En aquella habitación que corresponde a la recámara de Aspros, dos seres que guardan en lo más profundo de sus emociones ese deseo por sentir lo que alguna vez fue cuando eran unos jóvenes enamorados.

Cuando tuvo la oportunidad, Deuteros se llevó a escondidas a ese hermoso francés que siempre ha amado en toda su vida.
Entre beso y beso llegaron a ese cuarto sin dejar de besarse intensamente casi al grado de caer juntos al suelo, sin embargo los brazos fuertes del gemelo menor se aferraban a la cintura del contrario para no soltarlo jamás.

— Tanto años y el sabor de tus labios lo recuerdo como la primera vez — Susurró Deuteros cerrando la puerta de la habitación con seguro, nuevamente tomó las manos de Dégel y lo acorraló a la pared que se encontraba a su derecha.

Dégel rodeo con sus brazos el cuello del contrario dejando que este tomará su delgada cintura y lo cargará apoyándolo en la pared, no dudó en rodear con sus piernas la cintura del griego moreno quien pasaba sus manos sobre sus nalgas despertando gemidos ante cada caricia de Deuteros.

— Esto es... Es como cuando tú y yo nos entregamos por primera vez — Le respondió con la voz entrecortada sin dejar de mirarlo.

— Tenemos un poco más de cuarenta años Degel, no debemos dejar perder mas tiempo... Quiero caminar contigo hasta mi último día, siempre te espere.

— Entonces esta tarde no debe ser la excepción, esto es muy loco mi querido demonio... Todos ellos en la fiesta, hasta mi hijo y nosotros aquí encerrados a punto de entregarnos al deseo que hemos guardado por muchos años.

El gemelo menor lo cargó para dejarlo sobre la cama y se abalanzó sobre él, Dégel tomó con fuerza la corbata del contrario y lo atrajo más a él para poder besarlo nuevamente.

— Quisiera recorrer por siempre todo tu cuerpo, perderme entre cada rincón de tu ser... Eres todo para mí.

Las palabras de Deuteros hacían entremecer a Dégel quien cerraba sus ojos al momento de sentir como sus manos le quitaban su ropa con delicadeza.
Lo hacía sentirse en el mismo cielo, cuando sintió esos besos húmedos recorrer desde su cuello hasta su vientre no dudó en gritar el nombre de su amante apretando ese edredón.

Mientras tanto en la fiesta, Aspros caminaba acompañado de su hijo Saga rumbo a su habitación sin saber que su recámara estaba siendo usado como el nidito de amor de su gemelo.

— En mi cuarto dejé una caja de vino para compartirles a los invitados, por cierto querido, me dijo Kanon que quiere irse de viaje lo cual me extraña mucho si casi no le gusta andar saliendo a darse descansos.

— Quizá ya está aburrido de la vida en la oficina, no hace nada solo se la pasaba igual de amargado que tu hermano — Le contesto Saga a su progenitor en un tono burlón.

— Tu tío Deuteros así es de solitario, pocas veces he intentado llevármelo a un bar para que despeje su mente pero no lo he logrado, parece que le gusta estar solo, amargado y soltero... Ese se va a morir y no dejará descendencia.

Tanto padre como hijo siguieron caminando por los largos pasillos de esa casa, estaban a unos cuántos metros de llegar a la habitación cuando unos extraños ruidos comenzaban a escucharse ante cada paso que daban.

— Eso que se escucha es...

Saga se acercó a la habitación y colocó su oreja sobre la puerta para escuchar mejor, alzó sus cejas impresionado por lo que escuchaba en esos momentos — Es el tío Deuteros... — Susurró tratando de no hacer mucho ruido — Y le está dando como a cajón que no cierra a Dégel.

Aspros le hizo una señal a su hijo para que lo dejara escuchar mejor, se llevó sus manos a su boca impresionado porque jamás pensó que su gemelo fuera el que estuviera dándole vuelo sobre su cama a alguien más.
Y ese alguien no era cualquier persona...
Era el papá de Camus; tanto padre como hijo se quedaron impresionados por ese bochornoso momento.

— Este... — Susurró Aspros tratando comportarse mientras se acomodaba su saco — Lo mejor será que regresemos a la fiesta, más tarde venimos por el vino.

Le hizo una señal a Saga para que se alejaran de la habitación y nuevamente tomaron su camino a la fiesta, mientras bajaban por las escaleras Saga no pudo evitar seguirse burlando de la situación.

— Oye papá... Creo que nosotros tenemos ese toque de ser muy fogosos en la cama.

Aspros detuvo su andar y miro a su hijo esperando escuchar con que locura saldría ahora su hijo.

— ¿Por que?

Ambos detuvieron su andar en las escaleras — Pues mira pronto serás abuelo, le pegaste a la primera con nosotros, seguramente a mamá no la dejabas descansar y el tío Abel ni se diga ese es bien ojo alegre que le gusta ser la suma atención de las señoritas, así que no me extraña que Deuteros deje a mi suegro en silla de ruedas
— Respondió Saga sin preocupación alguna llevándose sus manos a su nuca.

— ¡Saga! — Exclamó Aspros ruborizado por ese comentario de su hijo.

— ¿Que? — Se alzó de hombros — Seamos realistas papá, a este paso tendremos un nuevo sobrino en la familia y tú está vez serás el tío.

Saga nuevamente retomó su andar directo a la fiesta dejando a su padre en las escaleras totalmente sonrojado porque era verdad, Aspros disfrutaba de una sexualidad plena con su difunta esposa.
Comenzó a caminar directo al jardín para irse a la fiesta pero la llegada de su primo Abel interrumpió su andar.

— ¡Aspros! Cuánto tiempo sin vernos.

— ¡Abel viniste! — Estrechó a su primo en un emotivo abrazo — ¿Y Caín?

— Dijo que sin falta nos veríamos aquí — Ambos rompieron ese abrazo fraternal, Aspros fue guiando a su invitado rumbo al jardín para llevarlo a una de las mesas de los invitados.

— Veo que te sigue gustando andar en moto — Señalo el casco que llevaba en sus manos.

— Me gusta la adrenalina y lo sabes.

La fiesta se estaba volviendo cada vez más alocada, sobre todo porque en la barra de bebidas los amigos de Milo comenzaban a dar algunas molestias tirando sus bebidas por qué no podían mantenerse de pie.

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(Este pequeño capítulo pasa justamente antes de que Milo llevará a Kanon en motocicleta a su casa para ir por los boletos que le regalará a Saga)