Capítulo 34: Diferentes

Tercer Arco: La isla de la muerte



Aris no se sentía muy bien.

La diosa Amanzi le había advertido que no utilizara ningún hechizo complicado después de usar el domo que cubría la isla. Pero no obedeció.

Hizo el hechizo con "la perla del abismo" para curar a Ethan, la burbuja alrededor del barco y a Khilsha, que también necesitaba magia para ser llamado y controlado.

Ahora su cuerpo era casi cómo el de un humano común, aunque todavía seguía teniendo esa fuerza tan abrumadora, la cual ningún tritón poseía.

Aris era diferente a los demás en muchos aspectos, y su fuerza era uno de ellos.

Pero aun así no podía evitar sentirse decaído.

Trataría de fingir y ocultar esto a Ethan para evitar que se preocupara demasiado.

De todas maneras, aún habían muchas cosas por resolver....

Era la mañana siguiente y Aris se despertó con el cuerpo entumecido.

Usar magia le estaba pasando factura.

Aún con los ojos cerrados palpó el lugar dónde se encontraba, y sintió algo cálido debajo de su mano. La respiración de alguien que estaba a su lado era muy lenta y suave.

Y en ese momento recordó lo que había pasado.

Aliviado abrazo a Ethan y se quedó ahí medio dormido...

La suave sábana cubría sus cuerpos y Aris sentía su cálida piel, deslizó su mano por ella y sintió su textura, esa sensación era demasiado embriagante para ignorarla.

Entre sus dedos las curvas en su pecho y abdomen era algo fascinante de tocar.

Luego de varios minutos Ethan comenzó a despertarse, y de inmediato sintió algo helado recorrer su piel.

Se quejó y se movió de posición para estar más cómodo.

Y sin querer tomó a Aris y lo abrazó, tanto que casi lo aplastaba. Esa posición era tan cómoda y refrescante que no quería moverse en absoluto, y siguió durmiendo plácidamente.

Mientras tanto, Aris era casi aplastado, y el rostro de Ethan estaba descansaba sobre su pecho, y desde ahí podía ver sus hermosas pestañas rubias.

No se movió y dejó que siguiera durmiendo.

Piel contra piel, cálido y frío. Era una mezcla gratificante para ambos, y Aris acostumbrándose a esa posición volvió a cerrar los ojos e intentó dormir de nuevo...

Ninguno quería levantarse, pero ya habían dormido demasiado, y sin poder evitarlo Ethan se despertó por completo.

Pero estaba sobre algo extraño, suave y cómodo.

"No recuerdo tener una almohada así"

Pensó extrañado y abrió los ojos.

Había trepado sobre Aris y dormía sobre él como si nada. Su rostro estaba muy cerca del suyo, sus ojos cerrados se miraban muy tranquilos y su cabello estaba por toda la almohada. De pronto tensó sus párpados, respiró profundo y abrió los ojos lentamente.

Ambos se miraron y Aris le sonrió, levantó una mano y acarició su cabello.

Ethan rápidamente se quitó de encima y se acomodó a su lado.

—Hola—dijo Aris sentándose y enjugando sus ojos.

—H-Hola—dijo regresando el saludo.

—¿Qué tal dormiste? —preguntó cerrando los ojos y estiró sus brazos hacia arriba. Su desordenado cabello cubrió todo su cuerpo como una hermosa cascada medio rizada.

—B-Bien—dijo sentándose.

—Me alegra haber sido cómodo—comentó riendo.

Ethan se quedó un poco pasmado al verlo sonreír. Hace mucho que no lo veía con esa expresión...

—Te ves hermoso riendo—comentó con una cálida sonrisa y sus hoyuelos se marcaron en sus mejillas.

—...Tú también—respondió mirándolo tontamente.

Ethan se sonrojó ligeramente y miró hacia un lado.

—Ethan...—llamó con calma.

—¿Sí?

—¿Podrías darme un masaje en la espalda?

—C-Claro—dijo mirándolo con asombro.

—Bien—y saliendo de las sábanas dijo—te espero en la bañera.

Ethan lo miró caminar hasta el baño sin decir nada hasta que se perdió de vista.

"Aris...es un poco diferente"

Pensó con fascinación.

El vivir la vida del otro los había cambiado mucho, aunque a simple vista no lo notaran.

Aris sabía todo sobre el mundo humano, su cultura, comportamiento y costumbres. Ya no era el mismo tritón que desconocía muchas cosas, y ahora eso le serviría para poder convivir mejor con Ethan.

Al final, tener que vivir veinte años dentro de su cabeza no fue tan malo.

Al igual que Ethan, que también aprendió muchas cosas y tuvo cambios sutiles.

No confíes en nadie, no demuestres debilidad ante nadie, y sin importar qué, protegerás a la persona que amas.

Incluso si tienes que matar a alguien.

Eso es lo que le enseñó Aris a través de sus recuerdos, y le dio aún más determinación para afrontar todo lo que se interponga en su camino.

Vivir demasiado dolor junto a Aris había cambiado algo en su corazón.

¿Para bueno o para mal?

Eso no importa.

Ya estaba hecho.

Respiró profundo y caminó hacia el baño, y ahí lo vio.

Sentado dentro de la tina con una expresión serena.

—Puedes ser un poco rudo, eso se sentiría bien—dijo al verlo entrar, y tomando su largo cabello lo hizo a un lado, cayendo sobre su pecho.

Sus acciones eran seductoras, y su voz se escuchó con una melodía tan provocativa que Ethan se sorprendió al oírlo...

De entre todas las criaturas mágicas en este vasto mundo, habían tres que eran similares en algo.

Las sirenas y tritones: Eran muy hermosos y seductores, nacidos para dar y recibir amor. Dulces y cariñosos, al menos antes de la maldición de la diosa Amanzi.

Los Elfos: Lujuriosos y coquetos, elegantes y tentadores, pero también muy fríos y despiadados.

Los dragones: Pervertidos y lascivo, adictos al sexo, pero codiciosos y protectores con sus parejas.

Los tres tenían habilidades naturales que no podían controlar, haciendo perder el juicio y la razón a cualquier que tratara con ellos.

Pero Ethan extrañamente podía mantener un poco la calma. Puso su mente en un estado de serenidad y se acercó, y poniéndose de rodillas en el piso tomó a Aris por los hombros.

—Si presionó mucho dímelo—dijo Ethan moviendo sus dedos.

—Mm.

Sus pulgares hacían presión en su pálida piel, y se movían en círculos.

—Ahh... ahí se siente magnífico, un poco más abajo...uhh...si, ahí. Ahh, que bueno eres en esto—musitó Aris relajando su cuerpo.

—Mm, gracias—respondió un poco avergonzado.

Siguió las órdenes de Aris y masajeó su espalda.

—¿También quieres uno? —preguntó dándose la vuelta.

—Si—contestó con una suave sonrisa.

—Entonces entra—dijo moviendo su cabeza hacia la tina.

Ethan entró y se sentó delante de Aris dándole la espalda.

—Hazlo con fuerza, pero no tanta, no quiero que vayas a romperme los hombros—sugirió girando el cuello para mirarlo.

Pero se encontró con la mirada perdida de Aris, junto con un leve sonrojo en sus mejillas y orejas.

—... Perdón—musitó Aris apenado.

—¿Eh? ¿por qué te estás disculpando? ¿aún no me has quebrado nada? —exclamó confundido.

—No es eso...es que...—trató de explicar mientras señalaba a Ethan.

—¿Qué pasa? —interrogó tratando de mirar donde apuntaba.

—No fue mi intención—se disculpó de nuevo—no volverá a pasar...

Ethan seguía sin entender, y cuando logró ver el lugar dónde Aris señalaba se quedó helado.

Marcas rojas de diferentes tamaños estaba esparcidas en su espalda por todos lados, muy cerca de su nuca.

Y se miraba con claridad cómo las uñas se habían enterrado y rasgado en la piel.

Rápidamente Ethan miró hacia enfrente, evitando la mirada de Aris.

—D-Descuida, estás cosas pasan... aveces.

—Lo siento, te curaré rápido, sólo...

—No te disculpes—y girando la cabeza continuó con una sonrisa—si son tuyas no me molesta tener estas marcas en mi espalda.

Aris suavizó su expresión y se sonrojó como un tomate.

—Déjalas ahí y continúa con el masaje—dijo mirando hacia adelante—no te preocupes por eso.

—E-Está bien—respondió bajando la mirada y tocó sus hombros.

Trató de no hacer mucha fuerza y lo hizo lo mejor que pudo.

Ambos aún se sentían un poco apenados y se quedaron en silencio durante bastante rato...

—Aris—llamó luego de un suspiro—tenemos que resolver esta situación ahora.

—Mm, lo sé—dijo preocupado.

Sabía de qué situación estaba hablando.

Si querían irse de la isla tenían que ocuparse de muchas cosas y no dejar ni un cabo suelto.

—Podemos esperar si quieres, tú...

—Estoy bien. Vayamos ahora—interrumpió decidido—en cuánto más rápido salgamos de esto mejor. Ya no quiero estar aquí...

Ethan lo miró y en sus ojos se reflejaba molestia y preocupación.

—De acuerdo.

—Además, tengo que hablar con Amanzi sobre algunas cosas.

—Mm.

Ambos terminaron de bañarse, comieron algo rápido y se alistaron para salir.

Ethan notó que la actitud de Aris era linda, cariñosa y tranquila. Pero en lo más profundo de sus ojos había algo, una inmensa tristeza y remordimiento.

Por su mente pasaban las vívidas imágenes de los recuerdos de Ethan, y no podía dejar de pensar en ello. Inconscientemente seguía culpándose, pero trataba de no demostrarlo.

Sin embargo, Ethan lo conocía muy bien y sabía lo que estaba pensando.

"Yo también me siento triste"

Pensó Ethan decaído, el pasado de Aris lo había perturbado en cierta medida, aún escuchaba sus gritos y su expresión de profundo dolor, incluso al recordar que en algún momento de su vida fue torturado y cayó en la locura le ponía la piel de gallina. Y al pensar en los años que le quedaban a Aris su corazón dolía.

"Mi vida acabará cuando la suya se termine"

Estaba decidido a disfrutar los últimos años de vida junto a él, y lo haría olvidarse de todo lo malo.

Y cuando su final llegue también llegará el suyo...

Dejando eso de lado Ethan también se sentía un poco ansioso por la situación actual, no sabía que esperar de su "tripulación" y no entendía porque actuaron así.

Desde que habían llegado a la isla habían pasado muchas cosas extrañas.

—El día en que use el hechizo de "la perla del abismo" fue el sexto día, contando desde que llegaste a esta isla—dijo Aris poniéndose unas botas altas de color negro.

—¿Y qué día es ahora? Ya perdí la cuenta—interrogó confundido y se abrochó la chaqueta.

—El hechizo tardó en completarse hasta la tarde del séptimo día, al menos en tu caso, yo desperté unas horas antes—respondió decaído—Y ahora mismo estamos en la mañana del octavo día.

"Siento que ha pasado una eternidad"

Pensó Ethan desanimado.

—No sé dónde esté tu tripulación, pero deben estar en algún lado—y caminando al lado de Ethan lo miró y exclamó—resolveremos esto juntos.

—Mm—respondió con una triste sonrisa.

Salieron de la habitación y miraron la enorme burbuja que cubría el barco. Los rayos pasaban a través del agua e iluminaba todo su entorno. Los peces nadaban por encima de ellos, y una cosa negra sin forma flotaba alrededor del barco.

—Khilsha, sube el barco y llévalo hasta la isla—ordenó Aris—Sé cuidadoso.

Y en seguida la sombra hizo emerger el barco, y cuando la burbuja comenzó a tocar la superficie se desintegró poco a poco, dejando al descubierto el barco.

—Aris—llamó Ethan preocupado—deberías dejar de usar tanta magia, podría perjudicarte.

El barco salió a la superficie por completo y se deslizó lentamente hacia la isla.

—Está bien, pero si algo sucede la usaré sin dudarlo—respondió decidido.

Su cabello suelto, junto con su mirada intensa y decidida le dieron un aire majestuoso y de ferocidad. Ethan se sintió embelesado y preocupado al mismo tiempo, porque sabía que lo haría.

—Te daré una espada, así no tendrás que usar magia si no es necesario—dijo volviendo a la habitación.

A Ethan no le gustaban las espadas desde el incidente que tuvo con Liam, las aborrecía y prefería no tocarlas. Pero no sabía cuándo se encontraría en una situación de peligro, y por eso mantenía algunas guardadas.

En seguida volvió con una espada delgada de empuñadura blanca.

—Esto es sólo por si pasa alguna emergencia, porque yo me encargaré de protegerte—exclamó entregándosela—no dejaré que te hagan daño, lo prometo.

—De acuerdo—respondió luego de un suspiro—y gracias.

Ethan iba a decir algo cuando de repente se dio cuenta de algo, avergonzado se acercó a Aris y dijo:

—Olvidé por completo preguntar, pero...—dijo en voz baja—tu ¿estás bien? —y sus mejillas se sonrojaron.

—Ah...si ¿por qué lo preguntas? Aunque he usado magia en exceso aún puedo....

—N-No me refiero a eso—lo interrumpió desviando la mirada.

—Oh—comentó Aris al comprenderlo—supongo que estoy bien, no es tan malo—dijo con una sonrisa divertida.

—¿Entonces yo...? —su rostro estaba en shock.

—Era inevitable, era la primera vez para ambos, es común que esas cosas pasen—añadió dando palmadas en su hombro.

—Pero...—Ethan se dio cuenta de algo y preguntó con terror—¡¿por qué no me convertí en arena?!

Aris sonrió y tomando su mentón dijo muy cerca de su rostro:

—"Las personas que tienen malas intenciones y nos lastiman se convertirán en arena", y tú jamás tendrías malas intenciones hacia mí, es más, tenías las mejores, cómo hacerme sentir bien—dijo acercándose más a él y susurró—Así que no te preocupes por eso. No hay nadie más en el mundo aparte de ti que pueda lastimarme con amor.

Ethan se quedó en silencio y lo miró hipnotizado, sus orejas se calentaron por la vergüenza y apenas pudo decir:

—De acuerdo, p-pero aun así no dejaré que pelees—respondió Ethan decidido.

—Sabes que no soy un debilucho—y cruzando sus brazos añadió—justo ahora podría patearle el trasero a quien sea.

"Tan genial..."

Exclamó Ethan para sí mismo con fascinación.

Y sin darse cuenta habían llegado a la playa y el barco se detuvo.

—Bien, entonces sigamos—exclamó Aris alejándose de él y caminó hacia la orilla del barco.

Ethan lo siguió un poco aturdido y ambos saltaron del barco cayendo sobre la playa.

—Mi espada y mis cosas aún están en el prado de los girasoles.

—Entonces vayamos por tus cosas—respondió Aris tomándolo de la mano.

—Mm...

Ethan se dejó llevar y entraron a la isla.

—Hay dos cosas que no entiendo—comentó Ethan tocando su nuca—¿por qué mi tripulación parece tan distinta de lo usual? Y ¿por qué tenía un sello de amor?

—Lo he estado pensando, y he llegado a lo siguiente:
Para lo primero, creo que ellos saben que eras un noble.

—Pero eso ya no importa, eso fue hace mucho. Ya no tengo poder, estatus o dinero, no tengo nada.

—Pero tu apellido era muy importante, y tiene una larga historia detrás. Surgió hace muchos años y siempre acompañó a la familia real. Tal vez eres de utilidad para alguien.

—Mm, es posible. Pero no sé me ocurre para qué.

—También pienso que es porque eres un peleador. Los peleadores no son muy comunes y en tu barco solo habían cinco incluyéndote, pero todos son de nivel menor a tres. Tu eres el único de nivel cuatro, tal vez quieren venderte a alguien, usar tus habilidades o algo así.

—No lo había pensado de esa manera—exclamó Ethan asombrado—eres asombroso—añadió con una sincera sonrisa.

—N-No es nada—contestó con un leve sonrojo—y con lo segundo tengo aún más dudas, ninguno de los dos tiene algún recuerdo que ayude a saber quién lo hizo y porqué. Pero creo que la diosa Amanzi tiene que ver en esto.

—Tiene sentido—y suspirando continuó—ese sello era demasiado, yo no soy alguien tan aventando, h-hice todas esas cosas contigo así nada más, y apenas te conocía. Si no fuera por el sello jamás habría hecho algo así de apresurado—comentó nervioso.

—Es verdad, tú no eres así—comentó riendo y dándole un pequeño codazo añadió—fuiste muy aventado picarón, pero cuando perdiste la memoria fuiste alguien muy lindo y reservado.

—No me lo recuerdes—dijo avergonzado—me apena la manera en que nos conocimos.

"Me dijo picarón"

Pensó aún más avergonzado.

—Pero a pesar de todo me gustaron tus diferentes actitudes—y mirándolo a los ojos sonrió—todas eran tú. Y de alguna manera sigues siendo el mismo.

—...Si, aunque ahora siento que somos un poco diferentes.

—Es normal, prácticamente ambos hemos vivido más de cien años. Cambiamos mucho en todo ese tiempo... ¿te molesta que haya cambiado? —preguntó con una expresión seria.

—Claro que no. Has cambiado, pero sigues siendo el mismo, no sé cómo explicarlo, pero...—cerró sus ojos y dijo con sinceridad—no importa que, yo siempre voy a amarte, aunque cambies una y otra vez, porque en el fondo siempre serás el mismo.

—Pienso lo mismo—respondió conmovido—yo también te amaré sin importar qué.

Justo en ese momento ambos llegaron ante el prado de girasoles. Ethan lo vio y exclamó:

—Que rápido hemos llegado.

—Tomamos un atajo—ambos caminaron y se acercaron.

Y en el suelo vieron las cosas de Ethan y su espada.

—Todo lo que pasó aquí...siento que fue hace tanto tiempo.

Aris lo miró y su mirada se volvió melancólica.

—Ethan...yo, lamento lo que pasó aquí. Siento que pudo ser diferente.

—Olvídalo—dijo con una expresión seria—ya no podemos cambiar el pasado. Además, el que todos hayan muerto...eso tampoco importa.

—Estás mintiendo—dijo Aris con tristeza al mirarlo a los ojos.

—...Creo que no voy a poderte mentir jamás—contestó riendo—en verdad si me importa, todos ellos fueron mis compañeros, y ver qué trataron de hacerme daño, y que quisieron matarte...no sé cómo sentirme al respecto.

—Yo...no quise matarlos al principio.

—Lo sé, no es tú culpa. Y creo que, si ellos aún planean algo contra mí, tendrán el mismo destino que ellos—exclamó decidido.

Aris lo miró y supo que estaba diciendo la verdad. Ethan también estaba dispuesto a hacer lo que sea para estar en paz junto a él.

En este mundo sí no destruyes a tu enemigo él te destruirá.

Y ambos lo sabían mejor que nadie.

Siguieron caminando y buscando por todos lados.

—Aún quedan ocho de la tripulación en la isla. Y dos de ellos son peleadores, Ben y Robert—comentó Ethan.

—... ¿Qué piensas sobre Ben?

—No lo sé...algo en mí me dice que no confíe en nadie, pero también me dice que él es bueno. Siento que él jamás haría algo en mi contra.

—Pienso lo mismo, no creo que sea malo.

—Eso espero—su rostro se sentía cada vez más tenso, y la preocupación oprimía su pecho con fuerza.

Ethan jamás había matado a alguien.

Y si tenía que hacerlo... intentaría no pensar mucho en ello. El matar a una persona es algo que te marca para siempre, pero una voz en su interior le decía que lo haría tarde o temprano. Si quería estar en paz junto a Aris definitivamente afrontaría la muerte una y otra vez.

La tarde avanzó y aún no había señales de nadie.

"Y si los dejamos aquí y nos vamos"

Pensó Ethan sin poder evitarlo, pero al recordar que tal vez no todos tenían las mismas intenciones esa idea se esfumó de su mente.

Todos debían estar perdidos en alguna parte. Aris le dijo que antes de su llegada había bloqueado varias zonas de la isla en donde era muy peligroso, y que podía activar un hechizo que pudiera localizar a cualquier humano dentro de la isla.

—Ese hechizo funciona tanto arriba cómo debajo de la isla, y me deja ver y sentir lo que hay en las diversas cuevas y fosas.
Cuando mi hermano te secuestró y te quitó el sello entré en pánico y estuve a punto de hacerlo, pero por suerte apareciste a tiempo. Ese hechizo es muy complicado y consume mucha magia.

—Lo recuerdo, pero no tienes que hacerlo. Sólo sigamos buscando—exclamó Ethan seriamente.

—De acuerdo, pero todos deben estar perdidos. Y si los encontramos ¿Que haremos con ellos?

—...No estoy seguro, primero intentaré hablar con ellos.

—Mm.

Siguieron buscando, pero Aris comenzó a sentirse un poco mareado.

Estar en forma humana lo debilitaba en su estado actual ya que ese también era un hechizo. Sus heridas se curaban más lento que cuando estaba en su forma normal y su cuerpo era un poco menos resistente, pero ahora que su magia estaba casi agotada era más evidente.

Estar en esa isla oprimía su magia y hacía que recuperarla fuera un proceso más lento.

La diosa le dijo que cuando saliera sus poderes incrementarían y podría usar el arete que había robado del palacio.

¿Para qué era o qué hacía?

No tenía idea.

Estaba tan concentrado en sus pensamientos que no se dio cuenta que Ethan lo están llamando.

—Aris—exclamó tomándolo de los hombros.

Aris reaccionó, lo miró con una expresión cansada y su rostro estaba pálido.

—Estoy bien, es sólo qué...—trató de calmar a Ethan, cuando una gota de sangre salió de su nariz.

—Ya es suficiente—dijo preocupado y limpió su nariz—mira cómo estás. Mejor regresemos y...

Mientras Ethan hablaba Aris sintió un mal presentimiento y un escalofrío bajó por su espalda. Sabía que algo no andaba bien.

—¡Ethan, agáchate! —gritó Aris con una expresión molesta.

Y en ese momento, cuando Aris hizo que Ethan bajara la cabeza lo cubrió con su cuerpo, y una enorme lanza de plata, con una hoja de agua muy afilada atravesó su pecho.

"¡Malditos bastardos!"

Exclamó Aris con ira.


Nota: Capítulo dedicado a Reín, quien vota y comenta cada parte que lee. Muchas gracias UwU.

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