Capítulo 5
Helena
- ¿Eso...? No entiendo - admito.
- No debiste tratar así a Esperanza, ella no es mala, Lena - me dice y yo sonrío falsamente.
- Literalmente ella quemo mi piel, si ahora estoy bien es por mi sangre de vampiro... ¿Es que acaso la estas defendiendo? Santiago, ella empezó - le recuerdo cruzandome de brazos.
- Seguro no fue su intención, ella es nueva en esto de manejar la magia. Esta aprendiendo - insiste en que todo lo que paso fue un accidente.
- Y yo estoy prendiendo a controlar mi sed de sangre, ¡Y no por eso voy y le muerdo el cuello! - exclamó.
- Es diferente, ella es...
- Santiago, ella es mayor que yo y actúa como una niña cuando le roban su juguete favorito. ¿No te diste cuenta de que la razón por la que me atacara fuiste tú? - le pregunto sin poder creerlo. ¡La chica era bastante obvia!
- ¿Ahora me hechas la culpa? - gruño ante su negación.
- ¿Acaso me estás escuchando? ¡Te estoy diciendo que ella estaba celosa! Maldición. Le gustas a esa bruja... Supongo que no acepta que ahora hayas encontrado a tu mate - suspiro resignada. Por cómo Santiago hablaba de ella y por su reacción, sabía que Esperanza era muy importante para él.
- Somos como hermanos, estas diciendo tonterias - abro los ojos sin poder creer lo que me esta diciendo.
- ¿Sabes qué...? Vete - le pido y camino rápido hasta mi casa. Aunque no llego a dar siquiera dos pasos hasta que el me detiene.
- ¡Espera! No hemos terminado de hablar.
- Lo único que haces es defenderla... Ella lo hizo a propósito. Y no tiene nada que ver que este aprendiendo, porque es muy sabido que para hacer magia primero debes decir las malditas palabras mágicas. ¿Es que acaso le pareció buena idea practicar un hechizo de tortura en medio de la cena? ¡Reacciona! - le pido y hago que me suelte -. Esto apenas empieza y ya la cagaste - le hago saber.
- Helena... - antes de que vuelva a tocarme logro saltar al tejado y con la distancia que logre puedo pensar con mas claridad.
- Vete, no te quiero ver. Lo digo en serio, no vuelvas a buscarme hasta que abras los ojos y te des cuenta de la realidad de las cosas. Lo nuestro no será fácil, nuestras madres se odian, yo odio a tu madre por lo que le hizo a la mía... Y ahora tu querida Esperanza se acaba de añadir solita a la lista de personas que odio. Así que pienso mejor lo que haces o muy pronto estarás tambien en mi linda lista.
Dolía, obvio que dolía decir todas esas palabras. Pero debía de hacerle entender que no sería fácil ganarse mi corazón... Debía saber que no era en vano mi tan amado apodo.
- Esta princesa de hielo se despide - le digo antes de adentrarme a mi habitación.
Suelto un grito de sorpresa al ver a Oliver acostado en mi cama:- ¿Qué... Haces en mi cama? - le pregunto en voz baja. Observo rápido por la ventana y ya no veo rastros de Santiago, así que me calmo.
- Te estaba esperando. Mi tía mencionó que habías ido a ver a Santiago... ¿Cómo te fue? - pregunta.
- No comencé una guerra, así que ese ya es algo bueno. Pero... Conocí a Esperanza, la hija de la de cabello morado y el hombre lobo lindo, tal parece que ella y mi mate son amigos de infancia... En resumen, a ella le gusta él y por lo que vi, Santiago se hace el idiota con eso... Aunque es más que obvio que lo sabe, pero no lo acepta - le cuento y me acuesto a su lado.
- ¿Pelearon?
- No, pero casi. Cuando uso su magia contra mi y no parecía tener la intención de detenerse, la amenace con que ella no era nada... Que fácilmente podría ganarle y que podría declararle la guerra a su familia.
- Qué infantil - se burla.
- No me culpes. Fue lo primero que se me ocurrió... Aunque sabes que mis padres lo harían sin dudar.
- Claro, eres su pequeña princesa consentida.
- Y nunca dejarían que nadie me haga daño y más cuando yo no hice nada.
- ¿La chica esa lo hizo por celos?
- Es probable. Se enojo mucho cuando mencione que no se parecía a sus padres... Aunque no lo dije con mala intención la primera vez, fui sincera y le dije que esas cosas solían pasar. Pero ella solo explotó y me acuso de querer hacerla quedar mal delante de los reyes y principalmente delante de Santiago.
- Está loca por él.
- ¿Hoy duermes conmigo? - le pregunto. Mientras me coloco mi pijama y si, todo delante de él.
- Si, hoy necesito dormir con alguien - suspira y yo le observo confundida.
- ¿Te paso algo hoy? - le pregunto mientras me quito el sostén y lo arrojo por algún lado. Me acuesto a su lado y me cubro con las sabanas.
- Me confesé.
- Oh... - murmuró y la realidad me golpea. Oliver era homosexual y todos sus conocidos lo sabían, pero debido a los sentimientos que sentía por el, yo prefería creer que no era así -. ¿Te rechazo? Oliver, lo siento - digo de corazón. Era horrible ver a mi mejor amigo tan triste... Y más cuando el todo el tiempo era sonrisas y risas.
- ¿Qué? ¡No! - exclama y yo pongo mi mejor cara de no entiendo entonces porque estas triste -. Él me aceptó. Pero yo no tengo idea de como seguir... ¿Cuál es el siguente paso? - pregunta mientras se tapa con las sabanas y me abraza por la cintura como habitualmente.
Se sentía bien, pero ya no era lo mismo. Mi mente me hacia recordar a Santiago y pensar en como sería ser abrazada por él.
- Oliver, ya te dije que cuando cuentas algo lo cuentes bien... Pensé que te habían rechazado. Pero en fin, ¿El siguiente paso? Creo que no hay - contesto mirando el techo.
- Soy idiota, te pregunto a ti que sabes cero del amor - se ríe y yo le pateo por abajo.
- Cállate, no me hagas recordar lo inexperta que soy en esto del amor.
- ¿Entonces que hago?
- Dormir, ya es tarde - le pido y cierro los ojos.
- No quiero dormir... ¿Y si voy a verlo? - pregunta.
- Definitivamente no. ¿No quieres parecer un acosador, no? - el niega y yo suspiro -. En serio, debes dormir. Mañana pensaremos en algo - murmuró.
- Esta bien. Hasta mañana, cachorra - se burla y yo le arañó el abdomen.
- ¡Ya deja ese apodo! - le pido riendo en voz baja.
(...)
- Eres tan infantil - me dice Lea al terminar de escucharme.
- Lo sé. No puedo creer que me puse celosa de una niña... - me muerdo el labio nerviosa.
- Dijiste que es mayor que tú.
- Pero parece una niña, se viste como una, pero eso es lo de menos. Ella enserio parece estar enamorada de Santiago... Tal vez y se lo deje para ella - Lea me golpea en la nuca y se gana una mala mirada mía.
- ¿Desde cuando te rindes tan fácil? Lena... Te gusta el chico, es solo que no sabes como conquistarlo, nunca lo haz intentando.
- Me pidió que lo conquiste... ¿Cómo se hace eso? Nunca tuve un novio o siquiera salí a citas. Además, me molesto que no me creyera cuando le dije que esa chica fue quien comenzó - me cruzo de brazos y miro mi bolsa de papas fritas.
- Bueno, eso también me molestaría pero debes entender... Es como si Santiago te dijese que Oliver intento hacerlo pollo asado, ¿Le creerás?
- No, pero es diferente, Oliver es un ángel que es incapaz de hacer daño... Y ella es una hechicera joven que aún tiene su parte mala, es capaz de hacer mucho daño por algo mínimo - le explicó.
- No llegue a ese capítulo del libro. Debo estudiar... En fin, no te rindas con Santiago y dejate querer, por favor - me pide y justamente el timbre suena, guardo mis cosas y me preparo para prestar atención.
Yo me dejo querer.
[ Mentira... ]
- Ay no me molestes - gruño y Lea me mira ofendida -. No te hablo a ti, tonta.
- Mas te vale. ¿Hablas con tu loba? Sigo sin entender eso - dice mientras acaricia su brazo de arriba a abajo, me di cuenta que siempre hace eso cuando tiene frío.
- Es como tu subconsciente... Bueno, en realidad no, pero no se muy bien como explicarlo. Y debes prestar atención a las clases, seguro te lo explicaron y no entendiste - sonrío al ver que no lo niega.
- Es que todo esto es totalmente nuevo... Pero me gusta saber sobre todo su mundo, es genial y en serio, agradezco mucho que me hayan elegido. Se muy bien que muy pocos humanos son elegidos - menciona. Asiento y le doy una palmada en la espalda.
- Lo sé. Y eligieron bien - le hago saber. Ella sonríe y comienza a prepararse mentalmente para la clase.
(...)
- ¿Por qué...? - hago silencio al ver a Santiago paseando con sus hermanos por el pasillo y debido a que son príncipes se están llevando toda la atención de los estudiantes -. Y estos desde cuando estudian aquí - murmuro sin comprender nada.
- Supongo que desde hoy - contesta Lea. No me pasa desaparecido el brillo en los ojos de mi mejor amiga y en los de todos en general, supongo que es el efecto de la Familia Real.
- Es tan atractivo... ¿Me veo bien? - escucho que le pregunta una chica a su amiga. Por el aroma que desbordan puedo saber que ambas son mujeres lobas y que aunque no sean de un rango importante, se ve que son fuertes... Como la mayoría de las mujeres de mi manada.
- Sí... Como siempre, el problema aquí soy yo, ¿Me veo aceptable? - le pregunta la otra. Sinceramente, no se porque preguntan tanto si se ven bien, todos estamos vestidos igual.
Miro mi uniforme, no es que sea presumida, pero tengo la suerte de que me quede bien y es que esta hecho a mi medida. Pero aún así... ¿Por qué estoy comenzando a dudar sobre mi apariencia? Me veo genial y por culpa de Santiago estoy comenzando a dudar de eso.
- Vámonos.
Doy media vuelta y al ver que mi amiga no me sigue, vuelvo a ella:- ¿En serio te atrae? Es solo un Príncipe - le digo pero mi querida Lea parece estar hechizada.
Ella nunca los había visto en persona, así que el efecto de los Príncipes le afecta mucho mas a un humano.
- Lea... Perdón - murmuró y le golpeo en la nuca. Eso parece hacerla volver a la realidad y me mira con la boca abierta.
- Me dolió, estúpida - me golpea el brazo y luego se acaricia la nuca con gesto de dolor.
- Era eso o dejarte aquí con ellos. Vámonos - le pido y esta vez ella me sigue.
Nuestro plan era salir he ir por algo para comer, pero los Príncipes me lo han impedido, así que tendremos que salir por la entrada de atrás.
- No soy idiota... Lo estas evitando, Lena - me recuerda.
- Solo quiero ir a comer.
Camino más rápido y pienso en excusas para evitar que Lea siga con el tema:- Bien, entonces vamos a invitarlo a comer con nosotras - abro los ojos de golpe y volteo para mirarla, ella se encuentra corriendo en dirección a los Príncipes.
¡No, no, no!
- ¡Hey, Santiago! - ella grita. Salgo de mi sorpresa y corro hasta ella, en menos de un segundo ya la tengo abajo de mí.
Debido a que desde pequeña mi padre me entreno para atacar, sin darme cuenta le estaba haciendo daño, mis manos estaban al rededor de su garganta y mi fuerza la sorprendió:- Perdón, no me controle... ¿Estás bien? - me quito de su encima y la ayudo a levantarse del suelo.
- Nunca me habías mostrado ese lado... Me dio miedo por un momento. Pero tranquila, estoy bien - dice y se sacude la ropa. Su mirada esta puesta en el suelo y me siento culpable, fui estúpida.
Pero me vuelvo a sorprender cuando Lea sonríe como el gato de Alicia en el país de la maravillas y corre hacia Santiago, la confusión me hace volver a reaccionar tarde... Pero esta vez ya no hago nada.
Supongo que lo hace por ayudarme y molestarme a la vez.
₪₪₪₪
· Nota de Autora:
Amores, un capítulo largo después de tanta espera es lo que se merecían... O al menos es largo para mí. Pero en fin, en este capítulo nos enteramos algo sobre Oliver y un poco sobre Helena, la chica nunca ha tenido un novio y menos una cita, es normal que no sepa como reaccionar ante Santiago.
Posdata: ¿Qué les pareció el Capítulo?
Besos y abrazos.
- RadianteUnicornio.
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