Elena

Ese momento cuando recalculas lo que estás haciendo, pero notas que ya es demasiado tarde y no te puedes arrepentir.

—¿Elena Richerd aceptas por esposo a Edel Sachman? —Dejo de mirar las flores cuando el cura pregunta y levanto la vista.

—Eh... yo...

Miro a mi prometido que me sonríe y entonces yo también lo hago. Vuelvo a observar al cura y siento que el corazón se me va a salir, ya que se mueve a mil por segundo. No puedo soportarlo, yo debo responder.

—Pues... —Mi boca se abre despacio —yo...

—¡Detengan la boda ahora! —Oigo esa voz y siento como si el mundo se detuviera.

—Tú otra vez —Edel presiona sus dientes furioso.

Yo noto que no puedo ni girarme por los nervios. De un momento a otro las luces del lugar se apagan y yo chillo cuando alguien me agarra.

—¡Se llevan a la novia! —grita uno de los invitados que logra localizarme al verme.

—¡Maldito infeliz, regresa con mi prometida! —Oigo a Edel entre la multitud.

Yo pataleo y forcejeo intentando zafarme del que me tiene atrapada. Me tira dentro de un auto cuando llegamos al estacionamiento y lo miro furiosa cuando al fin me aseguro de que es él.

—Maldito promiscuo, ¡¿Quién te crees que eres?! —le grito molesta y me alarmo cuando arranca el vehículo —¡Adrián, no seas imbécil y detén el auto! —me quejo.

Él hace un gesto con su típica sonrisa burlesca.

—Pero si ya vine por ti, amor —Me guiña el ojo —. Ahora vámonos juntos.

—No iré a ningún lado contigo, menos con un Ricoy —insisto —. Devuélveme ahora.

Sonríe con malicia un segundo para mirarme y luego vuelve la vista a la calle mientras conduce.

—Eso mismo me dijiste cuando nos conocimos.

Meses antes...

Abro los ojos a la mañana temprano, me levanto de la cama y comienzo a vestirme. Tocan a la puerta y dejo que la empleada pase.

—¿Qué ocurre?

—Su prometido ha venido a verla ¿Qué quiere que le diga señorita Elena?

Suspiro.

—Dile que ya bajo.

No puedo evadirlo otra vez, deberé enfrentarlo, como la mujer educada que soy. Peino mi cabello rubio y me dispongo a bajar al living.