Loki #3
Capítulo tres: Una mala idea.
- Buena elección – habló Nick Furia. – Siga por favor al agente Coulson.
Coulson te asintió con la cabeza y empezó a caminar. Tú le seguiste por toda la sala hacia un pasillo (no el mismo por el que entró Loki). Dos hombres os siguieron y frunciste el ceño ya que no te los habían presentado.
- Soy el de antes – habló el que estaba a tu izquierda. – El del traje de metal. Me llamo Tony.
- Yo soy el doctor Banner – dijo el que estaba a tu izquierda.
Asentiste más tranquila.
Coulson, Tony, Bruce y tú entrasteis en una sala llena de tecnología y de cachivaches (que era obvio que en Asgard no había). Pero de lo que sí te fijaste bien era del cetro de Loki que había en uno de los lados de la pared.
- En un momento, ellos dos crearán el chip rastreador – te avisó Coulson.
- No más de cinco minutos – habló Tony.
Te sentaste sobre una silla, Coulson a tu lado con las manos unidas.
- ¿Tendré algún micro?
- No – negó Coulson. – Solamente te rastreará. No podrá escuchar tus conversaciones ni grabar lugares. Con saber vuestra posición bastará.
Asentiste.
- ¿Cómo va la búsqueda de los rayos gamma? – le preguntó Tony al doctor Banner. El doctor lo miró en una especie de móvil y negó con la cabeza.
- Todavía falta.
Estuviste un rato callada hasta que Tony volvió a hablar.
- Ya está. Y tan solo tardé cuatro minutos y medio – sonrió orgulloso pero nadie le alabó por su "trabajo".
Se acercó a ti con una especie de jeringuilla. Te cogió del brazo y en la cara interna te clavó la jeringuilla. Frunciste el ceño por el inminente dolor, pero podías soportarlo.
- Bruce, compruébalo – le ordenó Tony al doctor Banner. Este asintió y lo comprobó a través de una pantalla. – ¿Dónde te da la señal?
- Nueva York. Bien hecho Tony, ahora ella es rastreable.
- Genial – aplaudió Tony soltando tu brazo.
Palpaste tu brazo, podías notar lo que te habían introducido. Era algo duro y pequeño.
- ¿Loki no se enterará? – les preguntaste.
- No tiene por qué – respondió el doctor Banner.
- Si no se lo chivas, no – respondió al mismo tiempo Tony.
Asentiste.
Te levantaste de la silla y seguiste a Coulson fuera de aquella sala. Bruce y Tony se quedaron en esa sala charlando.
Y antes de entrar donde estaba Loki, te acercaste a Thor.
- ¿Sabes dónde está Jane? – le preguntaste en un susurro.
- Jane está a salvo, y eso es lo que importa – se encogió de hombros.
- ¿No intentarás contactar con ella?
Thor negó con la cabeza.
- Vine aquí solo por Loki, no quiero interferir en su vida – respondió. – ¿Y tú vas a estar bien?
Te encogiste de hombros. Hubieras respondido, pero, realmente no sabías si ibas a estar bien.
- Cuídate – te dio un breve abrazo. Cuando os separasteis, tú caminaste al lado de Coulson hacia donde estaba Loki.
Thor se acercó al grupo que formaban los Vengadores y se pusieron a hablar.
Coulson te abrió la puerta y asintió, para darte ánimos y entrar en la sala. Con un suspiro entraste en la sala. Por el rabillo de ojo viste como la mujer pelirroja salía rápidamente de la sala por otra puerta.
La sala donde habían encarcelado a Loki era de forma circular y bastante amplia. En el centro, estaba la Elda. La celda tenía forma circular, las pareces eran de cristal y, el suelo y el techo estaban hechos de metal. Al lado de la celda había un panel de controles; seguramente para poder manejar la celda.
Loki empezó a dar vueltas por la celda. Por la postura de sus hombros tensos podías ver que estaba enfadado. Diste varios pasos, y al quinto fue cuando Loki se dio cuenta de que no estaba solo en la sala.
- Ya han venido dos personas a amenazarme, ¿tú también lo harás? – habló sin dejar de mirar al suelo.
- ¿Con qué te iba a amenazar yo? – respondiste a su pregunta con otra pregunta.
Loki levantó la mirada para conectar sus ojos con los tuyos. Dio varios pasos hasta colocarse al lado del cristal. Diste otros pocos pasos para colocarte al lado del panel de controles.
- ¿Por qué has venido desde Asgard hasta aquí?
- Supongo que me dejé llevar por el enfado – murmuraste, mirando al suelo.
- ¿Y ahora qué harás? – te preguntó él. sin mirarle, podías saber que te sonreía.
- No sé. Tú me lo dirás – levantaste la mirada de nuevo para mirarle a los ojos. Y ahí estaba su sonrisa burlona, aunque podías ver un poco de confusión en sus ojos.
- ¿Qué yo te lo diré? ¿Estás diciendo lo que yo estoy pensando? – preguntó. – No serás capaz.
Te encogiste de hombros. Miraste el panel de controles a tu izquierda, debatiendo si deberías dejarle escapar o no.
- Thor estaría muy enfadado y decepcionado si haces eso – dijo Loki. Volviste a mirarle para ver que él miraba con atención el panel de controles.
- Pero Thor no está aquí con nosotros. – Él te miró a los ojos, una sonrisa empezando a salir de sus labios.
- Has cambiado – dijo con una sonrisa. – Ya no eres la misma.
- Ha pasado mucho desde que te fuiste Loki. Te eché de menos – te mordiste el labio.
¿Realmente se estaba creyendo esto? Te enfurecía un poco saber que Loki no te conocía tan bien. Porque, si realmente te conociera, sabría perfectamente que nunca harías esto.
- No serás capaz de hacerlo – siguió hablando.
Pero un gran estruendo le hizo parar de hablar.
Había sonado como una explosión, incluso el suelo tembló bajo vuestros pies. Después se escuchó como un gran gruñido de una bestia. Miraste confundida a Loki y él te devolvió la mirada con una sonrisa perversa.
- ¿Qué está ocurriendo ahí fuera?
- Ábreme la puerta – respondió en cambio.
Te giraste hacia el panel de control. Sin saber muy bien si debías hacerlo o no. Volviste a mirar a Loki y él esperaba que hicieras algo.
Por una de las puertas al final de la sala entró un hombre armado y rápidamente te apuntó con ella. Loki aporreó le cristal. Y tu mano se lanzó contra el botón que dejaría en libertad a Loki. Escuchaste el sonido de las puertas abriéndose.
- ¡Loki, no! – oíste a alguien gritar. Levantaste la mirada para ver a Thor por donde habías entrado.
Corrió hacia donde Loki y tú estabais y se tiró dentro de la jaula. El cuerpo de Loki al que Thor le debería haber hecho un placaje, desapareció. Thor cayó al suelo y las puertas se cerraron detrás de él. Thor se levantó y aporreó la puerta.
- ¡Loki! Déjame salir – gritó Thor. Tú mirabas confusa todo, giraste tu cabeza hacia la izquierda y ahí estaba Loki. Loki pulsó unos botones y antes de pulsar un último botón, habló:
- Demostrémosles a los humanos que los dioses no son inmortales – dijo antes de pulsar el botón.
Las compuertas que estaban debajo de la celda se abrieron, Thor te miró por última vez y la celda cayó por ella.
- ¡No! – gritaste, viendo por donde caía Thor. - ¡Loki! ¿Por qué lo hiciste?
- Así ganaremos tiempo, vámonos – respondió y empezó a caminar. Loki, el hombre que anteriormente te apuntaba y tú caminasteis por el pasillo hacia la salida. Pero, la puerta por donde ibais a salir apareció el agente Coulson, con un arma en la mano.
Frunciste el ceño, sin saber muy bien qué iba a hacer.
Coulson disparó al hombre que no conocías y tú te escondiste detrás de Loki. ¿Por qué hacia esto? ¿No decían que os iban a dejar escapar?
- Yo que tú, no lo intentaba – habló el agente Coulson pero Loki apareció detrás de él y le clavó algo, haciendo que cayera al suelo.
Abriste los ojos como platos al ver eso, y el Loki que estaba delante de ti se esfumó. El verdadero Loki (o eso pensabas) tiró la daga al suelo y se acercó a ti.
Cuando Loki estuvo lo suficientemente cerca de ti, atrapó tu cara con sus manos y coloco sus labios en tu frente.
- Te he echado tanto de menos. – Sus labios rozaban tu frente. Estos bajaron hasta tus labios y te dejó un beso. – Y ahora tenemos que irnos.
Loki te agarró de la mano y te dirigió por los pasillos. Te impresionó cómo se los conocía. Pasasteis por los pasillos vacíos, no había nadie. Salisteis a cubierta, donde había un jet (parecido al que entraste con Thor nada más llegar a Midgard). Entrasteis en él y rápidamente os alejasteis de la nave.
Por una de las ventanas del jet, podías ver como aquella gran aeronave descendía a una velocidad vertiginosa y, temiste por las personas que aún seguían dentro de ella. Dejaste de mirar por fuera de la ventana para centrarte en lo que había dentro del jet.
Había alrededor de seis personas (además de Loki y de ti) dentro el jet. Todas ellas tenían un brillo azul en los ojos. Y una de esas personas, un hombre para ser más exactos, tenía en su mano el cetro de Loki. Loki estaba hablando con otro hombre, después asintió a lo que le dijo aquel hombre.
Loki se dio media vuelta y caminó hacia ti. Levantó una de sus manos para cogerte de la nuca. Tiró suavemente del pelo y te obligó mirarle a la cara.
- Has elegido bien – te susurró en el oído.
- ¿A dónde vamos? – susurraste.
- No muy lejos. Todavía falta hacer unas cosas antes de llegar a la mejor parte – te respondió en el oído.
El viaje fue corto. Te lo pasaste todo el tiempo al lado de Loki. Se notaba que Loki también te echó de menos; no paraba de acariciar tu cara con sus manos y con sus labios. Tu corazón latía más rápido cada vez que sus labios rozaban tus sienes y murmuraba cosas incompresibles.
El resto de personas ni os miraban. Simplemente parecían perdidos en su propio mundo.
El jet pronto aterrizó y las puertas traseras se abrieron. Eso hizo que todas las personas salieran del jet. Loki agarró el cetro y salió. Tú le seguiste de cerca, sin dejar de mirar a tu alrededor.
- Aquí no nos encontrarán – habló Loki para que todos le escucharan. – Los Vengadores están bastante separados ahora, tardarán en reagruparse y atacar.
Estabais en la azotea de un edificio. A tu alrededor, todos los edificios parecían poco cuidados.
Todos empezasteis a caminar, hacia una de las puertas que había para entrar al interior. Fuiste la última en entrar, y sabías que esto fue una mala idea.
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