Capítulo 40 - Especial - La vida antes de Lucas 2
Toronto Canadá - Refugio - 4:30 p.m.
Podemos ver a un joven de cabello blanco, quien se encontraba algo nervioso, mientras jugaba con sus pulgares, al mismo tiempo que llegaban algunos compañeros y sus amigos del pelotón. Quienes tenían leves sonrisas de orgullo.
Jason: Parece que la vida te sonríe mi querido amigo. Ahora vas a conquistar a una hermosa señorita, eso es increíble. Solo no la vayas a regar. Créeme, podría ser una oportunidad de conocer y luego tener a una chica a tu lado. - dice el castaño con una sonrisa, mientras jugaba con su cuchillo.
Albert: Solo me invitó a cenar para darme las gracias. Puede que su casa haya sido destruida en parte pero... Han pasado un par de semanas y el señor Lucas regreso para invitarme. Estoy nervioso, no me siento listo. - dice el peliblanco algo nervioso, mientras jugaba con sus dedos.
James: Oh, vamos amigo, no tienes por qué ponerte nervioso. No es la primera vez que conocerás a una mujer. Quizá ella sea la indicada está vez. - dice el pelinegro con una sonrisa mientras le daba unas palmadas al peliblanco. - Animo.... Ahora ve a esa cena y prepárate bien.
Albert: Gracias por los ánimos. Espero que todo salga bien en esta cena. - dice el peliblanco mientras se levanta para luego caminar afuera del refugio, al mismo tiempo que algunos soldados veían a Albert con una sonrisas de orgullo.
Luego de una media hora. Albert se encontraba afuera de la residencia de Eliza. Los nervios en su rostro eran notorios. Pero este decide armarse de valor y tocar el timbre, siendo recibido por un hombre vestido de traje.
Mayordomo: Buenas tardes joven Albert... Todos los esperan para cenar. Quitese las botas antes de entrar y póngase esas pantuflas que están ahí por favor. - dice el anciano en un tono serio, mientras el peliblanco hace caso y comienza a quitarse las botas.
Al cabo de unos minutos, el peliblanco caminaba por los pasillos de la casa en compañía del mayordomo. Y al llegar hasta un par de puertas, ambos entran, siendo reconocidos por la familia Harriet, sobretodo por Eliza quien se levanta de la mesa y camina frente a el.
Eliza: Hola Albert, me alegro mucho de verte. Mi pierna ha mejorado muy bien, ya me siento mejor, gracias a ti. - dice la rubia con una sonrisa, mientras le daba un abrazo al peliblanco, quien lo corresponde algo nervioso.
Lucas (Padre): Bienvenido joven Albert. Es un gusto que esté aquí. Siéntese por favor, tenemos un plato listo para usted. Nuestro mejor chef lo cocinó para usted especialmente. Pruébelo con confianza. - dice el castaño con una sonrisa, mientras el peliblanco miraba su plato y varios cubiertos a su alrededor.
Eliza: Úsalos de adentro hacia afuera, Pero esto se come mejor con una cuchara. Por una servilleta en tu regazo y comienza a comer. - dice la rubia en voz baja, mientras estaba sentada al lado del peliblanco el cual asiente con la cabeza.
Grace: Dígame..... Joven Albert. ¿Cómo es la vida por allá en Canadá?. Es cómoda o es como se conoce por aquí. Familias de guerreros, suena algo ilógico y muy poco natural. - dice la rubia con soberbia mientras se limpiaba la boca con una servilleta.
Albert: Bueno, realmente provengo de una familia que está destinada a las peleas. Mi abuelo era un pistolero americano. Se metía en peleas callejeras y era alguien que aprendió a pelear por cuenta propia. Incluso peleó en la primera guerra mundial. Aunque murió en ella, ya que era un piloto kamikaze. - dice el peliblanco mientras comía tranquilamente. - Mi papá también fue militar. Pero murió cuando tenía 8 años por los mismos sujetos que los atacaron a ustedes y bueno, ahora estoy yo.
Solo que soy un marino y siempre estaré listo para la batalla.
Lucas (Padre): Es muy interesante saber de ti, joven Albert. Yo soy piloto de carreras, soy Rayo Azul. Eh comenzado en esto de lo automotriz, también tengo algunos negocios por todo Toronto. Digamos que somos una familia privilegiada. Mi esposa era una gran modelo, y mis hijos, estudian y tienen buenas carreras. Quizás hasta pronto puedan casarse. - dice el castaño con una sonrisa, mientras miraba al peliblanco quien asiente con la cabeza.
Albert: Bueno, mientras cada uno siga su sueño, yo estoy muy bien con eso. Yo planeo ser un marino y servir a mi pueblo y a mi patria. Eso siempre lo haré, hasta el día de mi muerte. - dice el peliblanco con una sonrisa, mientras hacia un saludo militar, hasta que de pronto, este escucha la risa de uno de los presentes.
Elliot: Disculpa... Es que... Me parece sorprendente que quieras ser marino... Digo, ganas dinero, pero.... Cómo le vas a hacer cuando te cases... ¿Acaso lo has pensado?. - dice el castaño con una sonrisa, mientras jugaba con un tenedor.
Albert: Bueno, algún día encontraré a una buena mujer... Y juntos saldremos adelante como sea. Cumpliendo nuestros sueños y siendo una gran familia. - dice el peliblanco mientras miraba de reojo a Eliza, quien se sonroja al verlo.
Grace: Si, bueno... Es mejor seguir con la cena, no queremos solo platicar y que la comida se enfríe. - dice la rubia en un tono indiferente, mientras Albert y los demás, continuaban comiendo.
Horas más tarde. Durante la noche, Eliza se encontraba sentada en su cama, escribiendo algo en una libreta, mientras pensaba un poco. Y al mirar el cielo de su ventana, está decide anotar algo.
Querido diario...
Estoy muy agradecida con Albert por haberme salvado de aquellos horribles sujetos. Debo admitir que les agarre un gran miedo. Jamás podría permitir que ningún miembro de mi familia se acercara a tales cosas.
Prometo que si algún día llego a tener hijos, los voy a proteger con mi vida, de ser necesario. Siempre les daré mucho amor, que yo jamás pude recibir de mi madre, o de mis hermanos... Y los trataré como mi padre me ha educado y enseñado durante todos estos años.
Desde la cena me he sentido rara... Puede que incluso yo...... Este sintiendo algo por Albert.... No lo sé.... En estás 3 semanas que han pasado........ Me ha parecido un chico lindo....... Antes de que se fuera le dejé una nota para vernos mañana en el parque.... Estoy ansiosa.... Espero tener suerte.
Firma: Eliza Morgan ❤️
Después de escribir en su diario. Eliza se acuesta en su cama y suelta un suspiro. Para luego mirar por la ventana con una sonrisa. Al mismo tiempo que en el refugio, Albert se encontraba leyendo la nota que Eliza le había dejado.
Nota.
Podemos vernos en el parque a las 3 el día de mañana?. Quisiera poder conocerte más... Además de que... Quizá podamos ir al cine o algo así... Solo tu y yo. Te esperaré en el parque... Ojalá pueda verte allí.
Eliza Morgan ❤️.
Albert: Mjm... Eliza........ Es bastante linda. Yo asistiré a esto. Solo debo pedirle permiso al capitán para ir a verla. Oh, estoy tan contento. Creo que..... No sé.... ¿Estoy enamorado?. Cielos..... Me siento demasiado bien.... Espero que estos sentimientos nunca se vayan. - dice el peliblanco con una sonrisa, mientras se recuesta en una bolsa para dormir, para luego cerrar sus ojos y caer en los brazos de Morfeo.
Al día siguiente. Justo a aquella hora que ambos se habían planteado. Tanto Albert como Eliza, llegarían a la misma hora en el parque. Topandose justo cara a cara. Ambos tenían un leve sonrojo además de vestir de una forma casual, para poder verse.
Eliza: Me alegro que hayas venido Albert. Yo, tenía ganas de verte. Ehm..... Quería conocerte más y bueno.... Quiero pasar el día contigo. - dice la rubia con una sonrisa, mientras miraba al peliblanco quien sonríe y se rasca la cabeza.
Albert: ¿De veras?.... Bueno, la verdad también me da gusto conocerte un poco más... Siendo sincero, me pareciste alguien muy interesante. - dice el peliblanco con una sonrisa, mientras comenzaba a caminar, siendo seguido por la rubia. - Y, cuéntame de ti. Casi no interactuamos mucho el día de la cena.
Eliza: Sii, bueno.... Cómo verás, ellos son mi familia..... Aunque creo que no pudiste notar mucho sobre la fachada que hay entre mi familia. - dice la rubia algo cabizbaja mientras se rascaba la mejilla.
Albert: En realidad si que lo noté. Tus hermanos no son muy buenos que digamos. Eso se notó con los comentarios de tu hermano hacia mi. Tus hermanas me miraban con superioridad tu otro hermano con indiferencia, tu mamá no parecía muy convencida e incluso tenía una mirada prepotente y superior y tú padre... Bueno, creo que él es el único que es un buen hombre. Realmente me lleve muy bien con él. - dice el peliblanco con una sonrisa, mientras la rubia se quedaba boquiabierta.
Eliza: Es increíble... Notaste todo lo que pasaba en la mesa con tan solo ver y escuchar. Yo.... No sé que decir. Me quedé atónita cuando escuché todo lo que decías. - dice la rubia con una sonrisa nerviosa, mientras el peliblanco suelta una pequeña risa.
Albert: Eliza... Créeme que notando los patrones de tu familia, puedo ver qué no eres muy feliz en tu vida. Te da miedo demostrar todo tu potencial. Además, tu quieres ser una piloto de carreras. Y créeme que cumplirás tu sueño. Solo debes creer en ti y salir adelante de cualquier forma. Algo así lo hice yo cuando murió mi padre. - dice el peliblanco mientras miraba al cielo nublado. - Aquella noche... Jamás la voy a olvidar.
Eliza: Creo que.... Tienes razón. Pero.... Yo.... Bueno la verdad es que yo..... - dice la rubia no pudiendo completar sus frases, hasta que el peliblanco se acerca a ella y le da un pequeño abrazo. - Albert......
Albert: Tienes miedo, lo sé.... No tienes que ocultarlo Eliza..... Se cómo se siente tener miedo.... Pero.... Mira...... Todos tenemos miedo de demostrar o hacer algo alguna vez y eso esta bien. Tienes miedo de enfrentar a tu familia con tu sueño y tienes miedo al rechazo. Pero se que podrás salir adelante solo si luchas. Tu eres fuerte yo lo sé. Vas a salir adelante. - dice el peliblanco con una sonrisa, mientras la rubia bajaba su mirada apegándose más al peliblanco, quien comienza a acariciar su cabello. - Bueno... ¿Que dices si vamos a comer algo?, yo invito.
La rubia solo asiente con la cabeza, y se separa del peliblanco. Levemente ruborizada, para después dirigirse hacía las calles de Toronto.
El día, pasaría increíblemente divertido para Eliza y Albert. Yendo a comer a un local de comida rápida. Cosa que para Eliza era bastante nuevo, mientras que para Albert era normal.
Albert: Eliza.... Ehm, el tenedor es para las papas... Esto se come con las manos. - dice el peliblanco con una leve sonrisa mientras la rubia se quedaba toda confundida. - Mira, déjame ayudarte.
El peliblanco con algo de cuidado, toma las manos de la rubia, quien se ruboriza nuevamente, al mismo tiempo que Albert le ayudaba a sostener su hamburguesa, para luego regresar a su lugar.
Eliza: Vaya... Siendo sincera, nunca he venido aquí. Yo... Siempre he estado en casa y jamás he salido. Ni siquiera con amigos. Puedo decir que estoy algo sola. - dice la rubia algo nerviosa, mientras comenzaba a comer.
Albert: No te preocupes. Aunque realmente tienes muchos modales incluso para este tipo de locales. Una buena postura para sentarse, una servilleta en tu regazo, comes con la boca cerrada en bocados pequeños y hasta.... Te ves linda comiendo con los ojos cerrados. - dice el peliblanco con una sonrisa, haciendo que Eliza se estremezca un poco y se manche la mejilla. - Oh vaya, déjame ayudarte.
Eliza con un gran rubor en sus mejillas y un gran sentimiento de pena, vería como Albert se acerca con una servilleta, para limpiarle la mejilla, al mismo tiempo que sus ojos se dilatan un poco, al ver al peliblanco tan cercas de ella.
Eliza pensando. - ¿Por qué es tan generoso y gentil conmigo?.... Es todo un caballero. Me ha tratado muy bien. He salido con muy pocos chicos. La mayoría eran ricos pretenciosos, ninguno se compara con Albert. Todos ellos preferían comer en lugares caros a los que acostumbra mi familia. Pero él... Es distinto. Aquí las personas sonríen mucho. No sé la pasan comiendo sin mostrar expresiones o con música clásica. Solo comen normalmente o platican de cosas divertidas. Es... Algo.... Increíble. - dice la rubia en sus pensamientos, con los ojos brillando con estrellitas, al mismo tiempo que Albert regresa a su lugar para seguir comiendo.
Y así. La salida de Albert y Eliza se extendería hasta el anochecer. Llegando hasta el centro de la ciudad. Dónde había una gran feria de la ciudad. Estando mucha gente quienes celebraban con bastante alegría, jugando en algunos puestos o comiendo golosinas.
Para Eliza, todo esto era nuevo. Ella jamás había sentido algo así en su vida. Para ella, todo esto era distinto a lo que estaba acostumbrada en su vida diaria. Pero a diferencia de lo que vivía día con día. Para ella, esto... Era algo hermoso. Era algo totalmente mágico y en su corazón... Ella sentía que estaba en el lugar correcto.
Albert: Veo que te has divertido mucho Eliza. Este día ha sido increíble estando contigo. Nunca me había divertido tanto como hoy. ¿Quieres algodón de azúcar?. - dice el peliblanco con una sonrisa mientras le alza un algodón a la rubia quien asiente con la cabeza y comienza a comer. - ¿Cómo te sientes?.
Eliza: Me siento bien... Esto es algo increíble. Nunca me había sentido tan viva en toda mi vida. La comida, el paseo, las platicas, está noche.... Todo el día ha sido algo maravilloso. Incluso.... No había visto un cielo más hermoso. Las estrellas nunca las había visto brillar de esa manera. - dice la rubia con una sonrisa, mientras miraba el cielo. Al mismo tiempo que Albert deja salir una pequeña sonrisa. - Gracias.... Por haberme hecho pasar uno de los mejores días de mi vida, Albert. Es algo que no olvidaré, pero.... Me pone triste pensar que mañana.... Te vas a Fox Village.
Albert: No te preocupes. Te prometo que vendré a visitarte pronto. Te mandaré una carta cuando llegue al pueblo. Volveremos a vernos pronto. Es una promesa. - dice el peliblanco con una sonrisa mientras le daba un fuerte abrazo a la rubia, quien le corresponde bastante feliz.
Después de un rato. Eliza entra a su casa, con una gran felicidad. Cerrando la puerta y dando leves brincos de alegría. Hasta que de pronto, las luces de la sala se encienden y se ve a su madre, quien tenía una mirada algo seria. Mientras bebia una taza de té.
Grace: Eliza Lilith Marie Morgan ¿Qué horas de llegar son estas?... Una señorita no debe desvelarse y mucho menos debe mantenerse así. Mirate, estás toda despeinada y sucia y... Por qué tienes azúcar en el hombro. Estuviste comiendo golosinas, verdad... Sabes que debes cuidar tu figura. Si quieres ser una gran modelo, debes aprender a vivir como tal. - dice la rubia en un tono serio, mientras Eliza apretaba un poco sus puños.
Eliza: Mamá... Ya te lo había dicho, yo no quiero ser modelo. Yo quiero ser piloto de carreras. Papá hablo contigo. Pensé que por fin, estabas de acuerdo en que yo siguiera con mi sueño. - dice la rubia algo nerviosa, mientras su madre se levanta del sillón.
Grace: ¿Cuántas veces voy a decirte que yo no estoy de acuerdo con eso?. Aunque me lo diga tu papá... Yo nunca aceptaré que seas una corredora de carreras. Eso es algo mediocre y estúpido. ¡Entiéndelo!. - dice la rubia bastante enojada, mientras Eliza desvía su mirada. - No me digas que ese imbécil de Fox Village te metió esas ideas. ¿Por eso viniste tarde no?.... ¡Estabas con el!.
Eliza: ¡Si! Estaba con Albert... Quería verlo y estuve con el todo el día. Y el me demostró un lado que nunca había visto. Fuera de todos estos lujos. También hay vida mamá. Yo no quiero vivir toda mi vida en un palacio. Quiero salir a explorar el mundo y seguir mis sueños. ¿Porqué no lo puedes entender mamá?.... No quiero seguir tus pasos.... Nunca voy a seguir tus pasos. Jamás lo haré... Nunca.
Grace con bastante enojo, aprieta sus puños e intenta darle una bofetada a Eliza, pero la rubia logra esquivarla, aunque está se tropieza y cae al suelo. Haciendo un estruendo que logra despertar a los demás miembros de la familia.
Eliza: En verdad... Ibas a golpearme.... Tu, golperarías a tu propia hija, por qué simplemente no quiere seguir tus pasos?. - dice la rubia bastante impactada, mientras su madre tenía un rostro indiferente. - Dime, en verdad... Tenías esa intención.
Grace: Si... Tenía esa intención... Por qué no soportaba que una señorita como tú, fuera a perseguir un sueño así... O peor aún... No me puedo ni imaginar... Que te llegues a enredar con un tipo como ese... No lo voy a permitir. - dice la rubia bastante enojada, mientras sus hijos bajaban a ver qué pasaba.
Eliza: ¿Cómo puedes pensar eso de mi, mamá?... ¿Qué te hice yo para que me odies tanto?, ¿Por qué siempre me has tratado así y a mis hermanos los tratas bien?... ¿Qué fue lo que hice mal?. - dice la rubia con algunas lágrimas en sus ojos, mientras su madre fruncía el seño.
Grace: ¿Qué hiciste tú?... No... Más bien, la pregunta sería... ¿Qué diablos le hiciste tu a mi cuerpo?.... Tu eres la principal razón de mi decadencia en los concursos de belleza y modelaje. Tu padre tuvo la osadía de embarazarme en mi mejor momento. Y peor aún... Cuando estaba por tener una de las mayores pasarelas de modelaje de todos los tiempos... Nadie quiere ver a una mujer embarazada, concursando... Tu estando dentro de mi, detuviste mi mayor anhelo y cuando naciste y regrese a los escenarios, me dijeron que ya no podía volver a concursar... Por eso... Es que me pareces algo repulsivo... Tu eres la principal razón de mi descenso... Si no hubiera sido por ti, yo habría triunfado, Eliza. Y ahora, como consecuencia, tu vas a hacer lo que yo no pude... Es lo mínimo que puedes hacer después de haberme arruinado la vida. Si tan solo... Tsk...... Mejor no lo digo... O te rompería aún más tu frágil corazón. - dice la rubia en un tono serio, mientras Eliza se quedaba boquiabierta y totalmente en shock, debido a las palabras que su madre le había dicho.
Eliza: Por... Por eso es que tú.... Me odias tanto.... ¿Por ese motivo?... Me odias..... Yo, yo...... No puedo creerlo..... ¿Cómo puedes ser tan mala?... Mamá... ¿Cómo puedes ser así?. - dice la rubia con bastante tristeza mientras derramaba varias lágrimas.
Jackson: Ahora vas a comenzar a llorar enana... Por favor... Deja de ser tan sentimental... Ahora sabes por qué nadie te quiere aquí... Todos lo sabemos... Eres una gran decepción para todos nosotros. - dice el rubio con una sonrisa, mientras la rubia seguía derramando lágrimas.
Elliot: Vaya que eres patética... A pesar de ser la que nadie quiere... Ahora lloras por cosas que jamás y que nunca tendrás... No te preocupes Eliza.... Realmente no le importas a nadie aquí. Parece que papá solo te quiere por lastima. - dice el castaño con una sonrisa, hiriendo los sentimientos de la rubia, quien se agarraba la cabeza.
Layla: Vamos hermanita no tienes por qué llorar.... Sabías muy bien cuál era tu posición en la familia desde tu nacimiento. Para mamá, eres una pequeña gran decepción. - dice la rubia escupiendo veneno con sus palabras, mientras Eliza solo sollozaba en el suelo.
Alice: Ya levántate Eliza, mañana tienes que alistarte muy temprano. Si quieres ser una modelo exitosa, debes aprender a madrugar. - dice la rubia con una sonrisa burlona, haciendo que Eliza apriete los puños y se levante del piso.
Eliza: Ya basta... Esto ya fue el colmo... - sniff. - Ya no pienso soportar... Más de sus burlas, de sus insultos y de sus cosas... Esto se acabó.... Me voy.... Y me voy está noche. - dice la rubia mientras comenzaba a caminar hacia las escaleras, pero su madre la agarra del brazo y bruscamente la empuja al suelo.
Grace: Ah no mocosa... Si vas a largarte, será sin nada. Por qué nada de ese cuarto es tuyo... Así que si te quieres ir, pues vete. No quiero volver a verte en mi vida. Pero eso sí... Si te vas con ese muchacho albino, estarás totalmente muerta para mí. A menos a qué supliques por quedarte. - dice la rubia con una sonrisa, mientras Eliza se levanta lentamente del suelo y con una gran molestia, se limpia la suciedad de la ropa, para después salir de la casa. - Ya veremos si aguantas allá afuera, por qué sin nosotros no eres nada... ¡YA VOLVERÁS ARRASTRANDOTE!.
Eliza comenzaría a correr. Las lágrimas comenzaron a caer de sus ojos, al mismo tiempo que su respiración se incrementa y su corazón late muy rápido. Pero en su mente, está sabía a dónde tenía que ir.
Minutos más tarde. Durante el abordaje de los marinos y militares. Albert se encontraba comiendo un emparedado, pero cuando estaba por irse al barco, está escucha unos pasos a lo lejos y al voltear este abre los ojos de par en par al ver quien corría hacia el.
Albert: ¿Eliza?.... ¿Eliza que haces aquí?, por qué estás... - el peliblanco no termina de hablar, debido a que Eliza se abalanza sobre el, dándole un fuerte abrazo, para luego comenzar a llorar en su pecho. - Eliza que sucede por qué estás así. Dime... Por favor que sucede... ¿Te hicieron daño?, quien lo hizo... Dime por favor. Y ahora mismo lo iré a poner en su lugar.
Eliza: No Albert... No fue alguien... Si no varios y no es un chico.... Si no.... Casi toda mi familia.... Mi mamá y mis hermanos, todos ellos me trataron realmente mal durante años... Yo ya no puedo soportar más esto.... Les dije lo que pensaba y mi mamá me echó sin nada. No tenía a dónde más ir... Y... Pensé en ti.... Ya no quiero estar aquí.... Pero tampoco quiero dejar de ver a mi papá.... Estoy muy preocupada y asustada Albert, no se que hacer.... No sé que hacer..... - dice la rubia con lágrimas en sus ojos, mientras Albert solo la abrazaba y la consolaba.
Después de algunos minutos. Eliza se encontraba sentada junto con Albert en una banca. Tenía una manta cubriéndola a su alrededor, además de tener un té en la mano, para poder calmarse.
Jason: Albert, el capitán ya está enterado de la situación... Viene acá para hablar contigo, nos vemos en el cuarto. - dice el castaño mientras le daba un par de palmadas al peliblanco, para después subirse al barco.
Capitán: Hijo.... Hmm... Sabes muy bien que no podemos llevar civiles a nuestro barco y mucho menos si no es por una emergencia, pero... Dado a tu desempeño y porque esto es una causa noble. Puede abordar con nosotros e ir a Fox Village, pero eso sí... Tú te harás responsable a partir de ahora. No quiero que haiga problemas que me incluyan a mi o a los demás, entendido. - dice el capitán en un tono serio, mientras Albert hacia una señal militar. - Entendido. Abordamos en 5 minutos.
Albert: Bueno Eliza... Ya que estás más tranquila... ¿De verdad quieres venir conmigo a Fox Village?... Es un pueblo algo pequeño, pero... Tiene habitantes amables y en algunas ocasiones nos deberemos preparar para la lucha. Y... No quisiera que algo malo te llegará a suceder. - dice el peliblanco algo nervioso, hasta que la rubia lo abraza un poco.
Eliza: Se que contigo me podré sentir segura... Además cuando llegue le enviaré una carta a mi papá... Será duro, pero... Tengo un sentimiento que me dice que... Todo saldrá bien. Y más estando tu aquí presente. - dice la rubia con una sonrisa, mientras abrazaba al peliblanco quien se ruboriza levemente.
Y así, el viaje de Eliza se emprendería finalmente. Siendo abordada junto con Albert y su escuadrón. Dónde descansaría en una gran cabina, durmiendo en una cama arriba del peliblanco, quien se encontraba algo nervioso y a la vez feliz.
Luego de un largo viaje. Finalmente, todos los tripulantes llegarían a Fox Village. Bajando del barco y siendo recibidos por algunas familias. Pero Albert y Eliza, se dirigen hacia un lugar de estacionamiento especial para marinos, en dónde estaba un auto de la época.
Albert: Iremos a mi casa a comer y descansar un poco... Así aprovechas para escribir la carta y luego iremos por algo de ropa para ti. Tengo dinero suficiente, así que no te preocupes. - dice el peliblanco con una sonrisa, mientras coloca su mochila en la cajuela, para después abrirle la puerta a la rubia quien algo contenta se sube al coche.
Eliza: Wow, a pesar de que.... Estamos tan solo en el muelle... Este lugar se ve muy bonito y diferente.... A lo que yo he visto en Toronto.... El otro camino para llegar hacia allá es una carretera, Pero.... No creo volver en un buen tiempo. - dice la rubia en un tono bajo, hasta que Albert toma su mano. - A... Albert....
Albert: No te preocupes. Todo estará bien, Eliza. Mientras tu permanezcas a mi lado, todo estará bien. - dice el peliblanco con una sonrisa, mientras Eliza se sonroja levemente, para después mirar por la ventana. - Bueno, es momento de irnos. Vamos.
Un tiempo después. Albert y Eliza viajaban por las carreteras del lugar. Cruzando montañas y algunos lugares que dejaron sorprendida a Eliza. Sobretodo cuando vio todo el pueblo de Fox Village desde lejos.
Albert: Es un lugar bello. Por aquel lugar de allá, está el bosque negro. A las lejanías de esas montañas están las minas... Por allá está el bosque... Allí está el mercado... Cruzando esos bosques y montañas se encuentra en antiguo pueblo de Igor Vin, subiendo justo está montaña a un par de kilómetros está la mansión de Tobias McGrath... Y por las profundidades de las montañas de allá... Habitan los cazadores con su campamento. Es un lugar que jamás debe ser visitado. Es poco recomendable si quiera visitar su supermercado... Prefiero el mercado que está no muy lejos del pueblo. - dice el peliblanco algo nervioso, mientras Eliza solo asentía con la cabeza, mirando todo el lugar desde lejos.
Eliza: Fox Village... Se ve como un pueblo bellísimo.... Me encanta.... Es tal y como lo imaginé... Solo que... Un poco más grande de lo que yo pensaba.... Es increíble. - dice la rubia con una sonrisa, mientras Albert solo conduce con una leve sonrisa en su rostro.
Albert: Créeme, fuera de todo el peligro que hay aquí, Fox Village es un pueblo muy hermoso. Sobretodo por algo que muchos llegan a ver cómo algo increíble... Lo llaman una de las maravillas más hermosas de Fox Village... "El lago de los deseos"... Dicen que si pides un deseo con toda la pureza y amor de tu corazón, este se te cumplirá. - dice el peliblanco con una sonrisa, dejando algo pensativa a Eliza.
Al cabo de unos minutos. El peliblanco aparca al lado de una casa, para después bajar del auto junto con Eliza. Quien se queda algo sorprendida al ver la vivienda del peliblanco. Era una gran casa de madera de dos pisos, tenía un garaje, una bonita entrada y una linda cerca.
El peliblanco comienza a caminar hacia la puerta, para luego abrirla. Entrando junto con la rubia, quien se queda algo sorprendida al ver el interior de la linda casa del peliblanco.
Eliza: Wow.... Esto es muy bonito. Siempre me imaginé vivir en un lugar así... Y... Yo, me siento.... Sorprendida y feliz...... Siento que mi corazón.... Se ha conectado con esta casa... Se ve muy acogedora... - dice la rubia con una sonrisa, mientras Albert se acerca a una chimenea y agarra un fósforo para después encenderla. - Hmm... Se siente muy cálido con el fuego encendido.
Albert: Si... Normalmente prendo la chimenea cuando llegó a casa de un largo viaje... Es algo bonito pasar el día con el calor del fuego, y hacer cosas que relajen la mente y el cuerpo. A pesar de que me la paso en el campo de batalla o en mis entrenamientos... Siempre busco un espacio para todo lo que no puedo hacer en mi vida diaria. - dice el peliblanco con una sonrisa, mientras Eliza sonríe con calidez, para luego frotar sus manos frente a la chimenea. - Descansa un rato. Aún es algo temprano... Pronto haré de comer y luego iremos por la ropa y lo que necesites.
La peliblanca con algo de nervios asiente y se sienta en un sillón, para luego mirar el fuego de la chimenea. Al mismo tiempo que su mente comenzaba a agarrar una calma que nunca antes había sentido nunca. Una calma que poco a poco comenzó a tocar su corazón. El cual se sentía más tranquilo.
Después de un rato. Albert se encontraba encendiendo la estufa, mientras Eliza sacaba del refrigerador, algunos vegetales que habían allí. Pero cuando iba a tomar un cuchillo para cortarlos, está ve como Albert comienza a buscar en la alacena.
Albert: Hmm... Dónde la puse... Estoy seguro que había comprado lo suficiente.... Oh rayos es verdad... Lo lleve al viaje para comer luego de la batalla. Tendré que salir por carne a la carnicería. Ehm... Eliza... ¿Quieres venir conmigo?... Así podríamos comprar lo que necesitas.
Eliza: Ehm... Claro... Solo déjame guardar esto y enseguida vamos. - dice la peliblanca mientras tomaba los vegetales, para luego colocarlos en el refrigerador y seguir a Albert hacia afuera de la casa. Pero cuando estaban por subir al coche, estos se topan con un hombre bajito de cara de pocos amigos, algo arrugado y anciano.
Albert: Oh, eh... Buenas tardes señor Green, como se encuentra el día de hoy. - dice el peliblanco algo nervioso, mientras el anciano lo mira fijamente con un rostro serio. - Ehm... Está todo bien. Le juro que no he pisado su jardín. Los que volaron su buzón fueron unos niños, no fui yo está vez, se lo juro.
Sr. Green: Hmm... Sabes que no me agradas para nada muchachito rebelde... Sobretodo con esos pelos blancos raros... Además me sorprende que ahora tengas mujer... Pensé que morirías solo y sin haber tenido nada de intimidad con una mujer... Además, sabes que odio que te acerques a mi casa, y estás advertido. Muchachita... Te recomiendo tener cuidado con este chico... A veces es un caos lidiar con el. - dice el anciano en un tono serio, mientras se marchaba para seguir su camino.
Eliza: Albert... ¿Quien era ese hombre?, por qué tiene esa cara tan enojada... Y... ¿Cómo te conoce?, es algún vecino de la zona. - dice la rubia con algo de confusión, mientras subía al coche junto con el peliblanco.
Albert: Es el señor Green, es un señor un poco loco y anciano que vive a la otra cuadra. No le gusta que nadie pise su jardín y mucho menos quiere que me acerque a el, debido a que en una ocasión sin querer un barreno de dinamita que tenía, salió volando hasta su jardín y volé su buzón en pedazos. - dice el peliblanco algo nervioso, mientras encendía el auto para luego dar marcha atrás. - Bien, vamos a ello.
Después de unos minutos. El peliblanco finalmente llegaría hasta una calle. Estacionándose para después bajar del auto y comenzar a caminar con Eliza. Quien todavía miraba con sorpresa y curiosidad todo los lugares que la rodeaban.
Albert: Vamos primero aquí... La carnicería... - dice el peliblanco con una sonrisa, mientras entraba a dicho lugar junto con la peliblanca. Viendo a un hombre quien cortaba la carne, con un cuchillo de carnicero. - Matt... Viejo amigo como has estado.
Matt: Albert... Maldito sinvergüenza. - dice el carnicero mientras se acerca de forma amenazadora hacia Albert, asustando a Eliza, hasta que de pronto, este choca la mano con el peliblanco quien sonríe bastante feliz. - ¿Cómo has estado viejo amigo?... No te veía desde hace tiempo. Y veo que... Ahora vienes acompañado, eh. ¿Quien es la afortunada?.
Eliza: Ehm... Mi nombre es Eliza Lilith Marie Morgan... Mucho gusto señor Matt, soy la amiga de Albert. - dice la rubia dando una pequeña reverencia en señal de respeto, mientras el carnicero se quedaba algo confundido.
Matt: Yo soy Matt... El carnicero... Es un gusto conocerte, Eliza. Y bien.... ¿En qué puedo ayudarte?, Tomahawk, corte suizo, albóndigas suecas, filete de res, chuletas de cerdo, chorizo americano o pollo entero, lo que quieras de carne, Matt se encarga. - dice con una sonrisa, mientras afilaba su cuchillo.
Albert: Dame 4 chuletas, dos cortes de filete y medio Tomahawk sin hueso. - dice el peliblanco con una sonrisa, mientras el carnicero sonríe levemente para luego caminar hacia un refrigerador, de dónde saca la carne y comienza a cortar la carne. - ¿Parece que te ha ido bien?.
Matt: Si... Pero te recomiendo ir con cuidado por estos rumbos amigo mío. He escuchado rumores de que ha habido reportes sobre cazadores husmeando por estos lugares... Y en caso de que quieran asaltar mi carnicería... Ya estoy preparado. - dice sacando una escopeta, la cual amarilla frente a ambos, asustando bastante a Eliza quien levanta las manos.
Eliza: Por favor señor, baje eso. Por dios, no me gusta ver las armas tan cercas de mi, por favor bajela. - dice la rubia algo nerviosa, mientras alzaba las manos, al mismo tiempo que el carnicero baja la escopeta y la guarda.
Matt: Discúlpame... Es que me emocioné un poco de más... Pero es que no quiero que me lleguen a asaltar... Estos tipos no son cualquier enemigo que has enfrentado Albert... Y tú sabes bien de quién me refiero con enfrentar... Sabes que incluso entrenado mucho, te tomaría demasiado tiempo vencerlo, si no tienes las habilidades correctas. - dice en un tono serio, mientras Albert ponía un rostro serio y asentía con la cabeza. - Bueno... Aquí tienes... Son 10 dólares con 20 centavos.
Albert: Toma 13 y quédate con el cambio amigo. Nos vemos a la próxima. - dice el peliblanco con una sonrisa, mientras salía de la carnicería junto con la rubia, para luego colocar la carne en su auto y luego caminar por la banqueta de la calle. - Bien, ahora podremos ir por la ropa. Aquí hay una pequeña tienda cercas, allí podrías encontrar algo que te guste.
Eliza: Ehm claro... Aunque me da algo de pena que quieras gastar en mi... Pero te lo agradezco de todo corazón Albert. - dice la rubia con una sonrisa, mientras era acompañada por el peliblanco, para luego entrar a una gran tienda de ropa.
Al cabo de unos minutos, en un probador, Eliza se encontraba probando algunas prendas, mientras Albert se encontraba sentado en una silla con la mirada concentrada, al mismo tiempo que meditaba un poco, relajando su mente y cuerpo, sintiendo una enorme calma que cubría todo su esplendor. Hasta que de pronto, la puerta del probador se abre y Eliza sale de el. Pero cuando Albert abre los ojos y la observa, este se queda boquiabierto al verla.
Eliza: Bueno... ¿Qué opinas Albert?, este atuendo me gusta mucho. - dice la rubia algo sonrojada, mientras el peliblanco se queda completamente helado, al mismo tiempo que un gran sonrojo aparece en su rostro.
Albert: Te..... Te ves realmente hermosa, y.... Y además....... Creo que.... Ehm... ¿Quieres ir al cine en un ratito?. - dice el peliblanco bastante nervioso y sonrojado, mientras la rubia se quedaba algo confundida pero asiente con la cabeza.
Y asi el día paso normalmente entre ambos, yendo al cine, a pasear por el pueblo, incluso llegaron a caminar por los bosques del lugar, los cuales eran realmente inmensos y con grandes espacios para acampar o cosas por el estilo.
Y al cabo de unas horas, la noche finalmente llegaría. Donde ambos se encontraban nuevamente en casa, después de haber cenado. Hasta que de pronto, el peliblanco se da cuenta de algo, antes de la hora de dormir.
Albert: Es cierto... Recordé que solo hay una cama... Hmmm... Bueno... Creo que puedo dormir en mi sillón, es cómodo cuando pongo dos almohadas y lo inclino hacia atrás. - dice el peliblanco con una sonrisa, mientras estaba por irse, hasta que de pronto Eliza lo detiene. - ¿Eh?, sucede algo malo.
Eliza: Por favor tu... Podrías quedarte conmigo a dormir está noche.... - dice la rubia con un leve rubor en sus mejillas, dejando a Albert con la boca hasta el suelo al escuchar tal cosa. - Por favor... Se que puedo dormir sola, pero... Me.... Me sentiría más segura si tú.... Duermes conmigo.
Albert: Ehm, bueno yo.... Creo que.... Se podría.... Supongo..... Solo habría que acomodarse y listo. La cama es grande, quizá quepamos los dos. - dice el peliblanco algo nervioso mientras acomodaba la cama para ambos
Eliza: Te lo agradezco mucho.... Albert... De verdad te lo agradezco. - dice la rubia algo nerviosa mientras se sentaba en la cama, quitándose el abrigo y la bufanda, para luego agarrar un vestido tipo pijama y dirigirse al baño.
Al cabo de un par de minutos, la rubia saldría con el cabello suelto, el vestido de pijama, mientras que Albert estaba en la cama bastante sonrojado. Vistiendo con una playera y un pantalón de pijama.
Eliza: Bien, estoy lista. Ya podemos ir a dormir. - dice la rubia con una sonrisa, mientras se dirige a la cama, para luego acostarse y cobijarse, al igual que el castaño, quien apaga la luz, para después acostarse junto con la rubia, quedando ambos mirando hacia el techo. - Buenas noches Albert.
Albert: Buenas noches Eliza, que descanses. - dice el peliblanco con una leve sonrisa, mientras se acomodaba hacia un lado, para luego cerrar los ojos, al mismo tiempo que Eliza hacía lo mismo.
Pensamientos de Albert. - Estoy durmiendo al lado de Eliza. Recién la acabo de conocer. Es tan sorprendente que la haya conocido.... Hace tan solo 3 semanas y ahora este viviendo conmigo. Cielos, jamás me esperé a que pasara esto. Estoy muy sorprendido y a la vez no se que pensar. Quizá exagero... O quizá... No lo sé... Estoy confundido y a la vez me siento feliz. Pero algo que tengo claro, es que no la voy a dejar sola. Yo... Albert Harriet, cuidaré de Eliza, aunque sea lo último que haga. Ella me importa mucho. Daré mi mejor esfuerzo.
Pensamientos de Eliza. - Una nueva vida comenzará aquí en Fox Village. Es un pueblo realmente hermoso. Omitiendo lo de esos cazadores. La vida aquí es muy bella. Estoy tan pensativa... Amaría tener incluso a mis hijos aquí. He pensado tanto en eso. Cómo podrían ser mis hijos. Rubios como yo.... O hasta... ¿Peliblancos?... No, no, no. Estoy imaginando cosas. Albert y yo somos amigos eso es todo. Pero me siento agradecida con él. Es de las pocas personas que me han tratado bien, el me rescató y... Creo que... Si es necesario, lo ayudaría, como el lo hizo conmigo. Ahora un nuevo futuro está por llegar. - dice la rubia en sus pensamientos, mientras cerraba sus ojos. Para luego comenzar a dormir.
Unos minutos después. Mientras ambos dormían. En un movimiento involuntario, Albert se da una vuelta, quedando frente a Eliza. Quien estando dormida, con uno de sus brazos, rodea la espalda de Albert, para luego quedarse abrazada a él. Lo cual despierta al peliblanco, quien se queda sorprendido al verla así.
Albert: ¿Qué?... Oh... Aún está dormida. Dios, por qué me pongo tan nervioso. Será que en verdad soy un novato con las mujeres. Maldita sea... Esto es demasiado nuevo para mí. Ojalá algún día mis hijos tengan más suerte que yo con las parejas, yo soy pésimo haciendo esto. Y eso que Eliza solo es mi amiga. - dice el peliblanco mientras miraba a la rubia, quien dormía plácidamente mientras lo abrazaba. - aunque debo decir que es hermosa. Muy hermosa, incluso más de lo que pensaba. Parece que... Podría comenzar una nueva etapa... Solo el destino lo dirá.
A la mañana siguiente. Albert despertaría a las 6:50 de la mañana... Para luego estirar un poco los brazos. Pero al notar que Eliza no estaba en la cama. Este se levanta de la cama y se dirige a la ventana, para luego abrirla. Sintiendo el frío viento del pueblo, para luego cerrar la ventana y salir del cuarto, dirigiéndose a abajo.
Al llegar a la cocina. Este se sorprende al ver que habían algunos platos en la mesa, y al mirar a la estufa. Este ve a Eliza, quien tenía un delantal puesto, con una espátula, mientras cocinaba un par de huevos estrellados.
Eliza: Buenos días Albert. Me levanté temprano y quise darte un buen desayuno para empezar el día. Compré este delantal por mi cuenta, para no mancharme la pijama. Me gustó el color. Vamos, siéntate, ya casi termino. Hay pan, huevos, tocino, panqueques, miel, jarabe de maple, crepas, jugo de naranja y café... - dice la rubia con una sonrisa, mientras Albert se quedaba sorprendido para luego sentarse en una silla.
Albert: Wow Eliza, no te hubieras molestado. De verdad te agradezco mucho todo esto. Todo lo que has hecho por mi, es realmente increíble. Gracias de verdad. - dice el peliblanco con una sonrisa, mientras comenzaba a comer un poco. - Dios, esto sabe muy rico. ¿Cómo aprendiste a cocinar tan bien?.
Eliza: Cuando era una pequeña niña. Yo solía cocinar a veces para mí. Cuando no quería hacer algunas cosas... Mi mamá me castigaba, diciéndole a la señora de la cocina, que no me diera de cenar... Incluso, si quería comer, tenía que hacerme mi propia cena, entonces tuve que aprender a cocinar por mi misma... Y eso fue lo que hice. Me llegue a cortar un par de veces, me daba miedo prender un fósforo o la misma estufa, pero con el tiempo aprendí y logré hacer muchas cosas. Incluso leía libros de cocina, para aprender mejor a cocinar. Por eso es que se cocinar bastantes platillos. He leído como 3 libros con recetas y se hasta cocinar un banquete de fiestas.
Albert: Es increíble. Eres una cocinera maravillosa. Estos platillos realmente saben muy bien. Yo no sé cocinar tan bien como tú. Realmente yo solía cazar animales y los cocinaba, pero... Cómo tú cocinas. Es algo increíble... - dice el peliblanco con una sonrisa, haciendo que Eliza se sonroje y se siente en la mesa, para luego comenzar a comer junto con el.
Al cabo de unos minutos, ambos finalmente terminan de desayunar. Pero cuando estaban por ir a lavar los trastes. Un pequeño estruendo se escucha, así como la casa se sacude un poco, al mismo tiempo que una trompeta sonaba en todo el lugar.
Albert: No puede ser... Ellos de nuevo. De nuevo volverán a atacar. Eliza... Tienes que esconderte. Ellos vienen para acá. Los cazadores están cercas... Escondete rápido... No salgas por favor. Cuando toque a la puerta, te gritaré. Si no oyes mi voz y es alguien más. No abras la puerta, de acuerdo. - dice el peliblanco en un tono serio, mientras Eliza asiente con la cabeza, al mismo tiempo que Albert se dirige a la chimenea, tomando una escopeta, un cuchillo y un casco.
Rápidamente este se coloca el casco y sale de la casa. Para luego comenzar a correr en dirección al pueblo, mientras Eliza se quedaba en la casa bastante preocupada, viendo a varias familias corren apresuradas, mientras algunos militares corrían, despejando a la gente y preparando sus armas.
Jason: Albert... Maldita sea... Esos malditos vienen para acá. No va ni un día en el que llegamos y ahora quieren pelear... Esto tiene que ser una broma. Tenemos que prepararnos... ¿Estás listo para pelear?. - dice el castaño en un tono serio, mientras amartilla una escopeta.
Albert: Estoy más que listo para pelear. Hoy, vengare la muerte de mi padre y de los demás guerreros. Raymond y sus hombres no sé saldrán con la suya. - dice el peliblanco en un tono serio, mientras James llegaba con ambos. - Ahora es momento de pelear. Vamos a luchar hasta el final.
James: Así es habla amigo. Ahora es momento de darles una lección a esos malditos cazadores. ¡Vamos a pelear!. - grito bastante enojado, para luego comenzar a correr junto con Jason y Albert, escuchando como una oleada de pisadas se dirigian hacia ellos.
Y en un abrir y cerrar de ojos. Una ola de tiros de rifle se escuchan en todo el lugar, desatandose una fuerte batalla por el pueblo. Al mismo tiempo que los militares contraatacan con sus armas, disparandoles a los cazadores, quienes atacaban con ferocidad.
Albert: ¡Raymond!... En dónde estás cobarde... ¡Sal a pelear!. - gritó el peliblanco mientras les disparaba a algunos cazadores, hasta que de pronto, entre todos ellos, saldría el ya mencionado, quien tenía una gran sonrisa en su rostro, mientras se ponía al lado de sus hombres.
Raymond: Vaya, vaya, vaya, pero si es el idiota peliblanco que tuvo el descaro de dejarme tuerto. Que tal te han tratado los años por aquí. Te ves tenso, muy agitado y con ganas de llorar. Aún te duele la muerte de tu papi... Podrías haberte unido a mi, Pero ahora que lo pienso. No creo que me sirvas de nada. Solo eres una basura, y llegó el momento de tu muerte. - dice con una sonrisa mientras Albert le apunta con su escopeta, Pero cuando estaba por disparar, Raymond saca un revolver de su espalda y le da un tiro en el brazo a Albert, haciendo que este caiga al suelo malherido.
Albert: ¡Aaaaaaahhhggg!!!.... Maldición, maldita sea.... No... No me redire ahora.... No puedo - dice el peliblanco bastante adolorido, mientras intentaba tomar su escopeta, pero Raymond amartilla de nuevo su revolver, ahora apuntandole a la cabeza a Albert quien se quedaría totalmente indefenso.
Raymond: Despídete de este mundo querido amigo. Nos veremos en el infierno. - dice el cazador con una sonrisa, mientras jalaba el gatillo, Pero antes de que Albert recibiera el disparo. James se interpone ante este, recibiendo el disparo justo en el pecho, cayendo al suelo con una herida de bala.
Albert: Noooo... ¡James!.... ¡James, no por favor, no!. ¡MALDICIOOOOOOOOOOOÓN!. - Gritó el peliblanco demasiado desesperado, mientras su amigo se desangra, al mismo tiempo que Raymond cargaba nuevamente su arma, Pero al intentar disparar está se estanca, por lo que toma su cuchillo y comienza a correr a dónde estaba Albert con la intención de asesinarlo. Pero Jason rápidamente bloquea su ataque con su cuchillo, comenzando a pelear contra Raymond.
James: Albert....... Por.... Favor...... No te rindas amigo........ Ya verás que...... Podrás salir adelante........ No te des por vencido amigo........... Sigue..... Adelante..... - dice el pelinegro cerrando los ojos, al mismo tiempo que Albert soltaba un fuerte grito de dolor y desesperación.
Mientras tanto, Jason y Raymond peleaban entre si a cuchillos. En un feroz duelo a muerte... Hasta que en un movimiento imprevisto, Raymond logra clavar su cuchillo en el brazo de Jason, quien suelta el suyo. El cual es tomado por Raymond, quien se lo clava en el pecho. Haciendo que este escupa algo de sangre, para luego ser pateado por Raymond, cayendo junto con James.
Raymond: Ahora será tu final Harriet... No saldrás de aquí con vida. Morirás... Aquí. - dice el cazador con una sonrisa, mientras tomaba su cuchillo con la intención de asesinar a Albert. Pero antes de que pudiera hacerlo. Un disparo se escucha en el lugar y el cuchillo de Raymond sale volando. Y al voltear a un lado, este observa a Eliza, quien le había disparado con un revolver el cual se había quedado sin balas. - ¿Tú?... No puede ser...
Antes de que pudiera actuar. Raymond ve como sus hombres eran opacados por los cazadores. Por lo que rápidamente toma su cuchillo y sale corriendo. Dando la retirada, al mismo tiempo que Albert y Eliza se acercan a Jason, quien estaba agonizando.
Albert: Jason.... Amigo.... Resiste.... Te vamos a salvar.... Vamos.... ¡Un médico!... Jason, tu puedes...... Por favor. - dice el peliblanco con lágrimas en sus ojos, al mismo tiempo que el castaño con muy pocas fuerzas, saca una pequeña caja y se la entrega a Albert soltando una leve risa.
Jason: Tranquilo...... Se que voy a morir, Pero.... Solo quiero asegurarme.... Que vas a tener un futuro amigo.... Y se que vas a tenerlo.... Con una persona especial. De eso estoy seguro........ - tose sangre. - Ahora amigo..... No te rindas...... Algún día ese maldito será derrotado y todos.... Vivirán...... En......... Paz. - dice el castaño con una sonrisa, cerrando los ojos, falleciendo ahí mismo. Al mismo tiempo que Albert y Eliza, comenzaban a soltar algunas lágrimas por el fallecimiento del castaño.
Horas más tarde. En la residencia Harriet. Albert se encontraba sentado en una silla, sin playera. Mientras Eliza se encontraba a un lado de el. Vendando su brazo. Al mismo tiempo que dejaba un cuenco con una bala llena de sangre.
Eliza: Perdóname Albert... Si tan solo hubiera apuntado mejor.... Ese sujeto no se habría salido con la suya..... Debí haber ido contigo.... Quizá hubiera podido ayudarte, en vez de quedarme aquí..... De verdad lo siento. - dice la rubia en un tono apenado, mientras bajaba su mirada.
Albert: No... No es tu culpa. Tu tenías que estar a salvo Eliza. Además me salvaste la vida.... Te lo agradezco mucho. - dice el peliblanco con una leve sonrisa, mientras tomaba la mano de Eliza, quien levanta su mirada y lo mira fijamente. - Mañana será el entierro de los que cayeron en batalla.
Eliza: Entonces esto es lo que ustedes viven cuando pelean. Toda esta desesperación, dolor y tristeza cuando pierden a un ser que aman... Albert...... Yo...... Lo siento tanto. - dice la rubia con bastante tristeza, mientras le daba un fuerte abrazo al peliblanco, quien lo corresponde, para que se calmara. - El no merece vivir. No sé puede salir con la suya, Albert....
Albert: Lo se.... Pero.... Yo sé que algún dia, el va a ser derrotado. De eso estoy seguro. Algún día... Un guerrero será capaz de vencerlo, ya sea yo, algún militar o alguien que sea tan fuerte para poder acabar con el. Algún día será vencido Eliza. Te lo prometo. - dice el peliblanco con un tono cálido, mientras abrazaba a la rubia, quien solo se aferra más a él.
Y así las horas pasaron nuevamente. Llegando el anochecer. Y mientras Albert dormía. Eliza se encontraba sentada en la mesa de abajo. Con una vela encendida, un papel y un lápiz en su mano. Además de tener un sobre con una dirección en mano.
Querido Padre.
Ya han pasado un par de días desde que me fui de casa. Quizá las cosas entre tu y mamá estén tensas ahora mismo por qué me fui, pero... Quiero decirte que me encuentro bien papá. Las cosas han ido un poco mal, debido al último ataque que hubo en este lugar. Ojalá pudiera volver a verte... Tú eres una de las personas más maravillosas que conozco. Me has enseñado tantas cosas, que no puedo describirlas solo con palabras. Pero puedo decir que eres el mejor padre que hay en el mundo.
Ahora que estoy aquí en Fox Village. Quiero comenzar una nueva vida. He estado conociendo mucho a Albert. El ha tenido una vida muy dura. Incluso aún más que la mía. Lo admiro demasiado. El es un hombre realmente bueno e increíble. Quiero conocerlo aún más. Hay algo que me hace sentir.... Atraída... A él.... No sé si es amor, admiración o algo más.... Estoy tan confundida y a la vez tengo un gran sentimiento de curiosidad que quiero ir descubriendo. Por eso en esta carta, te relato lo que siento y lo que haré a futuro. Voy a hacer que estés orgulloso de mi papá. Te prometo que algún día me convertiré en la corredora número 1 de este lugar. Incluso podría asistir a Queen's University... He oido que es una gran escuela. Te prometo que lo haré de la mejor manera.... Gracias por tus alentaciones en todo. Te amo papá. Ojalá nos volvamos a ver....
Con cariño... Tu hija Eliza...
Después de escribir la carta. Eliza comienza a doblarla en dos partes, para luego colocarla en el sobre. Apagando la vela, para luego salir de la casa. Dejando la carta en el buzón, para después caminar a dentro y cerrar la puerta. Yendo al piso de arriba en dónde estaba Albert, para después acostarse a un lado de el.
Pov narra narradora.
Y así, la historia entre Albert y Eliza daría inicio. Comenzando tan solo como unos amigos. Debido a que ambos todavía se sentían confundidos entre su amistad. Ya que no querían sentir algo tan repentino, debido a que se habían conocido recientemente.
Con el pasar del tiempo. Tanto Albert como Eliza se fueron conociendo mucho más. Siendo Eliza la primera en enamorarse del peliblanco. Mientras que este un tiempo después se había enamorado de la rubia, formando un lindo lazo de amistad que podría ser algo más.
Con la familia de Eliza. Su padre recibió la carta y en un día después de recibirla, este le escribió otra carta. Dónde le decía que le daría todo su apoyo. Incluso si su esposa lo aprobaba o no.
Y así un año finalmente había pasado. Y en el verano del siguiente año. Albert habría invitado a salir a Eliza, quien habría aceptado gustosamente. Dando un paseo por una canoa, en los bellos bosques del pueblo. Pasando cercas del lago de los deseos.
Albert: Aquí es un buen lugar para descansar. Siempre que venía de mis entrenamientos para descansar y pasar un buen rato. Me sentaba aquí... Y me ponía a pensar y a ver todo el paisaje. Ya sea cual fuera la época del año. - dice el peliblanco con una sonrisa, mientras bajaba de la canoa y ayudaba a la rubia a bajar.
Eliza: Es muy bonito, Albert. Incluso hay un roble. ¿Es esta tu inicial?. - dice la rubia con una mirada de sorpresa, mientras observaba las iniciales A y H, en el tronco del roble. - Albert Harriet....
Albert: Si, la hice cuando era un chico. Ahora se me ocurre hacer una nueva. Pero no lo haré solito jeje. Dame un minuto. - dice el peliblanco con una sonrisa mientras sacaba su navaja, para luego comenzar a hacer algo. Y al cabo de unos segundos este se hace a un lado, mostrando un corazón con una A y un signo de más. - Tu turno Eliza.
Eliza con un leve sonrojo, observa a Albert para luego tomar la navaja y escribir su inicial en el roble. Colocando la letra E, abajo del signo de más y la A, para luego darle la navaja a Albert.
Albert: Parece que quedó muy bien. Desde que nos conocimos. Nuestra vida dió un giro de 180°. Todo ha cambiado desde que tú y yo estamos juntos. Me preguntó cómo será el futuro. - dice el peliblanco con una sonrisa, hasta que Eliza toma su mano.
Eliza: Yo.... También me preguntó cómo será el futuro..... Pero me preguntó más, cómo será el futuro... Estando a tu lado. Y solo contigo Albert. - dice la rubia con un leve sonrojo, llamando la atención del peliblanco, quien se queda sorprendido al escuchar eso. - Yo..... Yo.... Ya no puedo ocultarlo Albert.... Yo...... Yo te amo.
Al oír esas palabras. El corazón del peliblanco comenzó a acelerarse. Al igual que su respiración. Estaba muy nervioso y más aún, al tener a la rubia frente a el, mirándolo fijamente. Pero poco a poco este comenzó a agarrar confianza y tomando la mano de Eliza, este se acerca a ella y le acaricia una de sus mejillas.
Albert: Yo.... También..... Te amo Eliza. Ya no voy a ocultar más mis sentimientos. Te amo. - dice el peliblanco con una sonrisa, mientras se acerca más a la rubia, al mismo tiempo que está rodea su cuello con sus brazos, para luego darse un pequeño beso, el cual es correspondido por ambos.
Al separarse. Ambos se quedarían completamente sorprendidos. Para ambos, esto era algo nuevo. Sus ojos tenían un brillo distinto. Un brillo que reflejaban sus sentimientos, del uno por el otro. Y de un momento a otro, ambos se dan un fuerte abrazo, mientras confesaban su amor.
Y así, la vida de ambos comenzaría a tomar un nuevo rumbo. Con estos dos volviéndose una pareja feliz. Al menos... Hasta un tiempo después. Ya que 3 años después de haberse confesado sus sentimientos. Albert y Eliza reciben una visita inesperada por parte de alguien conocido por ambos.
Una mañana. El timbre de la puerta se encontraba sonando. Por lo que Eliza, rápidamente se dirige a abrir, tan solo para encontraste a su madre cara a cara. Lo cual le daría un pequeño golpe en su corazón. Debido a que para ella, ver a su mamá, era como ver a un fantasma muy aterrador.
Eliza: Mamá..... ¿Que haces aquí?.... Cómo fue que tú.... Debiste leer la carta que le envié a papá. Así como mi dirección..... Debí de haber adjuntado que la escondiera o quemara la carta. - dice lo último en voz baja, mientras dejaba pasar a su madre, quien miraba con detenimiento todo el lugar así como la vestimenta de su hija.
Grace: Así que vives de esta forma. Lejos de las comodidades que tenías cuando estaban en Toronto. Mjm... No me sorprende. Aunque bueno... Nada me sorprende viniendo de ti. Y hablando de sorpresas, en dónde está tu.... Ehm..... Pareja. - dice la rubia con algo de desagrado, mientras Eliza soltaba un leve suspiro.
Eliza: Albert no tarda en llegar. Fue por una cosas para la cena de esta noche. Haremos algo especial. Por favor, me puedes decir a qué se debe tu visita mamá. No creo que hayas venido por qué solo querías ver cómo estábamos. - dice la rubia en un tono serio, mientras su madre soltaba una pequeña risa.
Grace: Pues siempre estás en lo correcto y la razón es muy sencilla. Volverás hoy mismo conmigo a Toronto. ¡Tu no te vas a quedar aquí y menos vas a tener una relación con ese vago al que llamas novio!. Ahora empaca tus cosas y nos largamos de aquí. Si es que al menos tienes cosas. ¡Por qué dudo que ese vago trabaje para mínimo brindarte comida!. - dice la rubia algo molesta, mientras Eliza apretaba sus puños.
Eliza: ¡Ya basta mamá!. Deja de hablar así de Albert. El ha podido sustentarme mucho. Y yo le he ayudado haciendo algunas cosas pequeñas para brindarle dinero para tener algo extra. Pero pronto podré hacer algo mejor. Ya que fui aceptada como una piloto de carreras en la pista de Fox Village. Y muy pronto tendré mi primer carrera como piloto novato... Un amigo nos prestará un auto y en el voy a correr. Y me convertiré en la mejor piloto de todas. - dice la rubia en un tono serio, mientras escuchaba como su madre se comenzaba a reír. - ¿Que es tan gracioso?.
Grace: ¿Tú?, una piloto. Por favor no me hagas reír. Deja de decir tonterías. Tu no serías una piloto de carreras, ni aunque quisieras. No eres más que una mocosa berrinchuda y llorona. Que no soporta que le digan sus verdades. Y ahora vas a elegir, tu familia... O la miseria. - dice la rubia en un tono serio, hasta que de pronto, Eliza la toma del brazo. - ¿Que rayos haces?.
Eliza: Yo elijo la familia. Pero la familia que en verdad me ama y apoya. No la familia que nunca le he importado, que me hacía siempre a un lado y que nunca me ha querido... Mi única familia son Albert y mi padre... Ni tu, ni mis hermanos, son familia mía. Así que vete, por qué no me iré contigo. Entiendes... ¡Yo no me iré contigo!. - dice la rubia bastante enojada, mientras sacaba a su madre de su casa, para luego cerrar la puerta. Al mismo tiempo que comenzaba a sollozar, escuchando los gritos y quejas de su madre al otro lado.
Al poco tiempo. Albert llegó. Consolando a Eliza, quien se había desahogado con el. Para luego de unos minutos calmarse. Y después de eso, le ayudaría a hacer la cena de esta noche. Que sería una celebración especial.
Y esto es debido a que esa misma noche. Albert le propondría matrimonio a Eliza, quien se quedó muy sorprendida al ver los anillos. Siendo estos, los que venían en la cajita que Jason le había dado a Albert antes de fallecer en los brazos de este.
Eliza con una gran sonrisa y lágrimas en sus ojos, acepta y se coloca un anillo en su dedo anular, para luego darle un beso al peliblanco, quien lo corresponde de igual manera. Al mismo tiempo que escuchaban una campana de la iglesia.
A los 4 meses de haberse comprometido, la boda se habría llevado a cabo. Con algunos invitados, siendo algo sencillo pero formal, casándose en la misma iglesia del pueblo. Dónde en forma de sorpresa. Había asistido el padre de la rubia. Para llevar a su hija hasta el altar.
Padre: Bueno... Ahora podemos pasar a los votos. Albert... Podemos escuchar sus votos, frente a su prometida Eliza. - dice el padre con una sonrisa, mientras el peliblanco se ponía un poco nervioso.
Albert: Eliza.... Yo... Me siento feliz y agradecido con la vida por haberte conocido. Descubrí que... La felicidad va más allá de la familia. Por qué... También puede haber felicidad en otras partes, con amigos, colegas o con esa persona especial con la que pasarás toda tu vida a su lado. Y no me imagino un futuro sin ti. Yo te amo y hoy estoy tan feliz de estar contigo aquí en el altar. - dice el peliblanco con una sonrisa, mientras Eliza dejaba salir un par de lágrimas para luego sonreír.
Padre: Bueno, señorita Eliza, podemos escuchar sus votos por favor. - dice el padre con una sonrisa, mientras Eliza se limpia sus ojos. Para luego asentir con la cabeza y mirar al peliblanco fijamente.
Eliza: Albert... Tu me enseñaste todo lo bueno que hay en esta vida, estando a tu lado. Me sacaste de una vida de oscuridad y me has llevado por un gran camino de luz. Me siento tan feliz de estar contigo en este día. Por qué se que estando contigo... Podré ser feliz.... Y tener una vida soñada. Yo te amo y me sentiré eternamente agradecida por qué me hayas rescatado. Gracias. - dice la rubia con una sonrisa, mientras Albert sonríe levemente.
Padre: Bien. Ya que ambos han dicho sus votos. Si hay alguien que quiera impedir este matrimonio, que hable ahora o calle para siempre. - dice el padre en un tono amable, mientras que nadie aparecía. - En ese caso, los declaro marido y mujer. Señor Albert, puede besar a la novia.
Albert poco a poco se acerca a Eliza, para luego darle un beso. Al mismo tiempo que los invitados se levantan de sus asientos, aplaudiendo el compromiso entre ambos. Al igual que Lucas, el padre de Eliza, quien estaba muy contento al ver a su hija casarse.
Lucas (padre): Los felicito a ambos por el compromiso. Hija... Me siento tan contento de haberte visto casarte. Eres un gran orgullo.... Mi pequeña hija.... La más joven, casándose. Estoy tan feliz. - dice el castaño con una sonrisa, mientras le daba un abrazo a la rubia quien lo corresponde muy contenta.
Eliza: Yo también estoy tan feliz de que estés presente papá. Te quiero... Y me siento feliz de que firmes parte de nuestra celebración. Te amo papá. - dice la rubia con una sonrisa, mientras abrazaba al castaño.
Pero lamentablemente las cosas no serían felicidad. Ya que poco tiempo después. Una noticia habría golpeado a Eliza como un golpe directo en su corazón. Ya que su padre, había fallecido de un ataque al corazón, debido a que este comenzó a presentar problemas cardíacos no hace mucho tiempo.
Está noticia, había dejado completamente destrozada a la pobre de Eliza. Quien se había quedado con un inmenso dolor al haber perdido a su padre. Así como también, está estaba tan dolida. Ya que en el funeral que hubo poco tiempo después de recibir la noticia. Nadie de su familia parecía importarle mucho que este hubiese fallecido.
Meses después de haber recibido la noticia... Una mañana. Todo daría un gran giro de 180° a la vida de Albert y Eliza. Y es que la rubia había tenido fuertes mareos y vomitos durante una semana. Por lo que con Albert acuden al doctor haber que sucedía y la noticia les llegaría como una gran felicidad al corazón de ambos.
Doctor: Bueno... Luego de sus análisis, puedo confirmar que es verdad. Señora Eliza, usted está embarazada de 2 semanas. - dice el doctor con una sonrisa, sorprendiendo a ambos. - Tiene dos semanas y 3 días para ser exactos. Bueno los dejo, tengo que ir a revisar a otros pacientes. Nos vemos.
Eliza: Estoy embarazada.... Vamos a ser papás.... ¡Albert, vamos a ser papás!. - grito la rubia muy emocionada mientras abrazaba al peliblanco, quien corresponde el abrazo igual de contento.
Y así. El embarazo de la rubia, avanzó normalmente. Así como la noticia llegó a varios de sus conocidos. Quienes celebraron con una gran fiesta en el pueblo, por el embarazo de Eliza. Así como también en un abrir y cerrar de ojos, pasarían los 9 meses.....
30 de noviembre de 1962... Hospital de Fox Village...
Albert: Vamos amor, vamos puja tu puedes... Puedes hacerlo. - dijo el peliblanco con esfuerzo, mientras tomaba la mano de su esposa, la cual daba todo de si.
Eliza: Yo puedo... Yo puedo... Ahhh, ahhhhh. - gritaba la mujer rubia con mucho dolor, mientras pujaba y agarraba la mano de su esposo, hasta que de pronto se comenzaron a escuchar los llantos de un bebé. - Oh... Ahhh, que alivio. Ahhh, ya terminó.
Doctor: Enfermera, la navaja por favor. - comienza a cortar el cordón umbilical, pero cuando termina de hacerlo comenzó a escuchar las campanadas de una iglesia, las cuales avisaban que ya era media noche. - Es un varón... Wow. Aquí tiene señora, este es su pequeño hijo.
Eliza: Oh mi bebé - lo toma entre sus brazos - Mi pequeño bebé, oh cariño por fin estás en mis brazos. - dice la rubia con una sonrisa, mientras abrazaba a su hijo con mucha fuerza y cariño.
Albert: Y cómo lo vamos a llamar cariño, has pensando en algún nombre. - dice el peliblanco con una sonrisa de curiosidad, mientras observaba a su hijo, el cual se acurruca en los brazos de su madre.
Eliza: Llevará el nombre de mi padre... Lucas, Lucas Harriet. Mi hermoso hijo - dice la rubia con una sonrisa mientras abrazaba al pequeño pelinegro, el cual dejaba ver unos pequeños ojos azules.
Fin del flashback......
Eliza: Y es así como fue nuestra historia hijo. Al final te pusimos el nombre de tu abuelo. También llevas los nombres de los amigos de tu papá y el nombre de tu otro abuelito. Aunque ese es como más distinto ya que es su segundo nombre. - dice la rubia con una leve sonrisa, mientras Lucas estaba algo sorprendido.
Lucas: Wow... No me esperaba que su historia... Fuera así. Me siento sorprendido. - dice el pelinegro en un tono serio, mientras miraba nuevamente por la ventana, hasta que de pronto el auto poco a poco se comienza a detener frente a una gran casa. - Parece que este es el lugar.
Albert: Así es... La residencia Morgan. No ha cambiado como cuando la visite aquel día. ¿Estás lista cariño?. - dice el peliblanco en un tono serio, mientras Eliza asiente con la cabeza, para que luego todos bajen del auto. Estando listos para lo que se aproximara.
¿Qué pasará?, ¿Acaso Eliza y Albert podrán con los hermanos de Eliza?, ¿Qué sucederá cuando todos piden aquella casa?, ¿Acaso Lucas podrá llevarse bien con sus tíos?, descubranlo pronto.
Continuará... Fin del capítulo 40, si les gustó, dejen su voto, comenten y síganme para más. Y antes de irme, quisiera mandarles un saludo y un abrazo muy fuerte a:
KarlaOreki
KanaoTsuyuri77
DianaMorales795
NAIMARORTEGA
Alejandrazorrita
PerlaRoseWilson1001
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LoganLoud4
Gogeta-SSGSSB
Black500maximo
MauricioDazFuenzalid
bryanrojasgonzalez4
erickshakespare20089
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Romel02092008
Kamcumt2-0
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CsarEduardoBarazarte
TommyVercettiCJ
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ThePipelu30
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Bueno, hasta aquí los saludos, yo me despido por ahora, mi nombre es PinBlack97 y esto es todo por hoy, les mando un fuerte abrazo, cuidense mucho, chao chao.
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