Pequeños errores.
Hay cosas que son inevitables, la estupidez de Clyde es una de ellas.
Eric sabía que su hermanastro era un idiota, uno muy enamorado de una perra sin corazón, nunca creyó que aquello sería un gran problema hasta que Marjorine entro en la ecuación.
Entonces Donovan se convirtió en algo más que un simple idiota, se volvió un tipo detestable y desagradable, que fue capaz de golpear a una chica, manipularla y romperla a tal grado de hacerla quedar ante todos como una loca.
Cartman no se las daba de santo, sabía que si no supiera el secreto que la rubia guardaba ahora tal vez estaría atacado de risa por lo que Bebe hizo, más al tener plena conciencia de lo que implicaba la acción de Stevens, ahora más bien estaba preocupado.
Había investigado, sabía que las cosas a partir de ahí solo podrían ponerse peor, por eso hecho a Cotswolds de la enfermería y se encerró con la chica, por largo rato escucho las voces de todos reclamar, no le importo, él tenía una tarea que cumplir, bueno, más bien, necesitaba paz.
Una que solo podría obtener al ayudar a Stotch, solo así podría sacarse de la cabeza, que no hizo nada y que solo empeoro todo en la infancia de la niña.
Los quejidos lo distraen de sus pensamientos, observa que la rubia se remueve incómoda, talla sus ojos y gira de un lado a otro hasta fijar su vista en él.
—... ¿Qué haces aquí? —cuestiona.
—Cuidándote o algo así, la manada de idiotas está afuera, quieren verte —dice.
La muchacha baja la vista, observa sus manos como si lo más interesante del mundo fuera, curva los labios en una mueca amarga.
—No quiero verlos, tengo algo que hacer, ¿podrías hacer que se vayan? —pregunta.
El castaño resopla, pasa la mano por sus cabellos, teniendo un poco de conciencia sobre lo que podría pasar por su cabeza, se decide a revelar lo que sabe.
—Butters, yo sé lo que paso con tu padre —murmura.
Ella se gira a verlo, sus ojos fijos en el parecen molestos.
—¿Te dijo tu mamá? —cuestiona con los dientes apretados.
Eric, opta por no echar de cabeza su progenitora, en cambio, se inventa algo.
—No exactamente, la escuché hablar con tu madre, solo tuve que conectar los puntos, de hecho era solo una teoría, pero ahora que veo que lo que pienso es verdad, está de más decirte que no voy a dejar que te vayas, a menos que...
—¿Qué quieres?
—Acompañarte.
—¿Por qué? ¿Para burlarte de mí? ¿No has tenido suficiente? —pregunta apretando los puños.
—Butters, si quisiera burlarme de ti ya lo habría hecho, en cambio, estoy aquí contigo hablando —señala.
—¿Qué ganas con todo esto? ¿Qué es lo que realmente pretendes? —interroga.
—Tranquilidad.
—¿Qué?
—Lo que busco es tranquilidad —suspira y agacha la mirada —, desde que a mi cabeza entro esa idea, no he podido estar en paz, no puedo dejar de pensar que pude haber hecho algo para evitarlo, luego recuerdo que en vez de ayudar, hacia todo peor para ti —señala.
Los ojos celestes mira al cabizbajo chico, quisiera sentir pena o compasión por él, más no puede, de hecho no puede sentir nada más que una gran urgencia por marcharse de aquel lugar, así que por eso resopla.
—Lo que sea, solo consigue que todos se larguen y no te detendré si quieres venir conmigo —asegura.
—Bien, déjalo en mis manos, no solo conseguiré que se vayan, sino que también haré que le partan la cara a Clyde — declara con una sonrisa de maldad.
La chica espera que aquello sea verdad.
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Mark masajeaba sus sienes de modo constante, esto, como un claro intento de guardar la calma y no patear la puerta de la enfermería.
No entendía porque Cartman se había encerrado con la chica, de hecho, no sentía nada de confianza en aquel chico, mira de un lado a otro, su vista se fija en Stan, quien está igual o peor que él, parece que el de cabello negro siente su mirada, pues le regresa la mirada, aunque de una forma mucho más hostil.
Vale, ya estaba acostumbrado, todas las vacaciones se la paso viéndolo así ante cada pequeña interacción que tenía con su amiga, honestamente, no sabía que pasaba por su cabeza, aunque en esta ocasión, si qué sabia el porqué de su molestia.
Heidi le contó que Marjorine no quiso irse con nadie, todos trataron de calmarla y llevársela de ahí, más con las únicas personas que tuvo una reacción positiva fue con ella, a quien abrazo en cuanto la escucho, la otra persona había sido él, solo basto verlo para sonreírle y querer ir a su lado.
Aquello obviamente no le cayó muy bien a Marsh, quien no tuvo tiempo de demostrarlo, pues la rubia se desmayó, cosa que solo asusto a todos y los hizo dejar de lado cualquier cosa que tuvieran en la cabeza.
Cotswolds no sabe por qué, pero en aquel momento en que observo a la muchacha desplomarse, sintió que se le salía el corazón, actuó de modo rápido y la llevo a la enfermería, donde solo verla la mujer encargada la reviso y verifico que nada estuviera mal, al no encontrar nada malo, les ordeno simplemente que dejaran descansar a la muchacha.
La mujer se marchó para avisarle a la directora, Eric sugirió que todos esperaran afuera, dio argumentos convincentes de porque aquello era lo mejor, entonces todos comenzaron a salir, cuando todos estuvieron afuera el chico cerró la puerta y se encerró con la chica.
Como es obvio aquello no le sentó muy bien a los demás, que comenzaron a tocar muy fuerte y a reclamar, solo pararon con eso cuando se cansaron de que la persona adentro no dijera nada, entonces simplemente decidieron esperar.
De eso ya iba una hora, la enfermera no regresaba, Cartman no decía nada, ellos para ese punto, ya se estaban poniendo de muy mal humor, Stan se levantó furioso, dispuesto a abrir esa puerta, aunque para sorpresa de este esta se abrió y de ahí salió el castaño cabizbajo.
Eso no le importo al pelinegro, quien tomo por las solapas a su amigo.
—No sé qué pretendías al encerrarte con Marjorine, pero si le hiciste algo, te juro que te parto la cara Cartman —amenaza.
El contrario suspira, asiente y carraspea.
—Lo lamento, la verdad había algo que debía pensar, era algo muy delicado, así que al ver a Marjorine he decidido que tengo que contárselo a su madre —expresa con seriedad.
Una que no le da muy buena espina a Kyle, por lo que rápidamente lo increpa.
—¿Qué mierda estás planeando gordo? —cuestiona.
El castaño mira a Kyle con una seriedad poco usual, lo que lo descoloca.
—Yo no estoy planeando nada, esta vez quiero ayudar, todos tenemos un límite, el mío es este, yo no voy a ser cómplice de las idioteces de Clyde —declara.
Aquellas palabras son inquietantes, por lo que Stanley mira de forma amenazadora a Cartman.
—Mejor abre la boca, lo que sea que quieras decir también la podemos escuchar nosotros, ¿no?
—Stan, por tu bien, lo mejor es que esto no lo sepan ustedes, yo iré a esperar a Kenny y su madrastra para hablar con ella —indica tratando de zafarse.
Más no lo logra, en cambio, el agarre de su amigo se intensifica y lo mira hostil.
—En serio me estas hartando, así que, o hablas, o te hago que hables —amenaza.
El contrario hace un mohín de disgusto.
—Bien, pero suéltame —ordena, el pelinegro hace caso y lo deja, el castaño sacude su ropa, frunce las cejas y resopla —. No es algo agradable, por eso no quería que supieran, pero ya que Stan está en su modo impaciente, les diré lo que pasa —suspira y se lleva las manos al cabello —. Poco antes de salir de vacaciones Butters fue a mi casa, buscaba a Clyde, estaba en su habitación, no le vi problema a que subiera, había veces que lo iba a buscar para salir, pensé que bajarían pronto y se irían, para mi sorpresa la única que bajo corriendo fue una tipa, que en mi vida había visto. Fue entonces cuando me decidí a subir, al momento de hacerlo escuche un ruido algo fuerte, cuando llegue ella estaba sentada en el suelo sosteniendo su mejilla, es evidente que la golpeo porque le pidió disculpas, ella se marchó de ahí luego de eso —cuenta.
—Mientes —señala Kyle, no puede creerlo, se niega a creerlo, una cosa es ser un adolescente calenturiento y estúpido, otra muy diferente un abusador, Clyde es idiota, pero no un mal tipo.
—No lo hago, estoy diciendo la verdad, es su problema si no me quieren creer —indica.
Nadie dice nada, todos parecen estarlo procesarlo, el judío sigue en negación.
—Bueno, digamos que te creo, de ser verdad, ¿por qué no hiciste nada? —pregunta.
—Kyle, hice más de lo que te puedes imaginar, ¿por qué crees que Clyde se largó todas las vacaciones? Hable con Jane, al principio, al igual que tu no me creyó, pero Craig también se tomó el asunto en serio, así que logramos que ella se lo llevarán, se suponía que hablaría con él para que la dejara, ¿cómo iba yo a saber que ni a su hermana le haría caso? —suelta con amargura.
—No, no, hablare con Craig, lo que dices es muy grave —acusa Broflovsi.
—Dice la verdad —susurra Mark.
—¿Qué?
—El día que fue a mi casa tú la viste, ese día la note rara, ella lloro mucho, no me dijo que tenía, pero sí que recuerdo su mejilla hinchada, trate de preguntarle en vacaciones pero siempre me cambiaba el tema, además es cierto que Craig se preocupó por ella, pues por él fue que se decidió a dejar a Clyde, a Heidi y a mí nos extrañó, pero ahora tiene sentido —rememora.
La información no le cae nada bien a Stan, quien pasa ambas manos por su cabello de forma desesperada, luego de eso se marcha a grandes paso, el pelirrojo maldice.
—Mierda —escupe antes de irse tras él.
Heidi mira a Mark, quien se ha quedado pensativo, Tweek y Philip también lo miran, en la cabeza del castaño un montón de cosas pasan, por eso imita a Kyle y se va detrás de él, los chicos y la chica se van detrás de él alarmados.
Nada luce bien en aquella situación, en el camino se topan con Gregory, quien viene con un Christophe muy enfermo, al verlos el inglés sonríe incómodo.
—Se acaba de enterar, Emma no puedo evitar que viniera, yo no pude hacerlo entrar en razón, ¿a dónde se supone que vamos? —cuestiona.
—No sé si a evitar que le den una paliza a Clyde, o a instar a Marsh para que lo haga papilla —dice Turner.
—¿Qué paso? o sea, además de lo que ya sabemos —interroga.
—Algo grave, si es verdad, dudo mucho que Stanley se conforme con un simple golpe —intuye pirrup.
Antes de que Fields pueda preguntar qué demonios sucedió, los gritos de su profesora los distraen.
—Marsh, ¡ya le dije que si no para con esto voy a hacer que lo expulsen! —exclama molesta.
El nombrado no hace caso, en cambio saca a Donovan de la clase y lo lleva al pasillo, donde esta Kyle, quien trata de calmarlo, el resto de alumnos salen del salón para ver que sucederá, la profesora hace lo mismo, pero ella está hecha una furia, manda a un alumno a llamar a la directora.
—Tienes una oportunidad, de ti depende lo que vaya pasar ahora, entonces responde esto, ¿golpeaste a Marjorine? —cuestiona serio.
Los ojos de los alumnos se abren con impresión ante la acusación, el castaño busca ayuda en sus amigos mirándolos, más Tolkien se lleva la mano a la frente, no sabe qué hacer para tranquilizar a Stanley, mientras que Craig lo mira con cara de, "te lo dije".
Ante eso no le queda más que tomar aire y tratar de explicar lo que paso.
—Stan, la verdad es que se trató de un desafortunado error —murmura.
Un error, un error, aquella palabra da vueltas en la cabeza de Mark, piensa, piensa, un error puede ser entendible cuando lo cometes una sola vez, pero lo que Clyde hizo no fue un error.
Dos veces engaño a Marjorine —sin contar la de Bárbara claro está—.
¿Y las veces que le mintió? Cuantas criticas destructivas, si, destructivas le hizo que la hicieron sentir mal, y ni hablar de las veces que la vio llorar, esas ni siquiera alcanzan a contarse con los dedos.
Entonces, llegado a esa conclusión, Cotswolds se dio cuenta, que lo que hacía Donovan no era un error, más bien fue maldad, porque quería cobrarle a alguien lo que a él le habían hecho, porque quiso ser el verdugo, no la víctima, no le importo si dañaba a alguien inocente, pues él solo deseo sentirse bien, a costa de los demás.
Por eso suspira, mira sus manos, luego mira a D'Lorne y sonríe, tenía razón, ser debilucho apesta, estaba trabajando en dejar de serlo, porque quería ser capaz de sostener con fuerza a sus amigas, no, en especial a Marjorine, siempre la quiere sostener y hacerla feliz.
Da el primer golpe, hace trastabillar a Donovan, quien se queja por el dolor provocado.
—Ese fue un error, se me resbalo la mano —se disculpa, luego le da otro golpe que lo hace pegarse contra los casilleros —. Disculpa, ese también fue un error —escupe con sorna, entonces le da un tercer golpe directo en la cara, que hace gemir de dolor al chico, sangre empieza a escurrir por su cara —. También fue un error.
Clyde intenta defenderse, más no puede, no recuerda que Mark tuviera tanta fuerza, Heidi trata de hacer entrar en razón al chico, pero no puede, solo cuando Christophe interviene y lo detiene es que paran la pelea.
La directora llega y ve el desastre que han armado los alumnos.
—¡Por amor a Dios! ¿Qué pasa con ustedes? —cuestiona.
—No pasa nada, todo fue un pequeño error, al igual que Donovan golpeando a una chica, un simple y pequeño error —dice con sarcasmo Cotswolds.
—¿Pero qué? Cotswolds, Donovan, Marsh y D' Lorne, ¡a mi oficina ahora!
—Genial, un nuevo castigo, y esta vez sin hacer nada, juntarme contigo no es tan aburrido —menciona con sarcasmo el francés.
Mark no dice nada, en cambio solo camina con la frente en alto, Donovan sostiene su rostro, evita mirar a sus compañeros, quienes cuchichean sobre lo que acaba de pasar, en tanto que Stan se queda inmóvil, solo se mueve cuando su amigo lo pellizca.
—Te acompaño, más que nada para explicarle a la directora, dudo que tú puedas hacerlo en tu estado —opina.
El de cabello negro solo asiente, no sabe cómo sentirse con lo que acaba de pasar.
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Cuando Kenny llega, lo primero que hace junto a la esposa de su padre es ir a la dirección, al ser recibidos, ve a dos de sus amigos, a Cotswolds, el hermano de Gregory, cuando ve a Clyde se asombra de verlo junto a la enfermera, la cual está atendiendo su nariz al parecer rota, mira a Kyle con duda, este rueda los ojos dándole a entender qué le explicara luego.
—Directora, lamento llegar así, Kenny me conto lo que paso, yo estoy preocupada por mi hija —dice con rapidez.
La mujer rubia resopla y masajea sus sienes.
—Sí, sobre eso, recién me voy enterando, lamentablemente los chicos aquí presentes no me dijeron nada a mí, hasta hace apenas un momento, de ser así podríamos haber evitado este desastre —declara cansada.
—¿Qué fue lo que paso? —cuestiona preocupada.
—Le informaré en un momento, solo estoy esperando a los padres de estos chicos, también mandé traer a su hija y a dos jóvenes más, una de ellas es causante de esto, la otra no hizo nada, pero fue agredida por su hija —cuenta.
Linda frunce las cejas, esta avergonzada por el comportamiento de su pequeña, algunos padres de todos los implicados llegan, en el caso de D' Lorne, su tutora es Emma, por lo que ella es quien entra junto a los adultos, de cerca les siguen Testaburger y Stevens, ya solo falta Marjorine, por varios minutos la esperan, la puerta se abre, más no es la rubia, sino un trio de chicos quienes lucen muy nerviosos.
—Lo siento señora directora, hemos buscado en todos lados, pero Marjorine no está —revela Heidi.
—¿Cómo que no está? Si la están encubriendo será peor, así que mejor tráiganla aquí —amenaza la mayor.
—Esto es en serio, al llegar a la enfermería no la encontramos, la buscamos por todos lados, incluso intentamos llamarla pero no contesta, no sabemos dónde está —recalca Philip.
Al escuchar esto Linda se lleva las manos al pecho, una angustia horrible comienza a formarse en su interior, la directora comprende que la situación cambio.
—Vayan al salón de detenciones, en un momento hablare con ustedes —ordena la mujer.
Los menores hacen caso y se marchan, la mayoría, más que preocupados por el regaño y castigo, están preocupados por a donde se fue la chica.
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