- coincidencia -

- ¿Entonces ahora estamos rodeados? - Saber estaba un poco nervioso mirando hacia la nada.

- Si no haces contacto visual con ellos, no pasa nada - Ace también estaba mirando hacia el fin del mundo.

- ¿Sabes que aunque nos ignores seguimos aquí, cierto? - Izo sonrió divertido por el pobre chico pecoso.

- ¿No les parece que deberíamos ya tomar una misión? ¿Muy lejos? ¿Tal vez cerca del fin del mundo? - Aggie estaba casi enterrándose en el agua.

- No sean así, apenas sí nos acaban de conocer - Thatch estaba tratando de ser agradable.

- Exclamaron los secuestradores - hablaron todos los hermanos de Ace al mismo tiempo, incluyendo al chico de fuego.

- Ey... No puedo ir contra su lógica - Haruta quedó callado a mitad de camino.

- ¡Listo, 60 minutos! - Por fin suspiraron, se pusieron las toallas y comenzaron a ponerse de pie.

- ¿A dónde van? - Jozu no podía dejar de mirar a Deuce, embelesado, acababa de encontrar a su alma gemela y ni siquiera le estaban dirigiendo la mirada.

- Banshee ya debe haber terminado - Mihar ronroneó, llamando la atención de los piratas de Barba Blanca.

- ¿El ronroneo? - Thatch se sentía bastante emocionado.

Ace caminó con sus hermanos tranquilamente, aunque en realidad por dentro se estaba medio muriendo porque podía sentir la mirada del viejo en su espalda, clavando sus ojos en su marca. El viejo se había mantenido en silencio, sabía que estaba planeando algo, ¡Se sentía en peligro!

- ¿Ya nos vamos? - Banshee ya estaba lista con su ropa; sus hermanos asintieron y se pusieron sus ropas.

- ¿Saliste antes de tiempo de las aguas? - Kimel calculó el tiempo que su hermana demoraba en las aguas usualmente.

- Digamos que había algunas chicas con unas marcas... - Banshee se rascó la nuca, un poco incómoda.

- Sí, que te pasó lo mismo que a nosotros - Hublot suspiró.

- Vamos, tenemos que descansar, fue un día muy agotador - Ace y los demás se fueron a sus cuartos.

- ¿En qué estás pensando, yoi? - Marco miró por el rabillo del ojo a su padre.

- ¿Por qué crees que estoy planeando algo? - Shirohige se hizo el loco.

- ¿Será porque nadie te preguntó si estabas planeando algo? Solo te pregunté en qué estabas pensando, yoi - Barba Blanca tenía una gotita de sudor en su cara, no había forma de escapar de su hijo.

- Recuerda que le prometiste a Ace que no volverías a intentar secuestrarlo - Blamenco miró a su padre; el hombre más fuerte del mundo soltó un gran suspiro.

- Son mocosos difíciles - en eso todos tenían que estar de acuerdo.

- ¿No deberíamos intentar ser solo... amigos por el momento? - Thatch miró a sus hermanos.

- ¿A qué te refieres con eso? - Como siempre, Izo, tratando de darle toda la atención posible al cocinero.

- Bueno, cuando Ace me rescató... él era realmente amable y agradable conmigo, incluso después de saber que tenía nuestra marca de lugar del destino. Simplemente amigos. Pienso que si hubiéramos seguido de esa manera tal vez hubiéramos llegado a ser hermanos más rápido - Todos suspiraron; pasado mañana volverían al barco, así que no había mucho que hacer.

Pero el cocinero y el comandante de la primera división tenían ideas completamente diferentes al resto de su familia.

Thatch iba a recuperar la amistad del pequeño Ace, costara lo que costara.

A la mañana siguiente, Ace se estaba estirando como un gato en la ventana; hoy era un buen día.

- ¡Ace! - ¿Ese había sido Thatch?

El pecoso se encaminó hasta la puerta de su habitación y la abrió de una vez. Efectivamente, el cocinero estaba sonriendo en su puerta.

- ¿Qué haces en mi habitación? No, mejor aún, ¿cómo conseguiste el número de mi habitación? Estamos en un jodido rascacielos - Ace no podía creer el nivel al que podían llegar los piratas de Barba Blanca.

- ¡Vamos a pasar el día juntos! - Thatch no quitaba la sonrisa de su rostro.

- No - Ace estaba a punto de cerrar la puerta en la cara del cocinero, pero este se metió a la habitación sin aviso alguno - ¿No pueden dejar de ser tan insistentes por un solo momento?

- Solo estoy tratando de ser tu amigo, ¿te gusta mi amistad? - Thatch tenía una mirada que hacía que Ace se sintiera mal al rechazarlo.

- No es eso, solo que no soy tan... ¿Efectivo la primera vez? - Ace pasó su mano por su cabello.

- Como quiero ser tu amigo, vamos a poner algunos límites. Yo básicamente casi no tengo límites, normal, pero parece que tú sí los tienes - Thatch palmeó el lugar a su lado para que el pecoso se sentara con él.

- Está bien - Ace se sentó al lado del cocinero, aún un poco inseguro.

- Cuéntame qué es lo que te molesta - Ace dudaba un poco de que esto fuera a funcionar.

- No soy muy bueno con el contacto físico, aunque mis hermanos dicen que cuando tomo confianza soy un abrazador - Ace se sonrojó por la pequeña confesión.

- ¿Algo importante que tenga que saber? - Ace asintió ante la pregunta.

- Bueno, a veces me quedo dormido en lugares al azar y soy un poco sensible a... las emociones, así que cuando eso pasa simplemente desaparezco porque me voy a esconder. Es algo que me exige mi Omega - Thatch asintió; conocía a varios omegas que hacían lo mismo que Ace, no tenía ningún problema con eso.

- ¡Está bien, puedo con todo eso! - Thatch se levantó e iba a tomar la mano de Ace, pero se detuvo y se la extendió para que el propio pecoso la tomara.

- Bien, pero te advierto que mis hermanos son... y lloran fácil - Ace tomó la mano del cocinero y lo encaminó hasta el punto de reunión.

- Por cierto, ¿cuántos años tienen tus hermanos? - Thatch se estaba conteniendo, también quería llamarlos sus hermanos.

- Más o menos como la mía, yo tengo 18, ellos son uno o tres años mayores que yo - Thatch casi escupe su alma; eran una pequeña camada de cachorros, quería morir de ternura.

- ¿Y ustedes qué hacen? - Preguntó después de presentarse ante todo el grupo.

- Navegación, es lo que nos gusta, además de ser mercenarios; lo manejamos como la palma de nuestras manos - Deuce le dio una dulce sonrisa al cocinero que lo estaba haciendo morir.

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