Capitulo 9

Me desperté a las diez de la mañana luego de volver a dormir un poco más por suerte. Y no me desperté naturalmente, lo hice con el inusual llamado de mi madre que llegaba a mi con mi nombre.

¿Y ahora que hice?

Me levanté y salí en busca de su voz y la encontré frente a mi puerta con mirada sería, como siempre.

—¿Aún no estás lista? —desafió con su mirada a mi pobre alma.

Me daba miedo responder lo que tenía en mente pero si no lo hacía me iba ir mal.

—¿Para que cosa? —solté algo asustada.

—Para el día de campo, más vale tengas todo listo en 10 minutos y no tienes la opción de quedarte en casa.

Madre, comprende que no quiero ver cómo casan a Jumin con Eun Ji, calma por favor.

—Dame 10 exactos —le dije antes de cerrar la puerta y comenzar a poner todo como loca en una mochila.

Y en realidad no sabía si lo tenía ya todo listo porque claramente 10 minutos no son nada para una mujer poder alistarse. Pero yo suponía que si. Lo mejor de todo es que, a pesar de tener poco tiempo pude admirar como el vestido que Jumin me había comprado.

Era veraniego y floreado de tirantes y una falda que caía libremente. Me encantaba pero no sabía si mi madre realmente aprobaba mi estilo. Solo probé suerte.

—¿De dónde lo sacaste? —preguntó mientras ambas estábamos apartadas de los demás metiendo comida en un canasto.

Sabía a lo que se refería, claramente no le agradaba en un cien porciento el vestido pero estaba dispuesta a aceptarlo ya que sabía que de todas formas, no tenía más ropa.

—Eun Ji lo tenía por allí —mi madre solo volteó a verme como si su sistema de pensamiento procesara la información para aceptarla y solo se dió la vuelta con el canasto en manos.

Ni loca le decía que Jumin me lo había comprado.

Suspiré ante la crueldad de su trato hacia mi. Pero a fin de cuentas estaba acostumbrada a no ser la prodigio de la familia que tuviera la vida más interesante.

—¡MC! —escuche a Min ho hablarme— con ese vestido no podrás jugar fútbol conmigo

—Si, pero me gusta mucho mi vestido. Y es tu culpa por votar mi ropa al lodo.

Hizo un puchero y se cruzó de brazos, aunque era mayor que Ji Hu era mucho más infantil. Ignorando entonces su puchero nos metimos al carro y aún en el pueblo nos dirigimos a la zona verde. El pueblo era casi vacío, no era fantasma en su totalidad pero no poseía muchos habitantes y por eso en el parque no había tanta gente.

Mi mamá extendió una manta bajo la sombra de un árbol y comenzó a sacar la comida. Min ho tomó su camino con su pelota y fue a jugar. Eun Ji, quien tenía claras instrucciones de hablar con Jumin se sentó a leer un libro alejado de este. Ji-hu saco un cuaderno de dibujo y comenzó a copiar el paisaje. Papá estaba ayudando a mamá.

Quise aventarle un pan a Eun Ji por dejar a Jumin solo. Porque por lógica se vendría con la que queda sola. Dicho y hecho, aunque no me hablaba a mi, sino eran esas pláticas que tenía él con mis padres. Cosas sobre las empresas, las tasas de ventas, y eso.

—¿Verdad MC?

Mi trance se cortó cuando dijeron mi nombre y me sobresalte volteando a todos lados. Todos me miraban. Me quedé en silencio y no sabía qué hacer porque no escuché el resto.

—¿Que?

—Que a los 10 años uno de tus cuadros se exhibió en el museo de artes Gansong.

—Oh, pero fue solo un mes.

—Un mes para mí es suficiente —me sonrió mi papá.

Basta. Me haces sentir orgullosa de mi misma. Aunque ahora no soy lo mismo que era cuando tenía diez bellos años. Mi época de oro.

Sonreí y unos minutos después ya estaban hablando de alguien más. Al ser una persona callada las conversaciones ajenas son parte de mi diario vivir, pero en este caso no me interesaba escuchar logros ajenos y las respuestas super monótonas de Jumin. Así que me levanté y fui de aventura sola.

Me adentre en un bosque, parecía totalmente inofensivo aunque horas después no fuera a pensar lo mismo.

El lugar ya tenía un camino definido, pero una aventura es más interesante si huele a peligro, así que me salí del camino. La verdad, fuera del camino el bosque parecía otro lugar. Algo completamente más bonito.

Las plantas eras más vividas y el lugar era más fresco. Llegué a un acantilado muy bonito y tranquilizador y me monté en una piedra enorme. Me senté ahí por horas, cante un poco y visualice el paisaje, tome fotos con mi celular pero al darme cuenta que no tenía mucha bateria lo dejé de usar.

Cuando vi que ya había pasado demasiado tiempo comencé a bajar. Mi problema es que yo jamás fui atlética, la clase la pasaba con muy buen punteo gracias a los trabajos extras que le daba al profesor.

Coloque en un mal lugar mi pie y resbalé a una altura considerable, tanto como para doblarme el tobillo.

—Mierda —chillé sobandome el tobillo— ¿Por qué siempre me va de la patada?

Me levanté a muy arduo esfuerzo y mi tobillo dolía como el infierno. Pero era eso o sobrevivir de noche en un bosque. Encontrar el camino de vuelta con el tobillo jodido era imposible, además de que la vista me fallaba porque ya estaba oscureciendo.

Y como el universo no se conforma con mi desgracia, me envió otra. Resbalé por una bajada muy empinada y allí no soporte más.

Me arrastre hacia un pequeño refugio de piedras a llorar y a esperar que mi familia se diera cuenta de mi ausencia y llegarán rescatistas a buscarme.

—¿Por qué yo? Maldita sea —gruñí en llanto mientras veía como el sol abandonaba este lado del mundo. En esos momentos me dio una crisis existencial y me dieron ganas de ahorcarme.

—¡MC! —escuché a lo lejos, no era una voz que reconocía pero si era un rescatista no me importaba.

—¡MC! —volvi a escuchar. Me calle unos segundos para recapacitar y me arrastré fuera del refugio improvisado por la naturaleza al ver la luz de una linterna.

Y a quien encontré no era exactamente un rescatista.

"Más mierda" pensé inmediatamente.

Cuando Jumin me levanto y me tomo en sus brazos comencé a llorar otra vez, lo que hace la crisis existencial.

—Te estuvimos buscando por horas, ¿sabías?


Estaba sentada al borde de la puerta trasera de una ambulancia viendo como vendaban mi tobillo.

Cuando llegué recibí unos cuantos regaños y unos cuantos abrazos. Incluso mi madre estaba preocupada, vamos, no era tan salvaje.

Casualmente todos estaban resolviendo otros asuntos, y en cuanto el bombero termino de hacer lo que sea que hacía se retiró. De nuevo Jumin se apareció y se sentó a mi lado.

—¿Por qué te fuiste? —me dijo viendo el resto de ambulancias y luces rojas y azules.

—Me aburrí.

Pasamos un rato más en silencio, no fue incómodo para mí porque seguía teniendo mi crisis existencial, sobre lo mal que me iba y todo lo que causaba.

—Todos nos preocupamos, pero lo bueno es que ya estás aquí.

Sonreí porque en todo lo que había llegado me habían dicho "tonta, no te vayas sola" o "no vuelvas a hacer eso"

—Estas muy apagada —volvio de nuevo.

—Es que... Siempre arruino las cosas, mamá se esforzó mucho para que ese día la pasaras bien.

—Al final no me pareció tan mal —y por el rabillo del ojo pude ver un atisbo de sonrisa en su rostro, ¿a qué se deberá?


Holiii, se que la tardanza es demasiado, pero el lado bueno es que ya se vienen las vacaciones más largas. Y de nuevo vi mucho apoyo a la historia y pues... Me obligué a escribir, así que si no quedó muy emotivo o muy bueno es por eso.

Además de que este mes falleció mi abuelita y pues... No me sentía de ánimos para hacer nada, pero trataré de actualizar más seguido ggg

Disfrútenlo porfis y nos leemos en el siguiente capítulo (que ojalá salga antes de fin de mes :))))) )

PS: perdón por el capítulo cortito :(

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