‹ O7 : behind the curtain.
—¿Noche ocupada? —Rosé suena exasperada, aún con las mejillas rojas y ajustando el atuendo blanco que JooHyun les prestó—. ¿En serio, Jennie?
Lisa está ayudando a la mencionada a abrochar el corset negro.
—Bueno, no sabía qué decir. —responde simplemente y se encoge de hombros. Lisa le da una palmada para que deje de moverse y terminar de una buena vez.
—Dejen de discutir ustedes dos. Tenemos que arreglar nuestro maquillaje. —Lisa dice y después bosteza. Definitivamente una noche alocada de tragos y sexo desenfrenado no es lo más sano para su horario.
Después de la respuesta imprudente que Jennie le dio a JooHyun, la maestra las mandó a cambiarse y arreglarse un poco más. En sus palabras no quería "modelos zombies". En defensa de las extranjeras, ellas llegaron a tiempo.
Cuando se encuentran más presentables, se dirigen al centro del salón. Está vez la clase sería con técnica libre. Otra vez estarían separadas pues la dinámica del taller lo requiere. Antes de que JooHyun las reparta en distintos lugares del salón, Lisa deja un beso en los labios de Rosé.
A Jennie no le puede dar uno de esos en público, pero le da un abrazo apretado y un poquito más prolongado de lo que debería.
—Vamos a desayunar en un rato ¿Sí? —Rosé le pregunta a un lado de ellas y siente muy cálido en su corazón.
—Pero claro que sí. —dice Jennie y a los segundos; JooHyun empieza con la clase.
Jennie no puede dejar de sonreír, había olvidado la última vez que sintió algo así. Que había hecho algo así. No solo en el ámbito sexual, aunque bueno de pensarlo ella siente calor por todo su cuerpo. Sin embargo, no es lo único que la hace sentir bien.
Ella se sintió bien recibida en la casa ajena, cuando Rosé la despertó y Lisa se aferró a su cuerpo se sintió como que nada estaba mal. Cuando salió de bañarse y Rosé ya la esperaba con un café se sintió acogida.
Y a pesar de que sabía que no estaba en las mejores condiciones debido a la falta de sueño, la pareja no dudó en hacerle saber lo bella que es por las mañanas, al natural. Y mientras está ahí, posando para un montón de estudiantes puede sentir que ayer fue una de las mejores noches de su vida.
Pero, ¿Que sigue?
Rosé puede sentir los cuerpos ajenos aún cuando se encuentra en otro lugar, aún cuando ya no está en su cama viviendo una de las experiencias más enriquecedoras de su vida. Y es que ama demasiado a Lisa, la ama tanto por acompañarla en una experiencia tan íntima y sórdida. No solo para ellas, sino también para su relación.
Con Lisa siempre fue feliz, una relación plena, amorosa y caliente. Ahora puede sentir el triple de esas emociones por su novia. Pero Jennie, Jennie se está insertando en ellas más rápido de lo que creyó.
Lisa cierra los ojos y sonríe, sabe que eso puede hacer que para los alumnos sea más difícil, pero no le importa. Está muy feliz y nada puede arruinar su humor.
El ambiente en el salón es maravilloso, incluso cuando iniciaron tan temprano por la mañana. JooHyun decidió trabajar las tres horas seguidas pues vio a todos muy inmersos en sus propios trabajos, incluso a las modelos.
A la hora del almuerzo, las chicas se dirigen a una cafetería cerca de la universidad. Van con los brazos entrelazados y a este punto no pueden encontrar otra cosa que no sea esa. Muy dentro, en el fondo de Jennie ella tiene miedo de que esté invadiendo la relación de sus compañeras, sin embargo toda duda es disipada por las acciones de Rosé y Lisa, haciendo saber que están felices de que esté con ellas.
—¿Sería todo? —pregunta la chica de la caja. Jennie asiente y va a la mesa que apartó Lisa en cuanto llegaron. Rosé la sigue a su lado y cuando toman asiento, está la realización de todo lo que pasó ayer ahora que están más despiertas.
—¿Cómo dormiste? —Rosé pregunta, siempre atenta a los demás y a que estén cómodas en todo momento.
—La verdad me moría por dormir un poco más, pero de ahí en más, dormí muy cómoda. —Lisa sonríe ante la respuesta de Jennie.
Un mesero llega con su pedido y comienzan a comer. Hay un silencio cómodo y grato entre ellas, pero Jennie tiene curiosidad.
—¿Cómo se conocieron?
Oh, esa es una muy buena pregunta.
—Fue en Nueva Zelanda, Lisa se había mudado por el trabajo de su padre. Estábamos en la preparatoria. Lisa estaba en el curso de ballet y yo en el de audiovisuales. —comienza a narrar Rosé, con un brillo en sus ojos al recordar a la pequeña Lisa, toda tímida y con su cabello corto—. Nos teníamos que ver muy seguido por las presentaciones.
—Sip, de hecho así fue como comenzamos a hablar, en un ensayo. Ella tenía que coordinar la luz que daría en el solo de la coreografía. —Jennie pone una mano en su barbilla mientras escucha cómo las chicas se turnan para hablar. Se da cuenta de que Lisa gesticula mucho con sus manos, tanto que hasta se olvida de darle mordidas a su plato.
—Ajá, y aunque no lo creas ¡Lisa fue la primera en hablar! —dice Rosé emocionada—. Me preguntó algo así como "¿Cómo haces para siempre seguir mis movimientos?" y yo le dije, estúpidamente le dije: "¿Cómo no seguir a una chica tan hermosa?".
Jennie se ríe y tiene curiosidad de saber cómo eran de adolescentes.
—¡Yah Roseanne! —Lisa se sonroja tímidamente.
—¿Por qué se mudaron a Corea entonces? —la pregunta de Jennie no es recibida con las mejores expresiones, de hecho Lisa parece ponerse mucho más seria.
Rosé bebe un poco de su café y por debajo de la mesa acaricia un muslo de Lisa, sabiendo lo sensible que le pone este tema.
—Creo que olvidé mencionar que nuestra escuela era religiosa. Mantuvimos nuestros encuentros en secreto desde esa vez que mi tomatito me habló. Al poco tiempo éramos inseparables bajo la creencia de que eramos mejores amigas. —Jennie también bebe de su jugo de naranja y se puede imaginar para donde va esto—. Cuando fuimos a la universidad, aunque no estudiábamos en donde mismo, nunca dejamos de hablarnos. De hecho nos hicimos novias.
—Sí, me pidió ser su novia con una carta y un peluche de pato. —dice Lisa con orgullo y un poco más compuesta que hace un par de minutos.
—¡Eso es lindo! —Jennie dice emocionada, imaginando lo feliz que se puso la pequeña Lisa con su nuevo peluche.
—Lo es, ¿Verdad? —Rosé hace una pausa y suspira—. Después de eso lo mantuvimos oculto por un tiempo. Los padres de Lisa nos descubrieron en su cuarto, compartiendo un beso que me robó en medio de una sesión de estudios. Ellos sabían que yo pasaba mucho tiempo con ella, pero no imaginaban en que sentido.
—Después de eso, todo empeoró. Mis padres fueron con los Park a reclamar que Rosé me había corrompido —Lisa siente un nudo en la garganta al recordar lo avergonzada que se sintió en ese momento y como Rosé fue insultada por sus propios progenitores—. Mis suegros no sabían nada, pero defendieron a su hija.
Jennie siente pena por ella, pero no dice nada. Sabe lo difícil que son esas situaciones y no todos corren con la suerte de tener padres como los Park.
—Ellos lo entendieron y no permitieron que los padres de Lisa me insultarán.
—Después de ese día, la convivencia en mi casa no fue nada fácil. Cada día era peor que el anterior, Rosé y yo seguíamos juntas y sus padres sugirieron irnos del país —Lisa ha dejado definitivamente el desayuno de lado. En cierta parte era algo que no habían externado con nadie en Corea—. Al principio yo no quería.
—Mis padres nos convencieron luego de decir que nadie aquí nos conocería y que después podríamos recuperar la universidad. —Rosé aprieta el muslo de Lisa en su mano, haciendo masajes relajantes—. Mi papá pagó los dos primeros meses del alquiler, a la semana de llegar aquí vimos una publicación en LinkedIn y creímos que sería buena idea. ¡Y aquí estamos!
Jennie suspira, mucha información en tan poco tiempo. Tiene ganas de preguntar qué pasó con los padres de Lisa, pero la chica ya se ve lo suficientemente abrumador para atreverse.
—Eso es... Siento que hayan tenido que pasar por eso.
—No te preocupes, Jendeukie. Ahora estamos bien. —en ese momento, Lisa levanta el rostro y la sonrisa en su cara, le da a entender a Jennie que no importó todo lo que pasó. Ella es feliz con Rosé.
—¿Y tú? ¿Por qué estás acá? —pregunta Lisa y por fin puede continuar con su desayuno. Rosé y Jennie ya han terminado, pero no la presionan para irse. Ellas la esperan y la dejan comer a gusto.
—La verdad es que ya no quería estar en casa. —dice Jennie jugando con el cubierto que antes usó para comer—. Es decir, nací aquí, pero mi vida siempre estaba en movimiento. Supongo que buscaba estabilidad y mejores oportunidades de trabajo, terminé aquí y me ha ido bien.
—¿No estudias o estudiaste nada? —pregunta Rosé con interés.
—Lo intenté, pero no pude con los gastos de vivir sola y lo demandante de la universidad. —Jennie aprieta los labios y se encoge de hombros.
—¿Por qué ya no querías estar en casa? —Lisa dice, sin medir lo directa que ha sido la pregunta. Jennie ríe suavemente al recordar el día que se conocieron, como apuntó su acento con rapidez.
—Mi mamá no está con nosotros hace mucho tiempo, yo me quede con mi padre y mi hermana. Pero TaeYeon se mudo y mi papá no es una persona muy agradable que digamos. —cuenta Jennie mientras Rosé pide la cuenta—. Aún hablo con TaeYeon y de hecho me visita cada que podemos, de mi padre no sé nada hace mucho tiempo.
Cuando el mesero llega, Jennie y Rosé pelean por ver quién invita. Lisa las observa con gracia dispuesta a ver que están dispuestas a hacer para ganar.
—Ayer me invitaron los tragos, déjenme pagar el desayuno.
—Con una condición.
—¿Qué condición, Lili? —pregunta Jennie rodando los ojos.
—Ven a vivir con nosotras. —la cara de Lisa muestra seriedad y Jennie se pone tensa. No sabe qué hacer con todo lo que pasó ayer—. Si no quieres, no se repite lo de ayer pero creo que seríamos una buena compañía para ti.
Rosé asiente y sin que se de cuenta, ha pasado su tarjeta por la terminal.
—¡Rosé! —Jennie grita, molesta y llama la atención de otros comensales.
—Muy lenta, cariño.
—Ash —rueda los ojos una vez más—. Pero ¿Y si vuelve a pasar? ¿Y si las cosas cambian entre nosotras por eso?
Rosé se pone de pie y las invita a hacer lo mismo. Cuando salen del lugar y caminan hacía el segundo taller, el sol es abrasador.
—Somos maduras, Jendeukie. Por ahora queremos tener una roomie y de verdad que no hay mejor opción que tu.
—¡Sí! ¡Además tu lugar es súper pequeño! —dice Lisa adelantando algunos pasos y caminando de espaldas.
Jennie la toma de la muñeca y la pone en medio de Rosé y ella.
—Ten cuidado, Lili,
Rosé sonríe al ver como la mayor cuida de su novia, sacude la cabeza y decide hablar de nuevo:
—Por favor, Jennie. Prometemos no dar muchos problemas.
Jennie parece considerarlo, está a punto de hablar cuando una llamada de YeRim suena interrumpiendo su caminata.
—Tengo que contestar esto, las alcanzo en un momento.
Rosé y Lisa asienten y comienzan a caminar de la mano de regreso a la universidad.
—¿Y bien? —YeRim ni siquiera saluda, ella quiere saber la historia de pies a cabeza—. ¿Te las cogiste?
—¡YeRim!
—Ya, ya. Cuéntame qué pasó.
Jennie rasca su cabeza y suspira, necesita consejos antes de chismes.
—Pues pasaron varias cosas, pero eso no es importante ahora. Creo que sí me voy a mudar.
YeRim da saltitos al otro lado de la línea, agradecida de que Jennie tendrá más amistades.
—Eso es genial, Unnie. ¿Cuándo lo harás?
—Ese es el problema, aún estoy indecisa... Por algunas razones. —Jennie decide no contarle las "razones" a YeRim por ahora. Ella sabe que su miedo es ser excluida como si no fuera nada por la pareja. Aunque no le han dado nada para pensar eso, al contrario.
Jennie se siente extremadamente insegura.
—Si tu corazón y tu mente dicen que sí, no esperes más. —Jennie asiente, aunque nadie la pueda ver y esté frente a la puerta de la universidad.
Rosé y Lisa están recargadas en la puerta del salón donde se impartirá el segundo taller. Están tomadas de la mano, sintiendo una conexión profunda. Es la primera vez en el día que están juntas.
—¿Cómo te sientes? —Rosé pregunta, acomodando un mechón de cabello que se deslizó por su cara.
—Me siento maravillosa. Nunca había sentido nada igual —suspira profundamente, aprieta la mano de Rosé y recarga la cabeza en su hombro. Su novia la envuelve en un abrazo—. Es diferente a estar solo contigo, pero diferente en el buen sentido.
—Te entiendo, de verdad que lo hago Lili. —la menor aprieta sus brazos alrededor de la cintura ajena y se acerca un poquito más a ella, hablan bajito y solo para ellas.
—Rosé, ¿A ti te molestaría si un día se diera algo si tu no estás presente? —Lisa comienza a jugar con sus dedos de manera nerviosa, aún abraza a su novia pero su cara está escondida en el esternón.
Rosé piensa sus opciones, definitivamente ver a Lisa con Jennie fue una motivación monumental ayer por la noche. Ella piensa en las veces que ha observado a Lisa masturbarse frente a ella, amando la vista que tiene enfrente.
—Creo que no, me gusta ver.
—Pero ¿Y si tú no estás presente? —Lisa pregunta.
Rosé frunce el ceño.
—¿Quieres estar solo con ella?
—No es eso, es que tal vez podríamos empezar sin ti en alguna ocasión —dice Lisa, dando por sentado que habrá más veces—. Es decir, a mi no me importaría si ustedes lo hicieran sin mi, con la condición de que me cuentes cada parte. —Rosé deja salir una risita.
—¿Algo así cómo solo comenzarlo?
—Podría ser.
La mayor piensa de nuevo sus opciones, no se puede enojar con Lisa por preguntarle eso, no cuando de imaginar a su novia con Jennie ya siente una corriente por su espalda.
—No, no me molestaría. —dice finalmente y Lisa asiente.
—No quisiera que si algún día llegará a pasar, te sientas excluida o algo así. Yo te amo más de lo que puedes imaginar Rosé.
—Lo sé, lo siento cada vez que lo dices, lo siento en tus acciones. —Lisa sonríe y sus ojos desaparecen en el acto, se pone de puntitas y para los labios.
Rosé la besa.
Cuando Jennie llega, todos los alumnos y JooHyun también. Es una sesión fácil, de hecho termina antes de lo previsto por la cantidad de alumnos en el taller. Cuando normalmente son entre veinte y veinticinco, hoy fueron siete.
—El siguiente taller será en el teatro de la universidad, nos vemos en una hora y media. —JooHyun les dice, las chicas están felices por su media hora extra de comida, así que la aprovechan y piden órdenes de gimbap y ramen por una aplicación de comida.
Están sentadas en una parte alejada del jardín, la escuela tiene instalaciones sumamente extensas así que son las únicas en ese tramo de pasto y árboles. Están sentadas con sus piernas cruzadas y comen un poco de todo lo que pidieron.
—¿Por qué la siguiente clase será en el teatro? —Jennie pregunta con curiosidad.
Rosé le da un mordisco a su gimbap, gimiendo ante el sabor. Levanta la mirada y puede ver a ambas chicas con las mejillas sonrojadas. Sonríe con suficiencia, ella es capaz de provocar eso y más.
—A JooHyun le gusta innovar, así que no sé qué es lo que nos espera. —Lisa se encoge de hombros y puede ver que Jennie está comiendo muy desordenado. Con su pulgar limpia un poco de salsa picante de sus labios.
Jennie está petrificada, la escena que vio el primer día de conocerlas se está repitiendo pero ahora ella es protagonista. Antes de que Lisa pueda chupar su dedo, Rosé habla:
—¿Me das un poco de eso?
Jennie no puede ni parpadear cuando Lisa se inclina y pone su dedo en los labios de Rosé, quien los abre lentamente y chupa los restos de salsa picante. Lisa siente la lengua húmeda, ojos curiosos en ella y después la mano de Jennie toma su cintura.
—Ustedes me van a volver loca. —dice Jennie cuando Rosé se separa del dedo ajeno y sonríe.
—Apuesto que te encanta.
Jennie no lo puede negar.
Tener tanto tiempo libre a la hora de la comida comienza a ser un problema, les quedan cuarenta minutos cuando deciden adelantarse al teatro. Están solas, pues el lugar solo es apartado por maestros.
Se sientan en la orilla del escenario, Rosé se recuesta en las piernas de Jennie. Sus piernas las sostiene Lisa.
—Me gusta estar con ustedes. —dice Jennie acariciando el cabello de Rosé.
—A nosotras contigo, Jendeukie. —Rosé le responde y se sienta en medio de ellas. Se inclina hacía Jennie y la besa.
Lisa suspira al verlo, ella también se muere de ganar por besarlas, pero deja que tengan su momento, siendo espectadora. Rosé toma la mandíbula de Jennie y la empuja contra ella.
La tensión acumulada en todas las horas por fin se disipa en un beso prolongado y húmedo. Rosé se separa para tomar aire y Jennie se inclina Lisa.
El beso es diferente, Lisa siempre está más desesperada que Rosé. Muerde mucho y succiona fuerte, pero es demasiado sexy, a tal punto que Jennie tiene que apretar sus muslos.
—Lisa, bésame.
Si algún alumno decidiera llegar extremadamente temprano al teatro, podría ver como las tres mujeres se turnan para besarse la una a la otra.
Sin pudor.
Rosé se arrepiente de tomar tanta agua y se separa de Jennie una vez más.
—Iré al baño, ya vengo. —siente las miradas en su cuerpo mientras camina a la puerta que dirige a la salida del teatro.
Lisa y Jennie quedan en un silencio tenso, demasiado emocionadas por la sesión de besos furtiva que acaban de tener.
—¿Conoces cómo se ve desde arriba? —pregunta Lisa y se pone de pie.
—Nunca he estado aquí. —dice Jennie con sinceridad y sigue a Lisa. Le muestra las escaleras que llevan a un pequeño sótano debajo del escenario, suben de nuevo y Lisa no puede contenerse más.
Toma la cintura ajena y besa a Jennie, abre sus labios y espera que Jennie le siga el ritmo. Mierda, Jennie quiere todo de ella.
—Bésame. —susurra Lisa con su respiración alterada.
—¿Y Rosé? —pregunta preocupada, alejándose un poco de la peligrosa mujer que tiene enfrente.
Lisa hace que caminen hacía atrás, terminan recargadas en una columna del escenario, justo detrás del telón rojo.
—Creéme, a ella no le importará.
Sella sus labios, Jennie frunce el ceño y gime cuando Lisa abre sus piernas e inserta el muslo justo a la altura de su entrepierna. Jennie introduce su lengua y Lisa succiona, mueve su muslo contra la mayor y todo se vuelve jodidamente caliente.
Jennie comienza a mover sus caderas, cegada por el placer y las ganas que tiene de tenerla en la cama de nuevo, cegada por las ganas que tiene de tenerlas de nuevo.
No escuchan cuando la puerta se abre y se cierra nuevamente, Rosé no las ve por ningún lado y cuando sube por el lado contario del escenario, puede ver a Lisa devorando el pecho de Jennie.
Es obsceno, la camisa de Jennie fue jalada hacía abajo y solo uno de sus senos está a la vista. Tiene los ojos cerrados mientras jala el cabello de Lisa.
Rosé puede ver la pierna incesante de su novia haciendo estragos en la anatomía de su nueva amiga y Oh Dios, ella entiende los aficionados del voyeurismo.
Ver a Lisa así, tan entregada a otra persona que no es ella pero con alguien por quien siente atracción, es jodidamente caliente. Observa como Lisa deja aquel pecho rosado y mordido, sube al cuello ajeno y con una mordida, Jennie abre los ojos.
Se encuentra de frente con Rosé mirando fijamente la escena y con una lujuria absorbente, suelta un gemido alto. Rosé suspira y camina hacía ellas.
—Lisa, la estás destrozando.
—¿No es hermosa cuando se sonroja hasta el pecho? —Lisa pregunta, Rosé abraza desde atrás y alcanza el pecho de Jennie. Aprieta el pezón entre sus dedos y lo retuerce.
—Lo es.
Jennie siente sus piernas temblar ante la excitación latente en su clítoris, sufriendo por no ser tocada directamente.
La puerta principal se abre, escuchan la voz de los alumnos y la de JooHyun. A una velocidad impresionante arreglan sus ropas y peinan su cabello, agradecen estar detrás de la cortina pero Jennie no puede caminar bien después de eso.
La dejaron con ganas.
—¡Ahí están! —dice JooHyun aplaudiendo. Comienza a dar instrucciones a los alumnos para después pasar con las modelos—. Bien chicas, ustedes estarán con la escenografía de la primavera de Botticelli. Necesito exactamente esas poses.
Jennie no puede concentrarse en nada que no sea la fuerte palpitación que hay entre sus piernas.
—Oh pobre bebé, ¿estás cachonda? —dice Rosé una vez que se encuentran solas preparándose para la sesión
—¡Rosé! ¡Déjala en paz! —Lisa la reprende y ayuda a Jennie a maquillarse, siendo consciente de que fue su culpa dejarla así. Pero disfruta saber cómo pone a sus chicas.
JooHyun guía la clase con maestría, sus alumnos disfrutan del proceso y las japonesas como siempre hacen un trabajo extraordinario. La hora de salida llega.
—Chicas, mañana nos veremos aquí en el primer taller, la práctica se va a repetir. —Jennie asiente, ya más calmada—. Su química ha incrementado mucho —dice JooHyun, admirando como las tres chicas se ponen coloradas hasta las orejas—, es un placer trabajar con ustedes. Sigan con la misma energía.
—¿Nos acompañas a casa? —Rosé pregunta, sosteniendo la cintura de ambas mientras salen de la universidad.
Jennie suspira.
—Aunque quisiera, tengo que ir a ver a Kuma. No he estado con él en toda la noche de ayer.
Acompañan a Jennie hasta donde su transporte pasa. Cuando lo ven a lo lejos, se aprietan en un abrazo fuerte y lleno de cariño.
—Te veremos mañana. —dice Rosé y Lisa asiente, esperando que pronto tenga respuesta de su propuesta. Su tiempo se acaba.
—¡Las quiero! —grita Jennie mientras sube al autobús, Rosé y Lisa suspiran nerviosas.
Rosé pide un uber.
—¿También lo sientes? —Lisa no necesita adivinar de qué trata la pregunta.
Sus corazones laten al mismo tiempo por la mujer que les roba el aliento, claro que lo sienten. Hasta lo profundo de su corazón, algo nace ahí.
Jennie suspira cuando abre la puerta, alegre por estar en la comodidad de su hogar después de más de veinticuatro horas fuera. No puede terminaar de suspirar cuando un olor horrible llega a sus fosas nasales.
—¿Kuma? —pregunta, no se escucha ningún ruido pero todo su apartamento desprende un olor a excremento.
Está a punto de desmayarse cuando ve manchas de orina por toda la sala al igual que los desechos de su amado perro. No es lo único, el relleno de su cojín favorito está por todos lados. Tapa su boca y respira.
Va al cuarto puede ver a Kuma dormido en su cama, con el estómago hacía arriba, luciendo más panzón de lo normal. No lo despierta, va hacía su cuenco de comida y puede ver que no solo eso está vació.
El costal de croquetas está rasgado, una cantidad inmensa ha desaparecido. Puede concluir que Kuma comió todo el tiempo que no estuvo en casa y que después, hizo sus necesidades por todo su departamento.
El olor se estanca en el reducido espacio, suspira y toma su celular, el tono de llamada es sustituido por sus voces.
—Hola, Jennie. —saluda Rosé.
—¿Llegaste bien? —pregunta Lisa, interesada por saber cómo está su Jendeukie.
—Sí, sí. Llegue bien. —las chicas pueden notar su voz cansada.
—¿Todo está bien? —su voz es dulce, la voz de Rosé siempre lo es, la pareja es tan reconfortante incluso sin estar físicamente presente.
—Sí, todo bien... —una pausa y Jennie suspira antes de decir las palabra—. Chicas creo que van a tener nueva roomie. ¿Cuándo empezamos con la mudanza?
siento que mi reputación de jentopero se vera gravemente afectada por este ff, pero les digo, es demasiado versátil Y LO AMO asi que SOPORTEN (y pau no autorizo a que te burles de mi, unu).
¡Gracias por leer!
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