Te extrañé
Después de haber escapado de ese manicomio, había emprendido el viaje de vuelta a casa.
Para cuando llegué al recinto, toque la puerta emocionada, pero quien la abrió no era quien esperaba.
Al principio lo mire con cara de poker, pero cuando lo observe a detalle, me di cuenta de ciertas similitudes que tenia con un tipo que hace años no veía.
-¿Tío Yagi? - dije demostrando todo el asombro que sentía al verlo así. La imagen que yo tenia de él, era muy distinta a la que veía ahora.
Recuperándome rápidamente, lo mire con los ojos entrecerrados e inhale lentamente para decir
-Te dije que dejaras las drogas- le dije para demostrar que de verdad era yo, pero debido a esto pareció reaccionar y rápidamente me abrazó. Aunque parecia más una llave que un abrazo :'v
Tras minutos de intenso silencio, una nueva voz hizo que mi corazón se acelerara. Por la puerta había aparecido la persona que yo más habia extrañado y lo siento bakugou, pero no eres tú.
-Vago! - dije mientras me deshacía de los brazos de la momia para llegar hasta el nombrado.
Este al verme se sorprendió, pero reacciono a tiempo para amortiguar el impulso que le dio mi inesperado abrazo - te extrañé - dije liberando todas las emociones que había contenido en este tiempo, haciendo que él me acariciara la cabeza para intentar animarme - tus intentos por animar a los demás siguen siendo pésimos.
- No se porque no me sorprende - dijo suspirando - al parecer ni Endeavor pudo contigo, eres un caso perdido.
-¿Me has visto soltar algún insulto desde que llegué?- dije entornando los ojos - los insultos no son algo que use todo el tiempo, al menos algo bueno aprendí del viejo- aunque internamente rogaba de que su lado acosador no se me hubiera pegado. Ante el pensamiento senti un escalofrío y me alegre de haberme escapado, ese hombre de verdad daba miedo.
- De verdad has cambiado - comenzó a decir el tío Yagi, por lo cuál sonreí con orgullo - ahora estas más fea - y con eso, el aura a nuestro alrededor se torno pesada, alertando a mi padre de que una situación peligrosa se acercaba.
- Yo no soy la que esconde su identidad por su fealdad Bv- dije logrando que el rubio comenzara a reír de una forma semejante a la antorcha. ¿Que no hay alguien normal en este mundo?
-bueno, basta de tanta charla y ve a ordenar tus cosas, que lo que te queda de tiempo lo usaras conmigo entrenando el kosei de anulación.
- No tienes piedad ni con tu propia hija, comienzo a arrepentirme de haber venido - dije dramatizando, aunque lo hacia más por molestar que por otra cosa.
- Si continuas con esa actitud, sera el doble de entrenamiento - me dijo con esa mirada de "Cuidadito" a lo que me puse más seria y acaté sus ordenes. Ya que la última vez que me castigo con un entrenamiento doble, no me pude mover en una semana sin sentir los huesos crujir.
Así, fue como comenzó mi entrenamiento en el tiempo que restaba para entrar a la academia, ya que debido a mis kosei, había recibido las recomendaciones y ofertas de distintos héroes y agencias, pero también tenia prohibido rendir el examen de lucha por cuestiones de resguardo. Según ellos, era porque mi kosei podria facilmente dañar a otros participantes, por eso me tuvieron que hacer una prueba individual em donde tuve que luchar contra unos extraños robots, pero al final todo transcurrio sin contratiempos.
(...)
Los dias para que el resultado llegara habían pasado. Por lo que a primera hora del día, ya me encontraba esperando frente a la puerta. A eso de las 12 del día llego el cartero con la correspondencia. Le agradecí debidamente antes de destrozar el sobre y conocer el resultado.
En el proyector, habia aparecido el tío Yagi en su forma esqueletica, pero este en el vídeo comenzó a salirse del tema, hablando de como me había visto crecer y esas cosas. Después de como media hora escuchando, se digno a hablar de lo importante. La noticia de que había quedado me hizo sentir orgullosa de mi misma, pero en el vídeo también abordó el tema de que mi kosei no debería ser rebelado a menos que estuviera en una situación de vida o muerte.
Seguramente estas palabras no habían salido verdaderamente de él, ya que desde pequeña, el me había apoyado cuando nadie más lo hizo. Mis papás en ese tiempo tenían demasiado trabajo y varias veces recibía los comentarios hirientes de los que habían presenciado mi particularidad, pero fue gracias al tío Yagi que logre sobrellevar esa carga. Involuntariamente sonreí al recordar aquellos días que me habían marcado. Sin duda el tenia lo que a muchos les faltaba, la capacidad de no dejarse llevar por las apariencias involucrándose sin vergüenzas para ayudarte a sobrellevar el pasado. Es por eso, que el había despertado en mi la admiración. Yo no buscaba ser la héroe número 1, yo solo quería ser la heroína que sanara las heridas internas de los demás. Quería ser como el tío Yagi, no como el All Might que todos aspiraban a ser.
Recuerdo que una vez le conté todo esto, pero cuando se lo dije él comenzó a sollozar como un niño (aunque mentalmente lo era :v) y me abrazo agradeciendome por mis palabras, diciendo que lo conmovían increíblemente.
Ese día, yo había conocido una nueva faceta de él, pero en vez de sentirme decepcionada, solo senti crecer más mi admiración por este hombre. A pesar de lo fuerte que se mostraba ante los demás, él era una persona frágil de corazón, lo que me hacia darme cuenta de que en el fondo, no eramos tan diferentes.
(...)
Aquel día yo había hablado seriamente con mi padre debido a la prohibición de mi kosei, pero este solo me dijo que yo era la que tomaba la última decisión.
Para cuando el día de las clases comenzó, yo me había adelantado para poder disfrutar tranquilamente del recorrido.
A diferencia de muchos, vivir lejos de la escuela no era una razón por la cuál utilizar los medios de transporte.
En el tiempo que pase con endeavor, me acostumbre a caminar largas distancias disfrutando de las vistas y la tranquilidad. Esto también me ayudo a desarrollar mejor mis habilidades sensitivas y motoras, ya que al sentir un ruido sacaba conclusiones sin dejar el recorrido.
Para cuando llegué a la academia, me encontré con la sorpresa de que aún no llegaba nadie, por lo que tome una una nota mental de venir a esta hora todos los días.
Estaba a punto de avanzar cuando una voz me obligo a voltearme.
-Disculpa, pero ¿sabes donde queda la clase 1-b? No me manejo muy bien con las direcciones - dijo una chica de largo cabello rojo, pero como se notaba algo nerviosa, le sonreí para tranquilizarla y asentí con la cabeza.
-Claro, yo te llevo- le dije con simpleza mientras comenzaba a caminar hacia su salón. Debido a la profesión de mi padre y mi entrenamiento, conocía las instalaciones lo suficiente como para recordar la ubicación de los salones.
Para cuando llegamos, ella se mostró agradecida y me sonrió mas relajada.
-Gracias por ayudarme, soy alice y tú? -dijo extendiendome la mano con bastante naturalidad.
-Soy Tn, gusto en conocerte alice- dije sonriendole con sinceridad, pero decidí que ya era momento de volver a mi clase- lo siento, pero debo irme a mi salón. Nos vemos! - dije mientras tomaba el camino de vuelta, pero al llegar note que ya no era la única en el salón.
Varios chicos se encontraban conversando animadamente, pero al escuchar la puerta, estos se voltearon observándome de distintas formas.
Un chico de pelo rubio platinado me observaba con un brillo difícil de interpretar para muchos, pero para mi solo significaba una cosa.
Me había extrañado
Disimuladamente, note que bakugou no era el único en inspeccionarme con su mirada. Lo de él era entendible, ya que nos conocíamos desde pequeños y era natural que quisiera ver los cambios que tuve al pasar los años.
Entre los otros chicos que me observaban, note a uno con un inusual color de cabello. Irónicamente me recordó al mio, ya que ambos teníamos el color dividido en dos colores, pero este al darse cuenta de que lo había pillado, se dio la vuelta no sin antes dirigirme una extraña mirada que me puso nerviosa.
Esa mirada era demasiado intensa como para poder ignorarla, pero con esfuerzo logre seguir imperturbable.
Observando los asientos, me fije en que los que estaban cerca de bakugou estaban desocupados, así que me puse detrás de él para poder hablar con más comodidad.
Irónicamente, quien se encontraba detrás de ese asiento, no era ni más no menos que el chico chilindrina (por que su pelo es mitad blanco y mitad rojo).
Apenas me senté en el puesto, bakugou se volteo tras cerciorarse de que nadie nos observaba, mirándome con su típica expresión de "hablas y te mato" y me sonrió con la mirada.
Cuando el estaba feliz, sus ojos brillaban de una manera tan bonita que siempre acababa apretándole las mejillas.
Esta vez me contuve para no arruinar su imagen y comenzamos a hablar de temas triviales. Le comente todo lo que había hecho de forma resumida y sin decir nombres, pero a medida que nuestra conversación avanzaba, nuevos estudiantes ingresaban al salón. Por un momento vi a bakugou tensarse y por inercia me fije hacia donde miraba. Al parecer, observaba a un chico de cabello verde y pecas. El cual se me había hecho demasiado adorable, pero preferí no comentar nada al ver como lo observaba katsuki.
Al parecer esto recién comenzaba.
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7u7 diganme en los comentarios...
¿Quieren maratón?
Porque aprovechen que estoy de humor~
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