Capítulo XVII: El viaje a París (parte 4)
Sherlock y yo llegamos junto con el oficial Jones a un barrio conocido como Saint Honoré, ubicado al sur de París.
Mientras caminábamos por las calles guiados por aquel curioso oficial que resultaba muy parecido a Clarcky, las personas del lugar se asomaban por las ventanas y nos miraban a Sherlock y a mí como si trataran de reconocernos.
-¿Crees que nos conozcan? –le pregunté a Sherlock que caminaba a mi lado, tomando mi mano.
-Puede, pero también puede que estén asustadas por lo que acaba de pasar cerca de su hogar. –comentó, acomodando su sombrero.
-Claro, este es un barrio muy familiar, aquí hay muchos niños. –dije.
-Y lo que menos quieres es que niños tengan el infortunio de ver a una mujer muerta cerca de su hogar. Se ve que están un poco alterados. –dijo Sherlock observando al cielo y soltó un suspiro.
-¿Qué pasa? –le pregunté algo extrañada y él me miró inmediatamente con un ligero trazo de melancolía en sus ojos amielados.
-Pues, es que me parece un poco injusto que por culpa de un hijo malcriado tengamos que retrasar tanto nuestra boda. –comentó riendo ligeramente, pero sin muchas ganas.
Yo acaricié un poco mi nuca y afiancé más el agarre de nuestras manos.
-Hey, tranquilo. –exclamé tratando de animarlo- Estoy segura que todo se arreglara pronto, estamos juntos en esto, ¿no? –la sonrisa de Sherlock tomó un poco de más confianza.
-Claro. –me dijo y sentí como son sus dedos acariciaba el borde mi mano para luego acariciar mi anillo.
Seguimos caminando y me di cuenta que nos habíamos adentrado en un callejón un poco alejado del barrio y algo oscuro para ser de día. Lo cual me pareció extraño y noté que Holmes también se alarmó; en ese instante, ambos nos habíamos puesto alerta. Luego, notamos que el oficial Jones salió corriendo hasta la esquina cuando logró divisar el lugar donde se encontraba el cuerpo de la mujer que nos había comentado en la comisaría. Con un poco más de cautela, Sherlock y yo lo seguimos y cuando llegamos junto a él, este soltó un grito agudo.
La neblina del lugar no ayuda mucho a poder enfocar lo que sucedía y además el vapor que salía de las tuberías de las paredes también nublaba bastante nuestra visión. El agudo grito que el oficial soltó, me hizo sentir escalofríos.
Con movimientos de nuestras manos, Sherlock y yo logramos dispersar un poco el vapor y la neblina que no nos dejaban ver correctamente y cuando pudimos enfocar nuestra visión, nos llevamos una sorpresa bastante desagradable.
El oficial Jones se encontraba sosteniendo el cuerpo de uno de sus compañeros, al instante comprendimos que su grito de hace unos instantes pudo haber sido porque quizá lo hayan asesinado frente a sus ojos. Rápidamente, Sherlock y yo nos acercamos hasta ellos y yo intenté calmar el brote de sangre que salía de la herida del hombre moribundo que se encontraba en brazos de su compañero.
El oficial Jones sollozaba y maldecía por haber dejado a su compañero ahí solo.
-Sabíamos que...que podría ser una trampa pero...pero aún así Sam me dijo que fuera rápido a pedir apoyo a la comisaría, que no me preocupara, que él estaría bien. –comentó entre sollozos el oficial Jones aún con el cuerpo de su amigo entre sus brazos, este todavía respiraba ligeramente y a pesar de mis intentos por controlar la hemorragia y los de Sherlock por ayudarle a levantarlo del piso para salir del callejón y buscar ayuda médica, no faltaba mucho para que el hombre diera su último respiro.
Con su último aliento de vida, le dijo al oficial Jones que no se preocupara, que él estaba bien y que había hecho lo que tenía que hacer. Las lágrimas corrían sin cesar por el rostro del oficial Jones y justo antes de cerrar los ojos, se despidió de su amigo y al instante, su pulso despareció.
En un intento de consuelo, Sherlock y yo colocamos nuestras manos en cada hombro del oficial Jones y luego nos alejamos un poco para darle un momento. Un sentimiento de frustración e impotencia comenzaron a aparecer un mi interior.
Apreté mis puños y por la fuerza de esto, se habían comenzado a poner blancos. Apreté mis dientes y maldecí internamente al hijo de Blackwood. Esto ya solo era un capricho, estaba segura que lo único que quería demostrar era que era superior a sus padres y mucho mejor que su padre, pero esto, ya había llegado muy lejos.
Comencé a maldecir y corrí hasta una de las paredes del callejón para chocar mi puño contra este, lastimándome los nudillos. A diferencia mía, Sherlock era más resistente a este tipo de situaciones y sabía controlar perfectamente sus emociones, yo no, yo era punto y aparte en ese tema. Las lágrimas también comenzaron a brotar de mis ojos, resbalando por mis mejillas y mientras sollozaba, mis hombros subían y bajaban una y otra vez al igual que mi pecho.
En ese momento, sentí una de las manos de Sherlock en mi hombro, y la otra envolver mi mano que había estrellado contra la pared de ladrillos.
Narra Sherlock
Al ver la reacción de ___________ comprendí que jamás te puedes terminar de acostumbrar a este trabajo.
A pesar de ser una gran detective, brillante y audaz, sus sentimientos siempre salían a flote y con mucha intensidad, a comparación mía que había aprendido de algún modo, a guardarlos muy en el fondo, aunque __________ era la causante de que poco a poco, fuera atreviéndome a sentir de nuevo.
Por ese motivo, sentí mucha empatía con el pobre oficial Jones, el haber perdido a su compañero debió haber sido un golpe terriblemente doloroso y cuando me encontraba tratando de darle un poco de alivio al oficial, vi como _________ chocaba su puño contra la dura pared. No podía permitir que se hiciera daño y menos, por culpa de alguien tan despreciable como el hijo de Blackwood.
Me acerqué a ella dejando solo un momento al oficial Jones. Coloqué una de mis manos sobre su hombro y con la otra, envolví su mano con la que había dado el golpe a la pared. __________ temblaba un poco a causa de su llanto, notaba como su pecho subía y bajaba con gran velocidad al no poder contener sus lágrimas. En un intento por lograr que se calmara un poco, afiancé más el agarre de nuestras manos y deposité un suave beso en su mejilla derecha, un beso que supo ligeramente a sal.
De a poco, __________ fue recuperado la compostura y luego, se giró para quedar justo frente a mí. Al verla así, una gran ternura me invadió y esa gran necesidad de protegerla, me inundó por completo por lo que sin dudarlo ni un segundo, la envolví entre mis brazos y ella se abrigo gustosa en ellos.
Su cabeza estaba recargada en mi pecho y de a poco, su llanto comenzó a desaparecer. Suavemente, acariciaba su cabeza, pasando mis dedos por su cabello y la respiración de mi prometida se hizo más tranquila. Me imagino que podía sentir mi corazón latir con fuerza, puesto que, soltó un profundo suspiro abrazándome con más fuerza.
Cuando levantó su rostro y sus ojos chocaron con los míos, en la dulce boca de ________ se formó una pequeña sonrisa y me miraba fijamente aún suspirando con dificultad. Sus ojos estaban ya un poco hinchados y rojos por el llanto y lo que atiné a hacer para hacerla sentir protegida, fue darle un suave beso en los labios que ella respondió al instante.
-¿Estás bien? –le pregunté tomándola suavemente por los hombros para alejarla un poco de mí y poder ver su rostro.
-Ya estoy mejor. –suspiró tocando su mejilla con su mano lastimada, lo que me hizo volver a notar sus nudillos un poco llenos de sangre- Gracias por eso, creo que jamás terminaré de acostumbrarme a este trabajo. –confesó.
-No te preocupes, mi amor. –le dije tomando su mano lastimada y colocándola entre las mías- Nadie nos acostumbramos del todo. –al instante, saqué un pañuelo de mi saco para poder envolver y cubrir sus heridas y cuando lo logré, llevé su mano hasta mis labios, dándole un pequeño beso a cada uno de sus nudillos y mientras los hacía, _________ miraba con media sonrisa y en sus mejillas donde antes corrían lágrimas, ahora aparecía un leve sonrojo.
-Sherlock... –fue lo que pudo decir y volví a hablar.
-No, tranquila. Yo te cuido. –le dije resguardando su mano en medio de las mías y ella solo me miró con una sonrisa más animada.
-Gracias. –exclamó y en respuesta, volví a besarla.
Cuando ________ estuvo un poco mejor, nos acercamos al cuerpo de la mujer que estaba a escasos metros de donde estábamos nosotros.
Narra Brooke
-Supongo que no vieron que el cuerpo de esta mujer ya lleva semanas o, quizá meses en plena descomposición. –dijo ella observando detenidamente el cuerpo en el piso- Claro que era un trampa, lo único que hicieron fue tallar en la piel de este cuerpo las iniciales "HBII" del hijo de Blackwood.
-Y por la neblina y el vapor no lograron verlo, ni el oficial Jones ni su compañero. –dijo Holmes acariciando su frente.
-¿Crees que hayan profanado una tumba para sacar este cuerpo? –le pregunté, sinceramente, algo asqueada por el aroma a putrefacción que ya se estaba sintiendo y luego vi como Sherlock aspiraba profundamente el aroma por la nariz.
-Ahhhhh, putrefacción. –exclamó luego de soltar el aire por la boca en un tono sarcástico que al mismo tiempo era divertido y me hizo reír. Lo golpee levemente en el brazo- ¡Auch! ¿Por qué me golpeas? –me preguntó con falsa molestia.
-¿Cómo puedes hacerme reír en un momento como este? –le pregunté negando y aún riéndome un poco, lo que hizo que él también lo hiciera.
-Bueno, ya concentrémonos. –dijo Sherlock haciendo una expresión seria.
-¿Sabes? Esto me hace pensar que el hijo de Blackwood no trabaja solo. –comenté levantándome del piso, ya que me había puesto en cuclillas para poder ver el cuerpo.
-Claro que no, los que les tendieron la trampa a estos oficiales tienen que trabajar para él. –dijo Sherlock con seguridad.
Iba a decir otra cosa, sin embargo me vi interrumpida con la llegada del oficial Jones.
-¡Detective Holmes, detective Brooke! –nos llamó saliendo de entre algo de neblina y vapor.
-¿Qué pasa? –le pregunté.
-Mi compañero aún vivió unos pocos segundos cuando ustedes se alejaron y me dijo algo que podría ser una pista. –Sherlock y yo nos miramos entre sí con notable sorpresa.
-¿Y qué es, oficial? –le preguntó Holmes con evidente intriga en su voz.
-Me dijo que justo después de que el hombre que le disparó lo hiciera, le dijo que "él" se apoderaría de las cuatro órdenes, ya que ahora era el líder y que con su plan, luego reclamaría el orden global.
-Estúpido niño malcriado. –exclamé con desdén suspirando pesadamente.
-Bueno, si ya se autoproclamó líder de las cuatro órdenes, eso solo quiere decir que si va a llevar a cabo un plan, será en el parlamento. –dijo Sherlock.
-Tienes razón. –exclamé y luego nos dispusimos de abandonar la escena.
***
Después de volver a la comisaría y asegurarnos de que se habían llevado el cuerpo del compañero del oficial Jones nos dimos cuenta que Watson ni el oficial Smith habían vuelto. Se suponía que nos veríamos de nuevo en la comisaría en una hora, la cual ya había llegado y ellos no aparecían.
Ellos habían ido a investigar la desaparición de un gas que se producía en la zona industrial de París. El oficial Jones nos llevó hasta ahí y cuando llegamos, nos encontramos con un escenario desastroso. Había llamas por todos lados, aunque no tan intensas, claramente habían sido producidas por explosivos. Escombros aparecían en cada rincón del lugar al igual que pedazos rotos de madera y algunos otros ya quemados por el fuego.
El oficial Jones, Sherlock y yo avanzábamos desesperados tratando de encontrar a Watson y al oficial Smith y luego de recorrer unos cuantos metros, Sherlock y yo encontramos a Watson en el piso, inconsciente y herido; su ropa estaba algo quemada al igual que unas partes de la piel de sus brazos y su rostro. Entre ambos lo levantamos y lo llevamos con nosotros hasta el carruaje en el cual habíamos llegado, al mismo tiempo, el oficial Jones llegaba con el oficial Smith que se apoyaba en su hombro para poder caminar. Él solo estaba un poco herido y podía moverse. Una vez que pudimos alejarnos del lugar, subimos al carruaje para ir directo al hospital.
De nuevo comencé a sentir impotencia y una gran necesidad de golpear algo, pero no era el momento, tendría que ser después. –Me las vas a pagar, niño, me las vas a pagar por todo. –pensé mientras nos acercábamos más al hospital y sentí la mirada de Sherlock sobre mí, parecía que ya había descifrado lo que rondaba por mi mente y solo atiné a sonreírle ligeramente.
Una vez que llegamos al hospital, atendieron a Watson y curaron sus heridas y quemaduras aunque, seguía inconsciente. Mary llegó a los pocos minutos y se dirigió rápidamente a ver a Watson, así que decidimos dejarla un minuto a solas. Debido a que Watson y al oficial Smith los habían colocado en una misma habitación, solo tuvimos que movernos un poco para poder hablar con él, ya que seguía despierto sin problemas.
El oficial nos contó que cuando llegaron a investigar, no se dieron cuenta que en el piso había una trampa. Y cuando Watson caminó para adentrarse más en el lugar, tropezó con un hilo casi invisible a simple vista, provocando que varias explosiones en secuencia comenzaran a detonar. También nos dijo que lo había lanzado lejos del radio de las explosiones y, aunque sí estaba un poco lastimado, no había sido grave a comparación de lo que le había sucedido a Watson.
Sherlock y yo asentíamos mientras escuchábamos la historia del oficial, y una vez que terminó de contarnos, salimos un poco para dejarlos descansar y nos quedamos en el pasillo.
-Ese niño me las va a pagar completas. Ya llevó esto a un nivel personal. –dije sobando mis sienes y Sherlock tomó mis manos.
-Créeme que va a pagar por lo que le hizo a Watson, es obvio que esa trampa era suya, no querían que averiguaran qué tipo de gas era el que robó. –exclamó con molestia en su voz.
-Es más que obvio que todo esto lo está haciendo para distraernos, quizá en este momento ya debe de estar pensando cuándo proceder con lo que tenga planeado.
-Y estoy más que seguro que su plan lo va a llevar a cabo en el parlamento. –dijo Holmes.
-Por ahora, debemos pensar en alguna solución y tratar de averiguar lo más rápido posible qué tipo de gas es el que robó, de eso va a depender la siguiente pista para saber qué planea hacer. –comenté y Sherlock asintió.
-Estoy de acuerdo, aunque creo que por ahora, será mejor volver a casa de mi hermano y prepararnos para mañana. Por la mañana vendremos a ver cómo sigue Watson. –dijo y asentí en señal de aprobación.
Estamos a punto de irnos, cuando Mary abrió la puerta de la habitación, llamándonos. Rápidamente, giramos a verla.
-John despertó. –nos dijo sonriente asomándose desde el pórtico de la puerta- Y quiere verlos ahora. –Sherlock y yo nos miramos un segundo y luego nos adentramos de nuevo en la habitación junto con Mary.
Cuando vimos a Watson ya despierto y recostado en la cama con unas cuentas vendas cubriendo sus brazos y su pecho, yo sonreí ampliamente al igual que Holmes. Nuestra sonrisa fue bien recibida por nuestro amigo.
-Qué bueno saber que estás bien. –dijimos Sherlock y yo al unísono y Watson amplió su sonrisa aunque haciendo una leve mueca de dolor al acomodarse mejor en la cama.
-Ya saben, hierba mala nunca muere. –exclamó divertido haciéndonos reír a Mary, a Sherlock y a mí y noté que Mary lo observó con mucha dulzura, lo que me causó mucha ternura- Por cierto, a pesar de todo, soy tan bueno, que pude averiguar de qué tipo de gas se trata. –dijo alzando una ceja con media sonrisa.
Sherlock y yo tomamos asiento frente a su cama y nos dispusimos a escucharlo.
***
Buenas noches, lectores hermosos. Les dejo un nuevo capítulo de Sherlock. Espero hayan disfrutado de leerlo tanto como yo de escribirlo. Ya se vienen los capítulos donde todo comienza a tener sentido y se viene lo emocionante, así que, agárrense jajajajaja. X3
Pasando a otras cosas, también por aquí quiero agradecer su apoyo a mi libro de one shots de Robert, en serio, no saben lo feliz que me hacen al saber que disfrutan de las cosas que escribo. :3
En fin, nos estamos leyendo pronto y recuerden que los amo 3000, abrazo. X3
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