♡︎ O2

Después de que comieron y ayudaron a RyuJin con la tarea dejaron que los niños fueran a jugar.

Rosé y Lisa se adentraron en la habitación que ahora solo era de la omega.

—Dime, ¿Qué es eso tan importante que tienes que decirme? —preguntó cruzada de brazos y su espalda recargada en la cabecera de la cama.

—Lis, sabes que luego voy a viajes de negocios. —dijo algo nerviosa.

—Ve al punto, Rosie. —pidió un poco preocupada.

—¿Te acuerdas cuando éramos felices todos juntas? —empezó a jugar con sus manos.

—Rosé, sabes que somos felices así, pero deja de ponerte nerviosa y dime eso tan importante. —habló con el ceño fruncido después de darle un golpe en el muslo a la más alta.

—Bien —tomó una respiración—, sabes que voy a ir a Japón en unos días por negocios y que antes yo le había prometido a RyuJin que íbamos a ir. —comentó viendo en dirección a la puerta.

—Sabía que ibas a decir algo así, y tú muy bien sabes que no puedes llevarte a los niños —se cruzó de brazos—. Tienen escuela, Rosé.

Oh, vamos, ya solo le queda una semana para que acabe la escuela, y para Jake no hay problema. —ella también se cruzó de brazos.

—Bue-...

No pudo terminar ya que algo, o mejor dicho dos personitas, entraron a la habitación.

—¡Síiii, Jakey, vamos a ir a Japón! —exclamó RyuJin, se veía muy emocionada.

Jake no entendía muy bien, pero como vio a su hermana dar saltitos él también lo hizo.

¡Shii!

Lisa fulminó con la mirada a Rosé, quien se encogió de hombros murmurando que ella era inocente.

—Niños, no sé si los pueda llevar, porque no depende de mí, sino de su mami. —Park dirigió su mirada a Lisa y después las miradas de los niños cayeron en la omega. Ellos estaban poniendo sus ojitos de perrito regañado.

—N-No lo sé, ¿Quién los va a cuidar, Rosie? —preguntó, dirigiendo su mirada a la alfa.

—Ahí es donde tú entras —comentó tranquila—. Puedes venir con nosotros.

—Pero tengo que trabajar...

—No es cierto, tienes tus vacaciones de dos semanas. —se encogió de hombros.

—Espera, espera, ¿Tú tienes mis horarios o qué? —preguntó, confundida.

–Bueno, si me lo preguntas así y lo pienso sería como que te ando acosando, pero sí, solo los horarios de esta semana para ver si estabas ocupada. —se encogió de hombros.

—Dios... —rodó los ojos—. Está bien, vamos a ir.

—¡Siii! —gritaron los dos niños.

—Genial, voy a ir haciendo las reservaciones, pero creo que en un hotel no te sentirías cómoda, así que creo que será una casa... —habló más bien para sí misma.

Después de hablar un poco y organizarse Rosé se despidió de los pequeños y se fue.

¡Gracias por leer!

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