- Perdón, no pude evitar escucharlos... y me gustaría proponerles algo- un chico de melena rubia estaba recargado sobre el marco de la puerta que había abierto hace segundos.

Nunca le había visto. Llevaba un chaleco dorado, con una camisa blanca por debajo, unos pantalones medio negros y zapatillas también doradas. La verdad, es que se podría decir que era bastante apuesto, aunque no tanto, diría yo.

Todos nos quedamos en silencio, nadie sabía qué decir en eso momento, pues era normal. El hecho de que alguien entre así como si nada, a unas horas en la que no hay nadie en las clases, y encima vestido como si fuera un lingote de oro... pues no es que deje muchas opciones para responder con naturalidad.

Yo me quedé perpleja, hasta que reaccioné y me eché un poco hacía atrás para dejar al chico pasar, el cual entendió y pasó hacía adelante.

- ¿Y ese de dónde salió?- preguntó en un susurro Foxy a Freddy.

- Mmm... no tengo idea- le respondió de la misma forma.

Sin duda esto estaba siendo demasiado extraño para ser mi primer día de clases, y me da la sensación de que no es lo único que me espera.

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Palabras: 200

¡Dije que sería corto, no me apedreéis!

¡Pos eso, disfruten!

- Irene