era? jamás tendría una respuesta concreta si no le preguntaba directamente. ¿Pero como lo tomaría?, Tal vez podría mal pensar las cosas y que todo se vuelta una terrible confusión.
Negó con la cabeza numerosas veces, le miró detenidamente y armándose de valor le llamó.
—Mitsuki.
—¿Hum? —respondió, mirándole con aquellos hermosos ojos dorados.
Un escalofrío recorrió su espalda y como un flash recordó la película, sus mejillas en tiñeron de rojo y el bochorno lo invadió.
—Boruto, estás rojo, ¿Te sientes mal? —comentó el peliceleste, colocó una mano en la frente del rubio y después en sus mejillas—, estás caliente ¿La lluvia te hizo mal?
—N-no es nada —murmuró bajando la vista apenado por el tacto del mayor, pues no apartaba la mano. Sobrepuso su mano en la ajena, para luego apartarla y dejar ambas en el suelo—, últimamente he estado pensando mucho sobre algo respecto a ti… ¿Porqué eres tan atento conmigo, dattebasa?
—¿Atento?
—Si b-bueno es que… siempre me cuidas, siempre estás muy cerca de mí y siempre me das la razón en todo —explicó mirándole apenado.
—Me preocupo por ti, eres realmente importante para mí y no quiero que te pase nada malo ¿Te molesta?
—¡No, no, para nada solo que…! —bajó la cabeza tratando de evitar el contacto visual, percatándose de lo cerca que estaban uno del otro, sus hombros y piernas se rozaban.
Extrañamente no le molestó, ni siquiera quería apartarse. Una ventisca de viento helado los azotó, Boruto tiritó de frío pegándose más al de kimono, Mitsuki pasó su brazo por el hombro de Boruto pagándolo más a su cuerpo tratando de calentarlo, cosa que logró al instante.
—¿Estás bien? —preguntó el peliceleste con inocencia.
—S-sí… estoy bien… —susurró Boruto con la vergüenza al cien. Titubeante, pasó su brazo por la espalda de Mitsuki abrazándolo para estar más a gusto— como nunca.
~ ☀ ~
La lluvia se transformó en un simple chispeo después de varios minutos, y Boruto había caído dormido en el hombro de su amigo. Mitsuki le llamó varias veces tratando de despertarlo, al cabo de un rato éste despertó.
—Uh… ¿Qué ocurre? —murmuró adormilado.
—La lluvia ya casi pasó, deberíamos ir a casa.
—Ah, claro… —asintió levantándose con pesadez del suelo, seguido de Mitsuki. Estiró ambos brazos al cielo y se talló los ojos tratando de despertarse.
—¿Quieres que te carge en mi espalda?
—¿Qué? —titubeó abriendo los ojos como plato, Mitsuki tan solo sonreía dulcemente—, no gracias, estoy bien.
Negó nervioso, sonriendo de oreja a oreja dio un gran salto subiendo por las paredes, Mitsuki le siguió saltando directamente al techo.
Pronto llevaron más de la mitad de camino, cuando de pronto un sonoro trueno retumbó el cielo espantando al rubio, seguido de esto el aguacero alcanzó a ambos jóvenes. Corrieron lo más que pudieron tratando de no mojarse demasiado, estaban a nada de llegar a la casa cuando al bajar de un tejado Boruto resbaló y calló al suelo, pudo ser un muy buen golpe el que hubiera dado de no ser por Mitsuki que usó una técnica de viento haciendo que ésta detuviera al rubio dejándolo ileso sobre el suelo. Mitsuki bajó junto a Boruto.
—¿Estás bien?
—Eso creo.
Corrieron lo que les faltaba para por fin entrar a la casa, la calidez de ésta los abrazó apenas entraron. Dejaban los zapatos en la entrada cuando la Uzumaki fue al pasillo a ver.
—Niños, están empapados, será mejor que vallan a darse una ducha o se enfermarán —dijo Hinata con un notorio tono de preocupación en la voz—, suban y bañense, yo les dejaré un cambio de ropa en el cuarto.
—¡¿Eh?! ¿Los dos juntos? —preguntó Boruto alarmado.
—O bueno, si quieres por separado —respondió Hinata mientras subía las escaleras.
—Ve tú primero Boruto, yo puedo esperar —dijo Mitsuki sonriendo de oreja a oreja.
—No, está bien, ve tú primero —negó el Uzumaki.
Mitsuki asintió y subió las escaleras seguido de Boruto aunque éste se dirigía a su cuarto. Al llegar su madre salía de éste avisándole que ya estaba la ropa, Boruto asintió, entró y se sentó en el suelo a la espera de Mitsuki.
Después de un rato Mitsuki entró al cuarto, empapado de pies a cabeza, completamente desnudo más que con una toalla en la cintura. Boruto lo miró detenidamente, observando como el agua escurría por su cabello hasta el cuello, bajando por su bien formado pecho hasta llegar a la cintura baja y desvanecerse en la toalla.
—¿Boruto? —dijo Mitsuki sacando de su ensimismamiento al rubio—, estás rojo otra vez.
—¡A-ah, l-lo lamento, t-tu ropa está s-sobre la c-cama, a-adiós! —tartamudeo hablando con rapidez, salió con prisa del cuarto entrando al baño cerrando la puerta de golpe.
Se recargó en la puerta tapando su boca con ambas manos, sentía su corazón latir a mil y el calor nuevamente se apoderaba de su cuerpo. «¿Qué me está pasando?» se preguntó con angustia, se suponía que era Mitsuki quien estaba enamorado de él, pero verlo desnudo por alguna razón le provocó pensar cosas totalmente indecorosas de su amigo, ¿Y como no hacerlo?, Para ser un adolescente tenía muy buen cuerpo, era realmente apuesto y muy atento con él, sus ojos eran hermosos y la sensación de protección cuando estaba a su lado lo inundaba y le hacía creer que podía hacer todo a su lado y… negó rápidamente con la cabeza deshaciéndose de aquellos pensamientos.
Un suspiro entrecortado salió de sus labios. Comenzó a quitarse la ropa, primero el suéter y la blusa, se acercó al sesto de ropa sucia para dejar las prendas, cuando se percató que en este mismo estaban las del peliceleste. Algo pasó por su mente, siempre se había preguntado cómo era lo que llevaba bajo su kimono. Tomó la tela negra sacándola del cesto dejando la suya propia en el mismo, desplegó la tela viendo que se trataba de una sola pieza, pantalón y camisa juntos, aunque no tenía mangas, buscó en el cesto lo demás encontrando las mangas largas que normalmente veía en su amigo.
Sonrió al pensar que ya sabía cómo era la ropa de Mitsuki, estaba por dejarla en el cesto cuando se percató de un dulce y fresco olor, se olió a si mismo percatándose de que no era él pues olía a sudor, olfateó la ropa de Mitsuki comprobando que era él, pegó la tela a su nariz inhalando hondo, era semejante a la menta con fresa. Gustoso del olor, lo inhaló un rato tal y como si fuese una droga.
El recuerdo de su amigo semidesnudo pasó por su mente, eso combinado con el olor le provocó un fuerte escalofrío que recorrió todo su cuerpo, al igual que el calor que comenzó a aumentar. De pronto un leve cosquilleo en su entrepierna lo alertó, bajó la mirada comprobando que era una erección.
Enmudeció al verla y el sonrojo en sus cachetes se extendió por todo su rostro. Titubeante, se hincó en el suelo y volvió a pegar la tela a su naríz mientras bajaba la mano hasta sus pantalones, bajó el cierre junto a la tela de su boxer, tocó la punta de su miembro y un fuerte y satisfactorio cosquilleo lo inundó ahí, arrugó la tela de la ropa inhalando profundamente el olor de Mitsuki, tomó su miembro desde la base y comenzó a jalarlo lentamente, la imagen de la desnudez de Mitsuki permanecía presente en su mente en todo momento y ante aquella fuerte estimulación visual, jaló con más rapidez y fuerza su miembro callando los indecorosos sonidos con la tela, fuertes punzadas de placer lo abrumaron y tras un segundo su cuerpo se estremeció por completo, liberando su esencia en la palma de su mano.
Jadeante, alejó la tela para ver el desastre que provocó. Su mano estaba cubierta de semen al igual que su ropa interior. La calentura rápidamente fue emplazada por vergüenza, limpió su mano con papel de baño, se desvistió rápidamente y dejó toda la ropa en el canasto, entró a la ducha y la abrió con el agua fría, limpió el resto del semen en él y comenzó a ducharse como era debido abriendo el agua caliente.
Apoyó ambas manos en la fría y húmeda pared, dejando su cabeza colgar al frente para así ver como el jabón de iba por el desagüe.
«Qué fue lo que pasó» se preguntaba él, pues aquello fue totalmente espontáneo y en su sano juicio jamás lo hubiera hecho. Él no era gay, aún que tampoco le interesaban las chicas, jamás vio a alguna de sus compañeras como a… Mitsuki, aunque tampoco le interesaban los chicos, eso ni pensarlo. Negó rápidamente con la cabeza tratando de deshacerse de la imagen de su amigo, «eso jamás pasó» se repitió una y otra vez a si mismo. Mientras que nadie se enterara, todo estaría bien.
~ ☀ ~
Al cabo de un rato Boruto salió del baño y entró a su cuarto encontrando a Mitsuki sobre su cama escribiendo algo en una carpeta. Vestía una camiseta blanca y un pantalón azul, ropa que le habían regalado a Boruto aunque le quedaba muy grande.
Bajó la vista apenado por lo sucedido, aunque Mitsuki no sabía nada así que trató de ignorar aquello.
—Ya saliste, aunque sigues algo rojo —comentó Mitsuki sonriendo como siempre.
—Ah… sí, a de ser por el frío —respondió con pena acercándose a la cama para tomar su ropa—, iré a cambiarme a baño.
—Está bien, yo continuaré con el trabajo.
Después de un rato Boruto volvió al cuarto ya con su ropa de vestir puesta, pues aún no era tan noche como para ir directamente a la cama. El Uzumaki se sentó en el suelo y tomó una carpeta para continuar con el trabajo, antes de abrirla una gota de agua de su cabello calló sobre la carpeta.
—Tu cabello sigue húmedo, mojarás las hojas —le advirtió Mitsuki.
—Bueno, tengo que hacer esto y no esperaré a que se seque, creo que mi mamá tiene una secadora, ttebasa —respondió Boruto levantándose del suelo para luego salir del cuarto.
Al volver, Boruto traía consigo una secadora. La conectó detrás de la cama, la encendió y empezó a secarse el cabello.
—¿Te puedo ayudar? —preguntó Mitsuki viéndolo detenidamente.
—Ah claro, solo tienes que presionar el botón gris y listo —aceptó sin titubeos para después sentarse a los pies del peliceleste.
Mitsuki comenzó a secar los rubios cabellos de su amigo, pasando la secadora por toda su melena, entrelazó sus dedos con las doradas hebras de Boruto para removerlo y que se secara bien. Boruto comenzó a adormecerse pues los tratos de su amigo lo relajan, estuvo por dejarse caer dormido sobre la rodilla de Mitsuki cuando éste apagó la secadora.
—Ya está, ahora podemos continuar —finalizó el feliceleste sonriendo de oreja a oreja para el rubio. Boruto asintió y sonrió de igual manera.
~ ☀ ~
Ya eran las ocho y media de la noche, cuando por fin terminaron el trabajo, ya tan solo faltaba dibujar los movimientos. Boruto sacó colores y las hojas en las que dibujarían, como él quería ser dibujado primero, le dio las cosas a Mitsuki. Boruto se recostó en el suelo haciendo una pose dramática.
—Mitsuki, dibujame como a tus francesas —pidió el rubio con gracia para luego echarse a reír a carcajadas.
—¿Francesas? —titubeó el peliceleste, ajeno a lo que se refería.
—Solo bromeaba —negó Boruto, se levantó del suelo apartándose de Mitsuki para que tuviese una buena vista de su cuerpo—, Bunshi no Jutsu —musitó haciendo aparecer tres copias exactas de él—, ahora sí, ya puedes empezar.
Los cuatro Borutos se colocaron en diferentes poses muy extravagantes, uno haciendo Dab, otro parado en una pierna cruzando los brazos sobre el pecho en forma de equis, otro hincado sobre una pierna con una mano en la cintura y la otra sosteniendo su barbilla y el último en pose de pelea.
Pasaron unos cuantos minutos cuando Mitsuki por sin terminó el dibujo.
—Está listo —avisó el peliceleste, al instante todos los clones desaparecieron menos el original que se dejó caer al suelo con cansancio.
A gatas se acercó a Mitsuki para ver lo que había hecho. Quedó boquiabierto pues era precioso, se negaba a creer que ese era él pues se veía mucho más lindo que en la vida real.
—Woa Mitsuki, te quedó fantástico, ¿Realmente soy yo? —preguntó con asombro tomando la carpeta en sus manos para verlo más de cerca.
—Así es como te veo siempre —respondió el peliceleste sonriendo de oreja a oreja.
—Eres increíble, dibujas mejor que Inojin —le alabó Boruto.
~ ☀ ~
Inojin estornudó llamando la atención del Nara.
—Salud —dijo con simpleza sin dejar de escribir en la carpeta—, o tienes alergias o alguien está hablando mal de ti.
—Seguro son las alergias ¿Quién podría hablar mal de mí? —respondió con arrogancia fingida.
~ ☀ ~
Después de halagar numerosas veces a Mitsuki, terminaron los últimos dibujos para así por fin terminar el trabajo, guardaron las hojas en un folder y éste en la mochila del rubio.
La noche calló y con ella la lluvia se incrementó a cántaros, las calles de Konoha estaban inundadas y el incesante golpeteo de la lluvia contra la ventana era lo único que resonaba en la alcoba, eso y las risas de ambos jóvenes.
—Ok, ok, me toca… umm… ¿Comida favorita? —preguntó Boruto.
—Los huevos revueltos —respondió Mitsuki—, y yo sé que la tuya son las hamburguesas así que preguntaré otra cosa… ¿Está bien si es algo serio?
Boruto le miró pensante y tras meditarlo un momento asintió.
—¿Porqué odias a tu padre?
—Ohw… —musitó inconcientemente, en el interior eso lo había desilusionado— ya te había dicho que no lo odio, solo que… me gustaría que pasara más tiempo con la familia y eso… Bien, me toca, si vamos a hacer preguntas serias entonces yo también diré una —dijo el rubio retomando el ánimo, para luego pensar mejor su pregunta y mirar ligeramente sonrojado a su compañero—, Mitsuki… ¿Estás enamorado de alguien?
—¿Uhm? —musitó confundido el peloiceleste— ¿Qué es estar enamorado?
Boruto le miró con los ojos como platos, ¿En serio no sabía eso? ¿En serio Mitsuki era tan inocente? O acaso le estaba mintiendo, fuera como fuera, le respondería su duda.
—B-bueno… estar enamorado es… —murmuró cruzándose de brazos pensante— es cuando te sientes muy muy a gusto con una persona, lo quieres proteger de todo lo malo del mundo, sientes la necesidad de abrazarlo constantemente, quieres saber todo de él y estar a su lado para siempre —explicó el Uzumaki para luego reír nervioso y rascarse la nuca—, aunque no me hagas mucho caso, nunca he estado enamorado, ttebasa.
—Oh, en ese caso sí, estoy enamorado de ti —respondió Mitsuki sonriendo con mucho cariño hacia el rubio.
Boruto le miró perplejo, ¿Había escuchado bien?. Por un momento creyó que su corazón se detenía, aunque el rubor y el bochorno se apoderó de él al instante.
—E-eh, creo que estás confundido, no me refería a gustar de amigos —aclaró Boruto sintiendo sus manos temblar—, me refería a que te gusta esa persona de verdad, ya sabes, tienes sentimientos muy fuertes por ella o… él.
—Pero también me gustas Boruto —respondió con inocencia.
—¡Estás c-confundido, n-no es ese tipo de gustar, ttebasa! —negó Boruto con ambas manos y el rojo a un nuevo tono de rojo—, ¡M-me refería a cuando--
El sonido de abrir y cerrar de la puerta llamó su tención, seguido de una voz que bien conocía. Salió del cuarto rápidamente seguido de Mitsuki.
Boruto abrió los ojos como plato anonadado, pues su padre había llegado.
—Viejo, estás en casa —murmuró Boruto llamando la atención de su padre.
—Boruto, qué gusto verte ttebayo —le sonrió Naruto de oreja a oreja mientras terminaba de quitarse los zapatos.
—Naruto-kun, llegaste temprano —dijo Hinata saludando de beso a su marido.
—¡Papá! —gritó Himawari con alegría saltando a los brazos de su padre.
—Sí, bueno es que avancé mucho con el trabajo de hoy para llegar temprano —afirmó el Hokage.
—Me alegra, la cena ya está servida ¿Te gustaría comer? —dijo Hinata.
—Me encantaría ttebayo.
Afirmó Naruto para luego ver a su hijo, Boruto frunció el ceño y giró la cabeza en otra dirección ignorando a su padre. Aunque en sus adentros, le alegraba inmensa y descomunalmente verlo en casa.
—Oh, ¿Tienes visita? —dijo el Uzumaki mayor viendo a Mitsuki detrás de Boruto.
—Ah, s-sí, Mitsuki se quedará a dormir hoy —afirmó bajando las escaleras con el peliceleste a sus espaldas.
—Me alegra verlo de nuevo Hokage-sama —saludó Mitsuki estrechando su mano cordialmente.
—Igualmente Mitsuki.
~ ☀ ~
La cena era llevada a cabo, todos comían gustosos y Boruto estaba más feliz que nunca, aunque nunca lo admitiría. Aquella escena le recordaba mucho a la última que tuvieron en familia, donde igualmente estaba Mitsuki presente. Una sonrisa más iluminada que las demás adornó su rostro, pues le gustaba pensar que Mitsuki ya era parte de la familia.
Mientras comía, recordó aquella noche. Mitsuki lo había sorprendido realmente al pedirle ir a su casa, inclusive su madre comento que era el primer amigo en ser invitado, también el primero en ser presentado con su padre como su amigo oficialmente, cosa que podría pasar cada mil millones de años pues nunca estaba en casa, no como ahora, que curiosamente volvía a llegar temprano justo el mismo día que Mitsuki estaba allí.
Recordó lo que le dijo su padre a su amigo “cuida a Boruto”, Mitsuki lo había mirado para luego responder “lo haré” a lo que él respondió que a él debería pedirle que lo cuidara. Meditó lo sucedido, la idea de que eso había sido como si su padre aceptara a Mitsuki como su prometido pasó por su mente. También recordaba bien que cuando se enojó con su padre y había corrido lejos de la casa Mitsuki fue el que corrió tras de él, recordaba que en aquél momento cuando Mitsuki estaba por confesarle algo, él creyó que confesaría sus sentimientos por él, eso lo había desilusionado momentáneamente.
Recordó cuando Mitsuki le dijo que enfrentaría a Sumire, él lo había atrapado con un clon de serpientes, eso lo había sorprendido, al igual que la gran fuerza que tenía, pues de no ser porque también sabía hacer clones no se habría librado, su agarre era firme y poderoso, lo hacía sentir indefenso ante él y aquello ojos dorados que siempre lo veían como si miraran directamente a su alma.
Negó con la cabeza deshaciéndose de esas ideas pues ya comenzaba a sentir sus mejillas arder.
También recordó que en aquella ocasión su padre fue llamado por Shikamaru y debía partir nuevamente, aquello había sido lo que le provocó tanto enojo y si volvía a pasar hoy realmente se enojaría.
—Así que ¿Cómo van tus entrenamientos Boruto? —preguntó Naruto sacándolo de su ensimismamiento.
Boruto estuvo por contestar cuando Naruto se quedó viendo a la nada con el seño fruncido, algo había pasado en la torre y demandaba su presencia.
—¿Naruto-kun? —le llamó Hinata.
—Lo lamento mucho, pero tengo que ir —dijo el Hokage mientras se levantaba de la mesa.
El golpe abrupto de sus palmas sobre la mesa llamó la atención de todos.
—Es una broma ¿Verdad? —murmuró Boruto con rabia.
—Boruto, ya habíamos tenido esta conversación, soy el Hokage y--
—¡Y tienes deberes con el pueblo porque también es tú familia! ¡¿Pero qué hay de nosotros eh?! ¡Nosotros somos tu verdadera familia, ¿por lo menos no podríamos pasar una velada juntos sin que tus responsabilidades como Hokage las arruinen?! —explotó Boruto.
Corrió la silla para luego salir corriendo de la casa mientras Hinata lo llamaba.
—Otra vez… —murmuró Naruto resignado.
—Yo iré por Boruto —avisó Mitsuki dirigiéndose a la mesa.
—Ve Mitsuki, ahora te necesita.
Mitsuki asintió, estuvo por salir tras Boruto cuando Hinata lo detuvo, dándole un paraguas pues la lluvia no se detendría.
~ ☀ ~
Boruto estaba en el mismo lugar que aquella vez, sabiendo que Mitsuki lo encontraría nuevamente, aunque ¿Ahora qué pasaría? La última vez le dijo que Sumire era la responsable de todo lo malo que ocurría en Konoha, pero ahora no había ninguna maldad.
Cansado y resignado a que se mojaría, se sentó en el suelo mojado viendo a la ciudad, suspiró dejando que el aire e convirtiera en vapor.
De pronto la lluvia sobre él cesó. Al alzar la vista vio a Mitsuki con un paraguas y sonriendo como siempre lo hacía, con alegría y ternura pese a todo lo malo que ocurriera… realmente era digno de admirar.
—¿Estás bien? —preguntó el chico serpiente.
—Mas o menos —respondió monótono volviendo la mirada a la ciudad.
—Estás empapado, te resfriarás.
—No importa, así por lo menos haré que mi padre se preocupe por mi.
—Yo me preocupo por ti, no quiero que te pase nada malo —contestó Mitsuki incandose para estar a la altura del rubio y así poner una mano en su frío y mojado hombro.
Boruto sonrió enternecido sin dirigirle la mirada, colocó su mano sobre la de Mitsuki y la apretó para así entrelazar sus dedos con los contrarios.
—¿Recuerdas la última vez que estuvimos aquí? —preguntó Boruto.
—Oh, yo me acuerdo.
—Cuando dijiste “tengo que confesarte algo, no sabía si debía hacerlo pero ahora estoy seguro”… algo así dijiste, el punto es que… —murmuró con añoro, tomó una gran bocanada de aire armándose de valor para hablar— creí que me confesarías tu amor… que tontería ¿No? —rió con vergüenza.
—¿Mí amor? —repitió confundido.
—Sí, tú sabes —se giró para verle notando lo cerca que estaban—, tus sentimientos por mí, creí que me dirías que me amabas, que estabas enamorado de mi y que te gustaba.
—¿Tú… crees que te amo? ¿Como para ser novios? —preguntó Mitsuki.
—¿No es así? Me lo acabas de confesar, allá en mi cuarto, dijiste que te gustaba y que estabas enamorado de mí —explicó Boruto con la ligera sensación de pánico, por alguna razón su ser le rogaba que así fuera, que se le hubiera confesado y que realmente estuviera enamorado de él porque… ¿Porqué?
—Oh, ya entiendo —exclamó Mitsuki con asombro—, no, no me gustas en ese sentido, creí que cuando me preguntó Inojin si me gustabas, era gustar de que me agradabas, y por como definiste estar enamorado, así es como me siento por ti, pero no como un romance de noviazgo, más bien como una fuerte amistad y admiración por ti.
Un fuerte dolor comprimió el pecho de Boruto, era como si algo se hubiera roto.
—Eres mi amigo, quiero protegerte y estar siempre a tu lado para ser ninjas juntos, sé que si sigo a tu lado seré una mejor persona, por eso me quiero quedar en Konoha, porque eres realmente importante para mí —explicó Mitsuki sonriendo… como siempre lo hacía.
—Oh, entonces… todo fue… una terrible confusión.
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