Capítulo 10. Odio profundo

~Pasado~

Después del beso con Ryuu y mientras yo intenté olvidarlo, conocí a su padre y me presentaron formalmente a Raiden.
Y viajamos al consejo, la verdad es que ya esperaba ser drogada y esperaba que Ryuu me confesara que me había estado mintiendo todo ese tiempo, y yo decidí fingir molestia para sacarlo de todo este problema y que ya no se involucrara más conmigo.

Todavía tuve el atrevimiento de decirle que había muerto para mí y para ser sincera en el fondo me había sentido un poco mal, porque sabía que no se merecía eso pero si se marchaba a Japón o a donde sea, sería bueno.

Eso hizo, sorprendentemente, se fue mientras yo me quedé pensando que había sido lo mejor para todos.

Conocí finalmente al famoso Elías y milagrosamente nunca dudó de que yo fuese su hija biológica, aunque en realidad no era así.
En mi interior celebré de que todo hubiera salido tan bien.

Hasta me dijo que había perdonado a Alessandra por mí, eso me alivió un poco.
Pero cuando avisé a Aaron de que había logrado que Elías comiera el anzuelo, me ordenó regresarme a la academia y así Elías buscaría formas para ganarse mi cariño o respeto.
Yo la verdad veía más viable el que me quedara ahí en el consejo con él, así los espiaría más de cerca, pero Aaron me dijo que no y tuve que obedecerle, no podía contradecirlo.

Entonces después de que aceptó mandarme de regreso bajo el cuidado de Raiden —por suerte—, nos mandó a los dos juntos en su jet. Me dió dos regalos, un libro que había pertenecido a su esposa fallecida y una tarjeta con fondos ilimitados... genial, creo que sí podía sacarle algo de provecho al asunto como me había dicho Aaron.

Cuando despegamos una azafata nos estaba sirviendo dos vasos con agua y cuando se acercó hablé para mantener las apariencias: —Odio esta situación, ¿pero sabes que más odio? —espeté mordaz y alzó sus cejas—, que estés aquí.

—¿Prefieres a mi hermano? Bueno, entonces no lo hubieses echado de tu vida, ¿no crees?

No contesté porque la chica ya se había alejado me senté más cómodamente.

—¿No te ha dicho nada nuevo Aaron? —musité viendo por la ventanilla.

—No. —Se veía serio, como si estuviera molesto con algo, o más bien ¿conmigo? No quería parecer paranoica pero ya lo había notado yo desde que nos habían "presentado por primera vez".

—¿Te pasa algo? —inquirí alzando las cejas.

—¿Por qué el interés? —Se cruzó de brazos.

—Porque te ves más molesto de lo usual.

—¿Cómo lo sabrías? Ni siquiera me conoces bien —replicó.

—Como sea —me burlé y frunció el ceño.

—¿Por qué besaste a mi hermano? —soltó de repente.

Yo lo ví con extrañeza, —¿Por qué sí? Yo qué sé, simplemente se dió y ya.

—Es contra las reglas que te dió Aaron.

—Te recuerdo que tú mismo fuiste el que me dijiste que no le dijera nada.

—Por que no quería terminar embarrado de mierda por tu culpa —se justificó y sonreí sin creerle.

—¿Estás celoso o algo así? —me burlé, porque hasta sonaba patético, pero él de verdad se veía molesto.

—No digas estupideces Alison —habló usando mi verdadero nombre y casi lo pateé porque no podía decirlo así como así, podían oírlo.

—Bueno pues deja de actuar así, maldito bipolar —espeté levantándome para ir al baño.

Iba a cerrar la pequeña puerta pero Raiden me empujó antes de entrar también y cerrar detrás de él.

—¿Qué carajos te pasa? Sal de aquí —lo empujé pero su mirada penetrante me enmudeció.

—Quizá sí sean algo de celos —murmuró y abrí los ojos como platos.

Santa mierda, ¿qué demonios está sucediendo aquí?

No bromees y lárgate, necesito hacer mis necesidades en paz —reclamé y por primera vez sonrió, pero fue una sonrisa peligrosa, una sonrisa que me dejó la boca seca.

—No.

—¡He dicho que salgas carajo! —grité ya valiéndome que nos oyeran.

—Que no, de hecho he decidido que voy a besarte aquí y ahora —advirtió.

Arrugué la nariz, —¿En un maldito baño aéreo? Debes estar loco...

Pero me calló con su boca, yo estaba tan estupefacta que me quedé paralizada, pero reaccioné cuando comenzó a tocarme sin vergüenza.

Me alejé de él y lo asesiné con los ojos, —Esto también es romper las reglas de Aaron —recordé y asintió.

—Lo sé, no me importa —admitió y después de unos segundos sonreí peligrosa.

—Ni a mí —dije en un susurro antes de apresarlo por el cuello y besarlo de vuelta.

Si he de comparar las formas de besar de los hermanos Nomura sería... Ryuu era más preciso, metódico y se tomaba su tiempo, pero era potente.
Raiden era salvaje y caliente.

Eres una zorra, Alison. No te pueden gustar ambos.

Pero la verdad es que sí, ambos me volvían loca y sin embargo sabía que mi corazón latía diferente cuando se trataba de uno en específico.

La lengua de Raiden exploró toda mi boca con sensualidad, mientras que sus manos —específicamente sus dedos— me tocaban de forma sucia allá abajo.

Eso que estábamos haciendo debía ser un secreto y nadie debería enterarse nunca, pero obviamente que la chica de afuera sería conciente de lo que sucedió en ese pequeño baño.

~Presente~

Aún recordaba cuando Aaron me había encontrado pidiendo limosna cuando tenía cinco años, me acogió y después de tenerme unos meses con él me metió en el mismo orfanato en el que estaba la verdadera Skyler.
En ese lugar pasé la mayor parte de mi adolescencia y cuando cumplí diecisiete Aaron me dijo que era hora de que me fuera, que lo hiciera ver cómo que había sido un escape.
Me reunía con él a escondidas mientras él mismo sobornaba a las monjas y a los encargados de ese lugar, hizo que le mandaran fotos mías a Elías para que pensara que era yo su hija.

Mientras tanto me había hecho amiga de Sky con el tiempo, inclusive tuve la osadía de pedirle que huyera conmigo.

—No puedes irte... —la voz de Skyler llegó cuando me disponía a salir. Su camisón blanco le llegaba debajo de la rodilla y su cabello negro caía sin vida sobre sus hombros.

—Ven conmigo Sky, no te quedes aquí para ser miserable —le pedí por centésima vez. Ella solo bajó la mirada al suelo, no vendría. Tenía miedo—. Entonces algún día nos volveremos a ver, lo prometo.

Abrí la puerta y empecé a oír voces a lo lejos, se suponía que todos estarían dormidos.

Lo siento, Jaime y yo acordamos avisar de tu escape, las monjas vendrán en un minuto dijo y la miré traicionada.

Eso no te lo perdonaré nunca. Adiós hablé con rencor y ella ya estaba llorando.

Es por tu bien, creeme...

Ya no la escuché porque había salido corriendo, pero estaban peligrosamente cerca.
Ya tenía un plan por si me descubrían, aunque claro el que me delataran mis "amigos" no estaba dentro de eso.

Tomé un encendedor y prendi una de las cortinas del pasillo, les costaría unos minutos para apagarlo.

Corrí y fui encendiendo otro par más.

Salí al patio y me dirigí a donde había escondido la soga. Ya escuchaba los perros ladrar y el viejo Crow que vigilaba la puerta me estaba haciendo señas con las manos mientras se dirigía a mi.

Me trepé y en dos movimientos rápidos estuve del otro lado de la calle. Mi rodilla se había cortado con un vidrio roto que estaba en el concreto pero poco caso le hice y me fui cojeando de ese lugar.

Claro que todo eso sucedió antes de que el orfanato explotara en pedazos y supe, irónicamente, que Elías fue el que mató a su propia hija inconscientemente.

Después de eso, me encontré con Patrick, todo eso ya lo habíamos previsto. Ya había estudiado todo, de la academia, el consejo, Elías y hasta había sido entrenada con armas de fuego y combate, todo gracias a Aaron, a quien yo siempre había visto como un padre adoptivo porque me había rescatado de la calle.

Pero justamente ahora, mientras le acaba de contar esa verdad a Ryuu Nomura, todo me pasó factura al contemplar su mirada de odio, de odio hacia mí.

—Eres una mierda en todo el sentido de la palabra —escupió e hice una mueca dolida.

—Te enamoraste de esta mierda en algún punto —recordé y negó poniéndose inexpresivo e indiferente, desde ya supe que jamás me volvería a mirar de otra manera.

—Yo me enamoré de Skyler Boss, no de Alison Gray—contradijo—. Y en lo que a mí concierne, Sky está muerta.

Quise llorar, porque todo me dolía. Sí pero tú solita te lo buscaste. Y eso que no sabe que tuviste una aventura con su hermano al que también odia.

Sé que cometí muchos errores Ryuu, pero...

—Errores imperdonables —me cortó—. Quiero que te largues y no regreses aquí otra vez.

—Pero...

—Agradece que el poco afecto que todavía me queda por la fachada que inventaste de una chica que nunca existió, impide que te ahorque aquí mismo con mis propias manos, así que no tientes a la suerte y vete Alison —habló con rencor.

—Antes de eso, piensa bien el trato de Aaron con que te unas a él —dije y su risa furiosa me calló.

—¡QUE TE VAYAS! —gritó.

—¡No quiero que mueras y te matarán si te niegas ya me lo dijeron! —respondí con lágrimas.

Ryuu negó tomó mi brazo y me arrastró a la puerta empujándome contra ella con brusquedad y enfado.

—Vete, me vale mierda lo que pase contigo y tú ya no tienes derecho a preocuparte por mí —escupió intenté rogarle una vez más pero de repente comenzó a asfixiarme con ambas manos en mi cuello. Yo abrí la boca para intentar tomar aire pero me era imposible, cuando comencé a ver puntitos blancos en mi visión, él me soltó. Toqué mi cuello para sobarme y aspiré muchas veces para estabilizarme—. Fuera, no te lo volveré a repetir por que la próxima no me detendré y hablo en serio.

Yo aún sosteniendo mi cuello, toqué la puerta y me abrieron. Di una última mirada a Ryuu, pero ya me había dado la espalda y cerraron la puerta cortándome la vista.

Corrí para salir de ese pasillo que era más sofocante que cuando él me había ahorcado y me encontré con Raiden esperándome afuera.

—Veo que te fue mal —comentó lo empujé con furia.

—Es tu culpa por obligarme a ir y decirle todo.

—¿Solo mi culpa? Te recuerdo que tú hasta le mentiste con tu verdadera identidad.

—Vete al carajo Raiden. Ryuu no piensa unirse ni a ti, ni a mí ni mucho menos a Aaron. ¿Serás capaz de matarlo? —Para ese entonces lo tenía aprensado del cuello de la camisa y lo sacudía con cada palabra que salía de mi boca.

Raiden se zafó de mis manos con brusquedad y me miró mortalmente serio, —A ti te dijo que no, falta que me lo diga a mí.

—Eres imbécil y sordo, ¿no escuchas lo que te digo?

—Lo hago, pero en estos momentos no era intentar convencerlo era hacer un trato con él para que aceptara.

—¿Un trato? Estás de coña. ¿Qué trato?

—Lo sabrás cuando acepte —dijo antes de empujarme para irse.

Y por primera vez sopesé sino hubiera sido mejor quedarme para siempre en la calle.

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Hola hola 🖤

Solo paso a dejar unas imágenes de como me imagino a los hermanos Nomura en mi mente en cast real 😈
Llenen sus ojos de sensualidad y belleza
(Aclaro que cada quien se los puede imaginar cómo más prefiera ❤️)

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