Capítulo 43

Me siento con el papá de Sebastián en la sala de espera, mi pierna izquierda se cruza con la derecha y observo el pasillo por donde debería salir Sebastián. El señor a mí lado juguetea con el llavero del auto y observa también por el pasillo en espera de su salida.

—Se están demorando más de lo que pensaba—me habla el señor—Voy por café, ¿quieres uno? —yo asiento y él me sonríe, se levanta del lugar y veo como se aleja hacia la cafetería.

Prendo mi celular y al momento me comienzan a llegar notificaciones.

Mi mamá "Son las diez de la noche, ¿dónde andas?"

Alvin “¿Sabes dónde deje mi peine?, no lo encuentro por ningún lado"

Paulo “Me dices como esta Sebas que sé que estas con el"

Claudio “Pasamos víbora" y la foto que nos tomó Camille
   
  Vuelvo a apagar el teléfono no sin antes responderle a mi mamá y darle señales de vida. Pasamos a la final. El alivio corre por mi cuerpo cuando pienso en mi propósito de todo esto. Al principio era un simple concurso, pero ya se ha convertido en algo muy importante. Hoy fue un día un poco tenso, todavía lo está siendo lo único que necesito ahora es que Sebastián esté bien.
    
Apoyo mis codos en mis rodillas y sostengo mi cabeza con mis manos. Me doy pequeños masajes en la nunca hasta que siento una mirada sobre mi.

Miro disimuladamente quien es y veo unos mechones rosas mirándome a lo lejos ¿Debería acercarme?

—Aquí tienes—Alfred me entrega un vaso con café con leche y unas galletas.

—Gracias—le sonrió y una mano se posa en mi hombro.

—Muggle—me sonríe Isabella y a su lado un chico de pelos plateados se encuentra parado.

Sebas abre los brazos y yo sin dudarlo me hundo en ellos. Su mano me da pequeñas palmadas en la espalda y yo lo aprieto lo más que puedo a mí.

—¿Qué haces aquí y no festejando con tus amigos? —me cuestiona—O sea, sé que soy fabuloso, pero te merecías el festejo.

—Estar con un amigo cuando las cosas van mal es mejor que festejar—él sonríe mientras me arregla la chaqueta roja—¿Cómo estás?

—Estoy bien Ricitos—sus manos me despeinan el pelo y yo protesto

—Deberías quedarte en nuestra casa hoy—me propone Isabella y Sebas le da la razón—Ya es tarde y asumo que los dos están cansados.
 
   Cuando vamos de salida del hospital me acuerdo de que una chica me estaba mirando, por más que busco ya no la encuentro entre las personas. Tal vez solo es mi imaginación que me está jugando malas pasadas.

En pocos minutos llegamos a la casa de Sebastián. El me jala hasta su cuarto y me hace sentarme en la cama. Esta habitación es una locura. Hay posters de cohetes y astronautas, el techo tiene muchos planetas y estrellas fluorescentes. Maquetas de cohetes y naves espaciales se encuentran esparcidas por una mesa, calcomanías de marcianos están en la pared junto a una frase.
           
    " Morir es una noche salvaje y un nuevo camino"

El cuarto de Sebastián solo se puede describir con una palabra "Sebastián"

—Escoge entre esos dos, son nuevos—me muestra dos abrigos que van a juego con dos pantalones holgados.

—Me gusta este—sujeto el pulóver negro con Perry el ornitorrinco delante y el pantalón verde claro a juego.

—Bueno puedes bañarte en el baño del cuarto—me entrega una toalla negra—Yo iré al otro—yo asiento mientras lo veo caminar por la puerta—Si tienes hambre ve a la cocina, creo que mi mamá va a hacer pizza.

Me adentro al baño, esta impecable, me da un poco de vergüenza desorganizar su espacio personal. Me quito la chaqueta, y poco a poco toda la ropa hasta estar desnuda. El agua cae sobre mi cuerpo y de alguna forma apacigua el cansancio que tengo.

—¿Te molesta dormir conmigo? —me cuestiona Sebas cuando salgo del baño.

—No—él sonríe mientras arregla la cama—¿Te gusta mucho el espacio? —el asiente.

—Desde niño me ha gustado, es algo realmente relajante de ver—se acuesta en la cama y da pequeñas palmadas a su lado para que yo haga lo mismo—¿No te parece asombroso? —tocó un botón al lado de su cama y el techo se ha llenado de colores, ahora hay una galaxia en la habitación.

—Increíble—él sonríe y coloca sus brazos debajo de su cabeza.

—¿Que habrá fuera de este planeta? —me cuestiona y yo me encojo de hombros mientras miro las luces que se reflejan en el techo—Tal vez exista fuera de este mundo algún lugar donde van las personas cuando mueren.

—¿Tú crees? —una de mis cejas se alza y el solo sonríe.

—No lo sé, solo quiero pensar que no seremos solo polvo o unos simples huesos en un hueco—él suspira y yo me giro hasta quedarme viéndolo—Espero que todos seamos más que eso, más que un recuerdo en la vida de la gente, más que algo que se olvide con el tiempo.

—Pues dicen que las almas de las personas quedan—le digo y él se encoje de hombro—A parte, las huellas que crean las personas no son algo fácil de borrar.

—La muerte es un desafío. Nos dice que no perdamos el tiempo… Nos dice que nos digamos ahora que nos amamos.

Sebas es sabio, realmente sabio. De reojo observo mi mochila y recuerdo algo que tengo dentro para una personita a mi lado. Me levanto de la cama y Sebas me mira con curiosidad.
Saco el pequeño obsequio de ella y me vuelvo a acostar en la cama.

—Toma—le entrego una pulsera negra con unas pequeñas alas plateadas—Tómalo como un agradecimiento y para que tengas algo mío como yo tengo tu pulsera de la bienvenida al "Universo Arcoíris".

—Gracias—me sonríe—¿Por qué las alas? —me cuestiona.

—Eres un Ángel en mi vida—el niega y yo asiento—A veces solo necesitamos a alguien que nos saque de nuestro pesimismo y nos diga “Tu puedes"

—¿Tomaste tus medicamentos hoy? —yo asiento y él sonríe, sus ojos están cerrados y su boca presenta una pequeña sonrisa, muestra un aura de tranquilidad, Sebas es eso.

Mis ojos también se cierran y puedo sentir como el comienza a jugar con mi cabello. Una música se escucha de fondo, reconozco la intro de Bohemian Rhapsody. Al poco tiempo Sebas está tarareando la canción
               
           Too late, my time has come,
           sends shivers down my spine,    
               body's aching all the time.
  Goodbye, everybody, I've got to go,
     gotta leave you all behind and face   
                              the truth.
        Mama, ooh I don't want to die,
      I sometimes wish I'd never been 
                            born at all.

—Amo a Queen—me dice el chico—Es raro que tu banda no haya cantado ninguna canción de ellos.

—Espero que algún día se animen—Sebas sigue enroscando mis rizos hasta que una pregunta sale de su boca.

—¿Qué fue lo que de verdad pasó con Kori? —abro mis ojos y este se encuentra mirándome.

Me quedo pensando en sí debería decirle o no. Sus ojos siguen mirando los míos hasta que ya no puedo guardar más esto y se lo cuento.

—Pues—el me hace señas con su mano para que continúe hablando—Su papá nos vio y no le agradó mucho la idea.

—¿Terminaron porque su papá las vio? —yo niego.

—Terminamos porque su papá me amenazó con cosas que para Kori son importantes—le confieso y él se queda pensativo—Obviamente Kori no lo sabe—Sebas me mira con los ojos entre cerrados—Le dije cosas que tal vez no le debería haber dicho.

—¿Qué le dijiste? —me cuestiona.

—Qué solo quería experimentar—susurro recordando ese día y Sebas se palmea la frente—La extraño mucho—mis ojos amenazan con llorar y yo intento evitarlo, pero me es imposible. Una lágrima sale de mis ojos sin yo poder hacer nada—Es como si te hubieran arrancado tu corazón.

Sebas me acerca a su cuerpo y me envuelve entre sus brazos. Yo no paro de llorar en un buen rato, la extraño, extraño su presencia, su sonrisa, sus abrazos, sus besos. Extraño que me diga extraña.

—Creo que antes de tomar tu decisión sobre esto tenías que hablar con ella y explicarle lo de su padre—me dice Sebas mientras me da pequeñas caricias en el hombro—¿Cada vez que piensas en la felicidad su rostro vuelve a tu mente? —me cuestiona y yo asiento, el solo suelta una carcajada y me mira con esos ojos llenos de cariño—Estás tan enamorada.

Y por primera vez no me atrevo a corregir a nadie sobre eso, porque sí, yo también creo eso. Es tan jodido darme cuenta de que me enamoré cuando la persona de la que me enamoré me odia.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top