♡︎ O6

Para todos, los días que estuvieron en Japón, fue lo mejor. Lisa no se acordaba cuándo fue la última vez que sus hijos rieron tanto.

Estaba feliz de que, aunque ya no estuviera con Rosé, el ambiente nunca estuvo incómodo y así, no afectaron el lazo de sus pequeños.

En este momento se encontraban en el avión esperando a que la azafata les avisara que estaban por aterrizar, porque ya querían estar en casa.

Lisa escuchaba a RyuJin, quien le platicaba de cómo quería su fiesta de cumpleaños, pues faltaban dos meses para que tuviera los diez.

—¡Quiero que sea de animalitos! —exclamó emocionada.

—Está bien, en casa lo vemos. —le acomodó el cabello.

—Okis, mamá Rosie se va a vestir de ardillita, tú de un patito y Jake de perrito.

—¿Y tú de qué te vas a vestir?

RyuJin se encogió de hombros.

—Todavía no lo sé. —hizo un puchero.

—¡Mami Lis! —exclama el pequeño Jake con una sonrisa y con Rosé a su lado, pidiéndole que no gritara porque los iban a regañar.

Lisa sonrió al ver que Park hizo el intento de acomodar el flequillo a su hijo, pero los rizos solo de desordenaban mas.

—Mamá Rosie peina feo. —le susurró RyuJin a Lisa, ella rió bajo.

—¡Mami Lis! —insistió el niño.

—Dime, bebé.

Mida mi cabedo. —le presumió el peinado que le había hecho la alfa.

RyuJin se empezó a reír con ganas y Lisa solo sonrió, contestándole que estaba muy guapo.

Después de unos minutos, se acomodaron en su lugar al escuchar a la azafata decir que estaban por aterrizar.

***

Fue Rosé quien los dejó en casa para luego irse a la suya.

Lisa había jugado un rato con los niños, pero ahora a Jake se le cerraban los ojitos, así que se separó y fue con su mami Lis, quien lo sentó en sus piernas y lo empezó a mecer.

—Mami, yo también tengo sueño. —dijo RyuJin para soltar un bostezo.

—Vamos a mi habitación y ahí nos acostamos los tres. ¿Te parece?

—Sí, mami.

Ya en la cama, Lisa les cantó un poco hasta que quedaron profundamente dormidos.

La omega soltó un suspiro y se paró con cuidado para no despertarlos.

Una vez en la sala, se puso a ver la televisión y diez minutos después, una llamada hizo que apartara la vista de la pantalla.

—¿Bueno? —fue lo primero que dijo.

Tenemos que vernos y platicar de muchas cosas. —fue lo primero que dijo la otra persona.

—Estoy algo cansada, Jennie, no pasó mucho desde que llegamos.

De verdad quiero verte, Lisa. —pidió.

—Está bien, deja y me alistó —soltó un suspiro—. ¿En tu departamento, verdad?

—Sí, acá te veo.

Dicho eso, le colgó.

Manoban resopló y se paró del sofá, pero antes llamó a JiSoo preguntándole si podría venir a cuidar un rato a los niños y la mayor aceptó con gusto.

Lisa iba con el pensamiento que iba a arreglar las cosas con Jennie, que después de charlar estarían bien, y que tal vez, otro día, podría ir a comer con ella para presentarle a sus hermosos hijos.

¡Gracias por leer!

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