Capítulo 35
Helena
Mi cita idealizada no era para nada lo que pensarían los demás, no esperaba una cena en algún restaurante lujoso y una salida al cine para terminar en la puerta de mi casa besando a mi amando.
Pero... por un tiempo ese sí era lo que esperaba de una cita.
Ahora mismo soy feliz mientras como alitas de pollo picantes y veo una película con el amor de mi vida, acostados en el respaldar de la cama, me permito disfrutar este momento.
Tan simple para algunos pero no para mí. Santiago sabe que no voy a estar mucho tiempo en casa una vez sea coronada, así que pasar un momento con él en su habitación, contiene mucho significado para ambos.
- ¿Estás llorando...? - pregunta Santiago ante sentir que algo va mal.
Asiento mientras miro la escena que creo nunca voy a superar: La muerte de Tony Stark en Avengers: Endgame.
- No merecía morir... justo había recuperado a Peter y deciden acabar con su vida, es injusto.
- ¿Me hiciste ver todas las películas en orden cronológico... solo para llegar a esta escena? - sonríe y me mira con ternura cuando yo asiento confirmando.
- Es que sino no entenderías el porque duele tanto... La primera vez que lo vi en el cine de papá, salí con los ojos rojos y con mucho enojó, mamá me abrazó y me pidió que no lloré por tonterías.
Sonrió al recordar ese momento.
Necesito que vuelvas mami.
- Bien, ¿Cuál sigue en la lista?
Me pregunta una vez que terminó la película:- Ya es suficiente por hoy.
Le digo mientras me estiro y me preparó para irme.
- Pensé que hoy teníamos todo el día para nosotros.
Al observar la confusión bañar su rostro, analicé mi comportamiento y entendí el mal entendido:- No, no es que quiera irme... realmente quisiera quedarme más tiempo, pero Moon hace unos cinco minutos me mando un mensaje y al parecer encontró a mi madre.
Santiago se sorprende ante mis palabras.
- Eso es genial pero no te veo muy feliz que digamos.
- No lo estoy, no me dejará acercarme a ella, es un feto aún... y es humano, amor.
Ante decirlo en voz alta me dejo caer en la cama, mi cerebro va a mil por hora y piensa en cuantas opciones tengo para solucionar eso.
- ¿Es muy malo que sea humano?
- Sí, será débil y no vivirá el mismo tiempo que yo. La sola idea de ver a mi madre morir otra vez me aterra y no quiero pasar por eso otra vez.
- ¿Y qué piensas hacer? No estarás pensando en- se calla al ver mi mirada, él sin que yo diga algo sabe perfectamente lo que planeo hacer y eso me gusta, pero ahora es vergonzoso.
- Convertirla en algún ser sobrenatural la hará más fuerte, solo debo esperar a que crezca un poco y pueda soportarlo.
- ¿Y no crees que eso la afectaría? Ella crecerá en un ambiente humano y nada parecido al nuestro, estás siendo egoísta con ella.
- Lo hago por ella, le haré las cosas fáciles, le presentaré de alguna forma a papá y cuando se enamoren, lo harán y lo sé, ella misma va a querer ser como nosotros.
Santiago niega en desacuerdo.
- No puedes asegurar nada, ella no es tu madre, es una persona distinta que tiene el alma de la persona que fue tu madre.
Bajo la mirada intentando pensar en alguna forma de negar sus palabras, pero era imposible, él tiene razón.
- No quiero hablar de este tema ahora, ya tendré tiempo para pensar que hacer, aún no nace.
Le escucho suspirar, se acerca para abrazarme, no sabía que lo necesitaba hasta que lo hizo.
- Todo saldrá bien. Pero no hagas cosas que sabrías que a tu madre no le hubiera gustado que hagas.
Me recuerda, asiento sin decir nada y me separo de su cuerpo.
- ¿Cenamos juntos?
- Preparé algo para nosotros.
Asiento y me voy una vez estoy lista, de pronto sentí frío y supe que se trataba de Moon, él siempre viene con ese aire fresco.
Sabes que está cerca si hace frío.
- ¿Me buscabas?
Ante escuchar su voz me detengo en medio de las escaleras. Volteo para quedar en frente de él, ya no era una mujer, sino un hombre y verlo así me hizo quedarme sin palabras por unos segundos.
- Sí, dijiste que me llevarías con ella, incluso deje mi cita hoy... Créeme que estoy desesperada por saber quién es la persona que lleva a mi madre.
- Bien, dame la mano, te llevaré.
Hago lo que me pide y en un simple parpadeo ya no estaba rodeada de grandes muros, había abandonado el castillo. Al mirar a mi al rededor me percaté de que estábamos en un pueblo, se veía muy rural y casi no había gente en la calle.
- ¿Mi madre nacerá en el campo?
Me preguntó a mi misma. Suelto la mano de Moon y camino para observar mejor el panorama.
- No es un lugar feo, es bastante lindo y tranquilo. Pero el campo no es importante aquí, sino los padres que le tocaron, no te va a gustar.
Vuelva a tomar mi mano y vuelvo a estar en otro lugar, sabía que era el mismo pueblo, pero un sitio distinto. Estaba oculta atrás de un enorme árbol y más allá había una roca igual de grande, lo importante era que tenía la vista perfecta de una casita.
Y por la ventana podía apreciar a una pareja, aparentemente, discutiendo fuertemente. No se me hizo difícil escuchar el tema de la pelea...
- ¡Ese bebé no mío!
Gritaba el hombre mientras negaba apuntando a la mujer que estaba llorando pero se veía igual de molesta.
- Piensa lo que quieras, si quieres irte hazlo, no me sorprendería. Solo déjame en paz.
Le pide intentando mantener la calma, pero el hombre la empuja y hace que ella termine en el suelo.
No.
Me dice Moon, su voz retumba en todo mi cerebro y no me deja actuar, claro... había olvidado que no podía intervenir directamente.
- ¡Vete o no respondo! - le grita la mujer desde el suelo.
- ¿Me amenazas a mí? Tienes todo esto porque yo te lo di, eres una mala agradecida. Fui bueno contigo, pero veo que te gustan los idiotas como Taylor, te lo cumpliré.
Intenta acercarse pero de la nada escucho un disparó. Dejo de mirar a Moon y observo rápido la casa, el cuerpo del hombre cae al suelo y la mujer se levanta temblando.
- ¿Y así quieres que no me meta? No permitiré que mi madre nazca en una cárcel.
Hago que me suelte y Moon parece seguirme sin muchas opciones, una vez llegué a la puerta no toqué, agarre la manija y empuje fuerte logrando que se abra ante mí.
La mujer estaba semi sentada y miraba con pánico lo que había hecho, pero cuando nos miró nos apuntó con el arma.
- ¿Quién eres?
- Ella no puede verme.
Me avisa Moon y ya entendía porque solo me miraba a mí. Yo solo intentaba pensar en como ocultar un cuerpo.
- Soy hija de la persona que llevas en tu vientre.
- ¡Vete o disparó! No tengo miedo como puedes ver.
Me dice viendo de reojo el cuerpo.
- Unas simples balas no pueden hacerme daño. No hablas con cualquiera, humana y te aseguro que no te conviene hacerme enojar.
Me acerco rápido y agarro el arma que tiene para lanzarla lejos de ella. Mi rápida acción le asusta y se aleja con el evidente miedo en su mirada.
- ¿Cómo...?
- Ya te lo dije. No soy alguien común y tienes una suerte inmensa de tener a mi madre en tu vientre, así que nunca vuelvas a hacer algo como esto. Esta vez te ayudaré.
La confusión que siente me desespera pero entiendo, era una humana y es comprensible que no sepa nada.
- Solo la estás asustando.
Miré a Moon:- ¿Perdona? No soy yo la que mató a alguien.
- No, pero a sus ojos actúas como una loca.
- Has que te vea entonces.
Él maldice y supongo que se deja ver ya que ella si antes estaba asustada ahora se encuentra aterrada.
- Hola, soy Moon. - alza su mano en forma de saludo y la mujer se desmaya.
- Genial.
Digo sarcástica.
- Diría que es la primera vez pero no lo es.
- Ya andamos presumidos. Ayúdame a arreglar esto, entierra ese cuerpo dónde nadie lo encuentre y yo me encargo de ella.
- Claro, dame a mi todo lo difícil.
Se queja pero obedece, al segundo el cuerpo y él ya no estaban. Una vez sola me encargue de limpiar todo y en resumen, borrar evidencia que la pueda incriminar.
Agarré el arma y me lo guarde, nadie lo encontraría si lo tenía conmigo.
Levante a la mujer en brazos y la deje en la única cama del lugar. Mientras la acomodaba pude ver las marcas en sus brazos y piernas.
¿Ese maldito abusaba de ti?
Pensé mientras la observe dormir. Al cabo de media hora abrió los ojos, estaba desorientada, pero al verme recordó todo y volvió a entrar en pánico.
- Escucha, tal vez no me presenté como debía, pero no mentí en ninguna de las cosas que te dije. No vas a ir a la cárcel, yo me encargaré de que no te puedan culpar, pero a cambió... entras a esta niña.
Ella tocó su barriga y se puso derecha:- ¿Por qué me ayudas? No tiene sentido.
- Puede que creas que este loca pero... la hija que vas a tener es mi madre.
Evidentemente, su rostro se contrajo en confusión y se veía que no me creía.
- Estás loca.
- Soy una mujer lobo... mi madre era híbrida y murió, pero reencarnar es posible y por ese motivo estoy aquí.
- No te creo.
- ¡Humana tenías que ser! - me quejo levantándome, miro su mesa de noche y de solo dar un puñetazo esta se parte por la mitad:- ¿Y ahora?
- Cualquiera puede hacer eso.
Denme paciencia.
- Bien, pero no esto -uso mi mano libre para romper mi dedo y debido al sonido ella se asusta.
- ¿¡Qué haces!? -exclama sorprendida.
- Romperme un dedo, no duele, va a sanar... dame diez segundos.
Le pido, una vez que este vuelve a su estado natural, le muestro con una sonrisa.
- Ok, ahora te creo.
Dice ya convencida pero sin esconder su sorpresa y algo de miedo, tal vez.
Ya empieza lo bueno.
[•♡•♡•]
• Nota de Autora:
Han pasado, ¿dos meses? No lo sé, perdón por la demora, no sabía que escribir y tampoco quería forzar, cuando lo hago suele salir muy mal.
En fin, ya cada vez estamos más cerca del final, menos de unos veinte capítulos.
No prometo actualizar rápido, estoy muy metida en "La casa de los cuervos" y no puedo escribir algo sin pensar en los semidioses ;) les juro que son mi nueva debilidad.
¡Nos vemos la próxima!
- A.F.
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