•3ra persona pov•

     —¿estas seguro que este es el lugar?—

     —Sip, debe de serlo—

     —Bien... Quiten las maderas quiero entrar—

     —Sí señor—

     Los ojos del lobo se abrieron rápidamente con solo escuchar las voces cercanas, este abrazo fuertemente al demonio que aún dormía en sus brazos. El sonido de los tornillos rechinar al ser sacados a la fuerza y las tablas de madera ser removidas lo alertaron. El lobo acomodo a Bendy en sus brazos para cargarlo como si de un bebé se tratase antes de levantarse y correr por el pasillo lejos de la puerta principal, alguien trataba de entrar al edificio y eso era seguro.

     Después de que todas las maderas hayan sido removidas la cerradura fue quitada con un taladro inalambrico, pues solo quitaron los tornillos y quitaron la cerradura para así abrir la puerta.

     —gracias, por favor esperen afuera— dijo el señor de alta edad mientras entraba al edificio con sus manos en su espalda demostrando que era un hombre de respeto. Su mirada demostraba seriedad y tranquilidad, detrás de él vinieron dos personas importantes para él.

    —Sí señor, bueno muchachos vamos— dijo el constructor que había ayudado a abrir aquella puerta la cual después fue cerrada detrás de aquellos tres individuos.

     Mientras tanto Boris se encontraba entre las paredes. Literalmente. Boris se había metido en uno de los grandes agujeros escondiéndose entre las paredes que separaban las habitaciones. Para este entonces Bendy ya estaba despierto escondido al igual que el lobo, Bendy trataba de mirar quienes eran los "intrusos" a través de pequeños agujeros, pero no lograba verlos con claridad, al único que vio fue al humano, no pudo ver su cara con exactitud, solo el esmoquin gris que usaba.

    —dudo que estén aquí, esto está muy abandonado como para que se queden en tal lugar— dijo una voz algo conocida para las dos caricaturas, solo que no podían identificarla. —¿entonces que otro lugar crees que estén?— cuestiono otra persona con sarcasmo en su tono —Ahí perdón señor gruñon— respondió nuevamente la primera persona.

    —Niños— dijo la calmada voz del humano haciendo que ambos se callen y se paren derecho dejando su tonta discusión.

    El señor se paro en medio del pasillo, de casualidad cerca de donde ambas caricaturas se escondían.

     —Bendy, Boris, no vinimos a hacerles daño.— dijo aquel hombre con firmesa y tranquilidad en su voz, pero la única respuesta que recibió fue el silencio. El señor miró a los dos "niños" mirando como estos buscaban en el alrededor del tenebroso lugar.

     —Escuchen, si están aquí les pido que salgan. Soy el señor Walt Disney. Hemos colaborado hace muchos años. Quiero hablar con ustedes, se muy bien que existen y de que están aqui— así es el mismísimo Walt se encontraba en aquel estudio en busca de las dos caricaturas de Tinta.

     Bendy y Boris se miraron uno al otro tratando de comunicarse con las miradas, pues sabían que si hablaban los iba a escuchar.

     —¡Ah!— grito el roedor para luego soltar un suspiro de alivio, pues había abierto una puerta solo para encontrarse con el recorte (cutout) de un Bendy de cartón.

    Bendy sonrió levemente pues el se la pasaba poniendo esos recortes en todos lados para asustar a Boris.

     —oye viejo, no creo que esten aquí— dijo cierto conejo algo impaciente con sus brazos cruzados.

     —Calma, tal vez solo no quieren ver a nadie después de estar tantos años encerrados aqui— dijo Walt aún con tranquilidad en su voz. —bueno Almenos puedo entender como se siente eso— dijo el conejo algo cortante, pues era una indirecta para el creador el cual lo miro con algo de tristeza.

    —¡Oswald!— grito en un tono de regaño el roedor, Oswald solo volteo su rostro a otra dirección. Mickey estaba por volver a decir algo cuando escucho un fuerte sonido, los tres presentes pusieron su mirada en una madera que callo, no sólo una madera, sino que un demonio callo con esta.

    Bendy se había apoyado a la pared tratando de escuchar y ver que pasaba, pero para su mala suerte la madera estaba tan podrida por lo antigua que era que no soporto su peso, por lo que ahora se encontraba en aquel suelo mirando a los tres presentes con una sonrisa nerviosa.

    —¿llamaron?— cuestiono el demonio tratando de actuar natural por lo que hizo una pose rara aún en el suelo. —¡Bendy!— dijo con una felicidad Mickey mientras se acercaba a Bendy, el demonio se altero por esto a lo que rápidamente se empezó a arrastrar lejos del roedor tratando de meterse entre las paredes nuevamente, este acto confundió al roedor.

     —Bendy, no te aremos daño— decía el roedor tratando de calmar al antes mencionado, pero Bendy solo se metió por aquel agujero que había formado por la madera rota.

    —¡Oye, regresa aquí!— demando Oswald, no pensaba dejar que se vaya así de rápido, pero cuando iba a entrar a aquel agujero solo escucho un fuerte gruñido.

     —¿Se les ofrece algo?— cuestiono Boris con seriedad el cual salia de aquel agujero demostrando sus garras y colmillos, esto hizo que ambos Mickey y Oswald se alejen. Detrás de él estaba Bendy refugiándose entre las piernas del contrario, ambos sabían que no debían temerles a los tres "intrusos" pero nunca se sabe que puede pasar, así que es mejor prevenir que lamentar.

     —Solo queremos hablar— dijo Walt con tranquilidad manteniendo una distancia aceptable entre el y las dos caricaturas, sabía muy bien que se sentían desconfiadas por lo que no se iba a acercar para demostrar que no iban a hacerles daño alguno.

    —Bien. Hablemos.—

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    Lo sé, no es tan largo como normalmente los hago, pero sh! Esto solo es el comienzo de la historia
-w-