Una vida contigo.
-Amity querida-gritaba desde su habitación, se encontraba acostada la humana Luz Noceda.
-Aqui estoy Luz ¿que necesitas?-su voz era tan dulce que hizo que la contraria llorara amargamente.
-Ay Amity me da mucha tristeza que siempre tenga que depender de ti-su voz quebrada preocupó a la bruja y tomó un paño que se encontrará en la mesita de noche y secó las lágrimas que no dejaban de salir.
-Mi Luz no llores cariño-le acarició suavemente su espalda y depositó un beso en su cabeza-haría lo que fuera porque te amo y eso juramos en el altar ¿Recuerdas?.
La morena se quedó pensando durante un buen tiempo y asintió con una sonrisa.
-Yo también debo cuidarte-hizo un movimiento y soltó un quejido de dolor. Amity asustada la volvió a acostar en la cama con delicadeza.
-Te traeré unas pegatinas de sanación, no te vayas a mover que no me tardaré-dijo tranquilamente, no quería que se angustiara más. Encendió la bola de cristal para que se mantuviera entretenida. Al regresar vió que seguía despierta y con cuidado las colocó en su coxis. Ella hizo una mueca de dolor por el tacto pero luego se tranquilizó.
-Eso se siente bien Amity muchas gracias-dijo con esa sonrisa característica suya.
-Todo lo mejor para mi humana favorita-le respondió de la misma manera.
-Soy la única humana que está aquí-soltó una pequeña risilla.
-Lo sé-se acercó y le dió un beso en los labios-ahora vamos a ver la telenovela que te gusta ¿si?-como era de esperarse ella asintió con alegría. Encendió la bola de cristal, afortunadamente estaba iniciando La amada de tu corazón de troll.
El programa duró una hora. Cuando vio su reloj ya eran las 7 de la noche, la hora de su cena. Se levantó y fue a la cocina a traer lo que más le gustaba.
-Luz ya es hora de tu cena amor-decia mientras acomodaba una mesita especial para ella y colocaba la bandeja-hoy toca papilla sorpresa, tu favorita-comenzaba a revolver la comida. Lo hacía para que fuera más fácil comerla por la pérdida de algunos dientes. A ella no le molestaba preparar sus alimentos, quería que comiera lo mejor hasta el final de sus días.
-¿Mi favorita?-miró confundida a su esposa.
-Si, ahora abre que aquí va el dragón yendo a su cueva para dejar sus tesoros-abria su boca y balbuceaba cosas como si ella fuera un bebé, aunque si tenía pinta de una ya que constantemente escupía su comida y se disculpaba por el desastre que ocasionaba.
Después de haber acabado la cargó con ayuda de un abominable a la tina para que le diera un baño de espuma. A Luz le gustaba sentir las manos de su esposa y tener su compañía. Siempre se la pasaban charlando sobre vivencias pasadas.
-Muy bien Luz hoy toca esencia de lavanda, estoy segura de que te gustará-echó un poco en la bañera formando pequeñas burbujas. Algunas se alzaban distrayendo un poco de la humana.
-Las burbujas son tan bonitas pero no tanto como la mujer que amo y siempre amaré-comenzó a reir pero una tos repentina la detuvo en seco.
-Eres muy amable al decirme eso, también pienso lo mismo-dijo apenada-¿que tal si hablamos de como nos conocimos, ¿te acuerdas aun de eso?.
-Ah si, cuando fui a Hexside por primera vez y casi muero-soltó una risa pero la misma tos de antes la volvía a molestar, eso alertó a Amity pero le dijo que no era nada.
-Se que fui muy mala contigo durante mucho tiempo pero era por la presión que ejercían sobre mi pero menos mal que nunca te rendiste y miranos ahora felizmente casadas y nuestra hija a salvo con su familia-masajeaba el cabello de Luz con suavidad esbozando una enorme sonrisa. -a ver si los invitamos el sábado a desayunar. Estoy segura que le encantaría la idea y quizás traigan a nuestros nietos para que nos acompañen.
-¿Tenemos nietos?.
-Si amor un niño muy parecido a Azura llamado Liam y una niña parecida a la dama búho llamada Edalyn. Ellos son más humanos en apariencia pero poseen un enorme poder. Como aquella vez cuando vino un grifo escupe arañas a molestarnos mientras jugábamos un juego de mesa y ambos de tan solo 5 años me ayudaron a ahuyentarlo lejos de casa.
-Ah me gustaría verlos y a Azura, mi pequeña bruja peliverde.
-Si, aun no puedo creer que se haya pintado su cabello. De seguro fue para complacernos o para parecerse a mis hermanos y mi madre, nunca lo sabré.
-Creo que ya fue suficiente Amity, estoy tan cansada que solo quiero dormir.
La bruja terminó de bañarla y le puso su ropa con cuidado. Su cuerpo ya era frágil por la edad que tenía, eso lo sabía Amity. Siempre le preguntaban porque seguía con ella, decían que era inútil e innecesario cuidar a una humana "invalida" a lo que ella furiosa chamuscaba a todos los que se burlaban y menospreciaban. Ella era su primer amor, su heroina y sentía que debía de agradecerle por todo lo que ella había hecho. Si nunca la hubiera conocido estuviera infeliz en el aquelarre sirviendo al Emperador Belos o siendo la Emperatriz.
La colocó en su cama, la arropó y le dió un beso en los labios y le dijo te amo a lo que ella le respondió. Apagó la luz y dió un último vistazo. Se veía serena durmiendo pacíficamente por lo cansada que estaba. Conmovida por la escena fue a preparar su cena y luego se preparó para ir a dormir.
A la mañana siguiente como era habitual fue a darle los buenos días a Luz. Se acercó lentamente para darle un beso en la frente pero algo no andaba bien. Su piel arrugada por el tiempo se encontraba fría y dura. Las lágrimas brotaban de los ojos de la bruja, el día que tanto temía había llegado. Corrió a su pergamino y buscó desesperadamente el número de su hija.
-Hola mamá ¿como estas?-dijo alegremente pero luego su tono de voz cambió al escuchar los sollozos y los intentos de su madre para articular palabras-¿mami todo esta bien por allá?
-Ven rápido-soltó un sollozo-tu madre está...-no pudo terminar esa oración y rompió en llanto.
-¡Mamá ya voy para allá, llevaré a los chicos y le avisaré a mi esposa que me vea en tu casa.
-¿Mami aún sigues allí?
.....
Dibujos hechos por Omy-Chan.
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