CAPÍTULO 27: ELLA JAMÁS PODRÍA FIJARSE EN ALGUIEN COMO TÚ

Disfrútenlo muchas gracias!!.

Dejando a Preston y Priscila, los cuales, por llamada a larga distancia, recordaban en pasaban al mismo tiempo un momento agradable de pareja, nos iremos a ver ahora a nuestro amigo Dipper, quién, y caminando con cuidado pero al mismo tiempo con elegancia —puesto que Pacífica le enseñó incluso como caminar delante de los invitados— llevaba consigo una taza con té de manzanilla y miel, el favorito de Pacífica.

Dipper llegó al comedor y se dirigió hacia su ama, quién dicho sea de paso había acabado su comida y por ende, saciado su apetito.

—Señorita Pacífica... para usted —dijo Dipper usando ese tono tan formal y educado que hacía sentir a Pacífica como si fuera una reina—. Espero lo disfrute.

—Muchas gracias, Dipper, tú siempre sabes lo que necesito en el momento adecuado —le sonrió a su sirviente, y este último también le sonrió.

Ethan apretó su puño izquierdo con tanta fuerza que un poco más y se lastimaba, habían pasado un momento agradable entre amigos, contando tonterías, recordando cosas de la secundaria, hasta que el castaño llegó y arruinó el momento, desde el punto de vista de Ethan.
Natty por su parte, solo miraba a esos dos sonreírse mutuamente, y en su mente ya se imaginaba a Pacífica, su amiga, siendo novia del castaño, y hacían buena pareja desde su punto de vista.

—¿Puedo retirar los platos? —preguntó Dipper.

—Por supuesto, hazlo, recuerda que las copas son lo último en retirarse de la mesa, pero los platos sí los puedes retirar, no te olvides de eso —comentó Pacífica, dejando que su sirviente personal levante su plato de la mesa y se lo lleve.

—¿Puedo retirarle su plato señorita Melissa? —preguntó Dipper, extendiendo un poco su brazo con la intención de retirarle el plato a la chica más normal del grupo.

—Por favor, muchas gracias Dipper —respondió Melissa, igualmente que Pacífica, permitió que el castaño le retire su plato.

Dipper continuó rodeando la mesa, retirando los platos dónde los amigos de Pacífica habían comido sus respectivas cenas. Cuando llegó dónde Natty, Dipper levantó el plato, pero antes de retirarse, Natty le dió una pequeña caricia a la mano del castaño, sin que Pacífica se diera cuenta. Dipper solo se agachó un poco y le susurró a Natty...

—Recuerde su promesa —sin más, retiró el plato y se marchó. Natty dió un ligero suspiro, el castaño tenía razón, ella le prometió no volver a molestarlo a cambio de darle su preciada "lechita tibia", solo cabía preguntarse si Natty iba a cumplir esa promesa si o no.

Sucedería que, cuando Dipper llegó con Ethan, no le preguntó nada, solo agarró un poco el plato y, levantandolo solo un poco, Ethan le comenta con un tono de voz bastante serio y molesto.

—¿Acaso yo te dije que podías retirar mi plato?.

—No, pero supuse que... —fué interrumpido por Ethan.

—No, Dipper, es de muy mala educación retirar el plato de alguien que no ha terminado aún su cena —dijo Ethan. Era absurdo lo que estaba diciendo, ya que en su plato ya no había nada salvo restos de comida, pero nada que pueda considerarse como para seguir comiendo—. Hasta que yo no lo diga que lo retires, no puedes hacer eso... —dijo muy serio—. ¿Pero qué se puede esperar de un pueblerino mugroso y maleducado como este?.

Dipper, fastidiado, solo observó a su ama, quién le miró a los ojos y le asintió. Con la mirada le dijo que podía retirarse y así fué, sin decir absolutamente nada, Dipper se retiró del comedor llevándose consigo los platos dónde solo las chicas habían comido. Pacífica en esta ocasión no dijo nada, no le reclamó a Ethan puesto que, no trató ni insultó —al menos mientras hablaba— a su sirviente, dijo algo que era verdad, la falla fué de Dipper por no presentar si podía retirar el plato.

—Que buena cena, estoy muy satisfecha, oye Pas tus cocineros son muy buenos, en cambio en mi casa en tan solo dos semanas ya hemos echado a la calle a un montón de cocineros que no cumplieron con nuestras expectativas, venga... y decían que eran muy buenos, pero la verdad resultaron ser todo lo contrario.

—¿Es eso o no pudieron soportar tu insistente acoso? —preguntó Melissa, mientras dibujaba una sutil sonrisa.

—¿Acoso?, ¿Yo?, No digas gilipolleces Melissa, ¿Cuando eh acosado a alguien?.

—Pues... —Melissa fué interrumpida.

—No me respondas —dijo Natty—. ¿Bien chicos ahora qué hacemos?, ¿Vemos una película, jugamos algo, platicamos de algún tema en específico, o ya nos vamos a nuestras habitaciones?.

—Pacífica hay algo que quiero preguntarte antes de retirarnos —dijo Melissa.

—Dime.

—¿Cómo van las cosas con Elizabeth? —preguntó Melissa.

—¿Elizabeth? —preguntó Natty, levantando una ceja—. ¿Hablas de Elizabeth Cavendish? —su tono de voz cambio a uno lleno de fastidio—, oh vamos Melissa, ¿Enserio tenías que hablar sobre ella justo ahora?, Esa arrogante presumida es la última persona con quién desearía hablar o de quién desearía hablar.

—¿Por qué me preguntas eso, Melissa? —preguntó Pacífica.

—Porque recuerdo que antes de salir de vacaciones por el verano, ella dijo que no quería volver a verte en la secundaria, ya sabes... ella siempre usa tú pasado y el de tus padres para molestarte, siempre dice que la secundaria cometió un error al dejar entrar a una chica pobretona como tú y esas cosas.

—¿Sí?, Pues que hable lo que quiera, a mí no me importa lo que ella diga o piense de mí, y ella tampoco me agrada, solo porque sus padres recibieron una gigantesca herencia y supieron invertir y guardar ese dinero correctamente no le da derecho de tratar mal a la gente. Elizabeth es muy arrogante, enserio, ella se cree de la realeza, y es más gracioso ver cómo los chicos se mueren por estar con ella.

—No todos los chicos, Ethan nunca le ha dado algún "chance" de estar juntos, ¿Verdad Ethan?.

—Elizabeth me agrada, al menos conmigo su comportamiento es excelente —comentó Ethan.

—Si tuviera la oportunidad le rompería su linda carita —comentó Natty mientras se apretaba los nudillos, haciendo ese típico sonidito—. Aunque pensándolo bien, Elizabeth tiene un cuerpo bastante curvilíneo, desprende seducción por dónde la mires y sus pechos son... uff, creo que me gustaría darle su merecido pero de otra manera jeje —pensó Natty, mientras si darse cuenta una sonrisa muy pervertida se asomaba en su rostro y un pequeño rastro de saliva aparecía por la comisura de sus labios.

Sin embargo, Natty se percató que tanto Pacífica como Melissa la estaban mirando con caras de ya saber lo que está pensando.

—Natty tú enserio eres rara —comentó Melissa—, ya me imagino las cosas que estuviste pensando.

—Por favor, ya bájale a tú líbido ¿Quieres?, Ya resulta bastante incómodo —dijo Pacífica, también sintiéndose un poco incómoda ante la actitud de su amiga.

—Lo siento —dijo Natty.

Ethan aprovechó el momento y se puso de pie enfrente de las tres chicas.

—¿Ya te retiras, Ethan? —preguntó Pacífica.

—No aún no, voy al baño, ya regreso, sigan hablando chicas, Melissa tocó un tema muy interesante como lo es el comportamiento de Elizabeth a Pacífica.

Mientras Ethan se dirigía al baño que se encontraba en la planta baja, alcanzó a divisar al otro extremo del pasillo a Dipper. Ethan sintió un gran enojo, pero había llegado la hora de hablar los dos a solas. Fué tras él, para saber la verdad de una vez por todas. El castaño llegó a uno de los balcones de la mansión Northwest. Para Dipper había sido un día largo y agotador, era muy cansado tener que soportar las tonterías que los amigos de su ama hacían o decían. Ya solo faltaba menos de treinta minutos para que el día termine.

Levantó su mirada hacia la bóveda celeste, el cielo totalmente despejado, con cientos de miles de estrellas pintando aquel lienzo oscuro, teniendo como protagonista a la luna, quién iluminaba con un brillo espectacular. El momento era perfecto para confesar tus sentimientos hacia esa persona que te vuelve loca; por desgracia para Dipper, ese momento a solas se vió abruptamente interrumpido por cierta persona...

—¿Qué buena cena la de esta noche, no lo crees así, Dipper? —preguntó Ethan, detrás del castaño.

El castaño se volteó inmediatamente hacia aquella voz conocida, y vaya que su humor cambió repentinamente.

—Sí... fué una buena cena.

—Es una lastima que alguien tan pobre como tú jamás podría costear al menos uno de los platillos que se sirvieron en la mesa —comentó Ethan con una voz que mezclaba perfectamente la arrogancia con el enojo.

Dipper apretó su puño derecho, si no fuera por el contrato, sino fuera porque Pacífica se lo pidió, ya le hubiera propinado al rubio un buen puñetazo en la cara.

—Quién sabe jóven Ethan, tal vez con esfuerzo pueda que reúna lo suficiene para pagar el precio de esos platillos.

—Seguro, sigue soñado, Dipper —dijo Ethan.

Dipper, ya cansado de Ethan, tuvo la intención de marcharse del lugar, pero Ethan se le puso enfrente impidiendo que se marche.

—¿Desea algo jóven Ethan? —preguntó Dipper, fastidiado.

—Lo que deseo saber son tus intenciones —respondió.

—¿Intenciones?.

—No te hagas el imbécil conmigo que eso no va contigo Dipper, ¿Cuáles son tus intenciones con Pacífica?.

—¿Qué?, ¿De qué rayos me está hablando? —preguntó Dipper.

—Por favor, no me quieras ver la cara de idiota porque no la tengo, yo conozco a los tipos como tú, que solo buscan vivir bien y cómodamente a costillas de alguna chica con dinero y prestigio, y sé reconocer a uno de esos tipos cuando lo veo.

—¿Qué?, Jejeje ¿Lo que me está diciendo es enserio?.

—No le veo lo gracioso, no hay ningún motivo para que te rías, Dipper, responde... ¿Estás tras la fortuna de Pacífica, cierto?.

—No, yo solo soy su sirviente por... cosas del destino —dijo Dipper.

—Vamos esa es la respuesta más absurda de todas, las cosas no pasan por el dichoso destino, siempre hay algún motivo o alguna intención detrás de cualquier acto.

—Si me quiere creer o no, ese es su problema, ya le dije la verdad, por cosas del destino terminé siendo sirviente de los Northwest, y le pido jóven Ethan que no ande pensando cosas incorrectas, o haciéndose ideas equivocadas, yo no estoy detrás de nadie, ni mucho menos de la fortuna de esta familia.

—Seguro, como no —fué muy sarcástico en ese comentario.

—¿Sabe algo?, No sé si la señorita Pacífica se lo habrá comentado, pero cuando recién comencé a trabajar como su sirviente ella me dejó muy claro que solo soy su sirviente, y nada más que eso, lo único que nos une es la relación de jefa–empleado. Eso es todo.

—Que bueno que Pacífica te haya dejado eso muy claro, porque ella jamás podría fijarse en alguien como tú.

—¿Alguien como yo?, ¿Qué me quiere decir con eso? —preguntó Dipper, apretando sus puños, por un momento la idea de romper toda regla y golpear a Ethan cruzó su mente.

—Vamos Dipper, piénsalo bien, ¿Crees que Pacífica una chica hermosa y millonaria de excelente familia  se fijaría en un pueblerino mugroso como tú?, ¿Qué esto una historia de amor de Wattpad?, La única historia de amor verdadero fué una que leí hace tiempo, y trataba de una chica que cuidaba a un chico albino que quedó ciego y en silla de ruedas por un accidente que tuvo.

—Creo haber leído esa historia también.

—¿Ves? Esa si fué una verdadera historia de amor, pero esto es diferente —Ethan se acercó al castaño, estando prácticamente enfrente de él, muy cerca de su rostro—. Dipper te lo advierto, aléjate de Pacífica, yo que tú renunciaría y me evitaría muchos problemas. Nadie más aparte de mí tiene el derecho de estar junto a ella, ¿Me entiendes?, Nadie más que yo pueda ser su pareja.

Dipper sonrió sutilmente, ya entendió la actitud de Ethan.

—Ahora entiendo el porqué de su actitud hacia mí, ¿Está celoso verdad? —preguntó Dipper.

—¡Ja!, Ya quisieras, un tipo como tú no tiene ninguna oportunidad de competir contra mí —dijo Ethan.

—¿Competir?, ¿Acaso está tratando de decir que la señorita Pacífica es alguna clase de premio o trofeo?.

—No tengo porque responder eso —Ethan retrocedió unos cuantos pasos pero sin quitarle la mirada al castaño—. Solo te advierto, Dipper, que no intentes nada, tarde o temprano los Southwest y Northwest se harán una sola familia, porque Pacífica y yo seremos pareja, tarde o temprano ella caerá rendida a mis pies.

Dipper entrecerró un poco sus ojos, escuchar tanta estupidez junta nunca antes había sido tan molesto. Sin embargo, decidió darle dónde más le dolía a gente como Ethan.

—Entiendo jóven Ethan, ahora entiendo cuales son sus intenciones, no voy a entrometerme en asuntos que no son de mi incumbencia —dijo Dipper, usando un tono de voz muy formal.

El castaño caminó unos cuantos pasos hacia adelante, dejando atrás a Ethan, pero antes de retirarse giró sutilmente su cuerpo para ver a Ethan y decirle solo una cosa...

—Y no se preocupe jóven Ethan, si lo quisiera... Pacífica ya sería mi novia hace mucho tiempo —respondió Dipper, después le guiñó el ojo a Ethan y le sonrió burlonamente.

Ethan casi estalla ante tal comentario. Estuvo a punto de insultar a Dipper y empezar una pelea pero este último se dió la media vuelta y se retiró del lugar, dejando solo a Ethan con su ira a mil por hora.

—Ya me cansé de él... Dipper no sabe con quién se está metiendo.

Continuará...

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