Capítulo 9


Jimin se ausentó nuevamente al trabajo aquella tarde por estar enfermo, así que Kook fue a ocupar su lugar a la tienda. Al muchachito le venía excelente, así ganaba algo de dinero sin tener que sacrificarse tanto en algún trabajo más pesado.

Siempre le hacía gran ilusión ver a Namjoon entrar, aún cuando el chico sólo buscara a Jimin, o fuera a dejarle recados, porque al menos eso significaba poder ver su linda cara y escuchar su voz.

Sin darse cuenta, Namjoon había aparecido a alegrar sus días, pero también le entristecía saber que el joven no tenía un interés particular en él.

La suerte era ingrata para con él la mayoría de las veces. Vivía entre amores no correspondidos y para peor, ahora su mejor amigo estaba entremedio de su imposible flechazo. ¿Qué podía hacer más que mirar desde lejos?

No le quedaba más que alegrarse por Jimin, el que contaba dinero delante de los pobres.

- ¿Podrías entregarle esto? – le dijo Namjoon esa tarde, tras destruir todos sus esquemas al atravesar la puerta con una chaqueta rosada y la apariencia más adorable que jamás vio. El muchacho buscó en su mochila y sacó un sobre de colores que contenía algo más duro que un simple papel adentro, parecía algo así como un folleto. Jugkook lo recibió y lo puso en el bolsillo de su delantal.

- Uhm... demás está decir que-

- No voy a leerlo, si eso le preocupa

- ¡Eso! Sí, gracias... gracias

Había cierto temor en su agradecimiento. Jungkook podía jurar que el joven, por una fracción de segundo, quiso extender su mano para tomar el sobre y marcharse arrepentido de iniciar tal conversación.

- Por nada

- Nos vemos...Jungkook

Namjoon caminó hasta la salida, y de allí su rumbo fue desconocido para el castaño, quien lo miró, con el sobre entre sus manos y una curiosidad desesperante. Rápidamente, fue al baño de funcionarios y abrió el papel sin procesar su decisión y las vio, un par de entradas para algún evento y una carta, y alguien comenzó a apurarlo afuera porque ya se meaba. Jungkook salió, escondiendo el contenido del sobre en sus bolsillos, y dejó entrar al invasor a regañadientes, teniendo que soportar todo el resto de tarde la picazón en sus manos por poder echarle un ojo a esos tickets y a la misiva.

Terminando el turno, corrió a su casa a leer la carta. Su corazón se comprimió al darse cuenta de los profundos sentimientos de Namjoon hacia Jimin, quien al parecer, no los correspondía hasta el momento. Definitivamente era una carta romántica, aunque no estaba planteada como tal, más bien, era una invitación al lugar y momento perfecto para declararse. Jungkook no era un ingenuo, obviamente el objetivo de Namjoon era llevar a Jimin a un lugar bonito y decirle que lo quería.

Jungkook sintió su garganta cerrarse de a poco. No tenía ninguna posibilidad con Namjoon. Jimin era muchísimo más bonito y del gusto de todos. Kook se sentía tan normal y corriente a su lado, que había sido absurdo querer mirar la carta si ya sabía de qué se trataría. A él nunca alguien se le declaró, no tenía pretendientes y solía ser el mensajero entre los buitres que acechaban a Taehyung o Jimin, ya estaba acostumbrado. Dejar de juntarse con ellos y brillar junto a otras personas menos llamativas, era la salida más mediocre y perdedora que alguna vez cruzó su mente. Pero eso era lo que inquietaba a Jungkook, que pensamientos horribles como esos cruzaran su mente, validándolos, y aunque tan sólo fuera una aparición fugaz, Jungkook se sentía culpable y como la peor basura humana.

Tomó la carta y las invitaciones, que resultaron ser para un musical, y fue hasta la casa de Jimin a entregárselas para poder sacarse esa culpa que resquemaba su pecho.


~


- Siéntate Kookie, te traeré algo de comer

Jungkook se sentó en la cama de Jimin a esperar por un momento. Miraba los objetos del cuarto como si fuera la primera vez que estaba allí, siendo que ya había entrado e incluso alojado allí ya varias veces.

El platinado volvió con un vaso de leche de frutilla y dos boles de cereales. Le dio a Jungkook y se dejó otro para él.

- ¿Cómo has estado? – preguntó Kook, nervioso, jugueteando con la lengua dentro de la mejilla

- Ya no tengo tanta tos, pero soy el monstruo de los mocos

- Asco, me arriesgué a venir acá a que me pegues tus virus, pero... supongo que tenía que venir

- ¿Por qué? Tanto misterio Kookie...

- Uhm... Namjoon te dejó esto conmigo... y...

Jungkook se detuvo a medio camino antes de abrir su mochila. Avergonzado, tomó los papeles y se los entregó a su amigo, quien lo miro confundido.

- Namjoon te mandó esto... y de verdad lo siento mucho por husmear en sus cosas

Jimin notó el evidente sobre roto y que las cosas ya habían sido revisadas. Miró a Jungkook con decepción.

- No debiste, Jungkook

- Lo siento... sólo... quería saber si le gustabas

- ¿Y qué te importa eso a ti?

Jungkook trago saliva. Miró al piso, y con los ojos llenos de lágrimas, le contestó.

- Es que a mí sí me gusta Namjoon. Pero no importa... disculpa - sacudió la mano, intentando señalarle que no era importante y que se olvidara del asunto. Jimin inmediatamente cambió su semblante molesto por uno de culpa, había sido duro con Jungkook juzgándolo como un metiche, cuando en realidad, el chico estaba intentando llevar algo de luz a sus propios sentimientos.

- Kookie... no lo sabía

- No es tema... olvídalo. No le diré a Yoongi, tampoco... sólo disculpa por meterme...

- No es problema... tú discúlpame, por contestarte mal

- No te preocupes, Jimin, no es tema

Jimin suspiró. Miró las entradas en sus manos y contuvo otro suspiro, parecían imposibles de detener. Quería pensarlo fríamente. Llevaba años enamorado de Yoongi, eran novios y muy felices, y sí, discutían de repente, pero nada imposible de arreglar. Estaba un poco confundido con las atenciones de Namjoon, a quien conocía hacía muy poco, y ahora se enteraba que Jungkook gustaba de él. ¿Por qué tenía que ser tan complicado?

Luego se pedía a sí mismo esperar. ¿Qué era lo complicado? ¿Estar con uno y no poder estar con el otro? ¿Qué su amigo se entrometiera? ¿Estaba Jungkook entrometiéndose realmente? El pobre chico sólo estaba con el corazón roto y para peor Jimin lo regañaba.

La culpa estaba devorándolo.

- Bueno... solo venía a entregarte eso, ya debería ir a casa

- ¡No, Kookie! Quédate un rato, juguemos Smash, o algo...

- No lo hagamos más incómodo, Jiminnie. Mejor lo hablamos otro día, más tranquilos

- No quiero arruinarlo... nuestra amistad

Jungkook se agachó a su altura, tomó su rostro entre sus manos y lo miró fijamente a los ojos, a la mínima distancia. Jimin parecía un cachorrito que acababa de romper una maceta. - No tienes culpa de nada, Jiminnie. Te quiero demasiado como para perderte.

Por fin sonrió, no más aliviado, pero con el corazón a menos palpitaciones. Abrazó a Jungkook y sintió la calidez de su afecto, el que habían compartido durante años.

Algunas cosas valen la pena, otras simplemente no, era lo que daba vueltas por la cabeza del rubio. Dejó a Jungkook afuera y esperó a que nunca llegara el día en que algo los separara.


~


- ¡¿Taehyung?!

- Oh... Jinnie, hola - sonrió, intentando controlar el pánico inicial de ser descubierto.

- ¿Por qué estás vestido así?

Seokjin lo miraba completamente confundido, con una sonrisa nerviosa y fingida. Taehyung iba por la calle, con uniforme escolar y una mochila llena en su espalda.

- Es que voy a una fiesta de disfraces hoy, y no se me ocurrió de qué disfrazarme

Seokjin hizo un gesto extraño, como comprimiendo la cara, buscando en su mente una buena razón para disfrazarse de escolar. Era... perturbador, hasta sentía escrúpulos al pensar en besarlo frente a la gente vestido así, cosa que no sentía jamás en otras ocasiones. Taehyung se le colgaba del cuello queriendo comérselo como una paleta, pero el mayor estaba absolutamente enfocado en las miradas de la gente.

- Taehyungie, la gente nos mira, no quiero parecer un...-

- Oh, amor, verdad - Taehyung rió, con su típica sonrisa cuadrada en donde lucía todos sus perfectos dientes, era el gesto con el cual se veía más dulce, pero Seokjin lo miraba y no podía evitar pensar en que Taehyung parecía un verdadero crío.

Tenía una sensación extraña. La verdad no soportaba mirar mucho a Taehyung en esas condiciones. Solía tener plena confianza con el muchachito, por lo que jamás le había pasado algo como eso, que un montón de explosiones y campanas en su cabeza gritaran inapropiado.

Caminaron hasta sentarse en una banca un poco alejada de la multitud, pero seguía habiendo demasiada gente para el gusto de Seokjin.

- Y... esa fiesta...

- Es en la casa de un amigo... que vive por aquí

- Ah... ya veo. ¿Necesitas que vaya a buscarte?

- Uhm... me encantaría, mañana no tengo Uni

- ¿Y te vienes conmigo a la casa?

- Me vengo contigo en la casa, y en el auto, y en el ascensor, y donde quieras...

- Tae la gente te escucha y mira feo, y ese disfraz no ayuda - Seokjin rió más tranquilo. No lo hacía en un buen rato. Taehyung rió con él también, y se veía tan precioso con su cabello ordenado y peinado hacia atrás.

- ¿Qué hacías tú, Jinnie?

- Yo estaba caminando hacia un lugar donde venden un café molido que me encanta - se atrevió a pasar un brazo por el respaldo de la banca, rodeando a su novio. Seguía sintiéndose algo inadecuado, pero suponía que no debía ser tan exagerado con Taehyung, quien no le regalaba más que dulzura y amor.

- ¿Me harías un cafecito mañana? Con vainilla y leche...

- Pensé que no te gustaba el café, Taehyungie

- El de la máquina de tu casa sí me gusta

- Bueno, bueno, te haré uno al desayuno

- Gracias, Jinnie. Oye, ya tengo que irme

El jovencito estiró los labios para recibir su beso, pero Seokjin se inclinó hacia atrás, y afirmó a su novio por los hombros, deteniéndolo

- ¿Y mi beso?

- No voy a besarte vestido así, Taehyung

El muchachito rezongó. Seokjin decidió tomar la mano del chico y besar su dorso. Taehyung se sonrojó, pero seguía pareciendo insatisfecho, así que Jin optó por besar, nerviosamente y con toda paranoia, su mejilla.

- Me debes un beso bien dado, hyung – le dijo el chiquillo, poniéndose de pie para emprender la marcha.

- En la casa, amorcito, no quiero estar en deuda. Cuídate

- Tú igual. Adiós, Jinnie hyung, te amo

Seokjin lo vio caminando a la distancia y tragó saliva. Decir que se sentía extraño era poco. Sacó su celular y envió un mensaje por Kakao.


~


Esa tarde, Taehyung estaba en casa de Seokjin, con pantuflas y un pijama revelador, consistente en una camiseta sin mangas, celeste, con dibujos de nubes que parecían sacadas de una pintura, muy hermosas y realistas, y un short blanco, pequeño y ajustado, que dejaba muy poco a la imaginación.

El timbre sonó, causando la sorpresa de ambos, por lo que Seokjin salió a ver quién era. La curiosidad de transformó en alegría cuando vio una cabellera roja por el ojo mágico. Abrió la puerta, mientras Taehyung miraba dudoso desde detrás de la cocina.

- ¡Hobi! - Lo invitó a pasar y se dieron un abrazo. Taehyung miraba la escena preguntándose quién sería, para actuar así con tanta confianza. Era un chico delgado, un poco más bajo que Seokjin, de cabello rojo y una actitud muy animada y alegre. Se saludaron efusivamente y luego el pelirrojo se quedó mirando a Taehyung, quien estaba estático mirándolos.

- Oh, Hobi, él es Taehyung, mi novio. Tae, él es Hoseok, mi amigo desde hace muchos años

El pelirrojo se acercó al muchachito, para estrechar su mano, pero él no salió de detrás del mueble, así que el saludo estuvo delimitado por la mesa de la cocina americana, viéndose como una interacción fría y distante por parte de Taehyung. Jin lo miró juicioso, pero no era lo que él pensaba, no, Taehyung no quería parecer un maleducado, es sólo que no conocía a esa persona, y estaba en ropa interior.

- Amor, ven con nosotros - le dijo Seokjin, cuando él y Hoseok se sentaron en el sofá a conversar.

- Lo siento, es que estoy con poca ropa - sonrió tímido.

- ¿Cómo es eso Seokjin? Andas trayendo a tu novio desnudo por la casa como mansión playboy - dijo Hoseok bromeando, y el chiquillo se sonrojó mucho.

- Hobi, no lo molestes - le dijo a su amigo, con cierta ternura. - Ve a vestirte entonces, TaeTae

- ¡Sí! Miren para otro lado"

- Okay, okay - dijo el pelinegro, mirando hacia la pared y Hoseok también lo hizo, y Taehyung aprovechó de salir de detrás de la cocina y corrió a la habitación.

- Por fin conozco a Taehyung

Seokjin sonrió, le había hablado mucho del muchachito a su amigo, contándole lo feliz que era junto a él, destacando su dulzura y pasión. Taehyung volvió en un par de minutos con un pantalón deportivo y una camiseta roja manga corta. Se sentó en el living junto a Seokjin, acurrucándose a su lado y lanzando una mirada punzante a Hoseok, que no era culpable de nada. Mientras los mayores conversaban, el rubio se frotaba como un gato con el mayor, casi marcándolo.

- ¿Y tú, Taehyung? Me ha dicho Jin que estás en fotografía

- Sí

- ¿En qué año estás?

- En tercer año... es el último

- ¡Ah, qué bien! Un amigo también está en tercer año, haciendo su portafolio. Me imagino que tú también estás en las mismas

- Sí, claro, muy estresado

Taehyung no tenía ni puta idea de lo que era eso del portafolio, pero sí, obvio, estaba haciendo eso.

- ¿No le has hecho aún una sesión a Seokjin? Le encanta sacarse fotos

- Cierto amor, deberías hacerme una – exclamó el mayor, entusiasmado

- Uhm... sí, cuando quieras, Jinnie hyung

Taehyung no tenía ni la menor idea de cómo salir de esa. Rogó mentalmente para que Seokjin se olvidara de la petición y no volviera a mencionar nada al respecto. Vamos, no tenía idea de cómo usar una máquina fotográfica, sólo sacaba selfies, fotos de comida y de su perro con el celular.

Quizás Jungkook se apiadaría de él. El chico tenía una cámara réflex que le habían regalado sus padres, porque era fanático de la fotografía y de grabar videos. Podría pedirle la cámara y que le enseñara algo por lo menos, para no quedar como un idiota con la cámara en la mano, pero de seguro Jungkook pediría algo a cambio, ese no perdía oportunidad.

Taehyung prefirió evitar seguir siendo confrontado, se excusó y se fue a ver televisión a la cama de su novio.

- Taehyung es... muy especial, veo

- Claro que lo es - Jin sonrió, - es el ser más hermoso y especial en la tierra

Hoseok se quedó pensando un momento. No es que rechazara esa idea, Taehyung ciertamente era un chico lindo y con un aire exótico. – Sobre el mensaje que me mandaste ayer... ¿Me dejarías decirte algo sin enojarte?

Jin se quedó en silencio, mirando a los ojos a Hoseok, desafiándolo a hablar. Ese tipo de preguntas siempre terminaban con un Jin furioso, pero la amistad que mantenían por años impedía que aquello significara una ruptura definitiva. Además, era el mismo Jin quien le había pedido juntarse y que conociera a Taehyung para darle su consejo de mejor amigo.

- Atente a las consecuencias si dices algo que me moleste - le dijo Jin, con un tono pasivo-agresivo y una sonrisa sarcástica.

- Oye, tú mismo me lo pediste ayer...

- Aish... lo siento, es cierto, Hobi. Sé lo más honesto posible, disculpa

- Bueno, en realidad no es nada malo... es sólo que... ¿no te pareció que estaba celoso? De nosotros

Jin suspiró, pensó que Hoseok le diría alguna burrada imperdonable, o algo que no quería escuchar - Taehyungie es un poco así, pero no está enojado ni nada. Sólo es un poco posesivo. Oye, Hobi, no te preocupes

- Te he visto sufrir... no me gustaría ver eso de nuevo

- Aww, si no es el solcito más brillante - Jin se puso de pie y se sentó pegado a Hoseok, y le dio un abrazo. Luego, le agradeció, y se dispuso a cocinar algo para cenar junto a él y Taehyung.

El aroma de la comida atrajo como el mejor señuelo a un Taehyung adormilado y despeinado, que avanzó casi como un zombie a abrazar a Seokjin, mientras Hoseok acarreaba platos y utensilios a la mesa. La pareja comenzó a besarse allí y Hoseok no pudo evitar hacer alguna broma al respecto, que provocó una mirada asesina del rubio. Para distraer al pequeño diablillo, Seokjin le encargó ayudar a dejar la mesa lista para la cena.

Hoseok se sentó, Seokjin también, y sorpresivamente Taehyung se sentó en sus piernas.

- Aliméntame - dijo haciendo un mohín, y con una voz tierna. Hoseok se atragantó con un fideo al ver a la parejita y Jin miró a su novio, algo confundido.

- Taehyungie... - Seokjin miró un poco avergonzado la reacción de Hoseok

- Ay amor, lo sé, sólo te estaba molestando

- Ustedes se pasan de cursis - dijo Hoseok, con un gesto asqueado

Cenaron, conversaron un buen rato y poco a poco Taehyung se fue soltando en presencia del extraño. No estaba mal, parecía un muy buen amigo de Jin, no tenía esa doble intención que observaba en otras personas que se acercaban a Seokjin en plan seductor.

En plena confianza, los dejó conversando y se fue a jugar en la Play Station 4 en el cuarto de Jin. De seguro conversaría un rato más con su amigo, volvería al cuarto, jugarían un rato en la consola y luego tendrían sexo hasta quedar secos.

Seokjin despidió a Hoseok, y antes de despacharlo y verlo alejarse, decidió apelar una vez más a la férrea honestidad de su querido compañero.

- Hobi... sobre el mensaje de ayer ¿No ves nada más?

El pelirrojo se mordió los labios, dudoso.

- No, Seokjin. No veo nada raro

- Me lo dirías, ¿verdad?

- ¡Claro! Ya vive un poco, no te angusties

- Gracias

Un abrazo selló la despedida, y camino a casa Hoseok ya no prestaba atención a la emisora de pop que tanto le gustaba. Nada más cabía en su mente, que la duda ávida acerca de su propio actuar, si es que había hecho lo correcto o no.

Taehyung no le daba la mejor de las vibras, y esa capacidad de ver más allá de las apariencias jamás se había equivocado.




Hola, paso a actualizar! Agradezco la paciencia que me han tenido ♥

Gracias por las lecturas, votos y comentarios! Les mando muchos besos!

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top