Capítulo 19

NamJoon camino hacia la reunión donde se encontraría con la segunda empresa familiar más influyente de Corea la cual quería hacer tratos con la empresa Kim y poder entablar buenas relaciones a lo cual NamJoon estaba dispuesto.

Si no mal recordaba, el apellido de aquella familia era Jung.

Por lo que su padre le había comentado esa familia era muy conocida por la energética actitud, su vida diaria humilde y lo amigables que todos eran, a lo que NamJoon se encontraba entusiasmado a conocer aquella agradable familia tan famosa.

Hani abrió la puerta de madera frente del moreno para dar vista hacia la gran sala decorada de manera navideña -debido a la época- y lo cálida que se encontraba gracias a una pequeña y llamativa chimenea. En medio de una gran mesa de centro se encontraba un señor que aparentaba a los 50 años con un traje no muy elegante y a su lado un hombre más joven aparentando alrededor de los 26 años el cual era claro de diferenciar gracias a su ceño fruncido y sus labios de manera recta, todo lo contrario al señor junto a su lado.

—¡Pero si tú debes ser el famoso Kim NamJoon! —el señor se levantó y se dirigió hacia NamJoon el cual realizo una leve inclinación, siendo interrumpido por la mano del señor el cual le tomo y apretó la del menor con fuerza de forma amigable.

—Es un gusto conocerle Señor. —dijo NamJoon respetuoso tomando su lugar sin antes no pedir permiso.

—Basta de formalidades, solo dime YongJoon.

—Preferiría llamarle señor Jung, si no le molesta. —le mayor sonrió y junto sus manos con una enorme sonrisa.

—¡Pero que chico tan respetuoso! —exclamo el señor mirando al hombre al lado suyo el cual seguía con su ceño fruncido y sin dejar de mirar fijamente a NamJoon—¿No lo crees, Min?

—Es verdad señor Jung. —respondió frio y abriendo una gran carpeta frente suyo—Deberíamos empezar hablando sobre los edificios del centro y también sobre las necesidad-

—Vamos Min no seas grosero, NamJoon perdona a mi humilde asistente. Por favor Min preséntate a NamJoon. —dijo con una de sus manos posadas en el hombro del hombre.

—Perdón por ser grosero joven Kim, soy Min YoonGi, el asistente de la familia Jung un gusto. —respondió y estrecharon manos. El moreno solo asintió con una leve sonrisa y empezaron a hablar sobre diversos temas respecto a la unión de parte de sus bienes empresarios.

El señor Jung le había invitado a una cena en casa de su familia para poder convivir y formar lazos mas allá del trabajo a lo que le moreno acepto gustoso y con emoción al conocer a la familia de aquel energético y amigable señor el cual le había platicado brevemente sobre su familia informándole que era conformada por 5 personas, dos hijos, su esposa, su representante y el.

NamJoon tomo su maletín y camino fuera del edificio una vez termino la pequeña reunión. Mientras manejaba comía aquel pequeño y delicioso platillo hacho por SeokJin el cual contenía un sabor exquisito y así encantando a NamJoon en cuestión de segundos.

Definitivamente SeokJin tiene un gran talento. Pensó con una enorme sonrisa en sus labios terminando de degustar el pequeño desayuno entre sus manos.

El moreno sintió como su celular empezaba a vibrar notando que era una llamada entrante de YoongSun, pero prefirió ignorarlo y dirigirse hacia su departamento lo mas rápido posible para pasar por SeokJin y poder comer aquel pastel el cual le había prometido y luego poder llevarle a su casa sin antes no pasar a comprar juntos algunos regalos para el los cuales serían pagados por NamJoon.

Con una leve sonrisa se estaciono en el apartado y tomo la pequeña bolsa café para doblarla con cuidado junto con el postit color rosa para guardarlo, atesorarlo y cuidarlo, el mismo sin saber la razón por la cual lo hacía.

Bajo de su auto y subió el elevador tranquilo y revisando su celular el cual ya tenía más de quince llamadas de YoongSun cosa que le hizo fruncir el ceño por la confusión. Pero fue interrumpido por el pitido del elevador el cual le avisaba la llegada a su apartamento. Toco la puerta y espero a que SeokJin abriera y le recibiera con un pequeño beso tal cual ya se habían acostumbrado cada vez que estos se veían.

Pero lamentablemente esta vez no fue así.

Una chica de baja estatura, delgada, castaña clara y ojos verdes había abierto la puerta repentinamente la cual de rostro serio cambio a uno con una enorme sonrisa y pequeñas lágrimas en sus ojos.

NamJoon solo sintió sus labios estamparse con los de la chica, como ella tomaba su rostro y se apegaba a NamJoon de manera íntima con delicadeza—NamJoon, amor te extrañe tanto. —susurro en sus labios con una sonrisa coqueta y llevando sus manos a las de su compañero el cual seguía en shock.

NamJoon la miro a los ojos y trato de asimilar la realidad. El ver a aquella chica le había dejado estático al pensar en todas las maneras en que pudo encontrarlo ya que antes de irse de Londres el había desaparecido cada rastro de él o pista de a dónde podría ir luego de desaparecer de la nada.

Un gran click resonó por la cabeza de NamJoon.

SeokJin, ¿Dónde esta SeokJin?

NamJoon la aparto con fuerza -sin importarle el hecho de que era una chica- al momento de que sintió como empezaba a desabrochar su camisa luego de deslizar el saco por sus brazos—¿Qué mierda haces aquí, Carrie?

—Quería darte una sorpresa, que mejor que tu novia venga a darte amor ¿No, NamJoon? —dijo la chica quitando la corbata de NamJoon y acercándose a sus labios de manera peligrosa y recorriendo sus manos por el pecho del mayor provocándole.

NamJoon lo sabía, habían pasado más de dos meses y no había estado con ninguna persona por lo cual se le hacía muy peligrosa aquella oferta de la joven en ese momento exacto. Así NamJoon olvidando el verdadero motivo de su llegada al instante de que Carrie empezaba a besar delicadamente su cuello con sus delgados labios y seguía desabrochado su camisa.

—Carrie por favor tienes que parar, no tengo tiempo para juegos... —murmuro el mayor evitando el perder el control, caer en el juego y tomar la cintura de la chica para en verdad empezar algo lo cual luego no podría parar.

Como todos decían, también los hombres tienen necesidades y NamJoon no sería para nada la excepción.

—NamJoonie te necesito. —esa había sido la última gota que el vaso había derramado.

Era como si esa frase se hubiera convertido en la voz de su pequeño SeokJin, el escuchar ese tierno apodo le hizo recordar al castaño el cual debería estar esperando, el cual debería estar con el comiendo pastel de chocolate y el cual debería estar besándole en vez de una chica por la cual únicamente buscaba satisfacción sexual.

NamJoon recordó a SeokJin, recordó el desayuno, recordó la nota, recordó la promesa y sobre todo recordó los planes que tenía con él.

Y no, NamJoon no se refería a los malos planes. El moreno solo pensaba en el lado bueno, todas las sonrisas que le causaría al regalarle cosas, al viajar juntos y dormir juntos por igual y poder darle cariños a cualquier hora del día sin que nadie se interpone entre ellos dos.

El moreno tomo con fuerza la muñeca de Carrie sacándole un leve quejido para luego llevarla a la fuerza al sofá dejando a un lado el pre-acto sexual de hace un momento ya que la rabia había invadido el cuerpo de NamJoon de un momento a otro hasta el punto de poder echarla de su departamento sin ninguna pisca de respeto o llamar a sus padres para que la fueran a buscar y evitar el que intentara buscarlo de nuevo—¿Cuándo llegaste? Y ¿Cómo sabias mi dirección? —pregunto enojado aumentando las la presión de sus muñecas.

—N-NamJoon me lastimas, ¡Suéltame! —chillo la chica tratando de empujar al moreno.

—Contesta y te dejo libre, tienes que explicarme muchas cosas.

—Llegue hoy, hace unas horas atrás y vine a tu departamento para darte esta sorpresa y la dirección la conseguí sola, en la televisión las noticias mundiales y te vi, "Kim NamJoon el hijo de la millonaria familia Kim ha regresado a Corea para tomar su puesto" —respondió con tono molesto y mirándolo a los ojos—¿Por qué dejaste Londres y no me has dicho nada? ¡Responde!

—No tengo que responderte nada, aquí yo soy el que hace las preguntas. —la soltó y se sentó frente suyo observando como Carrie tallaba sus muñecas soltando leves quejidos—SeokJin, ¿Dónde está SeokJin?

—¿EL chiquillo que estaba aquí? No lo sé, se ha ido llorando apenas me presente. —respondió con indiferencia.

—¿Qué le has dicho, Carrie?

—Solo le dije que venía a verte y que era tu novia. Una pequeña mentira no es nada NamJoon, solo quería entrar. —el moreno se levantó con furia y se dirigió a la puerta con rapidez tomando su saco de nuevo dejando a un lado el hecho de que su corbata de encontraba deshecha y los botones superiores de su camisa estaban desabrochados—¿Dónde vas? Aún no hemos terminado lo nuestro.

—Te doy solo diez minutos, diez malditos minutos y te vas de mi departamento antes de que llame a las autoridades y diga que has intentado robar al igual que te demandare por invadir terrenos privados sin mi consentimiento.

—No te atreverías a hacerlo, no me harías eso.

—Eres extranjera, aquí le dan prioridad a los cuidadnos y no a los turistas. Ahora largo, cuando regrese no quiero verte. —dijo sin más saliendo del departamento y dejando a Carrie dentro.

NamJoon solo podía pensar en miles de maneras para hablar con SeokJin.

NamJoon sabía que tendría que dar una clara explicación respecto a la llegada de Carrie y no sería fácil.

NamJoon en ese momento solo sintió la necesidad de tener a SeokJin entre sus brazos y decirle un sincero "perdón" al igual que la necesidad de besarle y sentirle consigo de nuevo.

Kim NamJoon solo maldecía el momento en que se fijó en aquel castaño. Sabía que se estaba volviendo loco, sabía que en otra ocasión él hubiera dejado el juego y le habría soltado la verdad. Pero era como si con SeokJin el sintiera la necesidad de explicarle, de decirle un porque y recibir un "te perdono", sentir sus labios o su pequeño cuerpo entre sus brazos.

Él estaba satisfecho, se sentía conforme al haber escogido la opción de no dejarse llevar de nuevo por las tentaciones de Carrie. NamJoon sintió que estaba haciendo el bien, tanto para él, como para SeokJin.

Por primera vez en su vida, Kim NamJoon tuvo la sensación de que estaba violando la tercera regla del juego: Enamorarse.

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