- Bueno, creo que ya entendieron el mensaje- Mangle soltó una risa muy confiada-. Vámonos.

Se iban a marchar así como así tras esa pequeña demostración de su talento. Vale, lo admito, son bastante buenos, pero no podemos acobardar por tan solo eso, ¡aún tenemos que demostrar lo que nosotros valemos! En eso Bonnie, que hasta ahora no había dicho nada, se dio la vuelta, con la mirada clavada en el suelo y el pelo tapándole el rostro. Lo miré extrañada, pero me sorprendí cuando se empezó a recoger el pelo en una pequeña y desordenada coleta, además de quitarse las gafas y ponerlas sobre su cabeza. Tomó su guitarra eléctrica roja para luego colocársela sobre el hombro.

- ¿Y ahora qué está haciendo este loco?- preguntó Foxy viéndolo igualmente extrañado, pero yo me confundí aún más en cuanto nos volvió a ver, solo que esta vez tenía una mirada y una sonrisa que hasta a mí me puso los pelos de punta.

Empezó a tocar su guitarra. Noté mi corazón latir de tanta emoción que sentía. Me fijé en cómo frenó de golpe aquel chico de pelo turquesa de la banda de "Los Toys". Se quedó quieto en su sitio, como analizando la melodía que creaba Bonnie con su instrumento. Bonnie no paraba de sonreír, hasta que en su momento entreabrió un ojo, mirando desafiante al chico de piel morena, el cual captó el mensaje, ya que lo volteó a ver, sacó rápidamente su guitarra de su estuche y comenzó a tocar al ritmo de nuestro guitarrista. Estaba totalmente embobada en la sincronización que tenían ambos, la melodía que creaban sus guitarras, la manera en la que se veían, se miraban. Juro que volví a notar aquel brillo especial en sus ojos, además de que la sonrisa de Bonnie se hacía cada vez más grande. El chico de los Toys empezaba a perder el ritmo, pero no se detuvo, veía con rabia la facilidad con la que Bonnie acariciaba las cuerdas de su guitarra, y ya empezaba a sudar por su frente. Yo no entiendo mucho de guitarra, pero creo que sería igual que el piano: cuestión de mucha paciencia y práctica, además de pasión para poder tocarla con diversión, al igual que hacía Bonnie. Era admirable la destreza que tenían ambos al tocar. Estaba por acabar la canción, Bonnie sonreía cual niño pequeño entusiasmado por un nuevo dulce y el chico de pelo turquesa mirando con confusión, pero algo pasó. Movió sus dedos con una agilidad impresionante sobre el traste de su guitarra, creando un sonido que hizo que un escalofrío recorriese hasta el último de mis cabellos. Todo quedó en silencio, nadie decía nada, ambos se miraban a los ojos, con las respiraciones agitadas y con ese característico brillo en sus ojos. De repente Bonnie comenzó a reír y, creo que en nombre de todos, nos confundimos por su repentina aunque suave risa.

- Vaya~ tiene rato que no me divertía tanto...- suspiró llevándose una mano hacia la frente, llevando consigo algunos mechones de su cabello hacia atrás- ¡Wow! Estuvo genial eso que hiciste al final, ¿cómo lo hiciste?- le preguntó fascinado al chico peliturquesa, colocando un dedo sobre su pecho e invadiendo su espacio personal.

- B-Bueno... en el momento en el que mueves el dedo...- le mostró desviando la mirada hacia su guitarra sonrojado... Espera, ¿sonrojado?-... lo mantienes- le volvió a mirar, Bonnie suspiró.

- Si tan solo pudiera tocar como tú...- le dijo con una mano en la nuca, todos lo miramos estupefactos.

- ¡Pero, ¿qué dices?! ¡Si lo has hecho papilla!- le gritó Freddy con la mandíbula inferior pegada al suelo, creo que yo estaba en las mismas.

Lo que pasó después lo mantendré en mi mente hasta que muera. Se miraron directamente a los ojos. Bonnie veía al chico con una sonrisa sincera, mientras el otro lo miraba confundido pero con un bonito sonrojo que llegaba ligeramente hasta el puente de su nariz. En eso Bonnie le ofreció la mano, a lo que el chico de piel morena le miró más confundido.

- ¡Qué genial tener a alguien tan talentoso en contra!- le dijo de lo más feliz, a lo que el chico se sonrojó tanto que llegó hasta sus orejas. He de admitir que se veía muy gracioso.

Con duda, acercó su mano temblorosa hasta la de Bonnie, mientras este reía, tal vez por la cara que tenía el contrario. En ese momento sentí mis pupilas aumentar de tamaño, no sabía por qué, pero me llenaba de felicidad el ver cómo se miraban. Estrecharon sus manos y noté mi corazón saltar de alegría, además de que mis mejillas enrojecieron ligeramente.

- ¡Muy buena batalla!- le animó Bonnie, sacudiendo con energía sus manos estrechadas, a lo que el chico le contestó algo nervioso.

- S-Sí... e-estuvo genial...- le dijo mirándolo a los ojos, su brillo había aumentado.

- ¡¿Pero qué crees que haces?!- como un cubo de hielo caído en la cabeza de todos, la molesta voz de Mangle rompió aquel hermoso, en mi opinión, momento entre los guitarristas.

- Bueno, creo que "alguien" quedó impresionado- canturreó Chica, con un dedo sobre su barbilla.

- ¡Ja! Ridículo...- suspiró muy enfadada Mangle, cruzando sus brazos con indiferencia, mientras Chica reía triunfante.

- Mmm... creo que sí...- admitió la rubia de ojos azules, a lo que Mangle, más molesta que yo qué sé, les mandó a retirarse.

Antes de que se fueran, me acerqué al chico de ojos verdes, el cual miraba de reojo a Bonnie. Le toqué el hombro llamando su atención, a lo que el me miró extrañado.

- Yo creo... que has estado genial- le sonreí amablemente, a lo que él volvió a mirar a Bonnie, el cual también lo miró confundido. Soltó un gruñido y giró molesto junto a sus amigas. Vaya... este chico es muy orgulloso de sí mismo.

- ¡Impresionante!- le oí decir a Freddy, animando a Bonnie, el cual se había soltado el pelo y se colocó de nuevo sus gafas. Nadie lo notó, pero yo sabía que seguía mirando al chico de los Toys.

Todos lo animamos, pues la verdad es que estuvo maravilloso, seguro que ganamos el concurso con él de guitarrista. Me fijé que saludaba a alguien, miré hacia la puerta y ahí seguía el chico de pelo turquesa, le devolvió tímidamente el saludo a Bonnie y se fue.

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Palabras: 1041

¡Disfruten!

- Irene